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Nuevos datos sobre las alas de los balrogs (21 de Febrero de 2006, a las 23:43)
Creo que el Balrog presenta una cualidad que un autor de otro ámbito, H. P. Lovecraft (La llamada de Ctulhu) definió con acierto: negrura positiva. Cuando abrimos una puerta que da a una habitación a oscuras, la luz entre en ésta, haciendo retroceder la oscuridad.
Pues bien, del Balrog emanaba una sombra que hacía retroceder la luz. Por eso el Maestro lo define como sombra repetidamente. Además, contrapone a Gandalf, "un débil resplandor en las tinieblas" (El puente de Khazad-dûm) con el Balrog, que "resplandece" en negativo, exhalando oscuridad.
Por ello, cuando el Balrog llega al borde del fuego, "la luz se apagó como detrás de una nube" (Ibidem). Eso sucede antes de que el Balrog salte la grieta en llamas, es decir, cuando tiene el fuego delante, no detrás, por lo que no puede ocultarlo a los ojos de la Compañía.
Las alas pueden ser, simplemente, la emanación de sombra, pues el Balrog es una sombra dentro de la cual hay una forma, tal vez de hombre, pero más grande. Es esta sombra la que "se abrió a los lados, como dos vastas alas "(Ibidem).
Por tanto, mi aportación al debate es que las alas no eran sólidas, aunque si visibles, de una naturaleza que, felizmente, no existe en la Tierra Media de hoy.
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