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Abârmil
Abârmil
Desde: 17/09/2003

#510 Respondiendo a: Inglor

Acción - (GRUPO 1º)

Una gota en mi frente interrumpió mi sueño. Todo era oscuridad, opté por no mover ni un músculo y permanecer inmóvil por si algún sonido pudiera revelarme mi paradero. Lo último que recordaba era la mirada del dragón, postrado, sin vigor, casi abatido. Fue entonces cuando come...

Acción

“- Creo que ya es suficiente por hoy - dije-, tomemos un descanso. Vete a por agua, Lendor, y tú, Bilmos, enciende un fuego, la noche está próxima y es mejor buscar la madera con el sol de nuestro lado.
Me senté tranquilamente sobre la espesa hierba que cubría cual alfombra la cima de la pequeña colina que nos soportaba; metí la mano en mi bolsa para sacar una hogaza de pan, un par de manzanas, la cantimplora, mi pipa y un paquete de delicioso tabaco de la Comarca. Nos sentamos los tres amigos alrededor de la hoguera comiendo con la grata melodía que aporta una conversación agradable. Una vez terminada la frugal aunque suficiente pitanza, encendimos nuestras pipas y contemplamos en arrobado silencio, a través del humo que exhalaba de nuestras bocas, las fértiles tierras de Eriador: un serpeante e interminable río a la derecha de nuestra mirada reflejaba los últimos rayos de un sol necesitado de su merecido descanso diario; la cristalina corriente estaba franqueada por un bosque de glaucas copas que se contoneaban felizmente con el primaveral céfiro; a la izquierda se extendían unas montañas donde la prístina naturaleza continuaba gobernando sus indómitas pendientes; y por el centro, una amplia llanura de oro esmeralda alcanzaba el horizonte tocando el cerúleo cielo en un sin fin de caricias.
- Hermosos son los pequeños placeres de la vida, amigos míos, pequeños pero a su vez sublimes, embelesadores y sedantes, como minúsculos paraisos sensoriales portadores de felicidad extrasensorial. Es esta estampa hija de la Natura la que reporta al alma sentimientos que portar cuando los caminos se vuelven oscuros…”

[quote] - ¡Hola compañeros! ¿Eh, dónde estamos?- dije despertando de mi dichoso letargo. [/quote]

Los posos de regocijo dejados por mi sueño se tornaron amargos ante la situación en la que nos encontrábamos: una estancia sin salida, una tumba en fosa perdida. El fuego añil que iluminaba la estancia mostraba una estrecha habitación cuyas paredes parecían cerrarse sobre nosotros a cada segundo produciendo fobia claustrofóbicas. El polvo y la suciedad parecían reinar sobre aquellas pétreas paredes, mientras que el aire hedía a sangre coagulada y a podredumbre, a óxido y humedad asfixiante, a odio, dolor y miedo, a pasado y presente.

Nuestros ojos se cruzaban interrogantes e inseguras miradas hasta que Dimas descubrió unas runas enanas que arrojó luz sobre el enigma que nos asaltaba. Comenzó a narrar una escalofriante historia sobre los enanos mezquinos que jamás hubiera podido creer si no fuera porque ahora éramos parte activa de ella. Con el corazón aún sobrecogido, Dimas halló la puerta de escape de aquella infernal creación de pura maldad. Salimos y, para nuestra sorpresa, allí el olor seguía siendo nauseabundo, era imposible acostumbrarse a tal miasma lacerante. Rápidamente nos pusimos a buscar una salida que nos llevara a la superficie. Al poco me topé con tres estrechos túneles: en el de la izquierda había un cadaver humano, por el de la derecha apareció un exhausto elfo ante mi incrédula mirada, y por el del centro surgió un alto viejo de largas barbas y frondosas cejas que me recordaron a un antiguo amigo, ¡Gandalf! Las sorpresas no quedaron ahí, de pronto apareció un montaraz de familiares facciones,

[quote]- ¡Farahir! – grité – No te veía desde las campañas de limpieza del Bosque Negro.
- Buena memoria, señor – respondió sonriente Farahir -, estuvieron bastante bien aquellas batallas, mucho más fáciles que las sufridas durante la guerra del anillo, ¿eh?[/quote]

Gandalf interrumpió bruscamente la conversación, tomó la antorcha que sujetaba Inglor y la arrojó contra una pared otorgándonos una salida que esperábamos fuera salvadora. Una escalera infinita marcaba un camino que se perdía en un insondable abismo. Cada escalón se volvía una ardua empresa por no caer rodando, un paso en falso y a saber durante cuanto tiempo podría estar cayendo. Todo ello con estridentes sonidos de guerra retumbando en aquellas brunas piedras haciendo difícil escuhar otra cosa que no fuera el propio latir del corazón.

No sé cuanto tiempo transcurrió, pero para mi fueron como horas, hasta que, lo que en un principio era un estrecho y tenebroso tunel, de pronto se abrió por el lado derecho, dejándonos únicamente el lado izquierdo para ayudarnos en el descenso. Nos hallábamos en las ruinas de la ciudad enana. Me tomé un momento de respiro y miré en derredor: viviendas, corredores, puentes y edificios derruidos se extendían ante mis ojos, muchos años contemplaban aquel desolador espectáculo, mas aún se entreveía parte de la maestría artesana enana, aunque no alcanzaban ni de lejos las asombrosas obras que guardaba las estancias de la inmortal Kazhad Dum. Inglor me despertó de mi momentáneo aturdimiento y me instó a continuar bajando. Tras torcer a la izquierda la escalera parecía verse al fondo una especie de lago donde la luz se aparecía con mayor probidad que en las escaleras que transitábamos. “Tal vez la salida esté ya cerca - pensé para mis adentros -, o alguna otra sorpresa, ¿Dónde estarán nuestros otros compañeros? ¿Por qué no me acuerdo de nada? ¿por qué Gandalf se muestra tan preocupado? Demasiadas dudas y poco tiempo para meditar sobre ellas.”
All that is gold does not glitter,
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall...