Poesías
02 de Agosto de 2003, a las 00:00 - Juan Miguel Sastre (Llélbanor)
Poesía - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]
El Fin de la Eternidad Antigua y fría piel lunar Es tan fina en la guerra banal Como una estocada mortal Que le haga dejar de brillar. Vista que contemplara nacer estrellas Y los primeros brotes en la tierra, Es una negra aureola que se cierra Perdiendo miríadas de cosas bellas. Lágrimas de plata por tu aciaga suerte Cuando se marchitó tu inmortalidad... Perdida el alma en el ciclo de la muerte Llega el fin de la Eternidad... Eco de tu voz en los sauces, Brote de esperanza en el suelo, Murmullo en el río en duelo; Te recordarán por siempre, Como el ave libre Con tu risa en su vuelo.
Consumida Alma en Pena Antaño bueno y luego corrompido Por un oscuro poder. Gateas a la deriva, sin sentido, Sin nada en qué creer. Negra es la voz de tu conciencia Que te incita a pecar; Vives asfixiado en la creencia De que lo podrás recuperar. Encuentra tu mitad buena En el camino de tu redención; Consumida Alma en Pena Que vaga hacia su perdición. Estrellas y Piedras Preciosas Paz entre tierra y mar, Aire entre agua y fuego, Melodía entre ruido y cantar, Nace de la amistad un fuero. Se juntan el Sauce y el roble Dejando en tierra los perjuicios. Nuestros corazones de madera noble, Ante malogrados auspicios, Lucharán juntos hasta el final Purificando con acero y flechas el Mal. Sea amigo, negro tu camino Que a tu lado estaré; Sea aciago nuestro destino Que por ti moriré. A los ojos, de distinta raza; Al alma, de un mismo linaje Que la sociedad caza. Ululan los Árboles Se arremolinan las hojas secas En el torbellino de nuestra ira. Gimen nuestras ramas huecas, Ante la tormenta que se avecina. Volarán las rocas por el cielo En los albores de la tempestad; Contemplarán tus ojos con recelo Como estalla nuestra enemistad. Una marea de desesperación Es el bosque que cobra vida; Con el final de su maldición Yace una crueldad vencida. Ululan los árboles cantando victoria Sobre las cenizas del usurpador. Brotes de primavera emergen con gloria, Donde la Naturaleza demostró su valor.
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