Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos
 
Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción


Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Foro de las películas de El Señor de los Anillos, El Hobbit, Fan Film Foro sobre Tolkien, su vida y su obra: El Silmarillion, El Hobbit, El Señor de los Anillos, la Tierra Media Foro sobre los ilustradores de la obra de Tolkien, trabajos de los fans, páginas web, música, juegos y rol Foro sobre otras obras de Ciencia-Ficción y Fantasía que nos apasionan


 
LIBROS
Artículo sobre Las Dos Torres.
(10 de Agosto de 2002, a las 20:48)

Las Dos Torres: la jornada continúa


Las Dos Torres es el nombre del segundo de los tres libros que conforman la trilogía EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, de J.R.R. Tolkien. Disuelta ya la Comunidad del Anillo a razón de la “caída” de Gandalf, la muerte de Boromir, el rapto de los Medianos y la partida de Frodo; la narración se divide en diferentes situaciones, distantes y a la vez paralelas.

Es en este segundo libro en donde el genio de Tolkien le imprime al relato una acción cada vez mas trepidante pero a la vez llena de momentos de gran reflexión y emotividad...


Un mundo de analogías

Es probable que EL SEÑOR DE LOS ANILLOS sea una obra única. Pero tal palabra no significa ni soledad absoluta, ni independencia total. De hecho todo lo contrario. El relato Tolkieniano está tan enraizado en la tradición Europea meridional y septentrional, que hasta cierto punto parece resumirla toda; y al mismo tiempo que engloba la mayor parte de los tipos y subtipos narrativos, toma caracteres y aspectos diversos de cada uno de ellos y los integra en un todo más amplio y acaso más ambicioso desde el punto de vista de la ficción. No hay que olvidar que Tolkien, a pesar de lo que a veces se ha dicho, era hombre de vastísima cultura y lectura, en particular clásica y medieval. Los ecos muy próximos con frecuencia de las literaturas de estos períodos se disciernen con meridiana claridad; y son ellos precisamente los que insuflan en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS una tradición literaria tan antigua como los mismos clásicos del continente. Con un rasgo que conviene siempre subrayar, Tolkien no solo forma parte de una “tradición Europea”, sino que bebe de esas mismas fuentes literarias que establecieron esa “tradición”, y transmite sus cualidades –en particular las épicas– con una vida tal y un espíritu tan fiel a la obra en que se inspira, que el lector intuitivo no puede menos que quedar sorprendido y asombrado. Hay en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, como obra literaria, mucho más de lo que podemos imaginar a primera vista. Por fuerza su lectura nos tiene que ir recordando sin cesar otros títulos, otros nombres, y a veces hasta pensaremos que lo que el profesor de Oxford se trajo entre manos fue solo una reelaboración de buena parte de los elementos de la fantasía y la literatura Europeas. Esto no obstante solo en cuanto al maquillaje, ya que como veremos mas adelante, hay mucho más implícito en su obra.

En cuanto a las analogías tenemos solo por citar algunos ejemplos: Cuando ya disuelta la Comunidad del Anillo, los Ents, los Ucornos, se dirigen hacia la fortaleza de Isengard. Aquí los ecos de Macbeth no cesan ni un instante; porque la tragedia de Shakespeare finaliza también con el desplazamiento del bosque de Birnan hacia el castillo en donde se oculta el asesino. EL SEÑOR DE LOS ANILLOS es básicamente una Odisea. En cuyo caso hallaremos el “viaje” como base, y las coordenadas fundamentales de esta clase de relatos bien perfiladas: 1.- El desplazamiento constante hacia una meta prefijada, y 2.- Las tentaciones y peligros abrumadores que la comunidad de errantes ha de superar en cada una de sus etapas; para acabar con las fuerzas de la ambición y volver a casa a restablecer el “orden” inicial previo a la partida. Tan importante es el factor “viaje”que Tolkien negó su autorización para una versión cinematográfica de la obra, porque tal versión prescindía en la práctica de la “peregrinación” de la Comunidad del Anillo.
También es abrumadora la influencia del primer poema épico anglosajón: el Beowulf. Cuando el rey Théoden recibe sepultura en Edoras, quien haya leído el Beowulf, no dejará de advertir el paralelismo entre el funeral de éste y el del rey de Rohan.
Otro de los muchos detalles que abren un conducto de comunicación entre EL SEÑOR DE LOS ANILLOS y la tradición literaria anglosajona es el “ubi sunt”, que Aragorn canta mientras espera que el rey Théoden les conceda audiencia en Edoras:

¿Dónde están ahora el caballo y el caballero?¿Dónde está el cuerno que sonaba?
¿Dónde están el yelmo y la coraza y los luminosos cabellos flotantes?
Han pasado como la lluvia en la montaña. Como un viento en el prado;
los días han descendido en el oeste, en la sombra detrás de las colinas.


Así pues, Tolkien no quiso dejar pasar la oportunidad que EL SEÑOR DE LOS ANILLOS le brindaba para aportar su granito de arena a la larga tradición de elegías interrogantes que se desplegaban ante sus ojos de erudito medieval. A su vez, cuando el bardo se levanta en el banquete del funeral del rey Théoden y enumera los señores de la marca de Rohan, el pensamiento se remonta al más antiguo poema de la literatura británica, el Widsith (siglo VII) y sus listados o thulas enumerativas de reyes, tribus y países.

Del mismo modo hay recuerdos manifiestos de sagas nórdicas, poemas célticos y relatos germánicos antiguos que informan ampliamente EL SEÑOR DE LOS ANILLOS. Su parecido con el Cantar de los Nibelungos ha sido ya advertido, antes incluso de que el volumen pasase a la imprenta. El recuerdo entre muchos puntos argumentables de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS y las cuatro óperas de Wagner que se engloban bajo el título de EL ANILLO DEL NIBELUNGO parece excluir la simple coincidencia. También la historia del wagneriano Alberico parece predecir el destino de Sméagol–Gollum. Alberico, un enano perteneciente a la tenebrosa raza de los Nibelungos queda deslumbrado ante el oro que roba de las profundidades del río a las ondinas, y con el que forja un anillo supremo. Es entonces cuando se vuelve orgulloso, y obliga a su hermano Mine a moldearle un casco mágico que lo hace invisible. En pago, Alberico lo humilla y lo azota. También en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, Sméagol, perteneciente a la raza de los pequeños hobbits, roba y estrangula a su amigo Deagol, para poseer el anillo que éste ha sacado del río. Sméagol se convierte en un indeseable para su gente y familia, la cual lo destierra. Se convierte entonces, con el tiempo, en la criatura Gollum. Las analogías con Wagner y con el CANTAR DE LOS NIBELUNGOS, no terminan como puede suponerse en este punto. De igual modo podríamos repasar la deuda que tiene Tolkien con diversas obras y tradiciones. De EL PARAISO PERDIDO puede derivar la lucha titánica de las fuerzas del bien y del mal, y ciertas semejanzas connotativas y textuales entre el mundo de Sauron y el de Lucifer. Recuerdos de SIR GALVAN Y EL CABALLERO VERDE, el más bello poema épico del siglo XIV –que tradujo al ingles contemporáneo– son el desarrollo de las aventuras y el peregrinaje a través del invierno, las tierras inhóspitas; mientras que las tentaciones a que la dama del castillo somete a Galvan encuentran ahora su equivalente en las que sufren Frodo, Sam y Galadriel.

Tampoco habría de estar ausente el acto épico de EL REY ARTURO y EL SANTO GRIAL. La figura de Gandalf tiene mucho en común con la del mago Merlín, tanto desde el punto de vista mágico, como físico. No obstante, conviene resaltar aquí que Tolkien derivó directamente la figura de Gandalf de una postal que adquirió en su viaje de estudiante a Suiza en 1911. La partida de Frodo y sus restantes compañeros hacia el mar occidental al término de la obra, habría tenido ya un claro preludio en el viaje del Rey Arturo hacia la isla de Avalón. Lo que nos remite a otro gran mito que Tolkien conocía perfectamente: el de NUMENOR, la Atlántida del norte. Y que no es sino la misma isla y el mismo evento que narra Platón en su Critias. De pasada mencionaremos, entre tantas analogías, el tándem Frodo–Sam; el periplo de aventuras a fin de “deshacer” el gran entuerto del dominio y la amenaza de Sauron. Aquí la simplicidad “sanchopancesca” de Sam encuentra su contraparte en Don Quijote–Frodo. En fin, estamos concientes de que el “recuerdo” de determinadas obras no implica, en definitiva, una dependencia o desarrollo de las mismas. Hoy resulta prácticamente imposible que una obra de creación no recuerde a otras muchas. Vivimos todos inmersos en lo que ya es una tradición única, al menos en occidente, y las deudas mutuas son inconmensurables. Pero nada de esto implica un PLAGIO. Acaso si, una comunidad de ideas y cultura, que en el caso de Tolkien ha sido utilizada de manera muy consciente y... magistral. Porque Tolkien ha realizado una integración admirable, ha vuelto a hacer uso de buena parte de los materiales más antiguos de las tradiciones clásica, germánica, anglosajona, céltica y escandinava, junto al cuento de hadas Europeo para edificar con ellas un monumento completamente nuevo, distinto e integrador. Del mismo modo que tres siglos atrás, Milton integró en EL PARAISO PERDIDO, la cultura pagana (aun existente) y la cultura cristiana junto a las tradiciones literarias de ambas.


Espacio, tiempo y sociedad

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS se desarrolla en una bastísima región denominada Tierra-Media, con límites que se pierden en lo desconocido, y se dividen en regiones naturales de nombres tan ajenos a nuestros recuerdos geográficos como de: Edoras, Eriador, Rohan, Fangorn, Gondor del sur, Minas Morgul, etc.

Y junto al tiempo y al espacio, hay todo un ámbito completo y complejo de “irrealidad inspirada” que lo puebla de sentido. Poco hay en él también que en líneas generales podamos reconocer como nuestro. Las razas que pueblan esta Tierra-Media no guardan relación con la horizontalidad de las razas: blanca, amarilla, negra. Somáticamente son razas, o especies, que habría que clasificar más bien en una escala vertical: Elfos, Hombres, Enanos, Hobbits, Orcos, etc. Hay árboles que caminan y piensan y conversan; viejos sauces que engullen a los caminantes; dragones alados, y demonios como el Balrog de las minas de Moria. Espíritus que habitan los túmulos funerarios de una nobleza olvidada; fantasmas que asumen, en la oscuridad la forma y la fiereza del lobo; Trolls caníbales, cuya sustancia corpórea es la piedra, del mismo modo que la madera da cuerpo a los Ents. La historia de estos seres no ha recorrido las mismas sendas que las nuestras. Han conocido invasiones, períodos dorados de dinastías y de reyes en sucesión ininterrumpida, años de abundancia, años de hambre y sequía, eras geológicas de progreso y recesión de los mares. De su pasado común ha nacido también su mitología, que maravilla y abruma, el recuerdo borroso de las gestas de sus antepasados, el asombro ante hechos desmedidos. Hablan lenguas que jamás hubiéramos sospechado, derivadas del Eldarin primitivo, el idioma de los Elfos primeros; el Sindarin, el Silvano, el Quenya, la lengua común (Oestron)... idiomas en los que redactaron sus crónicas y que Tolkien pretende haber traducido. En cuanto al tiempo, no es un tiempo cualquiera, por muy fantástico que parezca. Es un tiempo muy preciso. Bilbo da su fiesta de despedida en el año 3001 de la tercera edad, el 22 de septiembre. Bilbo cuenta en ese momento con ciento once años, y Frodo, su sobrino treinta y tres. Los acontecimientos narrados en la obra tienen lugar a lo largo de un solo año, desde el 23 de septiembre del año 3018, en que Frodo sale de Hobbiton, hasta el regreso a Rivendel el 21 de septiembre del año 3019. Cuando Frodo despierta en la casa de Lord Elrond después de la persecución por los Jinetes Negros, hasta el Vado, son las 10 de la mañana del 24 de octubre. Después sabremos que el 15 de marzo Sam libera a Frodo de su prisión; que el 8 de abril despiertan ambos en Ithilien; que el 8 de mayo se pone en marcha la cabalgata de los Rohirrim; y que entre muchas otras fechas citadas, el 6 de octubre los hobbits están de regreso en el vado de Bruinen. Así, cuando el lector se adentra en la lectura de la novela, se aprecia que tal cronología no es sino el armazón externo sustentador de un tiempo muy concreto que transcurre en lo que todos podemos reconocer como la edad media histórica. Para encontrar novelas con un escenario medieval tan bien planeado y diseñado tendríamos que retrotraernos hasta Sir Walter Scott. Nada sobra y nada falta aquí en vestiduras, habitaciones, utensilios, ornamentos, tácticas bélicas, o medios de desplazamiento. Políticamente hablando, la Tierra-Media vive en pleno feudalismo. La monarquía hereditaria, las tenencias, servidumbres y vasallajes aluden a aquellos siglos y están aquí en plena vigencia. Es una segunda edad media recuperada que pasa fascinante y armónica, sin estridencias, ante los ojos del lector. Los reinos de la Tierra-Media constituyen todavía una civilización agrícola, campesina, cuyos máximos exponentes industriales (¡gracias a Eru!) vienen representados por las forjas y los molinos. No hay ciudades, solo fortalezas y pueblos. La cultura es de base oral; las crónicas que Bilbo redacta son una innecesaria extravagancia que muchos critican. La historia se transmite de padres a hijos, o se recuenta en las tabernas y posadas a la luz del fuego, y las noticias recorren los viejos caminos empedrados transformados por los raros viajeros.

Parecidas consideraciones podrían hacerse acerca de la monástica artesanía con que el autor traza sus paisajes. Cada río, vado, bosque, colina, montaña o fuente tiene su nombre propio y su ubicación exacta. La imprecisión, la aproximación, la generalización no son palabras que encuentren lugar en los escenarios de la Tierra-Media. La calidad descriptiva de Tolkien y su capacidad de ofrecer paisajes visualizados con nitidez son dos de los rasgos estilísticos que resultan mas admirables en la trilogía. Es tal el detallismo descriptivo que el lector precisa volver una y otra vez a ellos para no perderse en este mundo imaginado de geografía tan compleja como el real. Al leer EL SEÑOR DE LOS ANILLOS estamos al abordaje de una “misión”y una empresa literaria que no leemos en las revistas, o en las noticias, una empresa para la que solo hallaremos parangón en las páginas imposibles de la corte del rey Arturo o el Cantar de los Nibelungos, el Quijote, la Odisea, o la Divina Comedia. Y todo ello escrito en pleno siglo XX, la era de la objetividad, la ciencia “exacta”, oficial y escéptica, la cibernética, las pobres y pasajeras modas artísticas y el rechazo de la imaginación como formula de felicidad y convivencia.


El esoterismo en El Señor de los Anillos

Como se mencionaba anteriormente, hay mucho más implícito en la obra de Tolkien de lo que podemos leer a simple vista. Contrario a todo lo que se ha dicho, incluso por el mismo Tolkien, quien creó deliberadamente una cortina de humo alrededor de sus escritos; negando y desmintiendo, con un “énfasis demasiado vehemente” la posibilidad de una segunda lectura en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, todo parece indicar lo contrario. Sin embargo tal actitud tiene su justificación, primero: en la coyuntura histórico-política de la época en que se escribía la obra. Recordemos que para entonces Alemania acababa de perder la guerra, y los ecos del nazismo con sus búsquedas esotéricas, mágicas y ocultistas ya no eran bien recibidas. Y por otro lado tenemos la dinámica propia del relato iniciático que impide la interpretación al lector profano.

De modo que para empezar a entender EL SEÑOR DE LOS ANILLOS habrá que decodificarlo a la luz de la tradición cabalística. Así tenemos que la fiesta de despedida de Bilbo Bolsón se da cuando este tiene 111 años y Frodo 33, cifras que sumadas nos da 144. Cada uno de estos tres dígitos sumados a la vez nos da 9. Asombrosamente son 144 los invitados a la fiesta, con lo que tendríamos otro 9. También son 9 los miembros de la Comunidad del Anillo, 9 los jinetes negros, 9 los dedos de Frodo y 9 los dedos de Sauron. El número 9 representa al hombre que se pone en marcha, es decir que empieza a trabajar su propia anatomía psicológica. Están también presentes los cuatro elementos básicos: el aire (Legolas), el fuego (Aragorn), el agua (Boromir) y la tierra (Gimli). Así como los tres aspectos fundamentales de la personalidad del iniciado, en este caso Frodo (el lector), Sam (el sentido común), Merry (la orientación), Pippin (la insensatez). Gandalf es nuestro maestro interior el cual nos abre las puertas de Moria (nuestra mente), ilumina la oscuridad y nos ayuda a combatir nuestros defectos internos (los orcos). Incluso nos enfrenta con nuestro enemigo natural antiguo (el Balrog). Una vez traspasado el umbral de la mente llegamos a Lothlórien (la paz espiritual), aquí habita nuestra madre interna, Stella Maris (Galadriel), ella nos reconforta y nos prepara para la siguiente jornada. También tenemos a Gollum (nuestras bajas pasiones) que morirán una vez concluido nuestro viaje interior. Aragorn, el rey en el exilio, nos recuerda nuestra herencia, el reino interior del que somos monarcas...

El viaje-lectura continúa a lo alto y largo de la obra. Es entonces que concluimos que más allá de la simple fantasía (si es que tal termino existe), se encierra una enseñanza que es y ha sido la misma en todas las culturas y en todas las épocas. Pero es precisamente en este punto en el que dejaré que sea usted, estimable lector, al abrir el libro, sea el protagonista de su propia saga.


Autor: “Aquel que es el rival del Gran Rey Antiguo”.
Revisor: ”El que ve de lejos”.



___

pues me ah puesto a pensar como en otras ocaciones , pero que opinan?
no tengo tiempo ahora , pero tengo algo que decir tambien sobre este articulo

un slaudo!
Elfo de los Polders ( )



deimion-legolas

No está dado de alta, o tiene registro antiguo
 

 
Artículo sobre Las Dos Torres. - deimion-legolas (10/08/02 20:48)
    pedazo d articulo - eléntari (10/08/02 21:24)
    Me han gustado las referencias (st) - Brissa Bolsón (10/08/02 21:55)
    Anillo del Nibelungo y ESDLA - Idril_Itarille (11/08/02 18:44)
    ¡Pedazo de articulo! - Sol del Este (11/08/02 22:28)
      Muy bueno - Alakbrethilion (14/08/02 02:09)
 


 
Por favor, inicie sesión para poder participar en el foro

Nombre: 
Clave: 
 




Este foro tiene como tema central los libros de Tolkien y el Mundo que creó. Están prohibidos mensajes que no tengan una relación directa con el tema.

Si dejas un mensaje que no corresponde será movido o eliminado según el caso. Tienes otros foros dentro de Elfenomeno donde seguro que tiene cabida tu mensaje.





¿Tienes dudas, quieres saber más sobre Tolkien y su obra? Pues visita las famosas FAQ de ElFenomeno.

Respuestas a las preguntas frecuentes (y no tan frecuentes) que muchos nos hemos hecho sobre la obra de Tolkien.



Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos