Hombre de los Dúnedain. Hijo de Ecthelion II, y padre de Boromir y Faramir.
Denethor fue el último de los Senescales Regentes, cargo al que accedió en 2984 de la Tercera Edad, cuando el poder y la amenaza de Mordor eran ya evidentes. Él sabÃa de sobra lo que esto implicaba, y esta espada de Damocles marcó desde el principio su personalidad, sumamente orgullosa y a la vez progresivamente amargada.
La admiración que sintió su padre hacia el héroe Thorongil (que en realidad no era otro que Aragorn II disfrazado) y el trato de favor de Ecthelion hacia Gandalf el Gris también fueron fuente de disgustos para Denethor. El gran capitán permanecerÃa bajo las órdenes de Ecthelion hasta 2980 de la Tercera Edad, cuatro años antes de la muerte del Senescal.
2976 fue el año más feliz en la vida de Denethor al contraer matrimonio con Finduilas de Dol Amroth. No obstante, ella nunca se llegó a acostumbrar a la vida de Minas Tirith: añoraba las costas, y la visión de la amenaza del este fue minando su ánimo rápidamente. Su situación emocional fue de mal en peor hasta que, finalmente, murió en 2988, con 38 años de edad. Para entonces le habÃa dado a Denethor dos hijos: Boromir y Faramir, el mayor de ellos era, con diferencia, el preferido por su padre.
El orgullo y la necesidad de obtener información sobre el Enemigo llevó a Denethor a cometer la temeridad de mirar en la Palantir que se guardaba en la Torre Blanca, que no habÃa sido usada desde que la piedra de Minas Ithil (la que estaba en mayor concordancia con la de Minas Tirith) habÃa pasado a manos de Sauron. Esto le otorgó grandes conocimientos, pero también le debilitó y envejeció prematuramente. Además, Denethor no comprendió que su voluntad no podÃa ganar a la de Sauron, y al final la Palantir sólo mostró al Senescal lo que el Maia querÃa: esto es, las enormes fuerzas de Mordor, y otras imágenes semejantes que minaron la confianza y destruyeron cualquier esperanza de victoria de Denethor.
Durante la Guerra del Anillo, la pérdida de Boromir le afectó enormemente, y si ya por entonces no estaba loco, la grave herida que sufrió Faramir en el sitio a Minas Tirith le hizo perder la razón por completo: ordenó llevar a su hijo moribundo (aunque aún vivo) a las Casas de los Muertos, y, una vez allÃ, quemar su cuerpo. La intervención de Beregond y, también la de Gandalf salvaron a Faramir del desastre, pero Denethor eligió acabar allà sus dÃas inmolándose vivo junto con su Palantir.
...el trono estaba vacÃo. Al pie del estrado, en el primer escalón que era ancho y profundo, habÃa un sitial de piedra, negro y sin ornamentos, y en él, con la cabeza gacha y la mirada fija en el regazo, estaba sentado un anciano. TenÃa en la mano un cetro blanco de pomo de oro. No levantó la vista. Gandalf y Pippin atravesaron el largo salón hasta detenerse a tres pasos del escabel en que el anciano apoyaba los pies. -¡Salve, Señor y Senescal de Minas Tirith, Denethor hijo de Ecthelion! He venido a traerte consejo y noticias en esta hora sombrÃa. Entonces el anciano alzó los ojos. Pippin vio el rostro de estatua, la orgullosa osamenta bajo la piel de marfil, y la larga nariz aguileña entre los ojos sombrÃos y profundos; más que Boromir, le recordó a Aragorn. (ESDLA, "Minas Tirith")
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