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Ver tema#54 Respondiendo a: barin-de-rohan
Acción
Desde lejos empecé a vislumbrar el bosque verde. Mis ojos brillaron y una sonrisa somnolienta se me escapó... De nuevo veria a Abârmil, a Rúmil a Burzumgad. De nuevo las batallas por un mundo mejor entraban a mi vida. Los recuerdos llegaban a mi cabeza mientras andaba, y por esa razón, sin d...
Acción
Hacía poco que había recibido una extraña carta proveniente del Bosque Verde, en ella decía que se me citaba para una importante misión a la que debía acudir,aquella carta no decía más ni cual seria nuestro cometido ni el porqué exacto de que teníamos que ir.
Avisé a mis capitanes de que un asunto importante me llamaba y ellos me dieron permiso de salir, me encontraba en Osgiliath pero antes de partir quería despedirme de mis amigos que se encontraban en Minas Tirith.Llegué a la ciudad y preparé mi equipaje, se hizo de noche y decidí pasar la noche allí.
Al alba salí rumbo al Bosque Verde siguiendo el el río hacia el norte, por el camino pensaba que había sido mi vida, no conocía ni mi propio nombre, quizá pronto lo recordaría o me ayudarían a saberlo.
Finalmente conseguí llegar al Bosque Verde, hogar de los elfos, yo no había tenido el privilegio de haberlos conocido mucho ni tampoco sus costumbres ni su entorno, en aquel lugar estaba seguro de que iba a conocerlos.Un grupo de elfos me acompañó hasta una gran mesa donde habían personas de diferentes zonas de la Tierra Media, y, en ese preciso momento creí estar soñando, no lo creía, allí estaba mi primo Serke, al que hacía mucho tiempo que no veía.
-¿Qué estas haciendo aquí? Me preguntó.
-Lo mismo que tú , supongo. Le contesté.
Había sido un encuentro muy inusual pero me sentía feliz por ello, otra cosa que tampoco o no quería creer es qué demonios hacía un orco en el Bosque Vede, simplemente me digne a no mirarlo y pasar de él.
En aquel lugar tambien se encontraban un montaraz llamado Abârmil que portaba un arco de los Dunedain, no sabía porqué pero su presencia me empujó a presentarme.Después de hacerlo seguí observando a los demás, el orco se llamaba Burzumgad al volver a obserbarlo pensé que no debería ser peligroso, pues igualmente que a los demás se le había citado y no por ser un orco tenía que ser por la fuerza malo, en el fondo, no sentía odio por él como por los demás orcos y lo tomé como por uno más del grupo.
Para mi sorpresa vi que habían elfos lo cual me alegraba ellos se llamaban Rumil, al cual se le notaba que era un valiente y poderoso guerrero e Inglor, un medio elfo que parecía nomada pues luego supe que vagaba por la Tierra Media para olvidar su oscuro pasado.
Todos los compañeros nos encontrábamos sentados en la mesa comiendo y hablando cuando Thranduil hizo acto de presencia.
-¡ Basta! ,silenció.
Entonces fue cuando nos explicó la misión que debíamos cumplir, nos entregó pan de Lembas, unas cuerdas élficas que parecían débiles pero de gran sujección y aguante y una paloma mensajera.
Como todos los demás me coloqué mi pesada armadura, aunque ya me había acostumbrado a su peso y no me parecía más pesada que un armadura ligera, terminé por ponerme el yelmo plateado de Minas Tirith atarme la espada al cinto, coger mi escudo y por último el equipaje con las provisiones y utensilios que nos habían dado.Cuando todo el mundo estubo preparado salimos de aquel lugar hacia la aventura.
Y así comenzaba aquel viaje que comenzaba en compañía de mis compañeros, espero que pronto además de compañeros sean amigos.
Un saludo aventurero desde el Norte ( y lejos de mi ciudad)
Hacía poco que había recibido una extraña carta proveniente del Bosque Verde, en ella decía que se me citaba para una importante misión a la que debía acudir,aquella carta no decía más ni cual seria nuestro cometido ni el porqué exacto de que teníamos que ir.
Avisé a mis capitanes de que un asunto importante me llamaba y ellos me dieron permiso de salir, me encontraba en Osgiliath pero antes de partir quería despedirme de mis amigos que se encontraban en Minas Tirith.Llegué a la ciudad y preparé mi equipaje, se hizo de noche y decidí pasar la noche allí.
Al alba salí rumbo al Bosque Verde siguiendo el el río hacia el norte, por el camino pensaba que había sido mi vida, no conocía ni mi propio nombre, quizá pronto lo recordaría o me ayudarían a saberlo.
Finalmente conseguí llegar al Bosque Verde, hogar de los elfos, yo no había tenido el privilegio de haberlos conocido mucho ni tampoco sus costumbres ni su entorno, en aquel lugar estaba seguro de que iba a conocerlos.Un grupo de elfos me acompañó hasta una gran mesa donde habían personas de diferentes zonas de la Tierra Media, y, en ese preciso momento creí estar soñando, no lo creía, allí estaba mi primo Serke, al que hacía mucho tiempo que no veía.
-¿Qué estas haciendo aquí? Me preguntó.
-Lo mismo que tú , supongo. Le contesté.
Había sido un encuentro muy inusual pero me sentía feliz por ello, otra cosa que tampoco o no quería creer es qué demonios hacía un orco en el Bosque Vede, simplemente me digne a no mirarlo y pasar de él.
En aquel lugar tambien se encontraban un montaraz llamado Abârmil que portaba un arco de los Dunedain, no sabía porqué pero su presencia me empujó a presentarme.Después de hacerlo seguí observando a los demás, el orco se llamaba Burzumgad al volver a obserbarlo pensé que no debería ser peligroso, pues igualmente que a los demás se le había citado y no por ser un orco tenía que ser por la fuerza malo, en el fondo, no sentía odio por él como por los demás orcos y lo tomé como por uno más del grupo.
Para mi sorpresa vi que habían elfos lo cual me alegraba ellos se llamaban Rumil, al cual se le notaba que era un valiente y poderoso guerrero e Inglor, un medio elfo que parecía nomada pues luego supe que vagaba por la Tierra Media para olvidar su oscuro pasado.
Todos los compañeros nos encontrábamos sentados en la mesa comiendo y hablando cuando Thranduil hizo acto de presencia.
-¡ Basta! ,silenció.
Entonces fue cuando nos explicó la misión que debíamos cumplir, nos entregó pan de Lembas, unas cuerdas élficas que parecían débiles pero de gran sujección y aguante y una paloma mensajera.
Como todos los demás me coloqué mi pesada armadura, aunque ya me había acostumbrado a su peso y no me parecía más pesada que un armadura ligera, terminé por ponerme el yelmo plateado de Minas Tirith atarme la espada al cinto, coger mi escudo y por último el equipaje con las provisiones y utensilios que nos habían dado.Cuando todo el mundo estubo preparado salimos de aquel lugar hacia la aventura.
Y así comenzaba aquel viaje que comenzaba en compañía de mis compañeros, espero que pronto además de compañeros sean amigos.
Un saludo aventurero desde el Norte ( y lejos de mi ciudad)
Antiguamente conocido como "el primo de serke".
Que las huestes de Mordor lo sepan, no volverá la tierra de mi pueblo a caer en sus manos, esta ciudad ha sido reclamada....
¡POR GONDOR!
-La chuleta lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al lado oscuro y a Septiembre.
Aragorn...
Que las huestes de Mordor lo sepan, no volverá la tierra de mi pueblo a caer en sus manos, esta ciudad ha sido reclamada....
¡POR GONDOR!
-La chuleta lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al lado oscuro y a Septiembre.
Aragorn...