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El árbol de la vida y la sabidurÃa
31 de Julio de 2005, a las 18:20 - Kelvariel
Relatos de FantasÃa - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasÃa y poesÃas :: [enlace]
Capitulo I: El sueño y la búsqueda
Una nube tapo la poca luz del sol que quedaba, era invierno y las aves y otros animales se habÃan refugiado. Shyal, la elfa, se habÃa cubierto el cuerpo con una gruesa capa de lana con runas dibujadas en los bordes. Añoraba los cantos de las aves que tan dulcemente la despertaban cuando el sol salÃa, pero en estos dÃas de invierno se despertaba bruscamente por el frÃo helador que la atrapaba. Shyal se encontraba mirando desde su pequeña ventana, desde la cual se podÃa ver el cielo y las montañas. Salió por la puerta tallada de madera, dispuesta a encontrar el árbol de la vida y la sabidurÃa que llevaba buscando ya hacÃa unos meses. dio unos pasos hasta el centro del bosque y llamó dulcemente a su caballo Kywer un hermoso ejemplar de un color gris plateado, este se acercó a la elfa galopando y al llegar le dio suavemente con la cabeza en señal de saludo. Shyal le acarició el cuello y montó. Los dos se dirigÃan hacia el norte, los únicos lugares que le quedaban por recorrer. El árbol de la vida y la sabidurÃa lo habÃa visto en sueños un grandioso árbol tan grande que parecÃa que la copa rozaba el cielo, su corteza era clara de un color blanquecino, sus hojas en forma de estrellas eran numerosas y de un color rojizo las cuales permanecÃan siempre en él árbol.
Cabalgaron rápido pero fijándose en cada árbol. Cruzaron un rÃo de aguas heladas el cual crujió bajo las patas del caballo, un zorro asustadizo paso ante ellos corriendo con un ratón entre los dientes. El bosque Shafulk era inmenso y tardarÃan meses en recorrerlo entero. En el bosque habitaban seres que no habitaban en otro lugar como una manada de unicornios desconfiados que cada vez que alguien se acercaba huÃan rápidamente.
Todo estaba muy oscuro aunque acababa de amanecer hace una hora, se guiaban con una pequeña piedra del color del mar que le colgaba del cuello y emitÃa destellos de luz, todo esto no harÃa falta si no tuviera que distinguir un árbol en concreto, pues tenÃa un sentido de la orientación increÃble incluso para los de su raza. Llegaron a un claro en el que solo habÃa pequeños matorrales helados. Miró alrededor desesperada pues necesitaba encontrar el árbol para poder frenar una guerra que libraban en el este su gente contra unos hombres despiadados que su deseo era acabar con toda la vida, en su sueño una voz le habÃa dicho:
"Si deseas parar esta locura que se esta dando en el este, si deseas conservar la vida de los tuyos y los demás seres que habitan en este mundo encuentra al árbol de la vida y la sabidurÃa que es como te lo estoy mostrando, vive en el bosque Shafulk allà un sendero escondido entre matorrales te guiará hacia él, cuando llegues habla con el con sinceridad y pÃdele un poco de su agua y una hoja, una vez tengas esto dirÃgete hacÃa tu casa donde debes juntar en un frasco el agua con la hoja machacada, llévala hacÃa el campo de batalla y una vez allà sube el frasco, dirÃgelo hacÃa ellos y pronuncia en alto esto: physar il shuryth kil vanaryes. Estrella el frasco contra el centro de la batalla y conseguirás que el enemigo huya y su pensamiento se vuelva confuso hasta que cambie y solo desearán cuidar de todos los seres. ¡¡Encuéntralo rápido, te necesitan, ésta es tu misión!!"
No habÃa conseguido descifrar de donde procedÃa esa voz pero tenÃa muy claro lo que debÃa hacer, pero no donde debÃa buscar. Desesperada rezo a los Dioses para que la guiaran para poder encontrar la salvación, pero últimamente no parecÃan responder a sus súplicas, estos dÃas dormÃa poco y comÃa mientras cabalgaba o andaba. Era increÃble que un árbol tan grande pudiera estar tan escondido. Deseó que su caballo fuera alado pues asà todo resultarÃa más fácil, tendrÃa que resaltar sobre los demás árboles.
Paró a su caballo y bajó para inspeccionar los senderos si es que habÃa alguno más del que ella estaba siguiendo.
Mientras tanto en el campo de batalla los elfos montaban enormes corceles de distintos colores llevaban un arco y flechas a la espalda y una espada de hoja ligera en el cinto. Eran unos doscientos cincuenta hombres y cien mujeres todos bien preparados para la guerra, pero lo que veÃan sus ojos no parecÃa normal, más de mil hombres con decenas de armas cada uno se dirigÃan veloces en sus caballos destruyendo todo lo que encontraban a su paso, en una ocasión acabaron con la vida de un cervatillo que casualmente paso por su lado y cuando la madre se acerco le cortaron el cuello despiadadamente mientras reÃan, los elfos empezaron a tirarles flechas de advertencia, pues no deseaban acabar con la vida, tenÃan la esperanza de que cambiarán, pero al ver que no conseguÃan nada mataron a cien hombres, estos seguÃan sin detenerse y pronto los tendrÃan encima. Desesperaros mataron a más hombres, pero seguÃan siendo una mayorÃa desbordante cuando los tuvieron a menos de un metro que fue cuando sacaron las espadas y pusieron sus vidas en las manos de los Dioses
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