¿Cómo son los dragones de Tolkien?

19 de Octubre de 2003, a las 00:00 -
Sobre pobladores y demás criaturas de Arda - Preguntas frecuentes (y no tan frecuentes) :: [enlace]Meneame

     ¿Quién era Glorund?

     ¿Glorund tenía patas?

     ¿Fue Scatha el último de los grandes gusanos?

     ¿Qué sabemos de Ancalagon el Negro?

     ¿Cómo era Smaug?

     Además de Smaug, ¿había más dragones en la Tercera Edad?

     ¿Son Dragones y Gusanos el mismo tipo de criaturas?

     Los dragones que atacaron Gondolin, ¿eran máquinas de guerra o criaturas vivas?

     ¿Qué tipo de criaturas son los dragones?


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"[Con referencia a los versos de C.S. Lewis: "We were talking of dragons, Tolkien and I / In a Berkshire bar..." (Hablábamos de dragones, Tolkien y yo / En un bar de Berkshire…) Este breve poema, publicado por primera vez en Rehabilitations (1939), pág. 122, cuenta que un obrero en el bar sostiene haber visto él mismo dragones.]

(...)

"Jack dijo que hubo una conversación sobre dragones una noche y al final se oyó la voz de Brightman que decía: ‘Yo he visto un dragón una vez’. Silencio. ‘¿Dónde ha sido eso?’, se le preguntó. ‘En el Monte de los Olivos’, dijo. Volvió a sumirse en silencio y nunca antes de su muerte explicó lo que quería decir."

(J.R.R. Tolkien, Cartas, carta nº 300)
* * * * *

"Cuando estuvo a solas, Tinúviel cogió el agua y el vino y, sin dejar de cantar una canción muy hechicera, los mezcló y, tras verter la sustancia en el cuenco de oro, comenzó a cantar una canción para el crecimiento y, después de trasvasarla al cuenco de plata, cantó otra canción y en esta canción iba diciendo los nombres de las cosas más altas y más grandes que había en la Tierra: las barbas de los Indravangs, la cola de Krakaras, el cuerpo de Glorund, el tronco de Hirilorn y la espada de Nan, y no olvidó tampoco la cadena Angainu hecha por Aulë y Tulkas ni el cuello del gigante Gilim, y, por último, habló de los más grande y lo más largo, el cabello de Uinen, la dama del mar, que se extiende sobre todas las aguas."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "El cuento de Tinúviel")
     En "El cuento de Tinúviel", que podemos encontrar en El Libro de los Cuentos Perdidos, mientras ésta mezcla vino con agua, canta una canción en la cual va enumerando las cosas más grandes que había en la Tierra, y entre ellas, hace mención a "el cuerpo de Glorund".


¿Quién era Glorund?

"Glorund es el nombre del dragón en El cuento de Turambar (Glaurung en El Silmarillion)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "El cuento de Tinúviel")
     En los primeros escritos de Tolkien, el gran gusano al que se enfrenta Turambar, que conocemos como Glaurung según El Silmarillion publicado, es llamado en primer lugar Glorund en los Cuentos Perdidos II, nombre que será sustituido posteriormente por Glorung y en el "Quenta" y en los "Anales de Beleriand" por Glómund, hasta llegar finalmente a Glaurung, que será su nombre definitivo:

"En la primera versión de E, el Dragón se llamaba Glórung, una variante de Glórund de los Cuentos Perdidos; así pues, la sucesión fue Glórund> Glórung > Glómund> Glaurung."
(La formación de la Tierra Media, "El primer Silmarillion")
[Nota: la tilde en los nombres de Glórund y Glórung aparece y desaparece según en el texto en el que se citen, aunque parece que lo normal es que no la llevasen].

     Como exponente máximo de los grandes gusanos y padre de los dragones, sin lugar a dudas, hay que referirse a Glaurung:

"(...) y también marchaba con ellos un enorme dragón con escamas de bronce bruñido, cuyo aliento era una mezcla de fuego y humo y que se llamaba Glorund."
(El Libro de Los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Nos encontramos aquí ante la primera descripción que tenemos de Glorund. Normalmente, cuando Tolkien se refiere a Glorund (o Glaurung) lo hace denominándolo como ‘gran gusano’, por lo que nos llama la atención que en este texto se le mencione como un ‘dragón’. La explicación a este hecho, la encontramos al acudir al texto original, en el cual se puede leer lo siguiente:

"(…) and a great worm was with them whose scales were polished bronze and whose breath was a mingled fire and smoke, and his name was Glorund."
(Una traducción literal de este texto sería la siguiente: "y un gran gusano estaba con ellos, cuyas escamas eran bronce pulido y cuyo aliento era una mezcla de fuego y humo, y su nombre era Glorund.")

     En el texto original, por lo tanto, se denomina a Glorund como un gran gusano (‘great worm’), y no un como un dragón.
     Por otro lado, tal y como se puede leer en esta misma cita, se nos aporta el dato acerca del color de sus escamas, descritas como "de bronce bruñido", lo que le valió a este gran gusano para que recibiese el apelativo de "el dorado".

     Glorund, como también hemos visto, tiene un aliento de fuego y humo, y es una criatura enorme y muy poderosa, por lo tanto, no es de extrañar que a su paso vaya sembrando la desolación:

"En esa misma época el Foalókë se arrastra por lo espesos bosques dejando a su paso una huella de desolación y así transcurre mucho tiempo, hasta que de pronto un grupo de habitantes de los bosques se cruza con él, que duerme desprevenido entre árboles despedazados. Algunos cayeron abrumados por el venenoso aliento de la bestia y después de eso les dio muerte."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     En este fragmento también podemos comprobar que el aliento de Glorund es venenoso, algo que, como se verá más adelante, también está presente en otros dragones, como sería el Guivre de la tradición francesa.

     En algunos de los textos más tardíos de Tolkien, recopilados en La Guerra de las Joyas, la destrucción que acompaña el paso de Glaurung, como se puede leer en el siguiente fragmento, sigue siendo evidente:

"495 (...) Glaurung el Urolókë [entró en Hithlum e hizo allí mucho daño, y abandonó Dorlómin atravesando las Erydwethrin>] atravesó Anfauglith, y desde allí fue a los valles septentrionales del Sirion e hizo mucho daño, y luego pasó a las sombras de las Erydwethrin / acompañado de un gran ejército de Orcos, y contaminó el Eithil Ivrin. Entonces se dirigió al reino de Nargothrond y quemó la Talath Dirnen, la Planicie Guardada, entre el Narog y el Sirion."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
     Glorund posee, además, tal y como se dice en la historia de Turambar, la facultad de sumir en un hechizo a otros, para lo cual le bastaba sólo con mirar fijamente a los ojos a su víctima; así le sucedió, por ejemplo, a Turambar:

"...pero Túrin era víctima del maleficio del dragón, porque la mirada de la bestia poseía una magia funesta, como la de muchas otras de su especie, y había hecho petrificarse los tendones de Túrin, porque sus ojos no se apartaban de los ojos de Túrin, de modo que su voluntad lo abandonó y no podía moverse si deseaba hacerlo, aunque podía ver y oír."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     En El Simarillion publicado nos encontramos una versión posterior de esta historia, en la cual, además, se nos describen de forma mucho más concreta los ojos de Glaurung: ojos de serpiente, sin duda, capaces de someter a cualquiera ante su voluntad:

"Entonces saltó Túrin y avanzó sobre él, y los filos de Gurthang brillaban como una llama; pero Glaurung paró el golpe y abrió muy grandes los ojos de serpiente y los clavó en Túrin. Sin temor los miró Túrin mientras lanzaba la espada, y enseguida cayó bajo el hechizo de atadura que venía de los ojos sin párpados del dragón y se detuvo inmovilizado."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
     Por lo tanto, Glaurung tiene ojos de serpiente, sin párpados, a través de los cuales puede "hechizar" a quien mire fijamente, haciendo que esta persona quede paralizada, que crea las mentiras que el dragón le cuenta y que olvide, incluso, quién es y cuál es su pasado, como ocurre con Nienor, la hermana de Túrin:

"(...) y al mirar hacia el oeste clavó los ojos en los de Glaurung, cuya cabeza se apoyaba en lo alto de la colina.
     La voluntad de Nienor luchó por un rato con el dragón, pero él mostró el poder que tenía, y enterado de quién era ella la obligó a que fijara los ojos en los suyos, y le impuso un hechizo de completa oscuridad y olvido, de modo que no pudiera recordar nada de lo que le había pasado, ni su propio nombre, ni el nombre de cosa alguna; y por muchos días no le fue posible oír, ni ver, ni moverse libremente. Entonces Glaurung la dejó de pie y sola en Amon Ethir, y regresó a Nargothrond."

(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
     Como se puede ver en el trágico desenlace de esta historia, el "hechizo" lanzado por Glaurung tanto a Túrin como a Nienor, sólo se rompe con la muerte del gran gusano:

"Pero Nienóri se quedó como aturdida y Glorund murió después de decir eso y, con su muerte, el velo de sus maleficios dejó de rodearla y Nienóri volvió a recordar todo nítidamente, incluso lo que había sucedido después de caer presa de la magia del dragón; y su cuerpo se estremeció de horror y de angustia."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Lo dicho en El Libro de los Cuentos Perdidos II, aparece también, con mínimos cambios, en El Silmarillion publicado:

"Entonces Glaurung murió, y el velo de su malicia le fue quitado a Níniel, y recordó los días del pasado."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
     Otro dato que puede resultar interesante acerca de este gran gusano lo podemos encontrar en los Cuentos Inconclusos, donde se nos dice que Glaurung, además de todo lo que hemos podido saber hasta ahora, tenía muy buena vista:

"Pero la mirada de sus ojos fieros era más aguda que las de las águilas, y superaba el largo alcance de la vista de los Elfos."
(Cuentos Inconclusos, "Narn I Hîn Húrin")
     Los textos de los Cuentos Inconclusos nos aportan, así mismo, algunos datos más:

"Así pues, mientras Mablung se deslizaba entre las rocas, tratando de ver si podría cruzar el río que corría alborotado entre las piedras caídas del puente, Glaurung avanzó de pronto con una gran bocanada de fuego, y descendió arrastrándose por la corriente. Hubo entonces un prolongado siseo, y se levantaron unos vastos vapores, y Mablung y los que lo seguían quedaron envueltos en una nube y un hedor inmundo."
(Cuentos Inconclusos, "Narn I Hîn Húrin")
     Aquí se nos confirma que Glaurung lanzaba fuego por sus fauces, y también que es capaz de meterse en el agua, y que, al hacer esto, desprende vapores y un hedor nauseabundo, con el cual provoca, según podemos leer en otros pasajes escritos por Tolkien, el terror en los animales:

"Pero cuando descendieron de la colina a la planicie, un mal viento sopló los vastos vapores sobre ellos, trayendo un hedor que los caballos no soportaron. Cegados por la niebla, y despavoridos por el inmundo olor del Dragón, los caballos se volvieron ingobernables y se precipitaron frenéticos de aquí para allí."
(Cuentos Inconclusos, "Narn I Hîn Húrin")
     Por otro lado, no debemos olvidar otra característica importante relativa a los dragones, tal y como se puede comprobar en el relato acerca de Túrin, Glaurung también habla, y lo hace, según nos comenta Christopher Tolkien en una nota, de una forma especial:

"En las palabras que emplea Glorund ya se puede detectar la extraña manera de expresarse de Glaurung, que en los relatos posteriores habla en tono despectivo, rudo, sagaz, seguro y profundamente perverso, pero la evolución del personaje lo convierte en un ser mucho más maléfico por el hecho de ser más lacónico."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Todo lo visto hasta ahora relaciona a Glaurung con el cuento de Túrin Turambar, pero el caso es que también participó, como una de las criaturas más poderosas que estaban bajo las órdenes de Morgoth, en algunas batallas:

"Aquí Glaurung, el primero de los Urulóki, los dragones de fuego del Norte, salió una noche de las puertas de Angband. Era joven y aún no se había desarrollado del todo (porque larga y lenta es la vida de estos gusanos), pero los Elfos huyeron acobardados hacia Erydwethrin y Dorthonion, y él corrompió los campos de Ardgalen. Entonces Fingon, príncipe de Hithlum, cabalgó hasta el dragón con arqueros montados y lo rodeó con un anillo de rápidos jinetes. Y Glaurung se acobardó a su vez, porque era todavía débil de armadura y no podía soportar los dardos, y huyó de vuelta al infierno y no volvió a salir en mucho tiempo. Pero a Morgoth le disgustaba que Glaurung se hubiera manifestado demasiado pronto, y a su derrota siguió la larga paz de casi doscientos años."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
     Sin embargo, como se ha podido leer en el fragmento anterior, en esta primera salida de Angband, que se produce en el año 260 de la Primera Edad (P.E.), Glaurung aún era demasiado joven, no estaba desarrollado del todo, por lo que tiene que huir ante los arqueros Elfos.

     Glaurung participa también en la Nirnaeth Arnoediad (Las Lágrimas Innumerables) en el año 472 P.E. y en el saqueo de Nargothrond, en el año 495 P.E., como se cuenta en la historia de Turambar, además de haber estado presente, ya en la plenitud de su poder, en la Batalla de la Llama Súbita, la Dagor Bragollach (455 P.E.):

"Se la llama la Dagor Bragollach, la Batalla de la Llama Súbita. Ríos de fuego descendieron de Thangorodrim, y Glaurung, Padre de los Dragones, salió en la plenitud de su poder. Las verdes llanuras de Ardgalen se convirtieron en un gran desierto donde nada crecía; y a partir de entonces se las llamó Anfauglith, la Sed Asfixiante."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
     Finalmente, en el año 499 P.E., Glaurung muere a consecuencia de las heridas inflingidas por Túrin:

"Entonces Turambar se decidió y cobró coraje, y trepó solo por el acantilado y llegó bajo el dragón. Desenvainó a Gurthang, y con todo el poder de su brazo y de su odio la hundió en el blando vientre del Gusano hasta la empuñadura. Pero cuando Glaurung sintió la angustia mortal, gritó, y en su espantoso dolor extremo, levantó el bulto del cuerpo y se arrojó por el precipicio, y allí quedó revolcándose y retorciéndose en agonía. Y lo abrasó todo alrededor, y lo aplastó dejándolo en ruinas, hasta que sus últimos fuegos se apagaron, y murió, y yació inmóvil."
(El Silmarillion, "De Túrin Turambar")
     Sin embargo, aún después de esto, cuando Túrin se acerca para recuperar su espada, Glorund aún mantiene algo de vida y fuerzas suficientes como para volver a clavar su mirada en Túrin y hacer que éste caiga en un desmayo profundo. Finalmente, el gran gusano morirá después de revelarle la identidad olvidada a Níniel (Nienor).

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¿Glorund tenía patas?

Como vimos anteriormente, además de los distintos cambios que sufrió su nombre, tal vez nos podríamos plantear que Tolkien haya realizado algún otro cambio relevante en este gran gusano, pero esta vez nos referimos concretamente a su fisonomía. Si nos fijamos en los primeros textos escritos por Tolkien relativos a Glorund, hay algunas citas que nos llaman la atención:

"Pero el dragón miró con maligna satisfacción el botín y enroscó la cola en torno a él, y ese enorme tesoro de objetos dorados y de oro en bruto que se encontraba junto a las cuevas, en lo alto del río, llegó a ser célebre en todas partes; pero la enorme serpiente dormía a su lado, concibiendo maléficas ideas mientras reflexionaba cómo difundiría sus arteras mentiras y cómo éstas germinarían y se multiplicarían y darían frutos, y de sus narices salían bocanadas de vapor y de humo durante su sueño."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Tal y como hemos podido ver hasta ahora, y como se puede leer en el texto anterior, cuando Tolkien se refiere a Glorund lo hace la mayoría de las veces denominándolo gran gusano o incluso calificándolo de serpiente. Y cuando pensamos en una serpiente o en un gusano, no nos solemos imaginar un ser con extremidades, precisamente... Pero esto no es todo:

"En esa misma época el Foalókë se arrastra por lo espesos bosques dejando a su paso una huella de desolación y así transcurre mucho tiempo (...)"
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")

"Lo que se insinúa con esto es que los dragones alados eran criaturas más desarrolladas que las concebidas originalmente por Morgoth (representadas por Glaurung, el Padre de los Dragones, que sólo se arrastraba)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     En estas citas se nos está diciendo claramente que Glorund se arrastraba, algo que nos resulta difícil de imaginar si este gusano tuviera patas. Pero es aún más curioso si leemos el texto de la última cita en la versión original:

"The suggestion is that winged dragons were a refinement of Morgoth"s original design (embodied in Glaurung, Father of Dragons who went upon his belly)."
     Aquí se da un detalle mucho más significativo al respecto: según lo que se dice en el texto en inglés, Glaurung andaba sobre su vientre ("went upon his belly")... Con este dato cada vez nos acercamos más a la idea que podemos tener acerca de cómo se mueve un gusano o una serpiente. Además, y por si todo lo anterior fuera poco, también nos encontramos con esto:

"Cerca de las colinas se extendía un gran páramo negro y la tierra estaba surcada de profundas huellas que había ido dejando la repulsiva serpiente al arrastrarse."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Según lo que podemos leer aquí, Glorund, al arrastrarse deja huellas en forma de surcos, algo que podemos ver que coincide con las huellas que dejan las serpientes al reptar sobre la arena. Otro dato curioso que aporta esta cita lo encontramos si acudimos a la versión original en inglés:

"Toward the hills a black heath stretched and the lands were scored with the great slots that that loathly worm made in his creeping."
     La palabra "creeping" significa, además de arrastrarse, serpentear, serpear, deslizarse, lo que nos puede llevar, nuevamente, a imaginarnos a Glorund como una serpiente o gusano, carente de patas.

     Por otro lado, en el mismo texto de los Cuentos Perdidos encontramos una cita que, aparentemente, podría rebatir todo esto (y que ya hemos visto con anterioridad):

"(...) y también marchaba con ellos un enorme dragón con escamas de bronce bruñido, cuyo aliento era una mezcla de fuego y humo y que se llamaba Glorund."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Según esto, se dice de forma clara que Glorund marchaba, para lo que, creemos, necesariamente debería estar dotado de patas, pero, casualmente, al comprobar esta cita en inglés, resulta que nos encontramos con lo siguiente:

"and a great worm was with them whose scales were polished bronze and whose breath was a mingled fire and smoke, and his name was Glorund."
(cuya traducción literal sería la siguiente: "y un gran gusano estaba con ellos, cuyas escamas eran bronce pulido y cuyo aliento era fuego y humo mezclado, y su nombre era Glorund")

     Con esto nos queda claro que Tolkien no escribió que Glorund "marchara" con ellos, sino que "estaba" con ellos, por lo que nos parece que sigue existiendo la posibilidad de que este gran gusano no tuviera patas.

     Pero aquí tampoco acaba la cosa... sabemos que Tolkien era un gran conocedor de la mitología, y como tal debió conocer la existencia de dragones o "gusanos" sin patas. Y para eso no tenía que investigar demasiado, pues en la propia tradición inglesa nos encontramos con varios gusanos carentes de extremidades, cuyo exponente máximo y más famoso es el Gusano de Lambton, un ser catalogado como dragón, al que se describe como a una gran serpiente de escamas oscuras, con cabeza de dragón y sin patas. Por otro lado, en la cercana Francia se pueden encontrar dentro de sus tradiciones las leyendas en torno al Guivre, otro dragón denominado como gusano y cuya característica principal era también la de carecer de patas y tener cabeza de dragón rematada por un cuerno, y que, además, poseía un aliento venenoso, algo que ya hemos visto también que Tolkien le adscribía a Glorund.

     Además, otro hecho significativo que encontramos al respecto, es que normalmente, dentro de la mitología, los dragones catalogados como gusanos se consideran dentro del grupo de los "Wurm", donde encajarían el Guivre, el Worm y el Wyrm, y todos estos tipos de dragones carecen de patas y de alas, además de tener apariencia de serpiente.

     Aún así, hay algo que no debemos olvidar: en todo caso, cuando nos planteamos la posibilidad de que Glorund fuera un gusano carente de extremidades, nos estamos refiriendo siempre a una probable primera intención de Tolkien, es decir, estamos hablando del Glorund, del cuento de Turambar y el Foalókë de El Libro de los Cuentos Perdidos II, y en ningún caso nos estamos refiriendo al posterior Glaurung, de quien sabemos, sin lugar a dudas, por las descripciones y por los dibujos que nos da el propio Tolkien, que sí tenía patas.

     En este sentido nos parece de interés mencionar también que Tolkien dibujó a Glorund en el año 1927, y que en este dibujo del gran gusano podemos ver claramente sus extremidades. Pero esto no rebate la teoría que acabamos de exponer, pues habían transcurrido ya casi diez años desde el supuesto Glorund sin patas, tiempo suficiente para que Tolkien ya hubiese cambiado su opinión respecto a la fisonomía del gusano. Lo que sí nos puede resultar, como poco, curioso es el hecho de que Tolkien titula su dibujo "Glorund", nombre que en esa época ya no utilizaba para denominarlo. (Este dibujo, que aparece en el libro Pinturas y dibujos de J.R.R. Tolkien [Minotauro, 1992], lo podéis ver pinchando aquí).

     Sin embargo, lo que está claro, sea cual sea el motivo según el cual Tolkien haya denominado Glorund al dragón dibujado en 1927, (y no Glorung ni Glómund, como lo hacía en los escritos de esta época), es que para Tolkien en el momento de dibujarlo, Glorund ya tenía patas.

     Visto todo esto, ya no parece tan descabellado pensar que la primera intención que pudo tener Tolkien en la época en la que escribió el cuento de Turambar y el Foalókë, haya podido ser la de que Glorund fuera un dragón del tipo de los "Wurm", por lo tanto, una criatura con forma de serpiente y, desde luego, sin patas. Esto podría también esclarecer su denominación como gran gusano, ya que todos estos dragones carentes de extremidades siempre se catalogan como tales. Por lo tanto, y con respecto a la pregunta que nos planteamos al principio, podríamos decir, sin temor a estar equivocándonos demasiado, que no se puede descartar que en la primera concepción que de él tuvo Tolkien, Glorund careciese de patas.

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¿Fue Scatha el último de los grandes gusanos?

Aparte de Glaurung, en El Señor de los Anillos se menciona con nombre propio a otro gran gusano, Scatha, pero sobre el cual, desgraciadamente, apenas podemos encontrar datos. Por un lado, Tolkien se refiere a él en el capítulo "Numerosas separaciones", en concreto cuando Éowyn se despide de Merry, ofreciéndole como regalo un cuerno muy antiguo:

"-Es una reliquia de nuestra casa -dijo Éowyn-. Fue forjado por los Enanos, y formaba parte del botín de Scatha el Gusano. Eorl el Joven lo trajo del Norte."
(El Señor de los Anillos, "Numerosas separaciones")
     Además de aquí, sólo encontramos una mención más a Scatha, en los "Apéndices", donde podemos leer lo siguiente:

"Muchos señores y guerreros, y muchas bellas y valientes mujeres, se nombran en los cantos de Rohan que el Norte todavía recuerda. Frumgar, dicen, era el nombre del capitán que llevó a su pueblo a Éothéod. De su hijo, Fram, cuentan que dio muerte a Scatha, el gran dragón de Ered Mithrin, y la tierra desde entonces se vio libre de grandes gusanos y tuvo paz. De este modo ganó Fram gran riqueza, pero estaba enemistado con los Enanos, que reclamaban el tesoro de Scatha. Fram no quiso cederles ni un centavo, y les envió en cambio los dientes de Scatha, con los que había hecho un collar, diciendo: ‘Joyas como éstas no tendréis de seguro en vuestros tesoros, pues no es fácil conseguirlas’. Dicen algunos que los Enanos dieron muerte a Fram por este insulto. No hubo gran amor entre Éothéod y los Enanos."
(El Señor de los Anillos: "Apéndices")
     Según lo que podemos averiguar de ambos textos, Scatha habitaba en Ered Mithrin y había tomado posesión de otro gran tesoro, y, por lo que se dice en los "Apéndices", fue muerto por Fram, quien posteriormente hizo un collar con sus dientes.

     Sin embargo, el hecho de que Scatha fuera el último de los grandes gusanos, tal y como aparentemente apunta la cita de los "Apéndices" en la versión en nuestro idioma, no parece ser algo que se pueda afirmar de forma clara ya que si acudimos al texto original, nos encontramos con lo siguiente:

"Of his son, Fram, they tell that he slew Scatha, the great dragon of Ered Mithrin, and the land had peace from the long-worms afterwards."
(Y cuya traducción literal podría ser la siguiente: "De su hijo, Fram, cuentan que dio muerte a Scatha, el gran dragón de Ered Mithrin, y la tierra quedó en paz de los largos gusanos en adelante." )

     Por lo tanto, Tolkien no dice en la versión original que la tierra se viera libre de los gusanos, sino que quedó en paz en adelante, es decir que los grandes gusanos no volvieron a perturbar la paz. Y, por otro lado, según el texto, la tierra a la que se refiere es en concreto la de los Eótheod y no la Tierra Media en general.

     Finalmente, no podemos saber de forma definitiva si hubo más grandes gusanos después de Scatha, aunque sí podemos pensar que no fue así, pues los únicos a los que se refiere Tolkien a partir de este momento es a los grandes dragones alados, que según veremos más adelante, para el autor son la evolución de los grandes gusanos.

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¿Qué sabemos de Ancalagon el Negro?

Sobre Ancalagon el Negro poco se nos dice en los textos escritos por Tolkien. Sabemos que era el mayor de los dragones alados y que salió de Angband junto con otros en el último y desesperado intento de Morgoth por vencer a los Valar en la última batalla de la que se llamó Guerra de la Cólera, y en la cual Morgoth fue derrotado.

"Entonces al ver que sus huestes eran aniquiladas y su poder dispersado, Morgoth se amilanó, y no se atrevió él mismo a salir a la batalla. Pero lanzó sobre el enemigo el último ataque desesperado que había previsto, y de los abismos de Angband salieron los dragones alados que habían estado ocultos hasta entonces; y tan súbita y ruinosa fue la embestida de la terrible flota, que el ejército de los Valar retrocedió, porque los dragones venían junto con grandes truenos y relámpagos, y una tormenta de fuego.
     Pero llegó Eärendil, brillando con una llama blanca, y alrededor de Vingilot estaban reunidas todas las grandes aves del cielo, y las capitaneaba Thorondor, y hubo una batalla en el aire todo el día y a lo largo de una noche de duda. Antes de salir el sol, Eärendil mató a Ancalagon el Negro, el más poderoso del ejército de los dragones, y lo arrojó del cielo; y cayó sobre las torres de Thangorodrim, que se quebraron junto con él. Entonces salió el sol, y el ejército de los Valar prevaleció, y casi todos los dragones quedaron destruidos; y todos los fosos de Morgoth quedaron desmoronados y sin techo, y el poder de los Valar descendió a las profundidades de la tierra."

(El Silmarillion, "Del viaje de Eärendil y la Guerra de la Colera")
     Si acudimos al "Índice de nombres" de El Silmarillion, vemos que con referencia a Ancalagon únicamente se nos dice lo siguiente:

"El más grande de los dragones alados de Morgoth, destruido por Earëndil."
     Lamentablemente, pocos datos más podemos encontrar sobre Ancalagon, ya que, si bien es mencionado en textos anteriores que podemos encontrar en la Historia de la Tierra Media, éstos no nos aportan mucho más de lo que podemos encontrar en el Silmarillion publicado.

     Por lo tanto, poco o casi nada sabemos de Ancalagon el Negro, aparte de que era el más grande y poderoso de los dragones alados, que estaba oculto en Angband junto con otros de su especie, y que salió de allí para participar en esta última batalla de la Guerra de la Cólera junto con otros dragones alados.
     Y el caso es que aquí aparece un nuevo problema: cuando fue derribado por Eärendil, ¿cómo pudo Ancalagon destruir Thangorodrim, "las más poderosas de las torres de la Tierra Media"? Cierto es que se dice que era "el más grande de los dragones alados", pero para derribar las Torres Tonantes su tamaño tendría que haber sido colosal, podría decirse que absurdamente grande. Hay otra posibilidad, y es que a su gran tamaño se uniese una gran velocidad cuando impactó contra las torres; quizá el combate con Eärendil tuvo lugar a una altura enorme, y Ancalagon, cuando se estampó contra Thangorodrim, era poco menos que un meteorito alado. Y claro, no hay que olvidar una última posibilidad: Morgoth quiso levantar él mismo Thangorodrim, en lugar de encargarle el trabajo a una buena empresa constructora; se limitó a acumular escorias y cenizas, sin razón ni medida, y lo único que consiguió fue una chapuza que al más mínimo golpecito de un dragón se vino abajo.

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¿Cómo era Smaug?

"Allí yacía, un enorme dragón aureorojizo, que dormía profundamente; de las fauces y narices le salía un ronquido, e hilachas de humo, pero los fuegos eran apenas unas brasas llameantes. Debajo del cuerpo y las patas y la larga cola enroscada, y todo alrededor, extendiéndose lejos por los suelos invisibles, había incontables pilas de preciosos objetos, oro labrado y sin labrar, gemas y joyas, y plata que la luz teñía de rojo. Smaug yacía, con las alas plegadas como un inmenso murciélago, medio vuelto de costado, de modo que el hobbit alcanzaba a verle la parte inferior, y el vientre largo y pálido incrustado con gemas y fragmentos de oro de tanto estar acostado en ese lecho valioso."
(El Hobbit, "En el umbral")
     Smaug, otro de los "famosos" dragones alados de Tolkien, es uno de los personajes con los que nos encontramos en El Hobbit, el guardián del tesoro al que se enfrentan Bilbo y sus compañeros Enanos. Según se puede leer en el fragmento citado, Smaug era de color dorado-rojizo, algo similar, seguramente, al color de Glaurung, era capaz de expulsar fuego por sus fauces, y, al igual que vimos que ocurría con el gran gusano, le gustaba dormir con la cola enroscada sobre un tesoro.

     Al hablarnos de Smaug en El Hobbit, Tolkien nos aporta algunos datos más respecto a los dragones, como, por ejemplo, que éstos tienen un gran sentido del olfato, y que son capaces de dormir con un ojo entornado, por lo que es difícil sorprenderlos aún cuando supuestamente están descansando:

"Había olvidado el sentido del olfato de los dragones, o quizá nadie se lo había dicho antes. Un detalle que también conviene tener en cuenta es que pueden dormir con un ojo entornado, si tiene algún recelo."
(El Hobbit, "Información secreta")
     Otro dato que tal vez pueda resultarnos de interés, y que se nos aporta en El Hobbit, es que los dragones se criaban en una zona concreta, en el Brezal Marchito (o Brezal Seco, una región en las vertiente oriental de las Ered Mithrin, al norte de Erebor), según podemos averiguar a través de las palabras que pronuncia Thorin mientras observan el mapa hecho por Thrór sobre la Montaña donde se encuentra el tesoro guardado por el dragón:

"Recuerdo la Montaña muy bien, así como las tierras que hay por allí. Y sé dónde está el Bosque Negro, y el Brezal Marchito, donde se crían los grandes dragones."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
     Un poco más adelante, en ese mismo capítulo, en el relato que Thorin Escudo de Roble hace acerca de la llegada de Smaug a la Montaña, podemos encontrar varios datos más de interés acerca de Smaug y los dragones en general:

"Por aquellos días había muchos dragones en el Norte, y es posible que el oro empezara a escasear allá arriba, con enanos que huían al Sur o eran asesinados, y la devastación general y la destrucción que los dragones provocaban y que iba en aumento. Había un gusano que era muy ambicioso, fuerte y malvado, llamado Smaug. Un día echó a volar y llegó al Sur. Lo primero que oímos fue un ruido como de un huracán que venía del norte, y los pinos en la Montaña crujían y rechinaban con el viento. Algunos de los enanos que en ese momento estábamos fuera (...), bien, vimos desde bastante lejos al dragón que se posaba en nuestra montaña en un remolino de fuego. Luego bajó por las laderas, y los bosques empezaron a arder. Ya para entonces todas las campanas repicaban en Valle y los guerreros se armaban. Los enanos salieron corriendo por la puerta grande; pero allí estaba el dragón esperándolos. Nadie escapó por ese lado. El río se transformó en vapor y una niebla cayó sobre ellos y acabó con la mayoría de los guerreros: la triste historia de siempre, sólo que en aquellos días era demasiado común. Luego retrocedió, arrastrándose a través de la Puerta Principal, y destrozó todos los salones, aceras, túneles, callejuelas, bodegas, mansiones y pasadizos. Después de eso no quedó enano vivo dentro, y el dragón se apoderó de todas las riquezas. Quizá, pues es costumbre entre los dragones, haya apilado todo en un gran montón muy adentro y duerma sobre el tesoro utilizándolo como cama. Más tarde empezó a salir de vez en cuando arrastrándose por la puerta grande y llegaba a Valle de noche, y se llevaba gente, especialmente doncellas, para comerlas en la cueva, hasta que Valle quedó arruinada y toda la gente murió o huyó. Lo que pasa allí ahora no lo sé con certeza, pero no creo que nadie viva hoy entre la Montaña y la orilla opuesta del Lago Largo."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
     Por un lado, según relata Thorin, podemos saber que en el norte hubo una época en la que había muchos dragones, que estaban provocando una gran devastación. Según este relato, uno de ellos, Smaug, llegó a la zona de la Montaña acompañado de un ruido atronador y arrojando fuego, quemando lo que encontraba a su paso, lo que, hasta cierto punto nos puede parecer similar a lo que Tolkien describirá respecto a la aparición de Ancalagon y los demás dragones alados en la Guerra de la Cólera.

     Por otro lado, y según este mismo texto, sabemos que los dragones, aparte de destruir y quemar todo lo que se encuentran a su paso, tienen unos repulsivos hábitos alimenticios: además de comerse a los poneys de Bilbo y compañía, se alimentan de gente, incluyendo a doncellas (algo, por otra parte, muy típico en las leyendas populares), que se llevan a las cuevas. Esto lo podemos ver confirmado, además, en este otro fragmento:

"Cinco pies de altura y tres pasan con holgura, dicen las runas, pero Smaug no podría arrastrarse por un agujero de ese tamaño, ni siquiera cuando era un dragón joven, y menos después de haber devorado tantos enanos y hombres de Valle."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
     Por último, en El Hobbit se nos confirma que los dragones tienen un punto débil, tal y como pudimos ver con Glaurung:

"-Siempre entendí -dijo Bilbo en un asustado chillido- que los dragones son más blandos por debajo, especialmente en esa región del... pecho; pero sin duda alguien tan fortificado ya lo habrá tenido en cuenta."
(El Hobbit, "Información secreta")
     Como hemos podido leer acerca de Glaurung, Túrin le infligió heridas graves al gran gusano clavándole la espada en el vientre. Pero Smaug había tomado una precaución al respecto, tenía el pecho acorazado con las gemas del tesoro:

"-Tu información es anticuada -espetó-. Estoy acorazado por arriba y por abajo con escamas de hierro y gemas duras. Ninguna hoja puede penetrarme."
(El Hobbit, "Información secreta")
     Sin embargo, Bilbo pudo observar que Smaug, tenía un hueco sin cubrir de gemas, que es por donde finalmente consiguen acabar con el dragón, gracias a una flecha certera de Bardo:

"El dragón descendió de nuevo, más bajo que nunca, y cuando volvió y se precipitaba sobre Bardo, el vientre blanco resplandeció, con fuegos chispeantes de gemas a la luz de la luna. Pero no en un punto. El gran arco chasqueó. La flecha negra voló directa desde la cuerda, directa al hueco del pecho izquierdo, donde nacía la pata delantera extendida ahora. En ese hueco se hundió la flecha, y allí desapareció, punta, astil y pluma, tan fiero había sido el tiro. Con un chillido que ensordeció a hombres, derribó árboles y desmenuzó piedras, Smaug saltó disparado en el aire, y se precipitó a tierra desde las alturas. Cayó estrellándose en medio de la ciudad. Los últimos movimientos de agonía lo redujeron a chispas y resplandores. El lago rugió. Un vapor inmenso se elevó, blanco en la repentina oscuridad bajo la luna. Hubo un siseo y un borboteante remolino, y luego silencio. Y ese fue el fin de Smaug y de Esgaroth, pero no de Bardo."
(El Hobbit, "Fuego y agua")
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Además de Smaug, ¿había más dragones en la Tercera Edad?

Por lo que hemos visto antes, Scatha pudo haber sido el último de los grandes gusanos, pero no por ello podemos decir que fuera también el último de los dragones, ya que, aparte de Smaug en algunos de los textos escritos por Tolkien y que podemos encontrar en los libros que componen la Historia de la Tierra Media, nos encontramos, por ejemplo, con lo siguiente:

"Se celebra el juicio de los Dioses. La tierra será para los Hombres, y los Elfos que no naveguen con rumbo a la Isla Solitaria o a Valinor se marchitarán y decaerán lentamente. Durante un tiempo los últimos dragones y Orcos afligirán la tierra, pero al final todos perecerán gracias al valor de los Hombres."
(La formación de la Tierra Media, "El Primer ‘Silmarillion’")

"Por un tiempo otros males que había planeado o alimentado siguieron operando, aunque él no estaba; y los Orcos y los Dragones, que se criaban de nuevo en lugares oscuros, se convirtieron en nombres de terror, y llevaban a cabo malvadas acciones, como hacen aún en algunas regiones; pero antes del Fin todos perecerán."
(El Camino Perdido, "Quenta Silmarillion")
     Según lo que podemos leer claramente en ambos textos escritos por Tolkien en diferentes momentos, habrá dragones hasta el final, lo que, además, podemos ver confirmado, de forma definitiva en una de sus cartas. La pregunta que aquí se plantea, o una muy parecida, debió de ser la que la escritora Naomi Mitchison le hizo a Tolkien ya en 1954, meses antes de la publicación de "La Comunidad del Anillo" (la señora Mitchison había leído algunas pruebas de los dos primeros volúmenes). La respuesta de Tolkien fue clara:

"Los dragones. No se han detenido, pues permanecieron activos en épocas muy posteriores, cercanas a la nuestra. ¿He dicho algo que sugiriera el final de los dragones? Si es así, debe cambiarse. El único pasaje que se me ocurre es el del Vol. I, página 90: ‘...pero no hay ahora ningún dragón que tenga ese fuego’. Pero eso implica, me parece, que hay todavía dragones, aunque no en plena estatura primitiva."
(J.R.R. Tolkien: Cartas, carta nº 153)
     Sí que había por lo tanto otros dragones en la Tercera Edad, aunque no tan poderosos como los de antaño. Y no sólo eso; Tolkien llega a afirmar que existieron hasta épocas "muy cercanas a la nuestra", y que incluso le parecía que "hay todavía dragones". Bueno, vayan ustedes a saber... cosas más raras se han visto.

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¿Son Dragones y Gusanos el mismo tipo de criaturas?

Los dragones son criaturas que encontramos recurrentemente en la mitología y en los cuentos y, como hemos visto, están también presentes en la obra de Tolkien. En la creación mitológica de Tolkien para la Tierra Media aparecen distintos tipos de dragones, por un lado los alados como podría ser Ancalagon El Negro (de El Silmarillion) o Smaug (de El Hobbit) y que según su autor serían una evolución de los grandes gusanos o dragones sin alas cuyo representante por excelencia sería Glaurung.

     En los escritos en los que Tolkien esboza por primera vez sus dragones, es decir, en El Libro de los Cuentos Perdidos, cuyos textos fueron redactados entre 1917 y 1919, podemos encontrar la primera explicación concreta de Tolkien sobre los gusanos y los dragones:

"Ahora bien, esos dragones son las criaturas más malvadas que ha creado Melko y las mas extrañas, pero son las más poderosas, sólo con la excepción de los Balrogs. Son extremadamente astutas y sabias y, por ese motivo, desde antaño se ha dicho entre los Hombres que quien llegue a probar el corazón de un dragón conocerá todas las lenguas de los Dioses y de los Hombres, de los pájaros y de los animales y que sus oídos oirán los susurros de los Valar o de Melko como nunca antes. Muy pocos han logrado realizar una hazaña tan extraordinaria como dar la muerte a un dragón y ni siquiera esos valientes pueden probar su sangre y seguir con vida, porque es como un veneno ardiente que da muerte a todo aquel que no tenga una fuerza similar a la de los Dioses. Como quiera que sea, al igual que su amo, estas bestias asquerosas adoran los engaños y anhelan con gran ardor poseer oro y otros objetos preciosos, aunque no los usen ni se deleiten con ellos."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Y aunque, como podemos observar en este párrafo, se habla de dragones, podemos comprobar, si acudimos al texto en su versión original, que Tolkien habla de dragones y gusanos:

"Now those drakes and worms are the evillest creatures that Melko has made (…)"
     La traducción literal de este fragmento sería la siguiente: "Ahora bien, esos dragones y gusanos son las criaturas más malvadas que Melko ha hecho"; por lo tanto, en esta cita, Tolkien se estaba refiriendo a los dragones y a los gusanos, no sólo a los dragones.

     Por otro lado, este fragmento resulta altamente interesante, pues en él podemos observar las características comunes con las que Tolkien quiere dotar a los dragones y los gusanos: son criaturas muy poderosas, solamente superadas por los Balrogs, son muy astutos y sabios, les gusta engañar y les encanta poseer tesoros (algo que podemos ver también, por ejemplo, en El Hobbit, con Smaug y que en este cuento de Turambar queda también patente con respecto a Glaurung). Además, matar a un dragón es, como suele ocurrir en la mayoría de cuentos e historias de dragones, una hazaña sólo digna de grandes héroes.

     En el mismo libro nos encontramos con un comentario de Christopher Tolkien respecto a este fragmento, en el que nos apunta lo siguiente:

"El pasaje en el que se describen las características de los dragones es muy interesante: se dice que tienen una sabiduría perversa, que les complacen las mentiras y el oro ‘aunque no lo(s) usen ni se deleiten con (él)’ y que los Hombres pueden llegar a comprender todas las lenguas si comen el corazón de un dragón (lo que evidentemente es una referencia a un personaje de la leyenda nórdica de los Edda, Sigurd Fafnisbane, que recibe el don de comprender el lenguaje de los pájaros, don que le resulta muy valioso, después de comerse el corazón del dragón Fafnir guisado en un asador)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Por lo tanto, vemos que Tolkien, para sus dragones, busca paralelismos en otras leyendas, en este caso en una nórdica. Sin embargo, también hay que decir que no volvemos a encontrar en los posteriores escritos de Tolkien referencias a este hecho.

     También, y como nos recuerda Christopher, a los dragones de Tolkien les encantan los tesoros, y si tienen la oportunidad, suelen dormir sobre el montón de oro, idea que ya está presente en Glorund:

"Pero el dragón miró con maligna satisfacción el botín y enroscó la cola en torno a él, y ese enorme tesoro de objetos dorados y de oro en bruto que se encontraba junto a las cuevas, en lo alto del río, llegó a ser célebre en todas partes; pero la enorme serpiente dormía a su lado, concibiendo maléficas ideas mientras reflexionaba cómo difundiría sus arteras mentiras y cómo éstas germinarían y se multiplicarían y darían frutos, y de sus narices salían bocanadas de vapor y de humo durante su sueño."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Tanto a los grandes gusanos como a los dragones alados les gusta dormir sobre sus tesoros... al menos en esto, Glaurung y Smaug tenían los mismos gustos.

     Por otro lado, en El Señor de los Anillos encontramos otro dato interesante respecto a los dragones:

"Se ha dicho que el fuego de los dragones podía fundir y consumir los Anillos de Poder, pero no hay ahora ningún dragón que tenga ese fuego; ni siquiera Ancalagon el Negro podría dañar el Anillo Único, el Anillo Soberano, pues fue fabricado por el mismo Sauron."
(El Señor de los Anillos, "La sombra del pasado")
     Esta idea de que el fuego de los dragones puede fundir los Anillos de Poder, ya aparece esbozada en la Historia de "El Señor de los Anillos", y la vemos confirmada en el caso de los Anillos de los Enanos, ya que cuatro de ellos fueron devoradas por los dragones:

"Los reyes Enanos poseían siete, de los cuales pudo recuperar tres, los otros los devoraron los dragones."
(El Señor de los Anillos, "La sombra del pasado")
     Estas serían, por tanto, las características comunes de los gusanos y los dragones, pero, ¿en qué se diferencian? También en El Libro de Los Cuentos Perdidos, nos encontramos, este interesante fragmento:

"Melko ha arrojado muchos dragones contra el mundo y algunos de ellos son más fuertes que otros. Los más débiles -inmensos en comparación con los Hombres de ese entonces- son fríos como las víboras y las serpientes y muchos de ellos tienen alas y se desplazan con gran rapidez y estrépito, pero los más fuertes tienen la sangre caliente y son muy pesados y avanzan lentamente y arrojan llamaradas y entre sus escamas surgen lenguas de fuego, y ninguna criatura los supera en codicia y avidez y maléficos ardides; y así era el Foalókë, cuyo ardor convertía todos sus refugios en yermos desolados."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Según este escrito, queda claro que para Tolkien existen distintos tipos de dragones, que se diferencian por su tamaño, en si tienen o no la sangre caliente, o en si tienen o no alas... Normalmente, solemos pensar que la distinción que hace Tolkien entre los gusanos y los dragones podría ser la siguiente: por un lado estarían los dragones que tendrían alas, mientras que, por otro, tendríamos a los gusanos, sin alas.

     Sin embargo, tampoco esto es algo que se pueda afirmar de forma clara, ya que, como vemos, en el mismo texto se nos dice que muchos de los dragones de sangre fría tienen alas, pero no dice que las tengan todos. Esto nos lo confirma también Christopher Tolkien en una nota al final del cuento sobre Turambar y el Foalókë:

"En cambio, según El cuento de Turambar (pág.126), Melko tenía muchos dragones, algunos de los cuales eran más pequeños y fríos como serpientes, y muchos de ellos eran criaturas aladas mientras que otros, los más poderosos, eran dragones lerdos y de sangre caliente que arrojaban fuego y no tenían alas."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Por otro lado, en El Hobbit, al referirse a Smaug, el dragón alado, Tolkien también lo denomina gusano, tal y como podemos comprobar, por ejemplo, en la historia narrada por Thorin en el capítulo "Una tertulia inesperada":

"Había un gusano que era muy ambicioso, fuerte y malvado, llamado Smaug. Un día echó a volar y llegó al Sur."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
     Al final del cuento de Turambar y el Foalökë, Christopher Tolkien nos dice lo siguiente respecto a los dragones en una nota:

"Hacia el final de El Silmarillion (pag. 343) Morgoth ‘lanzó sobre el enemigo el último ataque desesperado que había previsto, y de los abismos de Angband salieron los dragones alados que habían estado ocultos hasta entonces’. Lo que se insinúa con esto es que los dragones alados eran criaturas más desarrolladas que las concebidas originalmente por Morgoth (representadas por Glaurung, el Padre de los Dragones, que sólo se arrastraba)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "Turambar y el Foalókë")
     Por lo tanto, según la interpretación de Christopher Tolkien, los dragones alados serían una "evolución" de los gusanos como Glaurung.

     En la Bodleian Library de la Universidad de Oxford se guarda el manuscrito de un texto navideño para niños que Tolkien leyó el 1 de enero de 1938 en el University Museum de Oxford. En ese texto reflexiona sobre la forma que debían tener los dragones, y en él se dice lo siguiente:

"Pienso que el fabuloso dragón, el viejo gusano, o el gran dragón, era así:

     Una criatura serpiente, pero con cuatro patas y con garras; su cuello podía ser más o menos largo, pero tenía una cabeza horrible con largas mandíbulas y dientes o lengua de serpiente. Usualmente estaba cubierto con una pesada coraza, de manera especial la cabeza, el lomo y los costados. A pesar de ello era bastante flexible (se podía mover hacia arriba y hacia abajo, y también a los lados) y, llegado el caso, incluso podía formar nudos con su cuerpo, y tenía una larga y potente cola... Algunos tenían alas, el legendario tipo de alas que van juntas con las patas delanteras (en vez de ser patas frontales que se han debilitado)..."
     En este fragmento queda bastante claro que para Tolkien, el gran gusano y los dragones alados son aparentemente el mismo tipo de criaturas, pues la única diferencia que comenta al respecto es que algunos de estos dragones que describe tenían alas.

     Por último, en las "Etimologías", que podemos encontrar en El Camino Perdido (quinto volumen de la Historia de la Tierra Media) podemos ver la clasificación de los dragones que se plantea Tolkien a partir de sus nombres:

"LOK- gran serpiente, dragón. Q lóke (-i) dragón; angulóke dragón [ANGWA], rámalóke dragón alado [RAM], urulóke dragón de fuego [UR], fealóke dragón de chispa [PHAY], lingwilóke dragón pez, serpiente marina [LIW]. Cf. N lhûg, amlug, lhimlug."
(El Camino Perdido, "Etimologías")
     Por lo tanto, y volviendo a la pregunta que nos planteábamos, aunque en algunos momentos parece evidente que existe una diferencia entre los gusanos y los dragones, diferencia que normalmente optamos por establecer en la tenencia o no de alas (como se ha podido comprobar tras la lectura de diferentes textos), esta es una de las cuestiones que Tolkien no dejó aclaradas del todo... Además, si buscamos los significados de las denominaciones, nos encontramos con que la antigua palabra "wyrm" aparentemente podría proceder de la antigua "ormr", cuyo significado sería el de serpiente. Por otro lado, la palabra griega "drakon" también significa serpiente, por lo que podemos acabar deduciendo que ambas palabras, al menos en sus comienzos, significaban lo mismo.

     En definitiva, y si somos objetivos, parece que Tolkien utiliza ambos términos de forma indistinta, por lo que dragones y gusanos, finalmente, serían lo mismo y englobarían tanto a los dragones sin alas como a los alados. Sin embargo, aún así, nos queda la siguiente duda: con lo cuidadoso que era Tolkien para el empleo de las palabras, ¿por qué entonces en la redacción de sus textos habla de dragones y gusanos?

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Los dragones que atacaron Gondolin, ¿eran máquinas de guerra o criaturas vivas?

"Pero Meglin le dijo a Melko que ni todas las huestes de Orcos y de Balrogs con toda su crueldad podrían apoderarse de las murallas y las puertas de Gondolin, ya fuese atacándolas o sitiándolas, aunque lograran llegar al valle que se extendía fuera de ellas. Por tanto, le aconsejó a Melko que, con sus poderes de brujería, creara algo que le sirviera de ayuda a sus guerreros en esa empresa. Le dijo que recurriera a la plétora de sus metales y a su dominio sobre el fuego para crear bestias parecidas a las serpientes y los dragones cuyo poder fuese irresistible y pudieran atravesar las Colinas Circundantes y sumir a la planicie y la hermosa ciudad en el fuego y la destrucción."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
     Leyendo este fragmento de "La Caída de Gondolin" que encontramos en los Cuentos Perdidos, no hay lugar a dudas de que Meglin propone a Melko la construcción de unas máquinas de metal con las que poder destruir Gondolin. Un poco más adelante, se puede leer lo siguiente:

"Entonces llegó el momento en que Melko congregó a sus mejores herreros y brujos, y con hierro y llamas forjaron una hueste de monstruos jamás vista hasta entonces y que nunca se volverá a ver hasta el Gran Final. Algunos de ellos eran de hierro y sus piezas estaban unidas con tal maestría que podían deslizarse como lentos ríos de metal o enroscarse en los obstáculos que les salían al paso o serpentear por encima de ellos, y en lo más profundo de sus cuerpos llevaban un sinnúmero de los Orcos más siniestros armados de cimitarras y lanzas; otros eran de bronce o de cobre y tenían corazones y espíritus de fuego abrasador, y quemaban todo lo que encontraban con sus horribles bufidos o aplastaban a quienes lograban escapar con su resuello ardiente; y también había otros hechos sólo de fuego y que se retorcían como sogas de metal fundido y destruían cualquier objeto que estuviese cerca, y el hierro y la piedra se derretían a su paso hasta licuarse, y en ellos cabalgaban cientos de Balrogs; y éstos eran los monstruos más espantosos que Melko creó para atacar Gondolin."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
     En este texto también está más que claro que Melko crea con la ayuda de expertos herreros unas criaturas aparentemente inanimadas y que le servirán para el transporte de Orcos, otras para quemar y aplastar y, por último, un tercer tipo, que servirán de cabalgaduras para los Balrogs.

     Sabemos que este relato, "La Caída de Gondolin", es el primero de los escritos por Tolkien, y que fue redactado mientras éste se encontraba bajo los influjos de los acontecimientos vividos en la Primera Guerra Mundial. Siendo así, no sería extraño que la inspiración para estos dragones "mecánicos" proceda justamente de ahí, de los carros de combate y de la aparición de los primeros tanques, que en la época impresionaron a los propios soldados que participaron en estos acontecimientos bélicos y que llegaron a describirlos como "bestias que escupían fuego".

     Ciertamente, puede parecer curioso, pero las primeras criaturas que se describen en este texto, podrían ser interpretadas como una especie de transporte blindado destinado al traslado de las tropas de orcos, pero que combina, a la vez, una capacidad ofensiva, pues estos dragones también sirven para aplastar cualquier resistencia y vencer los obstáculos encontrados en el camino, además de para ayudar a romper los muros de Gondolin:

"Entonces decidieron conservar lo que ya habían conquistado mientras las serpientes de bronce, capaces de aplastar con sus enormes patas, se trepaban lentamente sobre las serpientes de hierro y llegaban a las murallas para abrir una brecha que pudieran atravesar los Balrogs montados en los dragones de fuego."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
     Los dragones descritos en segundo lugar, encajarían bastante bien en la descripción de los primeros tanques con motor, que podríamos interpretar como su "espíritu de fuego abrasador" y que además necesitaban repostar cada poco tiempo:

"(...) pero sabían que debían darse prisa para hacerlo, porque el calor que despedían los dragones no era eterno y sólo podían llenarlos nuevamente de fuego en los pozos que había construido Melko en el bastión de sus propias tierras."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
     El tercer tipo de criaturas, las que sirven de montura a los Balrogs, son de fuego, y a su paso funden las piedras y el metal... por tanto, otra arma de considerable potencial para el ataque a Gondolin...

     Hasta este momento, no parece haber dudas al respecto. Según lo descrito por Tolkien, estos dragones serían maquinaria bélica concebida y preparada para llevar a cabo el ataque a la ciudad de Gondolin. Sin embargo, llama la atención que una de estas criaturas, que se suponen inanimadas, un dragón de fuego, es herida por Tuor:

"(...) pero Tuor le enterró el hacha a la criatura en una de las patas, de modo que le comenzaron a saltar llamaradas por la herida y el dragón lanzó un chillido mientras daba latigazos con la cola."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
     ¿Ésta sería la reacción de una máquina ante un ataque? Más bien parece la reacción de una criatura con vida, por lo que pensamos que Tolkien tiene una concepción doble al respecto, los dragones de Gondolin, en este cuento, podrían ser evidentemente, maquinarias de guerra, pero con un "toque mágico" de vida.

     Sobre estas criaturas, Christopher Tolkien, en el mismo libro, dice lo siguiente en una de las notas:

"En el Silmarillion los dragones que atacan a Gondolin son "de la estirpe de Glaurung, numerosos y terribles", mientras que los términos empleados en el cuento (pág. 217) hacen pensar que al menos algunos de esos "monstruos" eran "mecanismos" inanimados fabricados por herreros en las fraguas de Angband. Pero incluso a esos ‘objetos de hierro’ que se abrían ‘por la mitad’ para arrojar a bandas de Orcos se les llama ‘bestias despiadadas’, y Gothmog les ‘ordenó que se apiñaran’ (pág. 224); los que estaban hechos de bronce o de cobre ‘tenían corazones y espíritus de fuego abrasador’, en tanto que el ‘monstruo de fuego’ herido por Tuor ‘lanzó un chillido mientras daba latigazos con la cola’ (pág. 231)."
(El Libro de los Cuentos Perdidos II, "La Caída de Gondolin")
     Por lo tanto, el hijo de Tolkien se encuentra ante la misma duda que nosotros nos planteamos, pues los textos de "La Caída de Gondolin" que encontramos en los Cuentos Perdidos, no nos dejan posibilidad de poder aclarar este punto.

     En textos posteriores, Tolkien parece que sigue dudando sobre la verdadera naturaleza de estos dragones:

"Por fin Morgoth está listo, e inicia el ataque a Gondolin con dragones, Balrogs y Orcos."
(La formación de la Tierra Media, "El Primer ‘Silmarillion’")
     Aquí se mencionan los dragones, Balrogs y Orcos en conjunto, por lo que parece que se está refiriendo, en todo caso, a criaturas vivas, como las que conocemos del resto de sus escritos. Sin embargo, en un texto algo posterior, podemos leer lo siguiente:

"Por fin, y Eärendel entonces tenía siete años, Morgoth estuvo listo, y lanzó sobre Gondolin a sus Orcos y Balrogs y serpientes; y de éstas, creó nuevos dragones de muchas y horribles formas para tomar la ciudad."
(La formación de la Tierra Media, "El Quenta")
     Según comenta Christopher Tolkien en una nota del mismo texto:

"En la referencia a la ‘creación’ (en vez de ‘crianza’) de los nuevos dragones por parte de Morgoth para el ataque a la ciudad hay incluso una sugerencia de los (aparentemente) mecanismos inanimados del Cuento."
(La formación de la Tierra Media, "El Quenta")
     Tal y como nos sugiere Christopher Tolkien, parece probable que en este momento Tolkien volviera a plantearse la creación de mecanismos complejos como maquinaria de guerra por parte de Morgoth para atacar la ciudad de Gondolin. Sin embargo, en "Los Primeros Anales de Beleriand" podemos leer lo siguiente:

"207. Este año Morgoth lanzó una hueste de dragones sobre las montañas del Norte y el valle de Gondolin fue tomado y la ciudad, sitiada."
(La formación de la Tierra Media, "Los Primeros Anales de Beleriand")
     Y, por último, en El Silmarillion publicado, la historia de la caída de la Ciudad Escondida de Gondolin aparece brevemente reseñada, y acerca de los dragones sólo podemos encontrar esto:

"Por último, en el año que Eärendil cumplió siete años, Morgoth estuvo preparado, y lanzó sobre Gondolin a Balrogs y Orcos y Lobos, y con ellos iban dragones de la estirpe de Glaurung, numerosos y terribles."
(El Silmarillion, "De Tuor y la Caída de Gondolin")

     Pero este último texto de El Silmarillion nos parece el más clarificador al respecto pues no sólo se nos dice que en este ataque participaron dragones, sino que se deja constancia que éstos eran de la estirpe de Glaurung.

     En definitiva, podríamos decir que la pregunta que nos planteamos tiene dos respuestas posibles. Por un lado, si nos ceñimos tan sólo al texto que aparece en El Libro de los Cuentos Perdidos, podríamos decir que, aparentemente, se trataría de criaturas inanimadas, verdaderas máquinas de guerra en realidad, pero a las que Tolkien dota, en cierto sentido, de un toque de "magia" con el cual en algunos momentos acaban reaccionando como criaturas vivas. Por otro lado, hemos de tener en cuenta que cuando Tolkien escribe la primera versión de la Caída de Gondolin aún no había surgido Glaurung, y mucho menos había desarrollado aún la idea de que éste fuera el "padre de los dragones". Por lo tanto, y si además nos basamos también en el resto de escritos de Tolkien, sí podríamos afirmar que los dragones que atacan Gondolin, al menos los que aparecen en El Silmarillion publicado, son, sin lugar a dudas, criaturas con vida: dragones, descendientes del gran gusano Glaurung.

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¿Qué tipo de criaturas son los dragones?

Se ha visto que los dragones aparecieron en la Primera Edad, como una creación, según se dice en los primeros textos, del propio Morgoth:

"Pero cuando la niebla se aclaró, Nienor descubrió que su galope errante la había llevado de vuelta a las orillas del Narog, y delante estaba Glómund, con el ojo clavado en ella. Terrible era, como el ojo de Morgoth, el amo que lo había creado; y mientras la obligaba a mirarlo, sobre su mente cae un hechizo de oscuridad y absoluto olvido."
(La formación de la Tierra Media, "El Quenta")
     Como es sabido, Tolkien, en sus textos más antiguos, barajó la posibilidad de que Morgoth pudiera crear vida; pero con el tiempo esta idea fue desechada definitivamente, dejando esta opción sólo en manos de Eru.
     Se ha de descartar que los dragones sean en origen una creación de Morgoth, aunque sí es cierto que estaban bajo sus órdenes, que los había criado y, de una u otra forma, mejorado:

"De súbito Morgoth había lanzado un gran ejército contra ellos, y con éste uno de los primeros y más poderosos de los Dragones que se criaban en sus refugios profundos y que durante largo tiempo hostigaron las Tierras del Norte de los Hombres y de los Elfos."
(La formación de la Tierra Media, "El primer "Silmarillion"")
     Tal y como se puede observar, Glaurung es llamado en la mayoría de los textos de Tolkien "el Padre de los Dragones", por lo que se ha de suponer que de él descienden todos los demás:

"Al frente de ese fuego avanzó Glaurung el dorado, Padre de los Dragones, ya entonces en la plenitud de su poder..."
(El Silmarillion, "De la ruina de Beleriand y la caída de Fingolfin")

"Glomund. Nombre del gran dragón en el Quenta y los Anales de Beleriand; llamado ‘el Dorado’, ‘Padre de los Dragones’, ‘Primer Dragón’."
(La formación de la Tierra Media, "Índice")
     En este último texto a Glómund, posteriormente conocido como Glaurung, no sólo se le denomina "Padre de los Dragones", sino también "primer dragón", dato que ayuda a confirmar la idea que tuvo Tolkien respecto a que este gran gusano debió ser el primero de la especie. Pero claro, para eso Glaurung tuvo que reproducirse. Y aunque no se encuentra en los textos de Tolkien ninguna referencia a hembras de dragón, sí que hay alguna acerca de su reproducción:

"Durante un tiempo, los Orcos y Dragones volvían a multiplicarse en lugares oscuros, asustaron al mundo, y en diversas regiones aún lo hacen; pero antes del Final todos perecerán gracias al valor de Hombres mortales."
(La formación de la Tierra Media, "El Quenta")

"Pero había dragones en los yermos de allende las montañas; y al cabo de muchos años cobraron fuerza, y se multiplicaron e hicieron la guerra a los Enanos y estropearon sus obras. Finalmente, Daín I, junto con su hijo segundo fue muerto a las puertas de sus estancias por un gran dragón frío."
(El Señor de los Anillos, "Apéndice A: El Pueblo de Durin")
     En ambos textos se dice claramente que los dragones se multiplicaron, lo cual requiere una reproducción (siempre que se descarte la posibilidad de que fuesen "fabricados"). Y también hay otras referencias en las que se habla de la cría de los dragones, para lo cual tendrían que haber nacido antes:

"Por un tiempo otros males que había planeado o alimentado siguieron operando, aunque él no estaba; y los Orcos y los Dragones, que se criaban de nuevo en lugares oscuros, se convirtieron en nombres de terror, y llevaban a cabo malvadas acciones, como hacen aún en algunas regiones; pero antes del Fin todos perecerán."
(El Camino Perdido, "Quenta Silmarillion")

"Recuerdo la Montaña muy bien, así como las tierras que hay por allí. Y sé dónde está el Bosque Negro, y el Brezal Marchito, donde se crían los grandes dragones."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
     Además, por si todo esto no fuera suficiente, en La Guerra de las Joyas se encuentra una referencia más clara aún:

"Y si no hubiera sido por ellos, Glaurung y su prole habrían quemado a todos los que quedaban de los Noldor."
(La Guerra de las Joyas, "Los Anales Grises")
     En este texto se nombra claramente a la "prole" de Glaurung, lo que no nos deja muchas dudas al respecto: prole significa descendencia, y la descendencia sólo se consigue con la reproducción.
     Por lo tanto, después de todo esto, parece quedar bastante claro que los dragones se reproducían, dato importante a la hora de poder descartar su posible origen Maia, pues parece está suficientemente demostrado que los Maiar carecían de la capacidad de reproducción.
     Pero hay todavía otras evidencias con respecto a que los dragones no son de origen Maia, ya que aparte de reproducirse, los dragones tienen una etapa de crecimiento y maduración, algo que no ocurre con los Maiar:

"Una vez más, al cabo de cien años, Glaurung, el primero de entre los Urulóki, los dragones de fuego del norte, salió una noche por las puertas de Angband. Era joven y aún no se había desarrollado del todo, porque larga y lenta es la vida de los dragones, pero los elfos huyeron acobardados hacia Ered Wethrin y Dorthonion, y él corrompió los campos de Ard-galen. Entonces, Fingon, príncipe de Hithlum, cabalgó hasta el dragón junto con arqueros montados y lo rodeó con un anillo de rápidos jinetes; y Glaurung no pudo soportar los dardos, pues era aún débil su armadura, y huyó de vuelta Angband y no volvió a salir de allí en mucho tiempo. Fingon ganó grandes alabanzas y los Noldor se regocijaron; porque pocos entendieron el significado de la amenaza de esta nueva criatura. Pero a Morgoth le disgustaba que Glaurung se hubiera manifestado demasiado pronto; y a su derrota siguió la Larga Paz de casi doscientos años."
(El Silmarillion, "Del retorno de los Noldor")
     Tolkien nos habla de un dragón todavía joven, que no se había desarrollado del todo; pero de este texto de El Silmarillion se pueden extraer más datos interesantes al respecto. En primer lugar, confirma la idea ya vista antes de que Glaurung es el primero de los Urulóki, o dragones de fuego, y además añade que la vida de los dragones es larga y lenta. Un dato curioso, desde luego, pues de tratarse de una criatura de origen Maia, no se hablaría de la duración de su vida, siendo como eran inmortales.
     Tenían una vida finita, muy prolongada, seguramente, pero limitada; pero se desconoce el número de años que podría alargarse ésta. Ninguno de los dragones que se mencionan en las historias muere de forma natural, siempre lo hacen a manos de alguien: así sería el caso de Glaurung, muerto por la heridas provocadas por la espada de Túrin; de Smaug abatido por la certera flecha disparada por Bardo; Ancalagon, derribado por Eärendil; o Scatha, a quien dio muerte Fram hijo de Frumgar.

     Glaurung, que se dice que todavía era joven cuando salió por primera vez de Angband en el año 260 P.E., ya había madurado en el momento de la Dagor Bragollach, en el año 455; y no sólo eso, sino que estaba en la plenitud de su poder. Por lo tanto, en un lapso de 195 años, Glaurung pasó de ser un dragón joven e inmaduro a estar en plenas capacidades como un dragón adulto y poderoso, lo cual confirma que la vida de los dragones es larga, y su desarrollo lento. Cuando Glaurung murió a manos de Túrin, 44 años después de la Dagor Bragollach, puede que tuviese más de 400 años; pero, ¿cuánto habría vivido de haber llegado al límite natural de su vida?: ¿1.000, quizá 2.000 años?, ¿acaso una edad entera?

     Por otro lado, en los Cuentos Inconclusos aparece la siguiente cita:

"Porque por cierto no creo que este dragón sea invencible, aunque crezca con los años en fuerza y malicia. Sé algo de él. Su poder depende más del mal espíritu que lo habita que de la fuerza de su cuerpo, por grande que ésta sea."
(Cuentos Inconclusos, "Narn i Hîn Húrin")
     El hecho de que se haga mención al "mal espíritu que lo habita" es a lo que se recurre para catalogar a esta criatura dentro del orden de los Maiar. Existe, además otra referencia similar en el mismo libro:

"Pero en ese momento salió Glaurung por las puertas abiertas y se interpuso entre Túrin y el puente. Entonces por el mal espíritu que lo habitaba habló de pronto y dijo: Salve, hijo de Húrin. ¡Feliz encuentro!"
(Cuentos Inconclusos, "Narn i Hîn Húrin")
     De nuevo se habla aquí del "mal espíritu que lo habita"; pero, ¿quiere esto decir que el cuerpo de Glaurung estaba habitado por el espíritu de un Maia?, ¿o realmente a lo que se refiere Tolkien es que el espíritu de Glaurung estaba corrompido?, ¿acaso no existían Ucornos habitados por espíritus que podríamos considerar malignos? Realmente el hecho de que esté ocupado por un espíritu "maligno" no tiene relevancia, puesto que en Arda existen criaturas como las Grandes Águilas, o los propios Ents, que están ocupados por espíritus venidos de fuera, por espíritus "buenos", y no por ello son de naturaleza Maia.

     Nos encontramos aquí con un problema de difícil solución: ¿podemos descartar de forma definitiva su origen Maia? Ciñéndose al hecho de su reproducción, y de su desarrollo y crecimiento, esto parece más que evidente. Pero entonces, ¿qué tipo de criaturas serían los dragones?... en El Silmarillion encontramos datos muy interesantes:

"Las criaturas verdes enfermaron y se corrompieron, las malezas y el cieno estrangularon los ríos; los helechos, rancios y ponzoñosos, se convirtieron en sitios donde pululaban las moscas; y los bosques se hicieron peligrosos y oscuros, moradas del miedo, y las bestias se transformaron en monstruos de cuerno y marfil, y tiñeron la tierra con sangre."
(El Silmarillion, "Del principio de los días")

"Pero en el norte Melkor cobraba fuerzas, y no dormía, pero vigilaba, y trabajaba; y las criaturas malignas que él había pervertido andaban por las tierras vecinas, y los bosques oscuros y adormilados eran frecuentados por monstruos y formas espantosas."
(El Silmarillion, "De la llegada de los Elfos y el Cautiverio de Melkor")
     Como se puede ver en los textos precedentes, Melkor siempre estuvo interesado en estorbar y en dificultar los trabajos de los Valar en Arda. Desde un principio se dedicó a corromper y a pervertir tanto a las plantas como a los animales que se encontraban cerca de sus dominios, y por ello es lógico pensar que los dragones sean corrupciones de otras criaturas que en un principio no fueron malignas. Con el paso de los años el Corruptor se encargó de que estos seres se transformaran en los terribles dragones que en tiempos posteriores asolaron la Tierra Media, y no resulta descabellado el ver en estos seres una maléfica burla de las Grandes Águilas de Manwë, pues es muy probable que fueran hechos como imitación suya (del mismo modo en que los Orcos lo fueron de los Elfos o los Trolls de los Ents).

     Aunque la verdad es que lo más fácil sea plantearnos que Tolkien, conocedor de muchos otros dragones de la mitología y tradiciones populares, no se molestó en definirlos como un tipo de criaturas en especial: puede que para él fueran simplemente eso, nada más que dragones. Los dragones por los que se sentía atraído desde niño.

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© Las FAQ de ElFenómeno, 2003
  

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