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Inglor
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Desde: 03/07/2006

#444 Respondiendo a: Maelor

Acción

La fantasmal batalla había acabado y el sol se alzaba en el cielo con todo su esplendor, ya no estábamos sumidos en la sombra con viles espectros. Toda la compañía nos recuperábamos poco a poco del encuentro. Dejé caer mi pesado escudo en el suelo y me senté en una piedra que se encontraba c...

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Acababa yo de recoger la última de mis flechas junto a Barin, que también se dispuso a recoger las suyas, cuando el primer rayo de sol nos iluminó el rostro y dio a mostrar el campo de batalla: Abârmil y Burzumgad descansaban apoyados en una roca lisa fumando tabaco y jactándose ambos de ser el que mayores aros de humo hacía.

No mucho más lejos, Rúmil (quien apenas parecía haberse cansado lo más mínimo) y Gandalf (que tambien fumaba tabaco, aparentemente relajado) conversaban sobre la situación de la comitiva. El resto de los compañeros bebían de sus cantimploras y preparábanse para una posible reanudación de la marcha.

Tras beber un largo trago del agua de mi cantimplora casi agotada para quitar el sueño que ahora me acechaba, observé que todos acordaban seguir hacia las montañas. A mí también me pareció lo más prudente. Dimas y Gilford se relamían de gusto por pisar tierra montañosa. Yo marchaba junto a Abârmil haciéndole saber que aún me duraba el ansia de blandir mi antiguo sable élfico de cuando serví en el ejército durante la segunda edad. Hacía ya tiempo que no corría la sangre por su hoja.

Serke nos recordó las instrucciones que se nos habían dado en "La Jarra Agradecida" y continuamos por el bosque siguiendo a Abârmil por la maleza y confiando plenamente en sus conocimientos de explorador (ya había desenvainado y abríase paso segando los zarzales que poblaban el espeso bosque). Al de un rato, detuvimos el paso por beber en un riachuelo y rellenar las cantimploras.

[quote]- Es lo que tiene luchar contra espectros, que no te manchas mucho de sangre - dijo Abârmil. Yo le respondí con una carcajada mientras me limpiaca el hollín que tenía en mi bota a causa de la patada que le propiné a la hoguera para auyentar a los espectros.
- Suerte que Sarélle actuo con rapideza reprtiendo antorchas, pues sin el fuego no hubiésemos conseguido absolutamente nada, además son mas difíciles de espantar que los orcos.- dije guiñandole un ojo a Burzumgad y sonriéndole, en señal de broma.[/quote]

Tras unos minutos de difícil marcha, comenzamos a avistar las Ered Mithrin entre las hojas de los árboles.

A no más de treinta metros, hallábase un sendero que ignoramos con pesar, los dos exploradores del grupo, Abârmil y Burzumgad, trepaban por una de las laderas de la montaña con intención de colgar una cuerda para facilitarnos el que podría ser un dificultoso ascenso (por no decir mortal).

En aquel momento conversaba yo (esta vez en la retaguardia) con mi buen amigo Rúmil sobre lo que sabíamos de la alta montaña.

[quote]- Ya alcancé yo una vez la cumbre de estas montañas junto a una escuadra de elfos durante uno de los servicios prestados a Thranduil, no hace mucho. Y no es que sea una montaña de la que guste mucho...
[/quote]

Dijele yo, y Rúmil, por su parte, me dijo lo que opinaba sobre el tema.

Pronto el ascenso se complico a causa de la altura, la inclinación y una poco comun ventisca que aumentaba su fiereza por momentos. Mi camarada elfo y yo miramos hacia arriba y comprobamos que el resto de los compañeros no eran mas que manchas difumindas por la ventisca. También se dejaba caer desde arriba algún que otro juramento que resonaba por toda la falda de la montaña. Tampoco cesaban de caer piedrecitas a causa, seguramente, de algún desafortunado paso en falso.

Escuchabamos los de la retaguardia como el Peregrino Gris lanzaba algún que otro aviso a los exploradores, pero no conseguiamos distinguir palabras en aquel vocerío, pues la ventisca era cruel y no podíamos evitar apoyarnos unos encima de otros. Logré divisar como Serke, su primo y Sárelle avanzaban con mucha dificultad, ya que tenían que cargar con sus respectivos escudos, y no eran cómodos de llevar por aquella cuesta con tanto viento, pues al chocar el vendaval en los escudos, estos hacían una especie de efecto cometa y a punto estuvieron de arrastrar a sus portadores al abismo.

Pronto llegamos a un rellano, agunos dudaban que fuera el camino principal, pero aún asi, había que comprobarlo, el frio era excesivo y no estabamos en condiciones de hacer ningún alto.

[quote]-Atemonos cuerdas a la cintura y que los exploradores vayan tanteando el posible camino-dije yo.- No obstante, ¿Gandalf, tu magia podria servirnos?[/quote]
-Si, es cierto- dijo la primera Voz. -Creo que deberíamos dar un nombre a esa comarca. ¿Cual sugiere?
- El Maletero se encargó de ello hace ya algún tiempo- dijo la segunda voz. - El tren de Niggle-Parish está a punto de salir: eso es lo que ha venido gritando durante años. Niggle-Parish. Le...