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Ver tema#491 Respondiendo a: Entaguas
NARRACIÓN 9ª
La tenue, clara y rojiza luz del amanecer se extendió, iluminando la zona en una cuestión de segundos. El rojo sol parecía brillar con especial intensidad, como si en sus rayos rojizos quisiera advertir de algo a los aventureros.
El Peregrino alzó sus manos y Alion, la paloma, con el...
acción.
El alba nos iluminó al fin, pero se trataba de un amanecer esquivo y lastimoso, a cuyo conjuro el paisaje no permitía abrigar esperanzas.
Allí estábamos, ante ese dilema al que nos había enfrentado el destino. Yo había dado mi parecer, y nada más aguardaba la decisión mayoritaria fumando mi pipa, las volutas del humo convertidas en las hilachas escarlatas por la luz del alba.
Consensuada la partida de Alion, no había ya motivos para retenerla: Peregrino Gris la liberó, las manos en alto, y el avecita revoloteó algún momento en círculos para enseguida, y utilizando su prodigioso sentido de la orientación, partir hacia su destino.
En cuanto a la senda a seguir, las opiniones estaban encontradas y las indecisiones eran mayoría. Al fin Rúmil supuso que mi olfato sería buena guía, y recomendó aceptar mi sugerencia.
[quote] – Yo hablé de corazonada- sonreí – no se aún si es buena opción, a juzgar por los pocos elementos de juicio de que dispongo.
-Si sois tan dubitativos la decisión la tomaré yo ¡no tenemos todo el tiempo! – pareció perder en algo los estribos Gandalf - ¡vamos por la izquierda tal como tu lo recomendaste, Burzumgad! [/quote]
Bajamos el sendero, pues a poco de caminar advertimos que el caminillo de la izquierda descendía, en tanto que aquel que habíamos descartado era plano, y ya se iluminaba por efectos del día naciente.
[quote] – Espero que no nos hallamos equivocado – dijo una voz de entre la compañía, prestamente silenciada por una mirada del mago. [/quote]
A poco de andar el sendero se estrechó, entre barrancos de pedregales opacos, apenas habitados por matorrales lastimosos llenos de brotes desagradables y malolientes.
[quote]- Parecidos a los que tenéis en las cercanías de Morgul – me dijo Abârmil, quién marchaba a mi lado.
- ¡Ya no! – me apresuré a aclarar – vieras que lindas flores crecen allí, ahora que la Sombra se retiró.
- ¿Hay rosales? – preguntó el montaraz.
- Ahá. De rosas negras...
- ¡Epa! [/quote]
Pero no había tiempo para charlas ligeras: una extraña neblina, densa, reptante y decidida a no pasarnos de la cintura nos envolvía de a poco, y era fría y untuosa.
[quote] – Con esto ni sabemos que pisamos – dijo alguien [/quote]
Al fin divisamos un bosque, o al menos una maraña sombría que emergía de la cerrazón conforme nos acercábamos al mismo.
[quote]- No parece un bosque muy hospitalario ni acogedor - comentó Abârmil- y mirad que conozco muchos...
- Hay más cosas – acoté yo – se ven troncos desgajados como por la acción de brazos poderosos, y tocones quemados...si a eso sumamos este olor... ¿es que no lo percibís vosotros también? Es...olor a animal grande y tosco... [/quote]
Yo hablaba sugiriendo sin nombrar, pues si lo hacía, parecería invocarlo. Pero de todas maneras aquello que temíamos se precipitó: la niebla se sacudió de un modo extraño, como impulsada por “alas” invisibles para nosotros. Gandalf intentó algo, los brazos en alto, pero ya estaban allí: uno grande y evidente, otros perceptibles apenas como sombras caprichosas y lejanas. Enseguida dos ojos ardieron como teas en medio de la niebla, y entonces le oímos:
[quote] – ¡Malditos mortales! morid bajo el fatal aliento de Garchôt y sus hijos... [/quote]
La voz, metálica y rasposa, sonó un segundo antes de la bocanada de fuego, a la que logramos esquivar a duras penas. Rúmil disparó una rapidísima andanada de flechas, certeras pero que poco o nada de daño hicieron al monstruo.
[quote] – Debemos dispersarnos y confundirlo – susurré a Abârmil y a los tres o cuatro que estaban a mi lado ¡es muy fuerte para nosotros y no está solo! Una sola de sus bocanadas de fuego puede ser la perdición de todos ¡Y no atendáis a sus palabras! Los dragones suelen ser tan inteligentes cono arteros y malévolos. [/quote]
El alba nos iluminó al fin, pero se trataba de un amanecer esquivo y lastimoso, a cuyo conjuro el paisaje no permitía abrigar esperanzas.
Allí estábamos, ante ese dilema al que nos había enfrentado el destino. Yo había dado mi parecer, y nada más aguardaba la decisión mayoritaria fumando mi pipa, las volutas del humo convertidas en las hilachas escarlatas por la luz del alba.
Consensuada la partida de Alion, no había ya motivos para retenerla: Peregrino Gris la liberó, las manos en alto, y el avecita revoloteó algún momento en círculos para enseguida, y utilizando su prodigioso sentido de la orientación, partir hacia su destino.
En cuanto a la senda a seguir, las opiniones estaban encontradas y las indecisiones eran mayoría. Al fin Rúmil supuso que mi olfato sería buena guía, y recomendó aceptar mi sugerencia.
[quote] – Yo hablé de corazonada- sonreí – no se aún si es buena opción, a juzgar por los pocos elementos de juicio de que dispongo.
-Si sois tan dubitativos la decisión la tomaré yo ¡no tenemos todo el tiempo! – pareció perder en algo los estribos Gandalf - ¡vamos por la izquierda tal como tu lo recomendaste, Burzumgad! [/quote]
Bajamos el sendero, pues a poco de caminar advertimos que el caminillo de la izquierda descendía, en tanto que aquel que habíamos descartado era plano, y ya se iluminaba por efectos del día naciente.
[quote] – Espero que no nos hallamos equivocado – dijo una voz de entre la compañía, prestamente silenciada por una mirada del mago. [/quote]
A poco de andar el sendero se estrechó, entre barrancos de pedregales opacos, apenas habitados por matorrales lastimosos llenos de brotes desagradables y malolientes.
[quote]- Parecidos a los que tenéis en las cercanías de Morgul – me dijo Abârmil, quién marchaba a mi lado.
- ¡Ya no! – me apresuré a aclarar – vieras que lindas flores crecen allí, ahora que la Sombra se retiró.
- ¿Hay rosales? – preguntó el montaraz.
- Ahá. De rosas negras...
- ¡Epa! [/quote]
Pero no había tiempo para charlas ligeras: una extraña neblina, densa, reptante y decidida a no pasarnos de la cintura nos envolvía de a poco, y era fría y untuosa.
[quote] – Con esto ni sabemos que pisamos – dijo alguien [/quote]
Al fin divisamos un bosque, o al menos una maraña sombría que emergía de la cerrazón conforme nos acercábamos al mismo.
[quote]- No parece un bosque muy hospitalario ni acogedor - comentó Abârmil- y mirad que conozco muchos...
- Hay más cosas – acoté yo – se ven troncos desgajados como por la acción de brazos poderosos, y tocones quemados...si a eso sumamos este olor... ¿es que no lo percibís vosotros también? Es...olor a animal grande y tosco... [/quote]
Yo hablaba sugiriendo sin nombrar, pues si lo hacía, parecería invocarlo. Pero de todas maneras aquello que temíamos se precipitó: la niebla se sacudió de un modo extraño, como impulsada por “alas” invisibles para nosotros. Gandalf intentó algo, los brazos en alto, pero ya estaban allí: uno grande y evidente, otros perceptibles apenas como sombras caprichosas y lejanas. Enseguida dos ojos ardieron como teas en medio de la niebla, y entonces le oímos:
[quote] – ¡Malditos mortales! morid bajo el fatal aliento de Garchôt y sus hijos... [/quote]
La voz, metálica y rasposa, sonó un segundo antes de la bocanada de fuego, a la que logramos esquivar a duras penas. Rúmil disparó una rapidísima andanada de flechas, certeras pero que poco o nada de daño hicieron al monstruo.
[quote] – Debemos dispersarnos y confundirlo – susurré a Abârmil y a los tres o cuatro que estaban a mi lado ¡es muy fuerte para nosotros y no está solo! Una sola de sus bocanadas de fuego puede ser la perdición de todos ¡Y no atendáis a sus palabras! Los dragones suelen ser tan inteligentes cono arteros y malévolos. [/quote]
Umbrías son las montañas, mas la ciudad brilla:Se diría una gran mortaja flotando entre el cielo y la tierra.
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...
Quién se adelante hacia ella procedente de Ithilien la verá brillar cuando aún le resten millas para arribar la misma.
Quién llegue a ella desde el interior de Mordor la advertirá con...