Tar-Ancalimë fue la única hija de Tar-Aldarion y también fue la primera mujer que se hizo cargo del cetro de Númenor (primera Reina Regente de Númenor). Su reinado se extendió durante 205 años, siendo el más largo después del de Elros. Cedió el cetro en el año 1280, cinco años antes de morir.
Por las enseñanzas recibidas de su madre (Erendis), Ancalimë no era nada amiga del matrimonio. Y cuando los pretendientes la comenzaron a perseguir, no sólo por ser la Heredera sino también por su gran belleza, con ayuda de la vieja Zamîn se escondió en una granja cercana a las tierras de Hallatan de Hyarastorni, donde se hacÃa pasar por pastora. En esta época la gente comenzó a llamarla Emerwen Aranel (la Princesa Pastora). Y fue allà donde la encontró Hallacar, haciéndose pasar, a su vez, por un pastor que decÃa llamarse Mámandil. Pero cuando el se le declaró, Ancalimë lo rechazó, alegando que ella sólo podÃa casarse con alguien de la LÃnea de Elros. Entonces Hallacar le contó quien era en realidad, que era hijo de Hallatan y descendiente de Vardamir, pero Ancalimë volvió a rechazarlo, pues estaba enfadada porque él la habÃa engañado.
A raiz de la ley promulgada por su padre según la cual Ancalimë tenÃa derecho al trono, el Consejo estableció que si la heredera permanecÃa soltera debÃa renunciar al trono. A lo que, por otro lado, su padre añadió que el Heredero del Rey debÃa casarse con alguien de la LÃnea de Elros. De esta manera, si Ancalimë no se hubiera casado o no hubiera tenido descendencia, quien heredarÃa el cetro de Númenor serÃa Soronto. Y fue precisamente la pretensión de Soronto al trono el motivo por el cual Ancalimë se casó finalmente con Hallacar.
Una vez que nació su hijo Anárion, la relación de Ancalimë con su marido se deterioró mucho, pues ella era muy orgullosa y obstinada. Tras la muerte de su padre (Tar-Aldarion) en 1098 de la Segunda Edad, Tar-Ancalimë dejó de ayudar a Gil-galad y abandonó todo lo que Aldarion habÃa emprendido.
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