Acción.

Caída al fin la noche nos dispusimos en pequeños grupos. Yo estaba con Dimas y Serke, y este último me inquirió acerca de aquellas extrañas sensaciones que me colmasen al ver las dos sendas. Al fin y atendiendo a su insistencia dije algo, que no era todo lo que pensaba:
[quote] –Había un olor más...era de algo grande...sentía que una mirada penetrante y oscura acechaba... [/quote]
Mis camaradas comenzaron a conjeturar al respecto, y mi mente voló, lejos, hacia mi ahora entrañable y libre de mal ciudad de origen. Morgul aún estaba a medias desvastada y algunas barriadas pedían a gritos reparaciones...cuanto trabajo por realizar...pero ya estaba yo metido en esta aventura, pues si el mal reaparecía, eso sería nefasto para todos, y más aún para los míos.
Me sacó de mis reflexiones el viento, cada vez más frío y a cada momento más molesto. A un lado, Rúmil, Inglor y Barin mimaban mucho a la palomilla Alion, nuestra mensajera.
Abârmil aparecía recuperado al punto de bromear. Intentó algún chiste muy viejo, y se amoscó algo por que yo se lo hice saber.
Peregrino Gris, quién había estado meditando en un rincón, se acercó al corro y aconsejó dormir.
Tal como lo habíamos convenido, Inglor y yo nos hicimos cargo de la primera guardia, y si que se entretuvo mi compañero oyendo los relatos de mis tierras, extraños y exóticos para él. Lo maravilló el saber que los orcos no fuésemos polígamos, como alguien le había dicho.
[quote] – con una sola mujer basta, Inglor – reí - ¿quién soportaría a varias, y más aún siendo ellas orcas? [/quote]
Y allí el que rió fue él.
Luego fue Inglor quién habló, mientras yo fumaba. Me contó acerca de su vida pasada, habló del Eriador, de Bree...ofreció al fin llevarme un día a la mítica posada del Poney Pisador, y si me alegró su invitación.
Atisbando al campamento enemigo advertimos riñas y algunos golpes.
[quote] – estos fulanos sirven aún a la sombra, y se les nota – dije – mira como se golpean y lanzan maldiciones, de seguro por naderías... ¡ay de los míos...! ¿Cuándo aprenderán que sin grandes patrones es como se vive de verdad...? [/quote]
Amargado por el espectáculo, esperé que Barin se hiciese cargo de la segunda guardia.
La mañana nos sorprendió, se diría cayéndonos encima de un golpe. La novedad fue la recuperación total de Abârmil, ya en forma y con genuinas ganas de caminar y (si era necesario) de combatir.
[quote] –Espero tener tiempo de gastaros una broma a vosotros – rió el montaraz, mirándonos a Gandalf, a Dimas y a mi [/quote]
Se lo veía exultante, ágil, parlanchín, palmeando a Rúmil, “su curador” Yo me reí para mis adentros: si supiese que yo había cambiado la redoma en un descuido del elfo...era auténtica medicina orca la que lo había compuesto...ya comprenderán todos lo que los nuestros pueden dar en tiempos de paz.
A poco el cielo gris se hizo rojizo. Todos habíamos descansado, y era hora de proseguir, luego de un reparador refrigerio, claro.
[quote] -¿lembas, amigo mío?- me preguntó Inglor, ofreciéndome una.
-No, gracias, me...apetecen mis bizcochos. – respondí. [/quote]
Los comí con delección, pues los había preparado Marzdaph, mi esposa. Inglor los rechazó con mucha delicadeza. Tiene sus ventajas ser el único orco de la compañía...
Al fin llegamos a la bifurcación del camino. El paisaje se hallaba amortajado por niebla y la voz de un lobo retumbó a lo lejos. Gandalf se volvió hacia el grupo, solemne.
[quote] – Debemos elegir el camino- dijo, su rostro noble difuminado por la cerrazón. [/quote]
Yo alcé la mano.
[quote] – El de la izquierda – dije – y es una simple corazonada, ya que los dos parecen igualmente sombríos. En cuanto a lo de Alion, no creo que nadie esté en desacuerdo con enviarla. [/quote]