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EL SEñOR DE LOS ANILLOS
Nazgûl: vivos o muertos (21 de Octubre de 2003, a las 22:39)
Aiyä!
Hace unas semanas tuvimos la oprtunidad de debatir este tema. Gracias a las sucesivas intervenciones de destacadísimos foreros como Eviore, Idril_Itarillë, Merwen y otros, he podido componer el siguiente ensayo sobre el tema. Espero de verdad que os guste:
Sobre la cuestión de la naturaleza de los Nazgûl, sería necesario recapitular algunas de sus apariciones relevantes y establecer un sistema coherente que intente finalizar con algo concluyente al respecto. Antes de nada conviene recordar que la forja de los Anillos de Poder, suceso clave en su futuro, se produjo en Eregion entre los años 1500 y 1590 de la Segunda Edad; y también que los Nazgûl aparecieron por primera vez alrededor del año 2251 de la Segunda Edad, coincidiendo con la entronización de Tar-Atanamir, según se narra en La Cuenta de los Años, Apéndices. Esto quiere decir que entre la entrega de los Nueve Anillos a los reyes y hechiceros humanos y su transformación en Úlairi, mediaron entre 661 y 751 años; tiempo en el que al parecer vivieron, en razón de su raza, como Hombres mortales.
Para continuar, es preciso analizar las palabras que Gandalf dirige a Frodo sobre los efectos de los Grandes Anillos en los mortales; aunque sería más preciso decir sobre los Hombres, ya que sabemos que sobre los Enanos sólo despertaban el deseo de la avaricia. La cita es la siguiente:
"Un mortal que conserve uno de los Grandes Anillos no muere, pero no crece ni adquiere más vida. Simplemente continúa hasta que al fin cada minuto es un agobio. Y si lo emplea a menudo para volverse invisible, se desvanecerá, se transformará al fin en un ser perpetuamente invisible que se paseará en el crepúsculo bajo la mirada del Poder Oscuro, que rige los Anillos."
La Sombra del Pasado, La Comunidad del Anillo.
Este es un texto difícil, pero de él podemos extraer algunas conclusiones tales como que los Nazgûl no habrían muerto, que se habrían desvanecido hasta el punto de ser imperceptibles, pero que no obstante se paseaban por las Sombras; o lo que es lo mismo, que su existencia se sustentaba en un plano de realidad distinta ("el otro lado" del que habla Gandalf en Muchos Encuentros, La Comunidad del Anillo), subyugados a la magia de Sauron: "Les dio nueve a los Hombres Mortales, orgullosos y espléndidos: así los engañó. Hace tiempo fueron dominados por el Único y se volvieron Espectros del Anillo, sombras bajo la gran Sombra, los sirvientes más terribles. Hace tiempo. Pasaron años desde que los Nueve se fueron lejos y sin embargo, ¿quién sabe? La Sombra crece otra vez y ellos pueden volver, y volverán." (La Sombra del Pasado, La Comunidad del Anillo). A pesar de esta última afirmación premonitoria de Gandalf y de que los Jinetes Negros "Además, como arma principal manejaban el terror" y "Este era en verdad mayor cuando estaban desnudos, invisibles; y era mayor también cuando se encontraban juntos" (La Búsqueda del Anillo, Cuentos Inconclusos), sin que se contradiga la cita del párrafo anterior, existen numerosas pruebas de que los Nazgûl se hicieron patentes en la época de la Guerra del Anillo bajo un manto de espeso ropaje negro, lo que evidenciaba la existencia de una estructura física sustentadora del paño.
La pérdida de este disfraz y la conciencia de lo ocurrido con sus monturas en el suceso del Vado: "Tres de los caballos negros aparecieron ahogados en las aguas crecidas del vado. Más abajo, en las piedras de los rápidos, se encontraron los cadáveres de cinco caballos más y también un manto largo y negro, hecho jirones", fueron la causa de que Gandalf, después del regreso los últimos exploradores, Elladan y Elrohir, los hijos de Elrond, se atreviera a conjeturar sobre ellos con la siguiente frase: "- En todo caso, sabemos qué ocurrió con ocho de los Nueve - dijo Gandalf -. No es prudente estar demasiado seguro, pero me atrevería a creer que los Espectros del Anillo fueron dispersados y regresaron como pudieron a Mordor, vacíos y sin forma." (El Anillo va hacia el Sur, La Comunidad del Anillo). Eso quiere decir sin ningún género de duda que Sauron tenía mediante la hechicería un dominio absoluto sobre la esencia espectral de esos seres y que era capaz de convocarles allá donde estuviesen. De hecho, los Nazgûl volvieron a manifestarse bajo idéntico palio, aunque en esas ocasiones hubieran cambiado de cabalgadura.
A continuación, parece necesario acudir al suceso en el que Merry, esgrimiendo una espada de Oesternesse, logró desactivar el principio esotérico que sustentaba al Rey Brujo: "Merry lo había herido por la espalda. Atravesando el manto negro, subiendo por el plaquín, la espada del hobbit se había clavado en el tendón detrás de la poderosa rodilla." (La Batalla de los Campos del Pelennor, El Retorno del Rey). En este lance, los efectos de la acción se nos describen en el siguiente texto:
"Ninguna otra hoja, ni aún esgrimida por manos mucho más poderosas, habría podido infligir una herida más cruel, hundirse de ese modo en la carne venida de la muerte, romper el hechizo que ataba los tendones invisibles de la voluntad del espectro."
La Batalla de los Campos del Pelennor, El Retorno del Rey.
En esta ocasión es la épica la que complica la lectura; pero de una forma sosegada se pueden establecer las siguientes cuestiones: por un lado la especial significación de la espada como arma singular, y por otro que no sólo la crecida de las aguas del Bruinen era capaz de doblegar y reducir momentáneamente el hechizo que los sustentaba, sino también que la carne no muerta e invisible era vulnerable. La acción ulterior de ataque de Éowyn en el mismo episodio, no deja lugar a dudas sobre la total anulación del Señor de los Nazgûl, a quien ya sin estructura que lo sostuviera, ni el propio Sauron pudo recuperar:
"Entonces Éowyn, trastabillando, había logrado ponerse de pie una vez más, y juntando fuerzas había hundido la espada entre la corona y el manto, cuando ya los grandes hombros se encorvaban sobre ella. La espada chisporroteó y voló por los aires hecha añicos. La corona rodó a lo lejos con un ruido de metal. Éowyn cayó de bruces sobre el enemigo derribado. Mas he aquí que el manto y el plaquín estaban vacíos. Ahora yacían en el suelo, despedazados y en un montón informe; y un grito se elevó por el aire estremecido y se transformó en un lamento áspero, y pasó con el viento, una voz tenue e incorpórea que se extinguió, y fue engullida, y nunca más volvió a oírse en aquella era del mundo"
Y esto lo corrobora el propio Tolkien en su Carta 246 cuando manifiesta en una nota al margen que "El Rey Brujo había sido reducido a la impotencia".
Así pues, tendríamos hasta ahora a unos seres mortales - Hombres -, no muertos paseando en el mundo de las sombras, que permanecían vinculados al Poder Oscuro, que eran vulnerables a determinadas circunstancias en las que incluso podían ser anulados, pero no destruidos o eliminados; y la razón de todo ello radica en que Sauron mantenía en su mano los Anillos de Poder, y "los Espectros de los Anillos, que no tenían otra voluntad que la suya, … estaban por entero sometidos al anillo que los había esclavizado" (La Búsqueda del Anillo, Cuentos Inconclusos); además el Señor Oscuro aún no había sido derrotado.
No obstante, con el transcurso de la narración, los acontecimientos desembocan como sabemos en la destrucción del Anillo Único, las consecuencias que este hecho produce sobre los Espectros se presentan con rotundidad ante la mirada de asombro y terror de Sam en el umbral de los Sammath Naur:
"Y al corazón mismo de la tempestad, con un grito que traspasó todos los otros ruidos, desgarrando las nubes, llegaron los Nazgül; y atrapados como dardos incandescentes en la vorágine de fuego de las montañas y los cielos, crepitaron, se consumieron, y desaparecieron"
El Monte del Destino, El Retorno del Rey.
En ese momento, cuando los ocho Nazgûl que habían quedado operativos habían abandonado la Batalla del Morannon y llegaban al Orodruin en llamas, Sauron - el Poder Oscuro que los sustentaba - sucumbió, y ellos - y también por supuesto el noveno que había sido reducido a la ineficacia - se deshicieron en llamas y finalmente acabaron consumidos; tal y como se lo había anunciado Gandalf en La Sombra del Pasado, La Comunidad del Anillo: "Llevan en ellos el poder del amo y resisten o caen junto con él."
Así por fin sobre los Nazgûl se cernió el destino previsto en su origen, y al que de ninguna manera podrían haber escapado: la muerte.
Un poco largo, pero creo que merecía la pena.
Un saludo desde Minas Ithil.
Namárië.
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hablando de los Nueve
Pues...
