Ver publicación (NUEVO ''PLAY BY POST'')
Ver tema#177 Respondiendo a: dimasalang
Acción
Atrás parecían haber quedado para siempre los días de inquietud y amargura, pero también de aventuras y de recorrer el ancho mundo. Era esto precisamente lo que pensaba el viejo guerrero Dimasalang -más conocido entre los suyos como Dimas, hijo de Thranios- mientras escribía y releía sus mem...
Acción
Habíamos dejado atrás la frondosidad de Eryn Lasgalen para entrar en unas tierras que me parecían un tanto inhóspitas. Rompí el silencio reinante con un comentario que me llevaba perturbando desde que Thranduil pronunció su discurso en el banquete.
[quote]- Me pregunto el por qué de el rescate de el tesoro, ¿Tan valioso será, que poderes tendrán tales joyas? Aunque todos sabemos de la codicia de Thranduil…[/quote]
Tras soltar mi frase comprobé que a muchos de mis compañeros también les preocupaba el asunto. Tuvimos un debate intenso pero corto, ya que, ante la imposibilidad de conocer la respuesta, nuestras lenguas nos llevaron a otro tipo de historias más personales. Me gustó saber como mi amigo Rúmil seguía tan jovial como siempre, aún sin su gran compañero Aikànaro. La historia de Serke y su primo parecía apasionante, por lo que me ofrecí, una vez terminada la misión, a acompañar al primo de Serke por toda la Tierra Media hasta averiguar cual es su verdadero nombre.
[quote]- Soy demasiado activo como para quedarme en mis dominios durante mucho tiempo, y demasiado curioso como para dejar un enigma sin resolver.- dije[/quote]
Seguidamente nos agarramos de nuestros antebrazos en señal de trato y nos sonreímos afablemente.
Encabezaba la marcha junto a Burzumgad cuando comencé a notar que la visión se hacía más difícil, el sol se embarcaba en su diario viaje nocturno. El orco me miró a la cara y mostró una graciosa sonrisa y se giró hacia la compañía:
[quote] - Esta anocheciendo- dijo Burzumgad- Estaré atento a cualquier suceso extraño, pues no olvidéis lo bien que veo en las tinieblas.
- No alardearías tanto en presencia de Dimas, maese orco.- le respondí en bajo con tono de chanza.
- Si estuviera aquí nos mofaríamos de tu corta vista dos en lugar de uno, montaraz, jajaja.[/quote]
A continuación debatimos si debíamos acampar o no; yo me posicione en seguir avanzando, ¡Por algo llevamos a un visionario nocturno! No demoramos nuestra pausa y proseguimos hollando el camino, había algo en el ambiente que no nos gustaba, opresivo y amenazante. El mismo Inglor se mostraba abiertamente muy receloso de aquel paraje y en el rostro de Rúmil leía el mismo sentimiento. En estos casos tener a miembros de la Hermosa Gente es una ventaja poderosa.
Escasos minutos después nos hallábamos ante la ansiada posada, “La Jarra Agradecida”, se llamaba. Entramos y el posadero nos dirigió a la habitación trece, donde aguardaban nuestra llegada unos inesperados y sorprendentes compañeros Dimas y Gandalf, junto a unos tales Gilford y Sárelle. Parece ser que por dicho aciago número nadie solía alquilar esta estancia y siempre estaba libre. Llamé cortésmente a la puerta, me dieron paso y entré seguido de mis camaradas. Allí estaba Dimas, enhiesto en el centro de la habitación con los brazos abiertos. Presenté a la gente nueva y nos presentaron a los otros.
[quote]- ¡Peregrino Gris!- exclamé con brío.
- Así es maese Abârmil…- contestó.
- Ahora si que es hora de ver lo agradecida que son las jarras de esta posada, ¡Brindemos para sellar nuestra alianza!- dije sujetando una pinta de cerveza que había tomado de una mesa cercana.[/quote]
Sin embargo nuestra animada algarabía fue interrumpida por uno de los elfos encapuchados presentes. Nos amplió las condiciones y peligros de nuestra empresa. La nueva información otorgaba algo de altruismo a la misión, pues estaban implicadas personas secuestradas, lo que me captó profundamente mi atención, debido a que yo había perdido hace mucho a alguien… Tras el discurso hablé con los montaraces y les di instrucciones que deberían llevar a mis hombres en su camino de vuelta a Eriador, sólo Eru sabía el tiempo que estaría fuera, o si volvería algún día.
Al rato salimos con dirección a las montañas con paso rápido, mas la noche era demasiado cerrada para continuar y montamos nuestro pequeño campamento alrededor de una hoguera encendida por el habilidoso Dimas. Pedí como siempre hacer la primera guardia, los pensamientos me asaltaban con demasiada fuerza como para conciliar el sueño.
[quote] “No entiendo esta nueva horda de orcos y monstruos, nadie salvo Sauron o el mismísimo Morgoth pueden congregar tamaño ejército. Quizá hay un objeto que atrae y difunde el mal, algo creado por el Oscuro en los intensos fuegos del Orodruin, debo debatirlo con Burzumgad, recuerdo que conocía a un orco versado en historia negra en su Minas Morgul.”- cavilé durante mi guardia.
Habíamos dejado atrás la frondosidad de Eryn Lasgalen para entrar en unas tierras que me parecían un tanto inhóspitas. Rompí el silencio reinante con un comentario que me llevaba perturbando desde que Thranduil pronunció su discurso en el banquete.
[quote]- Me pregunto el por qué de el rescate de el tesoro, ¿Tan valioso será, que poderes tendrán tales joyas? Aunque todos sabemos de la codicia de Thranduil…[/quote]
Tras soltar mi frase comprobé que a muchos de mis compañeros también les preocupaba el asunto. Tuvimos un debate intenso pero corto, ya que, ante la imposibilidad de conocer la respuesta, nuestras lenguas nos llevaron a otro tipo de historias más personales. Me gustó saber como mi amigo Rúmil seguía tan jovial como siempre, aún sin su gran compañero Aikànaro. La historia de Serke y su primo parecía apasionante, por lo que me ofrecí, una vez terminada la misión, a acompañar al primo de Serke por toda la Tierra Media hasta averiguar cual es su verdadero nombre.
[quote]- Soy demasiado activo como para quedarme en mis dominios durante mucho tiempo, y demasiado curioso como para dejar un enigma sin resolver.- dije[/quote]
Seguidamente nos agarramos de nuestros antebrazos en señal de trato y nos sonreímos afablemente.
Encabezaba la marcha junto a Burzumgad cuando comencé a notar que la visión se hacía más difícil, el sol se embarcaba en su diario viaje nocturno. El orco me miró a la cara y mostró una graciosa sonrisa y se giró hacia la compañía:
[quote] - Esta anocheciendo- dijo Burzumgad- Estaré atento a cualquier suceso extraño, pues no olvidéis lo bien que veo en las tinieblas.
- No alardearías tanto en presencia de Dimas, maese orco.- le respondí en bajo con tono de chanza.
- Si estuviera aquí nos mofaríamos de tu corta vista dos en lugar de uno, montaraz, jajaja.[/quote]
A continuación debatimos si debíamos acampar o no; yo me posicione en seguir avanzando, ¡Por algo llevamos a un visionario nocturno! No demoramos nuestra pausa y proseguimos hollando el camino, había algo en el ambiente que no nos gustaba, opresivo y amenazante. El mismo Inglor se mostraba abiertamente muy receloso de aquel paraje y en el rostro de Rúmil leía el mismo sentimiento. En estos casos tener a miembros de la Hermosa Gente es una ventaja poderosa.
Escasos minutos después nos hallábamos ante la ansiada posada, “La Jarra Agradecida”, se llamaba. Entramos y el posadero nos dirigió a la habitación trece, donde aguardaban nuestra llegada unos inesperados y sorprendentes compañeros Dimas y Gandalf, junto a unos tales Gilford y Sárelle. Parece ser que por dicho aciago número nadie solía alquilar esta estancia y siempre estaba libre. Llamé cortésmente a la puerta, me dieron paso y entré seguido de mis camaradas. Allí estaba Dimas, enhiesto en el centro de la habitación con los brazos abiertos. Presenté a la gente nueva y nos presentaron a los otros.
[quote]- ¡Peregrino Gris!- exclamé con brío.
- Así es maese Abârmil…- contestó.
- Ahora si que es hora de ver lo agradecida que son las jarras de esta posada, ¡Brindemos para sellar nuestra alianza!- dije sujetando una pinta de cerveza que había tomado de una mesa cercana.[/quote]
Sin embargo nuestra animada algarabía fue interrumpida por uno de los elfos encapuchados presentes. Nos amplió las condiciones y peligros de nuestra empresa. La nueva información otorgaba algo de altruismo a la misión, pues estaban implicadas personas secuestradas, lo que me captó profundamente mi atención, debido a que yo había perdido hace mucho a alguien… Tras el discurso hablé con los montaraces y les di instrucciones que deberían llevar a mis hombres en su camino de vuelta a Eriador, sólo Eru sabía el tiempo que estaría fuera, o si volvería algún día.
Al rato salimos con dirección a las montañas con paso rápido, mas la noche era demasiado cerrada para continuar y montamos nuestro pequeño campamento alrededor de una hoguera encendida por el habilidoso Dimas. Pedí como siempre hacer la primera guardia, los pensamientos me asaltaban con demasiada fuerza como para conciliar el sueño.
[quote] “No entiendo esta nueva horda de orcos y monstruos, nadie salvo Sauron o el mismísimo Morgoth pueden congregar tamaño ejército. Quizá hay un objeto que atrae y difunde el mal, algo creado por el Oscuro en los intensos fuegos del Orodruin, debo debatirlo con Burzumgad, recuerdo que conocía a un orco versado en historia negra en su Minas Morgul.”- cavilé durante mi guardia.
All that is gold does not glitter,
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...