Acción

La compañia habia salido por fin del bosque Verde, yo por lo menos tenía muchas ganas de salir, pues no estaba muy acostumbrado a ese entorno y no me gustaba habitar en un bosque, yo añoraba la ciudad, el campo.Ya habia pasado algun tiempo desde que salí de mi país, de solo acordarme ya lo añoraba, pero ahora una importante misión requería mi presencia y abandonar no era una opción.

Fuera del bosque todos seguimos callados hasta que Abârmil dijo:

- Me pregunto el por qué de el rescate de el tesoro, ¿Tan valioso será, que poderes tendrán tales joyas? Aunque todos sabemos de la codicia de Thranduil…

-La codicia de Thranduil....- pensé para mí, esa frase quedó dentro de mi mente.

Acto seguido del comentario de Abârmil todos empezamos a hablar por los codos conversando diferentes temas.Yo me interesé por la vida de Burzumgad, pues me fascinaba cómo podía ser un orco fuera de la vida de la guerra, me contó que tenía mujer e hijos, también me dijo los lugares en que había estado, y , por último me comentó que él mismo en persona había estado con el rey Elessar, rey de Gondor y, rey mío.

Conversé tambien con Rúmil, yo como no haciendo un montón de preguntas sobre los elfos.En fin converamos todos con todos y aprendi muchas sobre mis nuevos compañeros de armas.

Más tarde cuando el sol caía temimos seguir por allí y encontramos la posada que Thranduil nos dijo.Aquella era una posada pequeña, nos decidimos a entrar y vimos al que parecía ser el dueño, nada más vernos nos lanzó que si éramos los de la misión, así afirmamos, el posadero nos informó que en la habitacíon número 13 nos esperaban dos enanos, un anciano de barba grisácea y una guerrera , además de unos elfos y montaraces.

Subí las escaleras que conducían a la habitación junto con mis compañeros de armas preguntándome quien serían esas otras personas que aguardaban a nuestra llegada, todos atravesamos la entrada de la habitacíon en la que se encontraban un grupo de personas, unos sentados en la mesa, y otros de pie simplemente.Me sorprendí cuando un enano vino a recibirnos con los brazos abiertos y una gran sonrisa en boca, el enano inmediatamente se presento, Dimasalang era su nombre, acto seguido todos nos quedamos mirando al anciano que se encontraba en la chimenea, no podía creerlo, se trataba de Gandalf, ahora gris otra vez, otro enano y una mujer gondoriana se acercaron al grupo y tambien se presentaron, sus nombres eran Gilford y Sárelle, todos estos valientes personajes se nos iban a unir en nuestra misión.

Acto después la cerveza corría en manos de todos, un elfo fue el que nos interrumpió para hablarnos de algo que por su cara sabíamos que desde luego no era hacer una fiesta.Aquel elfo nos explicó como se encontraba la situación y como orcos y dragones se multiplicaban, y de como habían espectros y tumularios allí donde íbamos.

Cuando el elfo terminó, decidimos que lo mejor era salir de la posada para pasar la noche afuera.

Llegamos al lugar en el que pasaríamos la noche y lo preparamos todo para dormir.
Abârmil quiso hacer la guardia y se quedó pensativo ante el fuego mientras nosotros nos íbamos a dormir.