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GENERAL
Historia de una obsesión (18 de Diciembre de 2003, a las 12:43)
Bueno, esto casi se ha acabado, casi porque, lógicamente, queda la versión extendida, pero aunque se espere con ansia, con mucha ansiedad, ya no es lo mismo. Han sido unos años intensos, llenos de sensaciones, muchas agradables, algunas no tanto... en fin, han sido unos tiempos que ha merecido la pena vivir y que, por supuesto ya no volverán. Sí, ya sé que quizás estoy siendo un poco trágico, pero en estos momentos fundamentalmente es la tristeza lo que me invade.
Es curioso, pero lo poco que he leído hoy en el foro veo que hay algunos sentimientos compartidos. En primer lugar, no tengo ganas de escribir sobre ERDR. No tengo ánimos para ello. Y desde luego, no se interprete esto como una crítica... nada más lejos de la realidad. Aunque se podrían citar bastantes detalles criticables, por fin me he dado cuenta de que es totalmente imposible plasmar en imagen lo que nos ha transmitido todo un libro como “El Señor de los Anillos”, sencillamente porque Tolkien sólo ha habido uno, e irrepetible. Y teniendo claro esto, pues creo que hemos sido privilegiados por asistir a la gestación de este monstruo de proporciones casi bíblicas que han sido las películas.
Se ha comentado muchas veces en este foro qué va a ser de esta página después de las películas. Incluso hasta yo he dado mi opinión, tranquila y despreocupadamente. Por supuesto, la vida va a seguir... Sin embargo, y esto es lo que me apetece hablar, no sé qué va a ser de mí. Joder, parece que fue ayer cuando tuve las primeras noticias de la realización de estas películas, cuando empecé a indagar por la red y descubrí páginas web, algunas sencillamente maravillosas que me hicieron involucrarme de una forma quizás obsesiva pero lógica en un amante de la obra de Tolkien. Descubrí elfenomeno.com, pero sólo como simple espectador, porque siempre pensé que su foro era demasiado “masivo” o “rápido” para mí. Mi primera casa verdadera fue esa tristemente desaparecida página de la que ya hemos hablado aquí y a la que algunos hemos rendido nuestro agradecimiento particular, donde plasmé mis primeras inquietudes, tuve mis primeras discusiones siempre amigables defendiendo a ultranza "La Comunidad del Anillo", conocí con las limitaciones que impone la red y la separación geográfica a gente que mereció la pena conocer y que fue muy especial para mí... Fue cuando empezó el declive de esta página cuando decidí registrarme en elfenómeno.com, de esto hace año y medio, y donde prácticamente he desarrollado mi vida digamos Tolkien-cibernética en este tiempo casi al 100%, no participando muy activamente, pero sí visitando prácticamente a diario la página, y siguiendo bastante bien el desarrollo del foro.
En estos años ha sido maravilloso sentir el nerviosismo, la ilusión que generaban las noticias que poco a poco iban surgiendo. Cómo me creaba expectativas inusitadas, dudas, miedos, me preguntaba cómo diablos se podría llevar al cine este mastodonte de la literatura, aunque reconocía que técnicamente parecía que por fin era posible hacerlo. Recuerdo el temor con que fui al estreno de “La Comunidad del Anillo”: a pesar de las noticias, de los tráiler, de las fotos, no sabía qué me iba a encontrar. Era lógico, era el libro de mi vida el que iba a visualizar, y aunque amo al cine, también sé que es capaz de perpetrar auténticas aberraciones. Tengo fresca la sensación con que salí de ese estreno: confusión total, no había asimilado lo que había visto (cuánto pesa este libro, por Eru). Con los siguientes visionados la cosa se aclaró por completo y caí rendido a los pies del señor Jackson. Y qué decir cuando tuve la versión extendida en mis manos. Sí, sabía que había cosas criticables, pero nunca me he considerado un purista, a pesar de mi amor incondicional por la obra del viejo profesor.
Recuerdo el entusiasmo con que acudí al estreno de “Las Dos Torres”, avalado por “La Comunidad del Anillo” y los espectaculares trailers que habíamos degustado previamente, además de las prometedoras declaraciones de Jackson y demás. Recuerdo la desazón que me invadió después, desazón que creía atenuaría con siguientes visionados pero que, lejos de ello, aumentaba. No me enfurecían fundamentalmente los grandes cambios (ya he dicho que nunca me he considerado purista), sino la frivolización (¿se escribe así?) de determinados personajes y situaciones, las concesiones a la comercialidad pura y dura, al cine de barrio y palomitas de maíz... Este fue un shock que tuvo repercusiones bastante importantes en mi espíritu. El entusiasmo inicial dio paso a la decepción más radical... llegué no voy a decir que a odiar a Jackson y compañía, pero era una sensación algo así como de aquel amigo o amiga del que no esperas te traicione o te deje en la estacada nunca y lo hace. La versión extendida, afortunadamente, enmendó bastante la situación, minimizó a mis ojos (yo puse por mi parte también) lo que tanto me había enfurecido y me dio nuevamente esperanzas. Sin embargo, estos meses de decepción dejaron una huella tan profunda que, afortunadamente, acudí al estreno de “El Retorno del Rey” sin grandes pretensiones. Todas esas críticas maravillosas que se publicaban en estos días previos no me hacían la más mínima mella, fundamentalmente porque no hablaban mi “idioma cinematográfico”. Sí tuve más en cuenta, lógicamente, las opiniones de los miembros del equipo de elfenomeno.com, que para algo tiene que servir leer durante tanto tiempo mensajes de la gente, llegas a conocerla bastante bien y sabes de qué pie cojean.
Y ayer fue a ver “El Retorno del Rey”. Como dije más arriba, no voy a escribir sobre ello. No me apetece, no puedo. Simplemente, me reafirmo en que he comprendido que es imposible plasmar en el cine el libro, este libro. Se podrá hacer de otra manera, quizás mejor, seguramente peor, pero nunca al gusto de todos los que amamos la obra de Tolkien. Estoy hablando del libro de mi vida (creo que ya lo he dicho), el libro que ha sido mi cabecera durante más de veinte años, el que he tenido siempre en mi pensamiento, el único libro que me ha hecho reír, llorar, en resumen, sentir que estoy vivo y lleno de sentimientos, el único que he leído tantas veces y que cada una de ellas ha sido diferente a la anterior. Y afortunadamente, en mi vida Tolkien es sólo un pequeño porcentaje, pero situado en pleno corazón. Ayer, viendo la película, me daba cuenta que es imposible, totalmente imposible que nada me transmita lo que el libro. Las páginas de “El Señor de los Anillos” son únicas e irrepetibles. Estamos hablando de sentimientos, y como todos estaremos de acuerdo, los sentimientos son únicos cada uno de ellos, por infinitos que sean.
Llegado a este punto, y a pesar de algunos sinsabores ya relatados, no tengo más remedio que darle las gracias de todo corazón a Peter Jackson. Creo, sinceramente, que lo que ha hecho ha merecido la pena. Con sus equivocaciones, a mí por lo menos me ha regalado muchos momentos inolvidables, grandiosos. Su recreación de la Tierra Media ha sido excelente. Su dedicación, ejemplar. Su minuciosidad, impensable en un director que realmente no fuera un lector de la obra de Tolkien. Su último gran mérito es que haya conseguido que en estos momentos tenga una depresión como un caballo, vamos, casi como la que tengo cada vez que acabo de leer el libro. Como es lógico, ese agradecimiento ha de extenderse a todo su equipo, con mención especial a actores y, cómo no, al genial Howard Shore.
Por supuesto, quiero dar mi más sinceras gracias al equipo de elfenomeno.com, primero, por ser capaces de diseñar esta maravillosa página, llena de amor a la obra del viejo profesor, fruto de una dedicación inagotable. En segundo lugar, por ser mi compañía espiritual en todo este largo tiempo de gestación de este sueño que por fin se ha hecho realidad, mi fuente inagotable de información.
Lógicamente, quiero también dar mi agradecimiento a tod@s l@s forer@s que han pasado a la largo del tiempo por el foro. He aprendido muchísimo, tanto en materia de erudición de este fascinante mundo, como en conocimiento humano. Las limitaciones que impone la vida moderna, llena de obligaciones (muchas de ellas agradables) han impedido que participara quizás como hubiera querido. Mi propio carácter más bien introvertido también ayuda. Pero ello no me ha impedido “conocer” desde mi monitor a much@s a los cuales es un privilegio leer, muchas veces sin estar de acuerdo.
Bueno, si alguien ha llegado al final de este ladrillo, no ladrillo, no, muro diría yo, quizás piense que esto es una despedida. En absoluto. Supongo que estaré por aquí mientras exista elfenómeno. Sin embargo, el sentimiento que predomina en mi corazón es ese tan mencionado y tan presente en la obra del viejo profesor ya de “pérdida irrecuperable”. Estos años que han transcurrido hasta ayer, 17 de diciembre de 2003, ya no volverán. Hemos llegado al final de un fascinante viaje. Sí, volveré a ver “El Retorno del Rey” unas cuantas veces más (creo que voy a batir el récord con respecto a sus predecesoras), las versiones extendidas, y todo eso. Pero ya no será lo mismo. Ya no estará presente ese conglomerado de sensaciones que se iban acumulando a medida que se acercaban los estrenos. Una etapa ha concluido y comienza otra.
Llegado aquí, poco más que decir. Llevo cerca de tres horas tratando de escribir todo esto. Mi oficina, que suele ser tranquila, hoy es todo un puñetero hervidero. Así que si todo esto ha aparecido un poco deslabazado, espero seais comprensivos. Sed comprensivos con alguien que necesitaba desahogar un poco su soledad. Muchas gracias.
Dernhelm  (Rohir)
Montaraz (288 mensajes)
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Historia de una obsesión
Sentimiento compartido.. :)
