Era la corona que simbolizaba el poder de los Reyes de Gondor. Su forma era alargada, con una leve inclinación respecto a la vertical, enteramente blanca; en la base “tenía engarzadas siete gemas de diamante, y alta en el centro brillaba una sola gema cuya luz se alzaba como una llama”. Además, a cada lado tenía una ala de gaviota, ambas hechas de plata y perlas. En realidad, su diseño se basaba en los yelmos de Númenor, que también llevaron los soldados custodios de la Ciudadela de Minas Tirith durante la Tercera Edad.
Fue fabricada durante el reino de Atanatar II (1149-1226, Tercera Edad), y la llevaron todos sus herederos hasta el último Rey de Gondor, Eärnur. Antes de su muerte a manos del Señor de los Nazgûl (2043), Eärnur depositó la corona en las Casas de los Muertos de Minas Tirith, donde permaneció mientras los Senescales gobernaron Gondor.
Finalmente, en la proclamación de Aragorn como nuevo Rey de Gondor en el año 3019, Gandalf, a manos de Frodo, depositó la Corona en la frente de Aragorn.
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