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Ver tema#604 Respondiendo a: ulbar
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Todos nos batimos contra el enemigo con fuerza y ferocidad.Observo como el señor elfo mata al enorme troll y oigo el comentario del señor enano-¡Muy bonito,pero despues de mi hachazo,no hacia falta que lo remataras,a ese,me lo apunto yo!.-Y el señor enano,rie,alza su hacha por encima de su c...
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El cansancio empieza a hacer mella en mí, mi intención de salvar a mis compañeros se hace migas, pues ulbar y Miquel vienen hacia mí y me ayudan con los uruks. Con que ferocidad matan a los orcos, me averguenzo un poco de mi cansancio. Aunque paa ser sinceros me daba la impresión de que a la mitad de orcos matados eran matados por mí. Matamos unos cuantos, y ulbar consigue matar al capitán enemigo. Hemos conseguido resistir brevemente, pero en cuanto nos damos cuenta, ya se nos vuelven a echar encima.
Esta vez son infatigables uruks, que no parecen nada cansados, frescos y grandes, descargan con furia algunas flechas hacia nosotros. Otros cargan contra mí aprovechando mi prematuro descanso, pero ahí está ulbar para ayudarme. Parece incansable, aunque también veo que circulan unas gotas de sudor por su frente. De repente, Delior y Aravir nos avisan de algo señalando.
- ¡Nuestro querido enano está en peligro!
Yo, con mi vista élfica, veo cómo varios uruks agarran con sus poderosos brazos a Miquel, quien se debate dándole grandes patadas y retorciéndose. Varios uruks nos cortan el paso.
- Aravir y Delior, ir en su ayuda. Yo y Ulbar los entretendremos mientras tanto, ¡Debemos replegarnos un poco si queremos seguir recibiéndolos con el mismo éxito!
El cansancio empieza a hacer mella en mí, mi intención de salvar a mis compañeros se hace migas, pues ulbar y Miquel vienen hacia mí y me ayudan con los uruks. Con que ferocidad matan a los orcos, me averguenzo un poco de mi cansancio. Aunque paa ser sinceros me daba la impresión de que a la mitad de orcos matados eran matados por mí. Matamos unos cuantos, y ulbar consigue matar al capitán enemigo. Hemos conseguido resistir brevemente, pero en cuanto nos damos cuenta, ya se nos vuelven a echar encima.
Esta vez son infatigables uruks, que no parecen nada cansados, frescos y grandes, descargan con furia algunas flechas hacia nosotros. Otros cargan contra mí aprovechando mi prematuro descanso, pero ahí está ulbar para ayudarme. Parece incansable, aunque también veo que circulan unas gotas de sudor por su frente. De repente, Delior y Aravir nos avisan de algo señalando.
- ¡Nuestro querido enano está en peligro!
Yo, con mi vista élfica, veo cómo varios uruks agarran con sus poderosos brazos a Miquel, quien se debate dándole grandes patadas y retorciéndose. Varios uruks nos cortan el paso.
- Aravir y Delior, ir en su ayuda. Yo y Ulbar los entretendremos mientras tanto, ¡Debemos replegarnos un poco si queremos seguir recibiéndolos con el mismo éxito!
¡Oh Orofarnë, Lassemista, Carnimirië!
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...