Déagol:
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Sméagol ¡ha picado uno!
¡He pescado uno! Sméagol.
Sméagol:
¡Venga, tira! ¡Tira, tira, tira del sedal!
Sméagol:
¿Déagol?
¡Déagol! Je je je.
Danos
eso, Déagol querido.
Déagol:
¿Por qué?
Sméagol:
Porque es mi cumpleaños y lo queremos.
Mi tesssoro.
Nos
maldijeron. Asesino, asesino, así nos llamaron. Nos maldijeron
y nos desterraron.
Gollum, Gollum. Y nosotros lloramos, tesoro.
Lloramos por vernos tan solos. Vive en el agua, fresca y clara,
tierno y jugoso, nuestro manjar, los ricos peces, nuestro manjar.
Y
olvidamos el sabor del pan. La melodía de los árboles,
la caricia de la brisa. Olvidamos hasta nuestro propio nombre. Mi
tesssoro.
Gollum:
¡Despertad! ¡Despertad! Arriba, dormilones, debemos ir,
sí. Hay que seguir camino.
Sam:
¿Ha conseguido dormir, señor Frodo? Yo he dormido
demasiado. Debe de ser tarde.
Frodo:
No, no es eso. No es mediodía aún. Los días se
oscurecen.
Gollum:
¡Vamos! Irse ahora, no hay tiempo.
Sam:
No antes de que el señor Frodo coma algo.
Gollum:
No hay tiempo que perder, lelo.
Sam:
Tenga.
Frodo:
¿Y para ti?
Sam:
Oh, no tengo hambre y menos aun de pan de lembas.
Frodo:
Sam.
Sam:
Está bien. Ya nos va quedando poco. Hay que andarse con
cuidado o lo gastaremos todo.
Usted cómase eso señor
Frodo. Lo he racionado. Con esto bastará.
Frodo:
¿Para qué?
Sam:
La vuelta a casa.
Gollum:
Vamos hobbits. Muy cerca ya, muy cerca de Mordor. No lugares seguros
aquí. ¡Prisa!
Merry:
Qué rica. No hay duda: es de La Comarca, de Valle Largo
Pippin:
Me siento como si hubiera vuelto al Dragón Verde.
Merry:
El Dragón Verde...
Pippin:
Con una jarra de cerveza en la mano. Con los pies descansando en un
banqueta, tras una dura jornada de trabajo.
Merry:
Y eso que no sabes lo que es una dura jornada de
trabajo.
Bienvenidos, caballeros, a Isengard.
Gimli:
¡Pícaros tunantes! Nos hacéis sufrir una búsqueda
sin tregua y os encontramos festejando y... ¡fumando!
Pippin:
Disfrutando del campo conquistado y gozando de las mieles de la justa
victoria.
El cerdo curado está especialmente delicioso.
Gimli:
Cerdo curado...
Gandalf:
Hobbits.
Merry:
Estamos a las órdenes de Bárbol, que se ha hecho cargo
del gobierno de Isengard.
Bárbol:
Joven maestro Gandalf. ¡Qué grata visita! Tronco y agua,
provisiones y roca puedo controlar, pero hay un mago malvado que
domeñar, encerrado en su torre.
Aragorn:
Muéstrate.
Gandalf:
Sé cauto. Incluso en la derrota, Saruman es pendenciero.
Gimli:
Pues le decapitamos y una problema menos.
Gandalf:
¡No! Le queremos vivo. Necesitamos que hable.
Saruman:
Has librado muchas batallas y arrebatado muchas vidas, Rey Théoden,
y has hecho la paz después. ¿No podemos llegar a un
acuerdo como antaño hicimos, mi viejo amigo? ¿No
sellaremos la paz, tú y yo?
Théoden:
Tendremos la paz. Viviremos en paz, cuando respondas por la quema del
Folde Oeste, y por los niños que yacen muertos en él.
Tendremos la paz, cuando la vida de los soldados cuyos cadáveres
fueron descuartizados y tendidos muertos frente a las puertas de
Cuernavilla, sean vengados. Cuando pendas de una horca, como festín
de tus propios cuervos, tendremos la paz.
Saruman:
Horcas y cuervos. ¡Vejestorio! ¿Qué buscas tú,
Gandalf el Gris? A ver si adivino ¿La llave de Orthanc? ¿Tal
vez la de Barad-Dûr, junto con las coronas de los siete reyes y
las varas de los cinco magos?
Gandalf:
Tu villanía se ha cobrado ya demasiadas vidas. Millares corren
aún ese riesgo. En tus manos está salvarlas, Saruman.
Conoces bien la intención del enemigo.
Saruman:
Ya que has venido a por información, te la facilitaré.
Algo se corrompe en el corazón de la Tierra Media. Algo que tú
no llegas a ver, pero
que el Gran Ojo ha visto. En este instante, aprovecha su ventaja. Su
ataque está pronto. Todos moriréis. Y tú lo
sabes, ¿cierto, Gandalf? ¿No pensarás que este
montaraz se sentará en el trono de Gondor? Este exiliado, hijo
de la sombra, nunca será coronado Rey. Gandalf no tiene
reparos en sacrificar a sus allegados, a ésos por quienes
profesa amor. Dime, ¿qué palabras de consuelo ofreciste
al mediano, antes de enviarle a su perdición? El cometido que
le has asignado sólo conduce a la muerte.
Gimli:
He oído suficiente. Mátale, atraviésale la
garganta.
Gandalf:
No. Baja ahora Saruman y se te perdonará la vida.
Saruman:
Ahórrate tu piedad y tu perdón. ¡De nada me
sirven!
Gandalf:
Saruman. Tu vara está quebrada.
Théoden:
¡Gríma! No tienes que serle fiel. No siempre has sido lo
que eres ahora. Fuiste un hombre de Rohan. Baja.
Saruman:
¿Hombre de Rohan? ¿Qué es la casa de Rohan sino
un hediondo cobertizo donde se embriagan unos cuantos bandidos,
mientras la prole se arrastra por el suelo entre los perros? La
victoria en el Abismo de Helm no te pertenece, Théoden,
domador de caballos. Eres hijo menor de un gran linaje.
Théoden:
Gríma, baja. Vive libre de él.
Saruman:
¿Libre? Jamás será libre.
Gríma:
No.
Saruman:
Quieto ahí.¡Canalla!
Gandalf:
Saruman, fuiste un gran confidente del enemigo, dinos lo que sabes.
Saruman:
Retira tu guardia y te contaré dónde se decidirá
tu perdición. No permitiré seguir prisionero aquí.
Gandalf:
Avisa a nuestros aliados. A cada rincón de la Tierra Media que
aún queda en libertad. El enemigo se acerca. Debemos saber
dónde atacará.
Bárbol:
La herrumbre de Saruman la arrastró la corriente. Los árboles
repoblarán este lugar. Brotes jóvenes silvestres...
Aragorn:
Pippin.
Bárbol:
Mal rayo me parta.
Gandalf:
¡Peregrin Tuk! Yo llevaré eso. Dámelo, rápido.
Théoden:
Esta noche recordamos a aquéllos que dieron su sangre por
defender esta tierra. Salve a los victoriosos caídos.
Rohirrim:
¡Salve!
Éomer:
Sin parar, ni derramar.
Gimli:
Tampoco regurgitar.
Légolas:
¿A ver quien bebe más?
Gimli:
El que quede en pie gana.
Éowyn:
Westu Aragorn hál.
Théoden:
Me alegro por ti. Es un hombre de honor.
Éowyn:
Ambos sois hombres de honor.
Théoden:
No fue Théoden de Rohan quien llevó a su pueblo a la
victoria. Ah, no me hagas caso, eres joven, la noche te pertenece.
Gimli:
Son los enanos, que van nadando con mujercitas peludas.
Legolas:
Siento algo. Un ligero hormigueo en los dedos. Creo que me está
haciendo efecto.
Gimli:
¿Qué dije? ¡No aguanta la bebida!
Legolas:
Se acabó el juego.
Merry
y Pippin:
Podéis
buscar sin cesar,
dejar seca la ciudad,
la mejor cerveza la
hallaréis
en el pueblo que nos vio nacer.
¡El
pueblo que nos vio nacer!
Vuestra cerveza tendréis,
es
la que os dio la suerte,
pero a los valientes les serviréis...
Merry:
¡Pippin!
Merry
y Pippin:
pero a los valientes les serviréis,
¡la
del Dragón Verde!
Gracias, gracias a todos. Muchas
gracias.
Aragorn:
¿Hay noticias de Frodo?
Gandalf:
Ninguna. Nada.
Aragorn:
Hay tiempo. Cada día Frodo está mas cerca de Mordor.
Gandalf:
¿Cómo sabemos eso?
Aragorn:
¿Qué te dice el corazón?
Gandalf:
Que Frodo sigue vivo. Sí, sí, aún vive.
Gollum:
Mucho riesgo, demasiado. Ladrones, ellos nos lo robaron. Mátalos,
mátalos, a los dos, ¡mátalos!
Shhh, silencio.
No los despiertes. No lo eches todo a perder ahora.
Pero ellos
saben, lo saben. Sospechan de nosotros.
¿Qué
insinúas, mi tesoro, mi amor? ¿Sméagol pierde
los nervios?
No, ¡No! ¡Nunca! Sméagol odia a
sucios hobbits y Sméagol los quiere ver... muertos.
Y lo
haremos. Sméagol lo hizo una vez, puede volver a hacerlo. Es
nuestro, nuestro.
Precisamos el tesoro, debemos
recuperarlo.
Paciencia, paciencia mi amor. Primero debemos
llevarlos hasta Ella.
Los llevamos hasta la escalera sinuosa.
Sí,
la escalera ¿y luego?
Arriba, riba, riba, riba, riba,
arriba del todo y luego entraremos en el túnel.
Y una vez
entren, ya no podrán salir. Ella siempre está ansiosa.
Siempre necesita presas. Debe saciarse. Sólo come fétidos
orcos.
Y éstos no tienen buen sabor, ¿verdad,
Tesoro?
No. No están muy ricos, desde luego, mi amor. Se
muere por carne más dulce. Carne hobbit... y cuando escupa los
huesos y las ropas huecas, entonces lo buscaremos.
Y será
para mííí.
Para los dos.
Sí, eso.
Pensaba en los dos.
Gollum, Gollum. El Tesoro volverá a ser
nuestro, cuando los hobbits hayan muerto.
Sam:
Tú, ¡traicionero!
Gollum:
¡No! ¡No! ¡Amo!
Frodo:
¡No, Sam! ¡Déjalo en paz!
Sam:
Lo he oído de su propia boca. ¡Pretende matarnos!
Gollum:
¡Jamás! Sméagol no mataría a una mosca.
¡Aaaah! Ese hobbit seboso odia a Sméagol y se inventa
sucias mentiras.
Sam:
Miserable gusano embustero. ¡Te aplastaré la cabeza!
Frodo:
¡Sam!
Sam:
¿Me llamas mentiroso? Tú eres el que miente.
Frodo:
Si le asustas estamos perdidos.
Sam:
¡Me da igual! No lo haré, señor Frodo. No puedo
esperar a que nos mate.
Frodo:
No pienso dejarle marchar.
Sam:
¿Es que no lo ve? Es un villano.
Frodo:
No podemos hacerlo solos, Sam. No sin un guía. Te necesito a
mi lado.
Sam:
Estoy con usted, señor Frodo.
Frodo:
Lo sé, Sam. Lo se. Pero confía en mi. Ven, Sméagol.
Éowyn:
¿Qué hora es?
Aragorn:
Aún no ha amanecido.
Éowyn:
He soñado que veía una gran ola, elevándose
sobre las colinas y los pastos. Yo permanecía inmóvil.
Al borde del oscuro abismo que se abría a mis pies. Una luz
brilló a mi espalda, pero no pude volverme. Solo podía
quedarme ahí, esperando.
Aragorn:
La noche cambia muchos pensamientos. Duerme, Éowyn. Duerme...
mientras puedas.
Legolas:
Las estrellas se nublan. Algo se inquieta en el este. Una insomne
malicia.
El Ojo del enemigo avanza.
Merry:
¿A dónde vas? Pippin. Pippin. Pippin ¿te has
vuelto loco?
Pippin:
Sólo quiero verlo. Sólo una vez mas.
Merry:
Devuelve eso. Pippin. No. Pippin.
Legolas:
Está aquí.
Sauron:
Te veo.
Merry:
¡Pippin! ¡Ayudadle! ¡Gandalf! ¡Que alguien le
ayude!
Gandalf:
¡Tuk insensato! Mírame.
Pippin:
Gandalf. Perdóname.
Gandalf:
Mírame. ¿Qué has visto?
Pippin:
Un árbol. Había un árbol blanco, en un gran
patio de piedra. Estaba seco. Una ciudad en llamas...
Gandalf:
Minas Tirith. ¿Es eso lo que viste?
Pippin:
He visto... Lo he visto a Él. Oí su voz en mi cabeza.
Gandalf:
¿Y qué le dijiste? ¡Habla!
Pippin:
Quiso saber mi nombre. No se lo dije. Me hizo daño.
Gandalf:
¿Qué le dijiste de Frodo y el Anillo?
No
había mentira en los ojos de Pippin. Insensato, pero honrado a
pesar de ello. Nada le dijo a Sauron de Frodo o del Anillo. Hemos
sido, no obstante, afortunados. Pippin vio en el Palantir un esbozo
del plan enemigo. Sauron avanza para atacar la ciudad de Minas
Tirith. Su derrota en el Abismo de Helm ha demostrado a nuestro
enemigo una cosa: sabe que el heredero de Elendil se ha dado a
conocer, que los Hombres no son tan débiles, que su coraje
sigue intacto. Una fuerza tal vez suficiente para retarle. Sauron
teme esto. No se arriesgará ante los pueblos de la Tierra
Media, unidos bajo una bandera. Reducirá Minas Tirith a
escombros, antes de ver a un Rey recuperar el trono de los Hombres.
Si las almenaras de Gondor se encienden, que Rohan se prepare para la
guerra.
Théoden:
Dime. ¿Por qué cabalgar en ayuda de aquéllos que
no nos la prestaron? ¿Qué debemos a Gondor?
Aragorn:
Yo iré.
Gandalf:
No.
Aragorn:
Deben ser avisados.
Gandalf:
Se les avisará.
Hay que alcanzar Minas Tirith por otra
senda. Sigue el río. Localiza los barcos negros.
Entended
esto. La situación ha emprendido una marcha imparable. Yo
cabalgaré a Minas Tirith. Y no cabalgaré solo.
De
entre todos los entrometidos hobbits, Peregrin Tuk, tú eres el
peor. Corre, corre.
Pippin:
¿A dónde vamos?
Merry:
¿Por qué miraste? ¿Por qué siempre tienes
que fisgar?
Pippin:
No lo sé. No puedo evitarlo.
Merry:
Nunca aprenderás.
Pippin:
Esta bien, lo siento. No volveré a hacerlo.
Merry:
¿Es que no lo entiendes? El Enemigo cree que tú tienes
el Anillo. Ahora irá en tu busca, Pip. Tienen que alejarte de
aquí.
Pippin:
¿Y tú? ¿No vienes conmigo? ¿Merry?
Merry:
¡Vamos!
Pippin:
¿Esta lejos Minas Tirith?
Gandalf:
Tres días a caballo bajo el vuelo de los Nazgûl, y más
nos valga que no sigan nuestra estela.
Merry:
Toma, algo para el camino.
Pippin:
La última hierba de Valle Largo.
Merry:
A tí se te ha acabado. Fumas demasiado, Pip.
Pippin:
Pero... te veré enseguida. ¿Nos veremos?
Merry:
No lo sé. No sé lo que va a pasar.
Pippin:
Merry.
Gandalf:
Corre, Sombragrís, muéstranos lo que es la premura.
Pippin:
¡Merry!
Aragorn:
¡Merry!
Merry:
Siempre ha estado conmigo, allá donde yo fuera, desde que
éramos críos. A veces le he metido en unos líos
tremendos, pero siempre he estado ahí para ayudarle. Ahora se
ha ido, como Frodo y Sam.
Aragorn:
Si algo he aprendido de los Hobbits, es sobre todo sensatez.
Merry:
Insensatez, más bien. Es un Tuk.
Elrond:
Llevadla por el camino más seguro. Hay un barco anclado en los
Puertos Grises. Espera para llevarla a través del mar. El
último viaje de Arwen Undomiel.
Nada
queda aquí para tí. Sólo muerte.
Elfo:
¿Dama Arwen? No hay que demorarse. ¡Mi señora!
Arwen:
Dime qué has visto.
Elrond:
Arwen.
Arwen:
Tienes el don de la premonición. ¿Qué has visto?
Elrond:
He escudriñado tu futuro y en él hay muerte.
Arwen:
Pero también hay vida. ¿Has visto que había un
niño? Has visto a mi hijo.
Elrond:
El futuro se está agotando.
Arwen:
Pero aún es nuestro.
Elrond:
Nada es seguro.
Arwen:
Hay varias cosas que lo son. Si le abandono ahora, me arrepentiré
eternamente. Es la hora.
De las cenizas despertará el
fuego.
La luz brotará de la sombra.
Forjada será
de nuevo la espada de sus pedazos.
El destronado retornará
para ser rey.
Forja la espada de nuevo. Ada.
Elrond:
Tienes las manos frías. La vida de los Eldar te abandona.
Arwen:
Fue mi elección, Ada. Con o sin tu consentimiento. No habrá
barco capaz de alejarme de aquí.
Gandalf:
Acabamos de entrar en la tierra de Gondor.
Minas Tirith, ciudad de
Reyes.
¡Abrid paso!
Pippin:
Es el árbol. ¡Gandalf! ¡Gandalf!
Gandalf:
Sí, el Árbol Blanco de Gondor. El Árbol del Rey.
El señor Denethor no obstante, hace las veces de Rey. Es sólo
su Senescal, un administrador del trono. Ahora atiende: El señor
Denethor es padre de Boromir. Darle la noticia de la muerte de su
hijo amado sería más que imprudente. No menciones a
Frodo, ni al Anillo. Y ni una palabra de Aragorn. Digo más,
mejor no abras esa boca, Peregrin Tuk.
Salve
Denethor, hijo de Ecthelion, señor y senescal de Gondor.
Traigo nuevas en esta hora sombría y también consejo.
Denethor:
Tal vez vengas a explicarme esto. Tal vez tu llegada me aclare por
qué mi hijo ha muerto.
Pippin:
Boromir murió por salvarnos, a mi gente y a mí. Cayó
defendiéndonos de innumerables enemigos.
Gandalf:
¡Pippin!
Pippin:
Os ofrezco mi servicio, por pobre que sea, en pago de esa deuda.
Denethor:
He aquí mi primer mandato para tí: ¿Cómo
es que escapaste y mi hijo no, siendo un varón tan fuerte como
era?
Pippin:
Al hombre mas fuerte puede abatirle una flecha... y Boromir recibió
muchas.
Gandalf:
Levanta. Mi señor, habrá tiempo para dolerse por
Boromir, pero no ahora. La guerra es inminente. El enemigo está
a vuestras puertas. Como senescal debéis defender esta ciudad.
¿Dónde están los ejércitos de Gondor? Aún
contáis con amigos. No estáis solo en esta contienda.
Avisad a Théoden de Rohan. Encended las almenaras.
Denethor:
Te crees sabio Mithrandir y entre tanta sutileza no hay sabiduría.
¿Crees que los ojos de la Torre Blanca no ven nada? He visto
más de lo que sabes. Con tu mano siniestra me usarías
como escudo frente a Mordor, mientras tu diestra intentaría
suplantarme. Sé quién cabalga con Théoden de
Rohan. Sí, ha llegado a mis oídos ese tal Aragorn, hijo
de Arathorn y te digo desde ahora que no rendiré pleitesía
a ese montaraz del norte, el último de un linaje hace tiempo
privado de su señorío.
Gandalf:
No te ha sido otorgada la autoridad de negar el retorno del Rey,
Senescal.
Denethor:
El gobierno de Gondor es mío, ¡y de nadie mas!
Gandalf:
Ven.
Todo se ha tornado en vana ambición. Utilizaría
su dolor como excusa. Mil años lleva aquí esta ciudad y
ahora, a capricho de un demente, está a punto de caer. El
Árbol Blanco, el Árbol del Rey, no volverá a
florecer.
Pippin:
¿Por qué siguen haciendo guardia?
Gandalf:
Hacen guardia porque tienen esperanza. Una tenue y fugaz esperanza en
que algún dia florecerá, en que un Rey llegue y esta
ciudad vuelva a ser lo que fuera antes de su decadencia. Las viejas
enseñanzas del oeste cayeron en el olvido. Los reyes
construyeron tumbas más espléndidas que las casas para
los vivos. Y atesoraban los antiguos nombres de su ascendencia mas
que los de sus propios hijos. Señores sin heredero habitaban
añejos palacetes obnubilados por su heráldica o en
altas torres frías entregados a la astrología. Por eso
el pueblo de Gondor conoció la ruina. El linaje real fracasó.
El Árbol Blanco se secó. El gobierno de Gondor fue
entregado a hombres menores.
Pippin:
Mordor.
Gandalf:
Sí, ahí está. Esta ciudad nunca se ha librado de
la visión de su sombra
Pippin:
Se avecina tormenta.
Gandalf:
No es un fenómeno meteorológico. Es un ardid con el
sello de Sauron. Un manto de vapores para agasajar a su anfitrión.
Los orcos de Mordor detestan la luz del día. Él cubre
la cara del sol para allanarles el sendero que conduce a la guerra.
Cuando la sombra de Mordor alcance esta ciudad, será el fin.
Pippin:
Bueno... Minas Tirith es impresionante. ¿Dónde iremos
después?
Gandalf:
Ya es tarde para eso, Peregrin. No hay salida de esta ciudad. Es
menester que nos ayuden.
Sam:
Debe de ser casi la hora del té. Al menos en los lugares
decentes donde aún exista tal cosa.
Gollum:
No estamos en lugares decentes.
Sam:
¿Señor Frodo? ¿qué pasa?
Frodo:
Es una sensación. Creo que nunca voy a volver.
Sam:
Sí volverá, claro que volverá. Eso es un
pensamiento perverso. Iremos y volveremos, igual que el señor
Bilbo. Ya verá.
Frodo:
Creo que estas tierras fueron parte del reino de Gondor. Hace mucho
tiempo, cuando había un Rey.
Sam:
Señor Frodo, fíjese. El Rey ha recuperado su corona.
Gollum:
Vamos hobbits. No podemos parar ahora, por aquí.
Pippin:
Imagino que esto es una mera cuestión ceremonial. Quiero decir
que... no creo que esperen que entre en batalla. ¿O sí?
Gandalf:
Estás al servicio del Senescal ahora. Harás lo que se
te diga, Peregrin Tuk. Guardián de la ciudadela... Gracias.
Pippin:
Ya no se ven estrellas. ¿Es el momento?
Gandalf:
Sí.
Pippin:
Cuánto silencio.
Gandalf:
Es la calma que precede a la tempestad.
Pippin:
No quiero luchar en una batalla, pero estar al borde de una de la
cual no puedo escapar, es aún peor.
¿Hay alguna
esperanza Gandalf, para Frodo y Sam?
Gandalf:
Nunca ha habido demasiada. Tan sólo la de un necio.
Nuestro
enemigo está listo, con todo su poder reunido. No sólo
orcos, sino hombres también; legiones de Haradrim del sur,
mercenarios de la costa. Todos acudirán a la llamada de
Mordor. Será el fin del Gondor que conocemos. Aquí el
mazazo será mas contundente. Si toman el río, si la
guarnición de Osgiliath cae, la última defensa de esta
ciudad habrá caído.
Pippin:
Pero tenemos al Mago Blanco. Eso contará algo,
¿verdad?
¿Gandalf?
Gandalf:
Sauron está por revelar aún a su más letal
siervo. El que acaudilla los ejércitos de Mordor en la guerra.
Aquél de quien se dice que ningún hombre vivo puede
matar. El Rey Brujo de Angmar. Tú ya le conoces: hirió
a Frodo en la Cima de los Vientos. El señor de los Nazgûl,
el más grande de los Nueve. Minas Morgul es su guarida.
Gollum:
La ciudad muerta. Repugnante paraje repleto de enemigos.
¡Rápido!
¡Prisa! Nos van a ver, nos verán.
Venid, subid aquí.
¡Mirad! La he encontrado, la entrada a Mordor. La escalera
secreta. Subir.
Sam:
¡No! ¡Señor Frodo!
Gollum:
Por ahí no ¡Ah! Pero, ¿qué hace?
Frodo:
Me están llamando.
Gollum:
¡No!
¡Esconder! ¡Esconder!
Frodo:
Me quema su acero. ¡Oh!
Gandalf:
Y al fin llegó la hora. La gran batalla de nuestro tiempo.
Gollum:
Seguidme, Hobbits. Subid, hay que subir ya.
Gandalf:
El tablero está listo. Las piezas se mueven.
Gollum:
Subir, subir, subir escalera arriba y luego...entrar en túnel.
Sam:
¡Eh! ¿Qué hay en ese túnel? Escúchame
bien, escucha con mucha atención. Si le pasa algo a él,
responderé en su lugar. Un atisbo de que algo no va bien, o un
cabello que se me eriza en la nuca y adiós. Muerto el perro,
se acabó la rabia. Te hundiré, ¿entendido? Te
estoy vigilando.
Frodo:
¿De qué hablabas?
Sam:
Nada, aclaraba una cosilla.
Gandalf:
Estimado Peregrin Tuk, hay una misión que cumplir. Otra
oportunidad para un mediano de demostrar su gran valor. No debes
fallarme.
Hombre
de Gondor: Hay demasiado silencio en la otra orilla. Los orcos se han
camuflado. La guarnición parece haberse retirado. Enviamos
gente a Cair Andros. Si los orcos atacan desde el norte, nos
alertarán.
Gothmog:
¡Silencio!
¡Matadle!
Faramir:
No vienen del norte. Al río, rápido, ¡vamos!
Gothmog:
Mas rápido.
Desenvainad.
Gandalf:
Amon Dín.
Gondoriano:
¡La almenara! ¡La almenara de Amon Dín arde!
Gandalf:
La llama de la esperanza.
Aragorn:
¡Las almenaras de Minas Tirith! ¡Las almenaras arden!
Gondor pide auxilio.
Théoden:
Y Rohan responderá. ¡Convoca a los rohirrim!
Acampa
al ejército en el Sagrario. Tantos hombres como encuentres.
Tienes dos días. El tercero cabalgaremos a Gondor, a la
guerra.
Eomer:
¡En marcha! ¡Reúne a los hombres!
Théoden:
¡Gamelin!
Gameling:
Mi señor.
Théoden:
Recorre aprisa la Marca. Alista a todo hombre capaz en el Sagrario.
Gameling:
Sí, señor.
Aragorn:
¿Nos acompañas?
Éowyn:
Sólo hasta el campamento. Es tradición que las mujeres
de la corte despidan a los soldados.
Los hombres han encontrado a
su capitán. Te seguirán a la batalla, incluso a la
muerte. Nos has traído esperanza.
Merry:
Con su venia. Tengo espada. Por favor, acéptela. Le ofrezco
mis servicios, Rey Théoden.
Théoden:
De buen grado acepto. Yo te nombro Meriadoc, escudero de Rohan.
Gimli:
Jinetes. Ya quisiera yo poder alistar a una legión de enanos
armados y mugrientos.
Legolas:
Los tuyos no tendrían porqué entrar en esta guerra.
Pero me temo que la guerra ya ha llegado a sus tierras.
Théoden:
Así pues, será ante los muros de Minas Tirith donde la
maldición de nuestro tiempo se habrá de decidir.
Eomer:
¡Llegada es la hora! ¡Jinetes de Rohan, os ata un
juramento! ¡Dadle ahora cumplimiento! ¡Por el Rey y la
Tierra!
Hombre
de Gondor: ¡Faramir!
La ciudad está perdida. Son
incontenibles.
Faramir:
Salid a campo abierto. Cabalgamos a Minas Tirith.
Gondoriano:
¡Nazgûl!
Faramir:
Replegaos. ¡Retirada a Minas Tirith!
¡Retirada!
¡Retirada!
Gothmog:
La edad de los Hombres termina. El tiempo del Orco ha llegado.
Gondoriano:
¡Hombres a cubierto!
Gondoriano:
¡Póngase a cubierto, mi señor!
Gondoriano:
¡Mithrandir! ¡El jinete blanco!
Gondoriano:¡Tirad!
¡Abrid paso!
Faramir:
¡Mithrandir! Rompieron nuestras defensas, han tomado el puente
y la ribera oeste. Batallones de orcos cruzan el río.
Soldado:
Tal y como el señor Denethor predijo. Tiempo ha que previó
la maldición.
Gandalf:
Y aún así nada se ha hecho.
¿Faramir? Él
no es el primer mediano con el que te has topado...
Faramir:
No.
Pippin:
¿Has visto a Frodo y a Sam?
Gandalf:
¿Dónde? ¿Cuándo?
Faramir:
En Ithilien, no hace ni dos días. Gandalf, siguieron la ruta
del valle de Morgul.
Gandalf:
Que lleva al paso de Cirith Ungol.
Pippin:
¿Qué significa eso? ¿Tan malo es?
Gandalf:
Faramir, cuéntamelo todo. Dime todo lo que sepas.
Denethor:
¿Así es como sirves a tu ciudad? ¿Arriesgándola
a su completa ruina?
Faramir:
Hice lo que juzgué correcto.
Denethor:
¡Lo que tú juzgaste como correcto! Enviaste el Anillo de
Poder a Mordor, ¡en manos de un cescerebrado mediano! Debió
ser traido a la ciudadela y ser puesto a salvo. Oculto, en una oscura
y profunda cámara para no usarlo, hasta llegada la más
acuciante necesidad.
Faramir:
No habría usado el Anillo. No hasta que Minas Tirith estuviera
en ruinas y sólo quedara yo.
Denethor:
Siempre con tu deseo de parecer señorial y cortés, como
los viejos reyes. Boromir no habría olvidado las necesidades
de su padre. Me habría traído ese presente de reyes.
Faramir:
Boromir no habría traido el Anillo. Habría alargado su
mano tratando de cogerlo, habría fracasado.
Denethor:
Nada sabes tú de él.
Faramir:
Se lo habría quedado para él. Y a su regreso, no
reconocerías a tu hijo.
Denethor:
¡Boromir me era leal! ¡No era un aprendiz de mago!
Faramir:
Padre.
Denethor:
Hijo mío.¡Déjame!
Gollum:
¡Cuidado, amo! Cuidado. Muy largo caer. Muy peligrosa la
escalera.
Suba amo, venga a Sméagol.
Sam:
¡Señor Frodo! ¡Aparta, tú! ¡No le
toques!
Gollum:
¿Por qué odia al pobre Sméagol? ¿Qué
le ha hecho Sméagol a el, a ver?
Amo lleva carga muy
pesada. Sméagol sabe. Pesada, muy pesada. El seboso no
entiende. Sméagol cuida del amo. Él lo quiere, lo
necesita, Sméagol lo lee en sus ojos. Muy pronto el vendrá
a pedírselo, ya verá. El seboso se lo arrancará
del cuello en cuanto pueda.
Rey
Brujo: Enviad a todas las legiones. No detengáis el ataque
hasta que la ciudad haya sido tomada. Aniquiladlos.
Gothmog:
Pero, ¿y el mago?
Rey
Brujo: Yo le someteré.
Gondoriano:
¿Y los Jinetes de Théoden?
Gondoriano2:
¿Llegará la tropa de Rohan?
Gondoriano:
¿Mithandir?
Gandalf:
El coraje es la mejor defensa que tienes ahora.
Pippin:
¿Qué estabas pensando Peregrin Tuk? ¿De qué
le serviría un hobbit al gran señor de los hombres?
Faramir:
Ha sido un acierto. Un acto generoso no debería censurarse con
fría reprimenda. Te unirás a la guardia de la Torre.
Pippin:
No pensé que encontraran un atuendo a mi medida.
Faramir:
Perteneció a un muchacho de la ciudad. Un crio imprudente. Que
malgastó horas matando dragones en vez de atender a sus
estudios.
Pippin:
¿Fue tuyo?
Faramir:
Sí, fue mío. Mi padre lo encargó para mi.
Pippin:
Bueno, soy mas alto que tú por entonces. Aunque no es probable
que crezca mucho más, excepto a lo ancho.
Faramir:
Tampoco me sentaba bien. Boromir fue siempre el soldado. Se parecían
mucho él y mi padre. Orgullosos, testarudos, pero fuertes.
Pippin:
Creo que tu fuerza es de otra clase. Y algún día tu
padre llegará a verla.
Pippin:
Juro ser fiel y prestar mis servicios a Gondor. Tanto en la paz como
en la guerra, en la vida y en la muerte, a... a partir de este
momento y hasta que mi señor me libere o la muerte me lleve.
Denethor:
Y no lo he de olvidar. Y he de recompensar lo recibido a cambio.
Fidelidad con amor. Valor con honor. Perjurio con venganza.
No
convendría tan a la ligera abandonar las defensas exteriores.
Defensas que tu hermano dejara antaño intactas.
Faramir:
¿Qué consejo me dáis?
Denethor:
Yo no cedería el río en el Pelennor y el fuerte.
Osgiliath debe retomarse.
Faramir:
Mi señor, Osgiliath esta invadida.
Denethor:
Mucho debe arriesgarse en la guerra. ¿Queda algún
capitán con coraje para cumplir la voluntad de su señor?
Faramir:
Hubiérais deseado que se cambiaran las tornas. Que yo cayera y
Boromir viviese.
Denethor:
Sí. Sin duda alguna.
Faramir:
Ya que perdísteis a Boromir, intentaré hacerlo en su
lugar.
Si regresara, consideradme mejor.
Denethor:
Eso dependerá del modo en que regreses.
Sam:
¿Qué estas tramando? ¿Intentabas huir?
Gollum:
¿Huir? ¿Huir? El hobbit seboso siempre tan amable.
Sméagol muestra caminos secretos que nadie encontraría
y dice "huir" ¡Huir! Muy agradecido, ¡oh, si,
mi tesoro! Muy agradecido, muy agradecido.
Sam:
¡Está bien! Es que me has sobresaltado. ¿Qué
estabas haciendo?
Gollum:
Huir.
Sam:
Vale, no he dicho nada.
Siento despertarle señor Frodo.
Tenemos que ponernos en marcha.
Frodo:
Aun está oscuro.
Sam:
Aquí siempre está oscuro.
¡Oh, no! ¡El
pan élfico!
Frodo:
¿Qué? Es todo lo que tenemos.
Sam:
Ha sido él. Lo comió él.
Gollum:
¿Sméagol? No, no el pobre Sméagol. Sméagol
odia el repugnante pan élfico.
Sam:
Sucio embustero. ¿Qué has hecho con él?
Frodo:
Él lo detesta. No puede haber sido él.
Gollum:
¡Mire! ¿Qué es esto? Hay migajas en su ropa. Ha
sido él. Él lo cogió. Yo lo vi, Siempre llena la
boca cuando amo ni mira.
Sam:
¡Eso es mentira!
Frodo:
¡Sam!
Sam:
Apestoso sucio embustero.
Frodo:
¡Sam!¡Basta!
Sam:
¡Yo le mato!
Frodo:
¡Sam no!
Sam:
Oh, perdón, lo siento. No pensé llegar tan lejos. Me
puse tan, tan furioso. Venga, ahora a descansar un poco.
Frodo:
Yo estoy bien.
Sam:
No, no está bien. Está agotado. Es ese Gollum. Es por
este lugar. Es ese Anillo que lleva al cuello. Yo podría
ayudarle. Podría llevarlo un rato y compartir la carga.
Frodo:
¡Déjame!
Sam:
No quiero quedármelo. Es sólo por ayudar.
Gollum:
¿Ve?¿Ve? Lo quiere para él.
Sam:
¡Cierra la boca tú, lárgate, largo de aquí!
Frodo:
No, Sam. Eres tú. Lo siento Sam.
Sam:
Pero miente. Le ha envenenado contra mí.
Frodo:
Ya no puedes ayudarme.
Sam:
No habla en serio.
Frodo:
Vete a casa.
Gandalf:
¡Faramir! ¡Faramir! La voluntad de tu padre se ha tornado
en demencia. No malgastes tu vida sin reflexionar.
Faramir:
¿A quién debo lealtad sino a él? Esta es la
ciudad de los hombres de Númenor. Gustoso daría mi vida
por su belleza, su memoria, su cultura.
Gandalf:
Tu padre te quiere, Faramir. Tarde o temprano lo recordará.
Denethor:
¿Sabes cantar, maese hobbit?
Pippin:
Pues, sí. O eso es lo que dice mi gente. Pero no tenemos
canciones para grandes palacios en tiempos oscuros.
Denethor:
¿Por qué no iban a ser apropiadas para mi palacio?
Venga, cántame algo.
Pippin:
Un mundo hay,
desde aquí hasta mi hogar,
y hay
tantas sendas por andar.
La sombra la noche traerá
y
las estrellas la prenderán.
Niebla y sombra,
triste
anochecer
pasarán.
Yo seguro lo he de ver.
Soldado1:
¡Mi señor!
Soldado2:
¡Salve a nuestro señor!
Théoden:
Grimbold, ¿hay muchos?
Grimbold:
Unos 500 hombres del Folde Oeste, mi señor.
Soldado3:
Y 300 más de la frontera de los pantanos, Rey Théoden.
Théoden:
¿Y los jinetes del Nevado?
Soldado4:
Ninguno ha llegado, mi señor.
Théoden:
6000 lanceros. Ni la mitad de lo esperado.
Aragorn:
6000 no bastarán para romper las líneas de Mordor.
Théoden:
Vendrán más.
Aragorn:
Cada hora acerca la derrota de Gondor. Cuando amanezca habrá
que partir.
Legolas:
Los caballos se inquietan y los hombres callan.
Éomer:
Les trastorna la sombra de la montaña.
Gimli:
Esa senda de ahí, ¿a donde conduce?
Legolas:
La ruta del Bosque Sombrío, a la puerta bajo la montaña.
Éomer:
Nadie que se haya aventurado ha vuelto. Esa montaña es el mal.
Gimli:
¡Aragorn! Comamos algo.
Éowyn:
Así. Un auténtico escudero de Rohan.
Merry:
Estoy listo. Lo siento. Con esto no hay riesgo. Ni siquiera está
afilada.
Éowyn:
Pues eso no está bien. No matarás muchos orcos con una
hoja mellada. ¡Vamos!
Venga a la herrería, corre.
Éomer:
No deberías animarle.
Éowyn:
Ni tú dudar de él.
Éomer:
No dudo de su corazón, sólo de su largo brazo.
Éowyn:
¿Por qué Merry iba a apartarse? Tiene las mismas ganas
de pelear que tú. ¿Por qué no ha de luchar por
los que quiere?
Éomer:
Sabes tan poco de la guerra como ese hobbit. Cuando el terror le
atenace y la sangre, los gritos y el horror de la batalla le
sobrecojan, ¿crees que estará dispuesto a luchar?
Huirá. Y hará bien en huir. La guerra es feudo de los
hombres, Éowyn.
Arwen:
He elegido una vida mortal.
Ojalá le hubiera visto, una
última vez.
Soldado:
¿Señor? El rey Théoden le espera, mi señor.
Théoden:
Os dejo solos.
Aragorn:
¡Mi señor Elrond!
Elrond:
He venido en nombre de un ser muy querido. Arwen se muere. No logrará
sobrevivir al mal que se propaga en Mordor. El brillo de la Estrella
de la Tarde se apaga. Tanto como el poder de Sauron crece, mengua su
fuerza. La vida de Arwen está ligada ahora al destino del
Anillo. La Sombra se cierne sobre nosotros, Aragorn. El fin ha
llegado.
Aragorn:
Será su fin, no el nuestro.
Elrond:
Cabalgas a la guerra, pero no a la victoria. Sauron ha enviado a sus
tropas a Minas Tirith, ya lo sabes, pero en secreto tiene otro
regimiento que cargará desde el río. Una flota de
barcos corsarios navega desde el sur. Llegaran a la ciudad dentro de
dos días. Sois tan pocos Aragorn. Necesitáis mas
hombres.
Aragorn:
Ya no quedan.
Elrond:
Quedan aquellos que moran en la montaña.
Aragorn:
Malhechores. Traidores. ¿Los llamarías para luchar? No
respetan nada, no responden ante nadie.
Elrond:
Responderán ante el rey de Gondor.
Andúril, la Llama
del Oeste, forjada de los fragmentos de Narsil.
Aragorn:
Sauron no habrá olvidado la espada de Elendil. La que fue
quebrada, retornará a Minas Tirith.
Elrond:
El hombre que la empuñe con poder logrará mandar una
tropa más letal que cualquiera que holle la tierra. Olvida al
montaraz. Ocupa el lugar que te corresponde. Entra en el Bosque
Sombrío. - Ónen i-Estel Edain - (Traigo esperanza al
Hombre).
Aragorn:
-Ú-chebin Estel anim-(No tengo ninguna para mi).
Éowyn:
¿Por qué haces esto? La guerra espera en el Este. No
puedes irte antes de la batalla. No abandones a los hombres.
Aragorn:
Éowyn.
Éowyn:
Te necesitamos.
Aragorn:
¿Por qué has venido?
Éowyn:
¿Tengo que decirlo?
Aragorn:
No es sino la sombra de una ilusión lo que amas. No puedo
darte lo que anhelas. He deseado tu dicha desde el día en que
te vi.
Gimli:
¿Se puede saber qué te propones?
Aragorn:
No esta vez. Ahora debes quedarte, Gimli.
Legolas:
¿No conoces aún la testarudez de los Enanos?
Gimli:
Mas te vale aceptarla. Jovencito, iremos contigo.
Soldado:
¿Donde van?
Soldado:
¿Pero a donde va? No entiendo nada.
Gamelin:
¡Señor Aragorn!
Soldado:
¿Por qué se va justo antes de la batalla?
Gamelin:
Se va porque no hay esperanza.
Théoden:
Se va por obligación.
Soldado:
Escasos somos. Así no derrotaremos a Mordor.
Théoden:
No, así no. Pero les haremos frente en batalla, con lo que
sea.
Théoden:
He dado instrucciones. El pueblo te reconocerá tras mi muerte.
Asume mi trono en el Castillo Dorado. Dirige la defensa de Edoras si
la batalla se tuerce.
Eowyn:
¿Qué otro deber me confiáis, mi señor?
Théoden:
¿Deber? No. Pero que vuelva tu sonrisa. No la congoja por
aquellos cuyo tiempo ha llegado. Vivirás para ver renacer
nuevos días. Sin más desesperanza.
Gimli:
¿Qué ejército se emplazaría en un lugar
así?
Legolas:
Un ejército maldito. Hace tiempo los hombres de las montañas,
prometieron bajo juramento al último rey de Gondor, acudir en
su ayuda y luchar. Pero llegado el momento, cuando Gondor pidió
auxilio, huyeron, perdiéndose en la oscuridad de la montaña.
Isildur los condenó a vagar sin descanso hasta que se
cumpliera su promesa. ¿Quién los sacará de su
gris penumbra? Los Olvidados. El heredero de aquél a quien
profesaron juramento, desde el norte vendrá. La necesidad le
obligará. Atravesará la puerta del Sendero de los
Muertos.
Gimli:
Hasta el mismísimo calor de la sangre arrebata.
Legolas:
Está cerrado. Los que murieron lo construyeron y los muertos
lo guardan. El sendero está cerrado.
Aragorn:
¡Brego!
No temo a la muerte.
Gimli:
Esto sí que es inaudito. Que un Elfo se adentre en la tierra y
un Enano no se atreva. ¡Oh, no! No contarán tal cobardía
de mí.
Théoden:
Hay que ir ligero y veloz. Largo camino queda. Hombre y bestia han de
llegar frescos para luchar.
Los hobbits no están avezados a
la guerra, maese Meriadoc.
Merry:
Mis amigos han ido a la batalla. Me avergonzaría quedarme
atrás.
Théoden:
Son tres días de galope a Minas Tirith. Ninguno de mis jinetes
puede llevarte de fardo.
Merry:
¡Yo quiero luchar!
Théoden:
No añadiré mas.
Éowyn:
Monta conmigo.
Merry:
¡Mi señora!
Éomer:
En formación. ¡En marcha!
Théoden:
¡Cabalgad! ¡Galopad! ¡Galopad hasta Gondor!
Gimli:
¿Qué ves? ¿Qué es lo que ves?
Legolas:
Veo figuras humanas y de caballos.
Gimli:
¿Dónde?
Legolas:
Pálidos estandartes como estelas de nube. Lanzas que se
elevan. Cual espesura invernal en un sudario de bruma. Los muertos la
sujetan. Han sido convocados.
Gimli:
¿Muertos? ¿Convocados? Lo sabía. Pues muy bien,
perfecto. ¡Legolas!
Aragorn:
No miréis abajo.
Rey
de los muertos: ¿Quién osa entrar en mis dominios?
Aragorn:
Aquél a quien seréis leal.
Rey
de los muertos: Los muertos no permiten el paso a los vivos.
Aragorn:
Permitiréis el mío.
Rey
de los muertos: El sendero está cerrado. Fue construido por
aquellos que murieron y los muertos lo guardan.
El sendero está
cerrado. Ahora debes morir.
Aragorn:
Te conmino a cumplir tu juramento.
Rey
de los muertos: Nadie sino el rey de Gondor puede darme órdenes.
La
espada se quebró.
Aragorn:
La han vuelto a forjar. Luchad por nosotros. Recuperad vuestro honor.
¿Qué decís a eso? ¿Qué decís?
Gimli:
Pierdes el tiempo Aragorn. No tuvieron honor en vida, menos ahora en
su muerte.
Aragorn:
Soy heredero de Isildur. Luchad para mí y haré que se
cumpla el juramento. ¡¿Qué decís?!
¡Tenéis
mi palabra! ¡Luchad y yo os liberaré de esta vida en la
muerte! ¿Qué decís?
Gimli:
¡Alto ahí, traidores!
Aragorn:
¡Fuera!¡Legolas! ¡Corred!
Rey
de los muertos: Lucharemos.
Soldado:
¡Abrid las puertas! ¡Rápido!
Soldado:
¡Rápido! ¡Aprisa!
Denethor:
¡Faramir! Tú también no, hijo mío.
Soldado:
Eran menores en número. Nadie quedó con vida.
Gothmog:
Miedo, la ciudad rebosa de miedo. Aliviemos su pesar. Soltad a los
prisioneros.
Orco:
¡Catapulta!
Denethor:
Mis hijos, muertos. El fin de nuestra familia.
Pippin:
Está vivo.
Denethor:
La casa de los Regentes ha fracasado.
Pippin:
¡Necesita medicina, señor!
Denethor:
Mi linaje ha caído.
Pippin:
¡Mi señor!
Denethor:
Rohan nos ha ignorado. Théoden me ha traicionado.
¡Abandonad
los puestos! ¡Huid si queréis vivir!
Gandalf:
Preparáos para la batalla, ¡aprisa! A la muralla,
¡defended las murallas! ¡Retomad posiciones!
Soldado:
¡En formación!
Gandalf:
Enviad a esas bestias al abismo.
Gothmog:
Quedáos donde estáis.
Gandalf:
Todos en sus puestos.
Contenedlos, no cedáis al miedo.
Manteneos firmes. ¡Luchad!
¡A las torres no! ¡Apuntad
a los trolls! ¡Matad a los trolls! ¡Matadlos! ¡Acabad
con ellos!
¡Peregrin Tuk! ¡Vuelve a la ciudadela!
Pippin:
Tú ordenaste luchar.
Gandalf:
¡Aquí no pinta nada un hobbit!
Digno guardián
de la ciudadela. Ahora sube deprisa la colina. ¡Rápido!
Gothmog:
¿Se puede saber qué haces, morralla inutil?
Orco:
La puerta no cede. Es demasiado sólida.
Gothmog:
Vuelve ahí y échala abajo.
Orco:
Nada la derribará.
Gothmog
Grond la derribará. ¡Traed la cabeza de lobo!
Orcos:
¡Grond! ¡Grond!…
Aragorn:
No podréis pasar de aquí. Ninguno entrará en
Gondor.
Corsario:
¿Quién osa negarnos el paso?
Aragorn:
Legolas, lánzale una viso que le roce la oreja.
Gimli:
Apunta bien. Así se dispara, amigo. Te lo advertimos,
prepárate para el abordaje.
Corsario:
¿Abordaje? ¿Vosotros y qué ejército?
Aragorn:
Este ejército.
Gollum:
Ahí dentro.
Frodo:
¿Dónde me has traído?
Gollum:
Amo debe entrar en túnel.
Frodo:
He llegado hasta aquí, pero no sé si me atrevo.
Gollum:
Pero no hay otro camino. Entrar o volver.
Frodo:
No puedo volver.
Frodo:
Ugh, ¿qué es esta peste?
Gollum:
Heces de orco. Orcos entran aquí a veces. ¡Prisa!
Por
aquí. Aquí.
Frodo:
¡Ah! ¿Qué es esto? Es pegajoso.
Gollum:
Ya verá, sí, lo verá.
Frodo:
¿Sméagol? ¡Sméagol! ¡Sméagol!
Oh, Sam.
Galadriel:
Y a tí, Frodo Bolsón, te entrego la luz de Eärendil,
nuestra más preciada estrella. Que ella te ilumine en los
oscuros lugares, cuando las demás luces se apaguen.
Frodo:
-¡Aiya Eärendil, Elenion Ancalima!- ( Salve, Eärendil,
la más brillante de las estrellas.)
Gollum:
Mosca revoltosa, ¿por qué llorará? La araña
te atrapó y de pronto te engulló.
Frodo:
¡No! ¡ No!
Gollum:
Se te escapó, Tesoro. No esta vez, ¡no esta vez!
Frodo:
¡Nooooo!
Gollum:
¡No! No fuimos nosotros, nosotros no. Sméagol nunca
haría daño al Amo, prometimos. Amo debe creernos, fue
el Tesoro, el Tesoro nos obligó a hacerlo.
Frodo:
Tengo que destruirlo, Sméagol. Por el bien de ambos, debo
destruirlo.
Gollum:
¡Nooo!
Frodo:
Lo siento mucho Sam. Lo siento.
Galadriel:
Esta misión, te ha sido encomendada a tí, Frodo de La
Comarca. Y si tú no encuentras la salvación, nadie lo
hará.
Éomer:
Me informan de que Minas Tirith está rodeada. El primer nivel
está en llamas. Por doquier avanzan legiones del enemigo.
Théoden:
El tiempo nos apremia. ¡Preparad la marcha!
Éowyn:
Ten coraje, Merry. Pronto terminará todo.
Merry:
Mi señora, sois leal y valiente y tenéis mucho por lo
que vivir y muchos que os quieren. Sé que es tarde para
echarse atrás. Sé que no hay motivo para la esperanza.
Si fuera caballero de Rohan, capaz de grandes hazañas... pero
no lo soy. Soy un hobbit. Sé que no salvaré la Tierra
Media. Sólo quiero ayudar a mis amigos. A Frodo, a Sam, a
Pippin. Más que nada, desearía volverlos a ver.
Théoden:
¡Preparaos para marchar! ¡Apresuraos! Cabalgaremos de
noche.
Éowyn:
A la batalla.
Pippin:
A la batalla.
Orcos:
Grond, Grond...
Gandalf:
¡A las puertas! ¡Aprisa!
Denethor:
Soy senescal de la casa de Anárion. Así he vivido y así
he de dormir. Gondor está perdida. No hay esperanza para los
hombres. ¿Por qué huyen? Insensatos... Mejor morir
cuanto antes, pues morir debemos. No habrá tumba para Denethor
y Faramir. Ni el largo del sueño de muerte embalsamada. Nos
consumiremos como los gentiles reyes del pasado. Traed leña y
óleo.
Gandalf:
¡Resistid! ¡Resistid!
Sois soldados de Gondor. No
importa lo que atraviese esa puerta. Permaneced en el
puesto.
¡Descarga! ¡Soltad!
Frodo:
¡Uhg!
Sam:
Suéltale, fétida. ¡Suéltale! Jamás
le volverás a tocar. Acabemos con esto.
¡Atrás!
Señor
Frodo. !Oh, no! Frodo. ¡Señor Frodo! Venga, despierte.
No me deje aquí solo, no vaya donde no pueda seguirle. Venga
despierte. No está dormido. Está muerto.
Shagrat:
Aparta de ahí, asqueroso. ¿Qué hay aquí?
Diría que Ella Laraña se ha estado divirtiendo un poco.
Gorbag:
Se ha preparado un suculento aperitivo.
Shagrat:
No. Este no está muerto.
Sam:
¿No está muerto?
Shagrat:
Le clavó su aguijón y le dejó tieso como una
estaca. Luego lo envuelve con su seda, así es como le gusta
comer, sangre fresca.¡Subidle a la torre!
Sam:
Samsagaz estúpido.
Gorbag:
Este despojo despertará en un par de horas.
Shagrat:
Sí, y luego deseará no haber nacido.
Denethor:
La morada de su alma se desmorona. Ya es fuego, ya está en
llamas.
Pippin:
No está muerto. ¡No está muerto! ¡No! ¡No!
¡No! ¡No está muerto!
Denethor:
Adiós Peregrin, hijo de Paladin. Te relevo de mis servicios.
Vete ahora y elige la forma de morir que más te plazca.
Prended el óleo y la leña.
Pippin:
¡Gandalf! ¡Gandalf! ¡¿Dónde está
Gandalf?!
Gandalf:
¡A replegarse! Las defensas han cedido ¡Retroceded! ¡Id
al segundo nivel ¡Sacad a las mujeres y a los niños,
ponedlos a salvo! ¡Replegaos!
Gothmog:
Penetrad en la ciudad. No dejéis vida a vuestro paso.
Gandalf:
¡Luchad, hasta el último aliento! ¡Defended
vuestras vidas!
Pippin:
¡Gandalf! ¡Gandalf! Denethor ha perdido la cabeza. Está
quemando a Faramir vivo.
Gandalf:
¡Sube! ¡Rápido!
¡Vuelve al abismo!
Piérdete en la Nada que os espera a tí y a tu señor.
Rey
Brujo: ¿No reconoces a la muerte cuando la ves, anciano? Es mi
hora.
Pippin:
¡Gandalf!
Rey
Brujo: Has fracasado. El mundo de los hombres caerá.
Éowyn:
Coraje, Merry. Coraje por nuestros amigos.
Gothmog:
Estad alerta, en formación. Picas al frente. Arqueros detrás.
Théoden:
Éomer, forma tus éored en el flanco izquierdo.
Éomer:
Flanco listo.
Théoden:
Gamelin, sigue el pendón del rey hasta el centro. Grimbold,
coloca a tu compañía a la derecha en cuanto superéis
el muro. ¡Avanzad, sin temor a la oscuridad! ¡Luchad,
luchad jinetes de Théoden! Caerán las lanzas, se
quebrarán los escudos, aún restará la espada.
¡Rojo será el día hasta el nacer del sol!
Éowyn:
Pase lo que pase, quédate a mi lado. Yo cuidaré de tí.
Théoden:
¡Cabalgad, galopad, cabalgad hasta la desolación y el
fin del mundo! ¡Muerte!
Rohirrim:
¡Muerte!
Théoden:
¡Muerte!
Rohirrim:
¡Muerte!
Théoden:
¡Muerte!
Èowyn
y Merry: ¡Muerte!
Théoden:
¡Adelante, Eorlingas!
Gothmog:
¡Soltad!
Éomer:
¡Muerte!
Théoden:
¡Cargad!
Gothmog:
¡Soltad a discreción!
Denethor:
Prended fuego a nuestra carne.
Gandalf:
¡Detén esta demencia!
Denethor:
Podrás triunfar en el campo de batalla un día, pero
contra el poder que se levanta desde el Este, no hay victoria. ¡No!
¡No me arrebataréis a mi hijo!
Faramir. ¡Ahhh!
Gandalf:
Descansa en paz, Denethor hijo de Ecthelion.
Éomer:
¡Al frente, conducidlos al río!
Théoden:
¡Poned a salvo la ciudad!
¡Recomponed filas! ¡Rehaced
el frente! ¡Tocad a carga! ¡Atacad de frente! ¡Cargad!
Éowyn:
¡Toma las riendas! ¡Gira a la izquierda! ¡Izquierda!
Eomer:
¡Apuntad a la cabeza!
Théoden:
¡Derribadlos! ¡Hay que derribadlos! ¡Derribadlos!
Éowyn:
¡Merry!
Pippin:
Nunca pensé en este final.
Gandalf:
¿Final? No, el viaje no concluye aquí. La muerte es
sólo otro sendero, que recorreremos todos. El velo gris de
este mundo se levanta y todo se convierte en plateado cristal. Es
entonces, cuando se ve...
Pippin:
¿Qué, Gandalf? ¿Qué se ve?
Gandalf:
La blanca orilla. Y mas allá, la inmensa campiña verde,
tendida ante un fugaz amanecer.
Pippin:
Bueno, eso no está mal.
Gandalf:
No, no desde luego.
Théoden:
¡A mí! ¡Agrupaos! ¡A mí!
Rey
brujo: Deléitate con su carne.
Éowyn:
Te mataré si le tocas.
Rey
brujo: No oses interponerte entre un Nazgûl y su presa.
Orco:
Tarde como siempre, escoria. Aún quedan cabezas que cortar.
Vamos, ratas de cloaca, desembarcad.
Gimli:
Hay multitud para ambos, igual gana el mejor enano.
Rey
brujo: Tú, necio. Ningún hombre puede matarme. Muere
ahora.
Éowyn:
Yo no soy un hombre. ¡Ahhh!
Legolas:
15, 16...
Éowyn:
Merry.
Gimli:
¡29!
Aragorn:
¡Legolas!
Legolas:
33, 34...
Gimli:
¡Ese sólo cuenta como uno! Así que venga, vamos.
Théoden:
Reconozco tu rostro. Éowyn. Mis ojos se nublan.
Éowyn:
No, no, no. Yo voy a salvarte.
Théoden:
Ya lo has hecho. Éowyn, mi cuerpo ya no responde. Debes
dejarme marchar. Vuelvo con mis padres, en cuya poderosa compañía
no he de sentir vergüenza.
Éowyn.
Rey
de los muertos: Libéranos.
Gimli:
Mala idea. Muy a mano nos han venido estos camaradas, a pesar de
estar muertos.
Rey
de los muertos: Nos diste tu palabra.
Aragorn:
Doy vuestro voto por cumplido. Id, id en paz.
Pippin:
Merry.
Éomer:
¡No! ¡No!
Pippin:
¡Merry! ¡Merry! Merry. Mírame, Merry. Soy Pippin.
Merry:
Sabía que me encontrarías.
Pippin:
Sí.
Merry:
¿Me vas a abandonar?
Pippin:
No, Merry. Voy a cuidar de tí.
Gorbag:
¡Eh! Suelta eso. Quiero ese jubón brillante, es mío.
Shagrat:
Será para el gran ojo, como todo lo demás.
Gorbag:
No acato ordenes de una apestosa rata de Morgul.
Shagrat:
Tócame y te atravieso la garganta.
Gorbag:
Esa escoria intentó acuchillarme. ¡Matadle!
Sam:
¡Ah! ¡Aaaaaah! ¡Ésta por Frodo! ¡Ésta
por La Comarca! ¡Y ésa por mi viejo tío!
Orco:
Deja de chillar, rata de estercolero. Te voy a desangrar como a un
gorrino ensartado.
Sam:
No si antes te ensarto a tí.
Frodo:
¡Sam! Oh, Sam cuanto lo siento, perdóname por todo.
Sam:
Voy a sacarle de aquí.
Frodo:
Demasiado tarde. Se acabó, se lo han llevado. Sam, Tienen el
Anillo.
Sam:
Perdone que le diga, pero no. Pensé que le había
perdido, así que lo cogí, sólo para ponerlo a
salvo.
Frodo:
Dámelo. Dame el Anillo Sam. Sam, dame el Anillo.
Debes
entenderlo. El Anillo es mi carga. Te destruirá Sam.
Sam:
Vamos señor Frodo. Más vale que se ponga algo. No puede
recorrer Mordor paseando en cueros.
Hemos
llegado. Hemos llegado a Mordor.
Frodo:
Hay manadas de orcos. No pasaremos desapercibidos. Es él, el
Ojo.
Sam:
Tenemos que entrar ahí, señor Frodo. No hay mas
remedio. Vamos, empecemos por bajar la colina.
Gandalf:
Frodo ha pasado el umbral de mi visión. La oscuridad es más
profunda.
Aragorn:
Si Sauron tuviera el Anillo, ya lo sabríamos.
Gandalf:
Es solo cuestión de tiempo. Ha sufrido una derrota, sí,
pero tras los muros de Mordor el enemigo se reagrupa.
Gimli:
Que no salgan de ahí, que se pudran. ¿Por qué
preocuparse?
Gandalf:
Porque 10.000 orcos ahora se apostan entre Frodo y el Monte del
Destino. Le he enviado a su muerte.
Aragorn:
No. Aún queda esperanza para Frodo. Necesita tiempo y un paso
seguro a través del llano de Gorgoroth. Eso podemos dárselo.
Gimli:
¿Cómo?
Aragorn:
Haciendo que Sauron saque a sus tropas. Vaciando su tierra.
Reuniremos a nuestros ejércitos frente a la puerta negra.
Éomer:
No alcanzaremos la victoria con la fuerza de las armas.
Aragorn:
No para nosotros, pero quizá así Frodo lo consiga, si
mantenemos el Ojo de Sauron fijo en nosotros. Evitar que vea
cualquier otro movimiento.
Legolas:
Distraerle.
Gandalf:
Sauron sospechará de una trampa. No morderá el cebo.
Gimli:
Certeza de muerte, mínima esperanza de éxito, ¿a
que esperamos?
Gandalf:
Sauron sospechará de una trampa, no morderá el cebo.
Aragorn:
Yo creo que sí.
Tiempo
llevas buscándome. Tanto como yo eludiéndote. No más.
He aquí la espada de Elendil.
Éowyn:
La ciudad se ha sumido en el silencio. No hay calor proveniente del
sol. El frío arrecia.
Faramir:
Son las primeras aguas de la primavera. No perdurará esta
oscuridad, no lo creo.
Sam:
Mire, los orcos, se van. ¿Ve, señor Frodo? Algo de
suerte al fin.
Orco:
¡Vamos! ¡Más rápido! ¡Moveos,
cucarachas! ¡ Os voy a despellejar a latigazos! ¡Vamos!
¿Qué os he dicho? ¡En formación! ¡Seguid
en formación! ¡En marcha! ¡Arriba! ¡Vamos,
sanguijuelas! ¡Vosotros dos iréis en primera fila!
¡Moveos! ¡Vamos! ¡En fila! ¡Marchando! A las
puertas, sabandijas, sin parar. ¡Más rápido!
¿No
sabéis lo que es una guerra?
¡Compañía,
alto! ¡Inspección!
Frodo:
Sam, ayúdame.
Sam:
Señor Frodo... Levántese, señor Frodo, póngase
en pie.
Frodo:
Pesa demasiado.
Sam:
Oh, no. ¿Qué hago ahora? ¿Qué hacemos?
Frodo:
Golpéame.
Sam:
¿Qué?
Frodo:
Pégame, Sam, pelea conmigo.
Sam:
Suéltame. ¡A mí nadie me empuja, gusano
asqueroso! ¡ Suéltame!
Orco:
¡Basta de pelea! ¡Basta ya!
Orco2:
Os sacaré las tripas si no calláis a esta chusma.
Frodo:
¡Vete, Sam! ¡Huye!
Orco2:
¡En marcha, puercos!
Orco:
¡Rehaced filas! ¡Volved a la formación,
sanguijuelas! ¡Volved a la fila, babosas!¡Rápido!
Frodo:
No puedo. No puedo con el Anillo, Sam. Es... es demasiado pesado. Es
superior a mis fuerzas.
Sam:
Iremos por ese camino. Lo más recto posible. No tenemos que
llevar lo que no sea imprescindible.
Señor Frodo, mire. Hay
luz y belleza ahí arriba, que ninguna sombra puede tocar.
Sam:
Tome la mía. Quedan unas pocas gotas.
Frodo:
No habrá bastante para el regreso a casa.
Sam:
No creo que vaya a haber tal regreso, señor Frodo.
¡Frodo,
agáchese! ¡Escóndase! ¡Frodo!
Pippin:
¿Dónde estan?
Aragorn:
Convocamos al señor de la Tierra Negra. El peso de la justicia
debe caer sobre él.
Boca
de Sauron: Mi amo, Sauron el Grande, os da la bienvenida. ¿Hay
alguno entre esta chusma con autoridad para tratar conmigo?
Gandalf:
No venimos a hacer tratos con Sauron, desleal y maldito. Dile esto a
tu amo: Los ejércitos de Mordor deben replegarse. Él
abandonará estas tierras para nunca regresar.
Boca
de Sauron: Viejo Barbagrís. Tengo un recuerdo que me muero por
mostrarte.
Pippin:
Frodo. Frodo.
Gandalf:
¡Silencio!
Merry:
¡No!
Gandalf:
¡Silencio!
Boca
de Sauron: El mediano te era muy querido, veo. Sepas que ha sufrido
en extremo a manos de su anfitrión. ¿Quién iba a
imaginar que una criatura tan pequeña soportaría tanto
dolor? Y lo soportó, Gandalf. Desde luego que sí.
¿Quién es ese? ¿El heredero de Isildur? Hace
falta algo más para llegar a Rey que los fragmentos de una
espada élfica.
Gimli:
Supongo que eso concluye la negociación.
Aragorn:
Yo no lo creo. Eso no.
¡Retirada!¡Retirada!
Sam:
Se ha ido, señor Frodo. La luz ha pasado de largo, hacia el
norte. Algo ha captado su atención.
Aragorn:
¡Seguid en posición, hacedles frente! Hijos de Gondor y
de Rohan, mis hermanos. Veo en vuestros ojos el mismo miedo que
encogería mi propio corazón. Pudiera llegar el día
en que el valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a
nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra
comunidad, pero hoy no es ese día. En que una hora de lobos y
escudos rotos rubricarán la consumación de la edad de
los Hombres, pero hoy no es ese día... ¡En este día
lucharemos! Por todo aquello que vuestro corazón ama de esta
buena tierra, ¡os llamo a luchar, Hombres del Oeste!
Gimli:
Nunca imaginé que moriría peleando junto a un elfo.
Legolas:
¿Tampoco peleando junto a un amigo?
Gimli:
Sí. Eso sin dudarlo.
Sam:
¿Se acuerda de La Comarca, señor Frodo? Será
pronto primavera. Los huertos estarán todos en flor y en la
Avellaneda los pájaros tendrán listos sus nidos.
Comenzará la siembra estival de la cebada en los bancales. La
degustación de las primeras fresas con nata. El sabor de las
fresas, ¿lo recuerda?
Frodo:
No, Sam. No recuerdo el sabor de nada. Ni el arrullo del agua, ni el
tacto de la hierba. Me hundo en la oscuridad. Siento que no hay nada
entre la rueda de fuego y yo. Ahora le veo, con los ojos despiertos.
Sam:
Entonces acabemos con él, de una vez por todas. Vamos señor
Frodo. Cargar con el Anillo no podré, pero sí cargar
con usted. ¡Vamos!
Sauron:
Aragorn. Elessar.
Aragorn:
Por Frodo.
Sam:
Mire, señor Frodo. La entrada. Ya casi hemos llegado.
Gollum:
Listos hobbits, han llegado tan alto. No iremos por ese camino. No
haremos daño al Tesoro.
Frodo:
¡Lo juraste! ¡Lo juraste por el Tesoro! ¡Sméagol
lo prometió!
Gollum:
Sméagol mintió.
Sam:
¡Frodo!
Pippin:
Águilas. ¡Las águilas han venido!
Sam:
¡Señor Frodo!
Frodo:
Estoy aquí, Sam.
Sam:
¡Destrúyalo! ¡Vamos! ¡Tírelo!
Arrójelo al fuego. ¿A que está esperando? Sólo
tiene que soltarlo.
Frodo:
El anillo es mío.
Sam:
No, no. ¡Noooo!
Gollum:
¡Sííí! ¡Tesoro, tesoro, tesoro,
tesoro!
Sam:
¡Déme la mano! ¡Coja mi mano! ¡No! No se
suelte. No se suelte. ¡Cójala!
Merry:
¡Frodo! ¡Frodo!
Frodo:
Se ha ido. Ya está.
Sam:
Sí, señor Frodo. Al fin se acabó.
Frodo:
Veo La Comarca. El río Brandivino, Bolsón Cerrado. Los
cohetes de Gandalf. Las luces de la fiesta del Árbol.
Sam:
Rosita Coto, bailando. Llevaba cintas en el pelo. Si me hubiera
podido casar, habría sido con ella. Sólo con ella.
Frodo:
Me alegro de estar contigo, Samsagaz Gamyi, aquí al final de
todas las cosas.
¿Gandalf?
¡Ja, ja, ja!
Merry:
¡Frodo!
Frodo:
¡Gimli!
Gandalf:
Llegan ahora los días del Rey. Bienaventurados sean.
Aragorn:
Este día no pertenece a un solo hombre, sino a todos. Entre
todos, reconstruyamos este mundo, para compartirlo en tiempos de
paz.
- Et Eärello Endorenna utúlien. Sinome maruvan ar
Hildinyar tenn` Amabar-metta - (Del Gran Mar a la Tierra media he
venido. En este lugar voy a permanecer yo y mis herederos, hasta el
final del mundo.)
- hannon le -(gracias)
Vosotros, amigos, no
debéis inclinaros.
Frodo:
Y así fue, el comienzo de la Cuarta Edad de los hombres. La
Comunidad del Anillo, aún eternamente unida por la amistad y
el cariño, llegó a su fin.
Trece meses desde aquel
día en que Gandalf nos enviara a tan largo viaje, nos
descubrimos ante una imagen familiar. Estábamos en casa.
Pippin:
Hola.
Hobbit:
¡Eh, que me tiras la calabaza!
Hobbit:
Lo de siempre, Rosi.
Frodo:
¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida? ¿Cómo
seguir adelante, cuando en tu corazón empiezas a entender que
no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede
enmendar? Aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz.
Sam:
Señor Frodo. ¿Qué pasa?
Frodo:
Hace ya cuatro años del ataque en la Cima de los Vientos y no
ha dejado de doler.
Sam:
"Partida y regreso, la historia de un hobbit, por Bilbo Bolsón".
Y "El Señor de los Anillos, por Frodo Bolsón".
Lo ha terminado.
Frodo:
Aún no, queda espacio para algo más.
Bilbo
me contó un día que las grandes historias nunca
terminan. Que cada uno de nosotros debe coger el relevo de la
narración. Su papel en este relato había concluido. No
habría mas viajes para Bilbo, excepto uno.
Bilbo:
Dímelo otra vez amigo. ¿A dónde vamos?
Frodo:
A los Puertos, Bilbo. Los Elfos te han otorgado un honor especial.
Una plaza en el último barco que zarpa de la Tierra Media.
Bilbo:
Frodo, ¿cabría la posibilidad de volver a ver ese viejo
Anillo? El que te regalé.
Frodo:
Lo siento, tío. Me temo que lo perdí.
Bilbo:
Oh, lástima. Quería acariciarlo por última vez.
Bilbo:
Oh, vaya. He aquí un horizonte nuevo para mí.
Galadriel:
El poder de los Tres Anillos ha terminado, llegó el tiempo de
la hegemonía de los hombres.
Elrond:
-I Aear cân ven na mar.- (El mar nos llama a casa)
Bilbo:
Creo que estoy preparado para otra aventura.
Gandalf:
A más ver, mis valientes hobbits. Mi labor ha concluido. Aquí,
al fin, a la orilla del mar, llega el adiós a nuestra
Compañía. No diré "no lloréis",
pues no todas las lágrimas son amargas.
Es la hora Frodo.
Sam:
¿Qué significa eso?
Frodo:
Quisimos salvar La Comarca, Sam. Y la hemos salvado, pero no para mí.
Sam:
No habla en serio. No puede irse.
Frodo:
Las últimas páginas son para tí, Sam.
Frodo:
Mi querido Sam. No siempre podrás estar partido en dos.
Necesitarás sentirte sano y entero por muchos años.
Tienes tantas cosas de que disfrutar, tanto que vivir y tanto que
hacer. Tu papel en esta historia continúa.
Sam:
Bueno, estoy de vuelta.
|