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Ver tema#447 Respondiendo a: barin-de-rohan
Acción
El sol se levantaba más rápido de lo normal. Sentia como si fueran años la última vez que vi un Dolmen caer.
Y como el sol se levantava, la compañia tambien. Unos fumaban, otros comian, otros discutian. Yo despues de levantarme del suelo con aires de heroe hombro a hombro con Serke le dije:...
Acción
La débil claridad del amanecer aumentaba de intensidad rápidamente. Rúmil se me acercó y me indicó que consideraba oportuno ponerse en camino. Yo le dije que quizá sería preferible descansar un poco y él me señalo algo tras de mí. Me giré y vi por encima de los árboles las blancas cimas de Ered Mithrin:
[quote]-¡Las Montañas Grises! En ese caso, partiremos de inmediato.[/quote]
Me giré hacia los demás compañeros de viaje y les anuncié nuestra inminente partida:
[quote]-Rúmil y yo hemos acordado que partiremos cuanto antes y así aprovecharemos las horas de luz. Si no hay ninguna objeción preparaos para retomar la marcha.[/quote]
Los murmullos se elevaron en la compañía y observé como Dimas y Gilford, charlaban animadamente. Otros como Abârmil, parecían menos alegres con la idea de continuar sin descansar.
En cuanto estuvimos preparados, partimos por un bosque evitando en todo momento las sendas principales. Observé que el soldado gondoriano sin nombre se me acercaba. Lo saludé con una inclinación de cabeza y me dijo:
[quote] -¿Dónde nos llevaran nuestros pasos ahora Gandalf?- me dijo.
- A las Ered Mithrin, señor gondoriano- le contesté yo.[/quote]
Debido a la frondosidad del terreno que atravesábamos, Abârmil se adelantó y con su espada fue facilitándonos el camino a los demás. Después de algún tiempo caminando, y algún que otro arañazo, salimos a un claro en el bosque por el que discurría un arroyo. Acordamos hacer un pequeño descanso antes de continuar nuestro camino para limpiarnos tras la batalla nocturna.
El bosque que habíamos recorrido, finalizaba el la falda de las Montañas Grises, por lo que comenzamos a subir por una ladera de poca pendiente, dejando a una distancia prudente un camino.
Tras un trecho, el ascenso se fue complicando, pues el desnivel de la ladera aumentaba. Tomamos por ello la decisión de utilizar las cuerdas para continuar la subida.
Abârmil y Burzumgad, se adelantaron unos metros y yo me coloque entre estos y el resto del grupo. Los enanos, ayudaban a trepar por las escarpadas rampas casi verticales a la dama Sáralle, a Serke y a su primo. Mientras que el medio-elfo y el elfo iban conversando en la retaguardia.
El frío aumentaba por momentos, por lo que eché sobre mi cabeza la capucha gris y el viento levantaba mi capa, otorgándome un aspecto que, en otras circunstancias había sido bastante cómico. Los que iban por delante debieron de tener algún percance, pues una lluvia de molestas piedrecillas cayó sobre nuestras cabezas, provocando las quejas de algunos compañeros. Observando, la dificultad que teníamos en nuestro ascenso, grité:
[quote]-¡Abârmil, Burzumgad! ¡Estad atentos por si veis algún llano o un lugar donde descansar! ¡La situación empieza a ser inaguantable![/quote]
El fuerte viento parecía arrancarme las palabras de los labios, pues casi no oí mi propia voz, por lo que no oí la respuesta que me dieron. Seguimos subiendo, y de repente, el suelo fue de nuevo horizontal. Pero, debido a la ventisca no podíamos saber si estábamos en el camino o no. Yo propuse a mis compañeros que votáramos que hacer. Algunos optaron por descansar y otros por continuar por el camino. Entonces, les dije lo siguiente:
[quote]-Con esta ventisca es imposible, que sigamos escalando por esta pared y tampoco creo que descansemos mucho en estas condiciones. Por lo que propongo seguir por el camino principal, aun arriesgándonos a se descubiertos.[/quote]
Ante estas palabras, el orco dijo que a el no le importaba ir por el camino y que se ofrecía a ir delante oteando el camino.
[quote]-Por mi de acuerdo- dije yo- si os parece bien, yo iré delante con Burzumgad.[/quote]
La débil claridad del amanecer aumentaba de intensidad rápidamente. Rúmil se me acercó y me indicó que consideraba oportuno ponerse en camino. Yo le dije que quizá sería preferible descansar un poco y él me señalo algo tras de mí. Me giré y vi por encima de los árboles las blancas cimas de Ered Mithrin:
[quote]-¡Las Montañas Grises! En ese caso, partiremos de inmediato.[/quote]
Me giré hacia los demás compañeros de viaje y les anuncié nuestra inminente partida:
[quote]-Rúmil y yo hemos acordado que partiremos cuanto antes y así aprovecharemos las horas de luz. Si no hay ninguna objeción preparaos para retomar la marcha.[/quote]
Los murmullos se elevaron en la compañía y observé como Dimas y Gilford, charlaban animadamente. Otros como Abârmil, parecían menos alegres con la idea de continuar sin descansar.
En cuanto estuvimos preparados, partimos por un bosque evitando en todo momento las sendas principales. Observé que el soldado gondoriano sin nombre se me acercaba. Lo saludé con una inclinación de cabeza y me dijo:
[quote] -¿Dónde nos llevaran nuestros pasos ahora Gandalf?- me dijo.
- A las Ered Mithrin, señor gondoriano- le contesté yo.[/quote]
Debido a la frondosidad del terreno que atravesábamos, Abârmil se adelantó y con su espada fue facilitándonos el camino a los demás. Después de algún tiempo caminando, y algún que otro arañazo, salimos a un claro en el bosque por el que discurría un arroyo. Acordamos hacer un pequeño descanso antes de continuar nuestro camino para limpiarnos tras la batalla nocturna.
El bosque que habíamos recorrido, finalizaba el la falda de las Montañas Grises, por lo que comenzamos a subir por una ladera de poca pendiente, dejando a una distancia prudente un camino.
Tras un trecho, el ascenso se fue complicando, pues el desnivel de la ladera aumentaba. Tomamos por ello la decisión de utilizar las cuerdas para continuar la subida.
Abârmil y Burzumgad, se adelantaron unos metros y yo me coloque entre estos y el resto del grupo. Los enanos, ayudaban a trepar por las escarpadas rampas casi verticales a la dama Sáralle, a Serke y a su primo. Mientras que el medio-elfo y el elfo iban conversando en la retaguardia.
El frío aumentaba por momentos, por lo que eché sobre mi cabeza la capucha gris y el viento levantaba mi capa, otorgándome un aspecto que, en otras circunstancias había sido bastante cómico. Los que iban por delante debieron de tener algún percance, pues una lluvia de molestas piedrecillas cayó sobre nuestras cabezas, provocando las quejas de algunos compañeros. Observando, la dificultad que teníamos en nuestro ascenso, grité:
[quote]-¡Abârmil, Burzumgad! ¡Estad atentos por si veis algún llano o un lugar donde descansar! ¡La situación empieza a ser inaguantable![/quote]
El fuerte viento parecía arrancarme las palabras de los labios, pues casi no oí mi propia voz, por lo que no oí la respuesta que me dieron. Seguimos subiendo, y de repente, el suelo fue de nuevo horizontal. Pero, debido a la ventisca no podíamos saber si estábamos en el camino o no. Yo propuse a mis compañeros que votáramos que hacer. Algunos optaron por descansar y otros por continuar por el camino. Entonces, les dije lo siguiente:
[quote]-Con esta ventisca es imposible, que sigamos escalando por esta pared y tampoco creo que descansemos mucho en estas condiciones. Por lo que propongo seguir por el camino principal, aun arriesgándonos a se descubiertos.[/quote]
Ante estas palabras, el orco dijo que a el no le importaba ir por el camino y que se ofrecía a ir delante oteando el camino.
[quote]-Por mi de acuerdo- dije yo- si os parece bien, yo iré delante con Burzumgad.[/quote]
Mithrandir, Mithrandir, cantaban los elfos, ¡oh Peregrino Gris!. Pues así les gustaba llamarlo.
Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo qu...
Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo qu...