¿Que forma tenía Arda antes de la Tercera Edad?

08 de Noviembre de 2002, a las 00:00 -
Sobre Arda, la Tierra Media y otras cuestiones - Preguntas frecuentes (y no tan frecuentes) :: [enlace]Meneame

Tenemos que partir de la idea de que Arda es nuestro propio mundo, nuestra Tierra en un pasado mítico; así lo afirmó Tolkien, y así se puede consultar en la FAQ correspondiente. Estamos hablando por tanto de un mundo esférico (bueno, si nos olvidamos de algunas "imperfecciones")... ¿pero fue siempre así en la mitología de Tolkien?

     Sabemos que al término de la Segunda Edad tuvo lugar una gran catástrofe, un suceso de tal magnitud que es difícil poder imaginarlo. La soberbia de Ar-Pharazôn, último Rey de Númenor, que había prestado oídos a las engañosas palabras de Sauron, fue severamente castigada: el propio Ilúvatar intervino, y los resultados fueron desastrosos. Ya en El Silmarillion se nos cuenta algo de lo sucedido:

"Entonces Manwë invocó a Ilúvatar, y durante ese tiempo los Valar ya no gobernaron Arda. Pero Ilúvatar mostró su poder, y cambió la forma del mundo; y un enorme abismo se abrió en el mar entre Númenor y las Tierras Inmortales, y las aguas se precipitaron por él y el ruido de los vapores de las cataratas subieron al cielo, y el mundo se sacudió..."

"Pero las tierras de Aman y Eressëa de los Eldar fueron retiradas y llevadas para siempre más allá del alcance de los Hombres. Y Andor, la Tierra de Númenor de los Reyes, Elenna de la Estrella de Eärendil, fue destruida por completo. Porque estaba al este, junto a la enorme grieta, y los cimientos se derrumbaron, y cayó y se hundió en las sombras, y ya no existe..."

(El Silmarillion, "Akallabêth")
     En estos dos párrafos ya tenemos una primera aproximación de lo que sucedió en aquel entonces: Númenor desapareció bajo las aguas, y desde entonces se la conoce como Mar-nu-Falmar ("La Tierra bajo las Olas"), y también Akallabêth ("La Sepultada"), Atalantë en la lengua de los Elfos; y las Tierras Imperecederas fueron arrebatadas y puestas más allá de los Círculos del Mundo. Pero hay algo más que se dice: que "cambió la forma del mundo". ¿Qué quiere decir exactamente eso de que el mundo cambió?, ¿se refiere sólo a las tierras que se perdieron?

     La respuesta la encontraron los marineros que se aventuraron en los mares buscando aquellas tierras desaparecidas; un poco más adelante, en el mismo Akallabêth, se puede leer:

"Y los que viajaban hasta muy lejos, sólo llegaban a tierras nuevas, y las encontraban semejantes a las tierras viejas, y también sometidas a la muerte. Y los que viajaban más lejos todavía sólo trazaban un círculo alrededor de la Tierra para volver fatigados por fin al lugar de partida; y decían: -Todos los caminos son curvos ahora.
     De este modo, en parte por los viajes de los barcos, en parte por la ciencia y la lectura de las estrellas, los reyes de los Hombres supieron que el mundo era en verdad redondo..."

(El Silmarillion, "Akallabêth")
     Lo que averiguaron es que el mundo era ciertamente redondo; pero esto provoca una nueva pregunta: ¿el mundo es redondo desde la gran catástrofe de la que estamos hablando, o por el contrario lo había sido siempre y los Hombres sencillamente no lo sabían?
     Ricard Valdivieso ("Adanost"), en su estupendo artículo De la Forma de Arda (al que volveremos a referirnos más adelante) hace notar cierta ambigüedad en la traducción de este párrafo; en el original se dice: "the world was indeed made round", cuya traducción más correcta sería "el mundo realmente había sido hecho redondo". Pero no parece que la ambigüedad desaparezca, pues no se nos dice el momento en el que había sido hecho así, si cuando fue creado por Eru, o tras la catástrofe.

     Por suerte, hay más referencias que nos permitirán despejar nuestras dudas. Tenemos en primer lugar una carta de Tolkien que (aparentemente, como sucede muchas veces) debería ser definitiva:

"La Caída de Númenor, la Segunda Caída del Hombre (o el Hombre rehabilitado, pero todavía mortal), es causa del final catastrófico no sólo de la Segunda Edad, sino del Viejo Mundo, el mundo primordial de la leyenda (concebido plano y limitado)."
(Cartas, nº 131)
     Plano... esa era la respuesta que buscábamos. Tolkien, efectivamente, imaginó un mundo plano, a medio camino entre la idea judeo-cristiana y la de los antiguos pueblos del norte de Europa. En los diferentes mapas y esquemas que acompañan a El Ambarkanta (texto incluido en La formación de la Tierra Media, cuarto volumen de La historia de la Tierra Media), se puede apreciar la idea original de Tolkien, así como los cambios que fue introduciendo.

     Este esquema es una versión ligeramente simplificada (en cuanto a que se han eliminado algunos nombres) del Esquema I que aparece en El Ambarkanta. Como se puede apreciar, Tolkien imaginó a Arda como un globo en su totalidad, pero en el que la Tierra (Ambar) no es más que (aproximadamente) una semiesfera.

     Según este esquema, Arda se encuentra flotando en el Vacío (Kúma):

"Pues el Mundo se encuentra entre Kúma, el Vacío, la Noche sin forma o tiempo."
y está separada de ese Vacío por los Muros del Mundo (los Ilurambar), que la rodean completamente:

"Son como hielo y cristal y acero, más fríos, transparentes y duros de lo que pueden imaginar los Hijos de la Tierra."
     Arda, a su vez, está compuesta por Vaiya, Ilmen, Vista y Ambar:

"Dentro de estos muros se engloba la Tierra: por arriba, abajo y por todos los lados está Vaiya, el Océano Envolvente. Pero bajo la Tierra parece más el mar y sobre la Tierra parece más el aire."

"Sobre la Tierra está el Aire, al que llaman Vista, y sustenta a las aves y las nubes..."

"...este aire sólo se extiende sobre la Tierra Media y los Mares Interiores, y sus fronteras propiamente dichas son las Montañas de Valinor en el Oeste y los Muros del Sol en el Este."

"Ilmen es el aire claro y puro y saturado de luz, aunque no irradia luz. Ilmen se encuentra por encima de Vista, y no tiene gran profundidad, pero es más profundo en el Oeste y en el Este, y menos en el Norte y en el Sur."

"...las costas Occidentales de Valinor no están lejos de los Muros del Mundo. Sin embargo, hay un abismo que separa a Valinor de Vaiya, y está lleno de Ilmen, y por ese camino se puede llegar desde Ilmen sobre la tierra a las regiones más bajas, y a las Raíces de la Tierra [Ilurambar], y a las cuevas y grutas que son los cimientos de las tierras y los mares."
     (Todas las citas anteriores están extraídas de La formación de la Tierra Media, "El Ambarkanta").

     Esta estructura primigenia cambió con el tiempo. Cambió, en parte, porque Tolkien hizo algunos reajustes en los nombres y en algunos conceptos; mas la idea básica permaneció. Pero claro, también cambió porque el propio Mundo sufrió transformaciones. De nuevo en El Ambarkanta se explica como se pasó de aquella Arda de formas simétricas a la Tierra que hoy conocemos:

"Pero la simetría de la Tierra antigua cambió y se rompió en la primera Batalla de los Dioses, cuando Valinor marchó contra Utumno, la fortaleza de Melko, y Melko fue encadenado. Entonces, el mar de Helkar (la lámpara septentrional) se convirtió en una isla interior o un gran lago, pero el mar de Ringil (la lámpara meridional) se convirtió en un gran mar que fluía hacia el nordeste y unía por medio de estrechos los Mares Occidental y Oriental.
     Y la Tierra volvió a romperse en la segunda batalla, cuando Melko fue vencido de nuevo, y no ha dejado de cambiar en el transcurso de muchas edades. Pero el mayor cambio tuvo lugar cuando se destruyó el Primer Proyecto, y la Tierra se redondeó y se separó de Valinor. Esto aconteció en los días del ataque de los Númenóreanos a la tierra de los Dioses, según se dice en las Historias. Y desde aquella época el mundo ha olvidado las cosas que hubo antes, y los nombres y el recuerdo de las tierras y aguas de antaño han desaparecido."

(La formación de la Tierra Media, "El Ambarkanta")
     Una de las descripciones más ilustrativas de este Cambio del Mundo se recoge en El Camino Perdido, quinto volumen de La historia de la Tierra Media:

"Pero Ilúvatar dio poder a los Dioses, y ellos curvaron hacia atrás los bordes de la Tierra Media y la convirtieron en un globo, de modo que por lejos que navegara un hombre no podía llegar jamás de nuevo al Oeste, sino que volvía fatigado al punto de partida. Así pues, las Nuevas Tierras cobraron existencia debajo del Mundo Antiguo, y todas estaban a la misma distancia del centro de la tierra redonda; y hubo una inundación de gran confusión de aguas, y los mares cubrieron lo que antaño estuvo seco, y surgieron tierras donde había habido mares profundos. En ese entonces también el aire pesado rodeó toda la tierra, sobre las aguas, y los manantiales de todas las aguas quedaron aislados de las estrellas."
(El Camino Perdido, "La Caída de Númenor")
     Esta peculiar cosmogonía tiene en verdad graves inconsistencias. La primera es que semejante cataclismo habría sido capaz de destruir Arda completamente; no se puede concebir un cambio tal, en el que el Mundo fue totalmente remodelado, sin que todo "resultase hecho pedazos".
     Pero, además del hundimiento de Númenor y de la pérdida del Reino Bendecido, en los textos sólo se nos habla de inundaciones y cambios que (teniendo en cuenta lo ocurrido) se podrían calificar de poco importantes. En El Hundimiento de Anadûnê se da otra descripción de lo sucedido, muy similar a lo que se dice en el Akallabêth:

"Y en aquel tiempo todas las costas y las regiones marítimas del mundo cambiaron y se arruinaron; porque la Tierra se sacudió con violencia, y los mares invadieron las tierras, y las costas se derrumbaron, y las antiguas islas fueron anegadas, y otras islas se alzaron en el mar, y las montañas cayeron y los ríos se desviaron en extraños cursos."
(La Caída de Númenor, "El Hundimiento de Anadûnê")
     Pero, a pesar de todo, lo cierto es que Arda permaneció.

     Otro problema que conlleva la idea de un mundo como el imaginado por Tolkien es puramente físico: la atracción gravitatoria sería irregular, un objeto pesaría más o menos según en que parte de la superficie de Arda se encontrase (eso también ocurre en nuestra Tierra, pero las variaciones son insignificantes). Este problema se ha intentado solucionar (al menos en parte) imaginando "formas alternativas" para Arda, diferentes a las mostradas en los esquemas de Tolkien.
     Una de esas soluciones es la del casquete esférico (aunque realmente habría que hablar de un sector esférico) propuesta por Ricard Valdivieso ("Adanost") en el artículo citado casi al principio de esta FAQ; pero esta idea adolece de serios problemas de fondo. En primer lugar, la fuerza de la gravedad en la superficie superior de un sector esférico (el casquete) tampoco es uniforme, pues sus puntos no son equidistantes del centro de gravedad (que no es el vértice inferior). Y, en segundo lugar, falta muchísima masa: este modelo de Arda tendría solamente el 16% de la Tierra actual; ¿de dónde salió la que falta? No hay que olvidar que, tras el Cambio del Mundo, siempre se habla de una Arda disminuida, no ampliada.

     Esta teoría también intenta dar explicación a otra aparente incoherencia en el modelo de una Arda plana. En los Cuentos Inconclusos hay un párrafo que sugiere que la superficie de Arda puede ser curva:

"Así fue que una mañana de bello sol y claro viento, en la brillante primavera del año setecientos veinticinco de la Segunda Edad, el hijo del Heredero del Rey de Númenor se hizo a la mar desde tierra; y antes que el día acabara, la vio hundirse resplandeciente en el mar, y último de todos el pico del Meneltarma, como un dedo oscuro sobre la caída de la tarde."
(Cuentos Inconclusos, "Aldarion y Erendis")
     El que el pico del Meneltarma se "hundiese en el mar" significa que había un horizonte, y el que hubiese un horizonte implica que estamos hablando de una superficie curva. Pero claro, ¿cómo de plana era Arda?, ¿plana como una mesa, o tenía alguna curvatura?... difícil cuestión. Quizá Tolkien se olvidó de que "su mundo" era plano (tan acostumbrados estamos a que las cosas se hundan tras el horizonte)... o quizá tenía otras ideas en mente.

     Se dijo antes que la carta en la que Tolkien afirmaba que el mundo primordial era "plano y limitado" era aparentemente definitiva... sólo aparentemente.

     En el libro La Caída de Númenor aparece una asombrosa novedad respecto a lo que se ha visto hasta ahora. Ya en el borrador original de El Hundimiento de Anadûnê nos encontramos con el siguiente texto:

"Y los Avalâi, conscientes de lo que se decía y viendo cómo crecía la nube del mal, se sintieron consternados y visitaron Nûmenôr con menos frecuencia; y los que fueron hablaron severamente a los Eruhil e intentaron instruirlos acerca de la forma y el destino del mundo, diciendo que el mundo era redondo y que si navegaban hacia el Oeste más lejano no conseguirían sino regresar al Este y al punto de partida, y el mundo les parecería una prisión."
(La Caída de Númenor, "El Hundimiento de Anadûnê")
(en el término Avalâi se engloba tanto a Valar como Elfos, mientras que los Eruhil son los Númenóreanos).

     Aquí, por vez primera, desaparece la idea de un mundo plano que se hizo redondo tras la Caida de Númenor.
     Pero si Arda había sido siempre redonda, ¿cómo es que los Númenóreanos, reconocidos marinos, no lo habían descubierto antes? En el segundo texto de El Hundimiento de Anadûnê se cuenta como un día Ar-Pharazôn se preguntaba si no sería posible llegar al Reino Bendecido navegando hacia el este, evitando así la Prohibición de los Valar de navegar hacia el Oeste. Arbazân (Amandil) respondió así al Rey:

"-Es posible. No obstante, nada se nos ha dicho de cuán largo puede ser el cinto. Y tal vez la anchura del mundo sea tan grande que a un hombre le llevaría toda la vida rodearla, si lo consiguiese. Y creo que es cierto que se nos ha permitido, para nuestra salud y protección, vivir más al oeste que a ningún otro mortal, casi a la vista de la tierra de aquellos que nunca mueren; de modo que quien parta de Anadûnê para rodear la Tierra tendrá que atravesar casi toda su cintura. Y aún así es posible que no haya camino en el mar. -Y se ha dicho que sus suposiciones eran acertadas, y que antes de que la forma de las cosas cambiara al este de Anadûnê la tierra se extendía en verdad desde el Norte hasta el Sur más extremo, donde los hielos son infranqueables."
(La Caída de Númenor, "El Hundimiento de Anadûnê")
     Además (y por si esta imposibilidad geográfica de navegar hacia el Este no fuese suficiente) pocos años después los Númenoréanos comenzaron a ser engañados por las mentiras de Sauron, que tras haber sido llevado a Númenor se había convertido en consejero del Rey. Fue él, se dice en este texto, el que dijo que las palabras de los Valar eran falsas, y que el Mundo no era redondo:

"Porque ahora que Zigûr [Sauron] tenía cerca los oídos de los hombres, contradecía con muchos argumentos todo lo que habían enseñado los Avalôi [Valar]. E hizo que los hombres pensaran que el mundo no era un círculo cerrado, sino que había muchos mares y muchas tierras no conquistadas aún, llenas de incontables riquezas. Y si llegaban por fin al extremo de esas tierras, encontrarían más allá la Antigua Oscuridad."
(La Caída de Númenor, "El Hundimiento de Anadûnê")
     En estos textos de El Hundimiento de Anadûnê (escritos alrededor de 1946) el cambio de una Arda originalmente plana a una redonda afecta únicamente a los sucesos relacionados con la Caída de Númenor; pero resulta evidente que un giro tan drástico en la historia obligaba a Tolkien a revisar por entero su legendarium.

     En El Anillo de Morgoth se citan una serie de versiones diferentes del Ainulindalë; una de ellas era la denominada Ainulindalë C* (escrita, parece, en 1948). En este Ainulindalë C* Tolkien escribió "Versión Mundo Redondo", mientras que en el Ainulindalë B escribió "Versión Mundo Plano". La versión C* contenía cambios radicales que afectaban no sólo a la forma del Mundo, sino también a la creación del Sol y la Luna y a la existencia de las Lámparas.
     Tolkien envió estos escritos a la señora Khaterine Farrer, que tras leerlos opinó lo siguiente:

"Me gustan más las versiones de la Tierra Plana. La esperanza del Cielo es lo único que hace tolerable a la moderna astronomía: de otro modo debe haber un Este y un Oeste y unos Muros: metas y alternativas y no un círculo de viajes interminables."
(De una carta de la señora Farrer a Tolkien)
     No se sabe con seguridad si fue por esta opinión, mas lo cierto es que Tolkien revisó la versión C* y escribió una versión C, y luego una D, en las que esos cambios habían desaparecido. Sobre esta "marcha atrás" Christopher Tolkien hace el siguiente comentario:

"Ainulindalë C* fue por tanto un experimento, concebido y compuesto, según parece, antes de la escritura de El Retorno del Rey, y sin duda alguna antes de la finalización de El Señor de los Anillos. Luego lo dejó de lado; pero como se dirá más adelante en este libro, nunca lo olvidó por completo."
(El Anillo de Morgoth, "Ainulindalë")
     Y, ciertamente, Tolkien no lo olvidó. En una carta fechada en 1954 y dirigida a la señora Naomi Mitchison, escribió:

"Tan profunda fue la impresión que hizo en mí la ‘astronomía’, que no creo que pudiera referirme a un mundo plano o concebirlo de ese modo imaginativamente, aunque una Tierra estática con un Sol que gira a su alrededor es más fácil (a la fantasía, si no a la razón)."
(Carta nº 154)
     Tolkien parecía cada vez más convencido de su cosmogonía tenía que ser revisada, y esto donde mejor se aprecia es en esa colección de escritos tardíos que es La transformación de los mitos. De todos estos escritos, el primero es lo suficientemente importante y clarificador acerca de las intenciones de Tolkien como para reproducirlo íntegramente:

"Esto proviene de las versiones más antiguas de la mitología, cuando no pretendía ser más que otra mitología primitiva, aunque más coherente y menos ‘salvaje’. En consecuencia, se trataba de una cosmogonía ‘Tierra Plana’ (siempre mucho más fácil de manejar): la Cuestión de Númenor no existía aún.
     Ahora me resulta evidente que de hecho, en cualquier caso la Mitología debe de ser un asunto ‘de Hombres’. (En realidad los Hombres son los únicos interesados en los Hombres y en las ideas y opiniones de los Hombres.) Los Altos Eldar, o al menos sus escritores y maestros, al vivir y estar tutelados por los seres demiúrgicos, deben de haber sabido ‘la verdad’ (de acuerdo con su medida de entendimiento). Lo que tenemos en el Silmarillion, etc. son tradiciones (especialmente racionalizadas y centradas en actores, como Fëanor) transmitidas por Hombres en Númenor y más tarde en la Tierra Media (Arnor y Gondor); no obstante, ya mucho antes -desde la primera relación de los Dúnedain y los amigos de los Elfos con los Eldar de Beleriand- se mezclaron y confundieron con sus propios mitos humanos e ideas cósmicas.
     En ese punto (reconsiderando las primeras partes cosmogónicas) me sentí inclinado a adherirme a la Tierra Plana y a la tarea astronómicamente absurda de la hechura del Sol y la Luna. Pero no puedes inventar historias de ese tipo cuando vives entre gentes con el mismo fondo imaginativo general, cuando el Sol ‘de verdad’ sube por el Este y desciende por el Oeste, etc. Cuando, no obstante (independientemente de lo poco que sepa o piense la gente sobre astronomía), la creencia general es que vivimos en una isla ‘esférica’ en el ‘Espacio’, no puedes seguir haciéndolo.
     Uno pierde, por supuesto, el impacto dramático de cosas como los primeros ‘encarnados’ caminando en un mundo iluminado por las estrellas, o la llegada de los Altos Elfos a la Tierra Media desplegando los estandartes en la primera subida de la Luna."

(El Anillo de Morgoth, "La transformación de los mitos")
     Este texto, que data -según Christopher Tolkien- de 1958 o algo después, muestra algunos de los profundos cambios previstos por Tolkien, cambios que habrían hecho que la estructura básica de su legendarium "saltase por los aires".
     Pero estos cambios, tal como señala Christopher, nunca llegaron a completarse... ¿y por qué, si Tolkien los consideraba tan importantes?

     Esa pregunta quizá no tenga respuesta.

     Puede que se lo replantease de nuevo, o que no se atreviese a seguir, o que no tuviese tiempo, o fuerzas para continuar. O ninguna de estas cosas.

     Personalmente, creo que se habría perdido gran parte de la poesía intrínseca en una visión del Mundo tan peculiar y tan bien resuelta... aunque las leyes de la Física digan lo contrario. Al igual que a la señora Khaterine Farrer, también a mí "me gustan más las versiones de la Tierra Plana."


© Las FAQ de ElFenómeno, 2002
  

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