Ver publicación (NUEVO ''PLAY BY POST'')
Ver tema#1 Respondiendo a: Entaguas
Sí, con letras grandes, para que nadie se le pase
.
Bueno, con la anterior aventura pasada terminada ya, me gustaría intentar hacer otra aventura, esta vez esperando un poco más de participación femenina también.
El sistema de representación sera igual que en la anterior aventura, esta vez voy a...
NARRACIÓN 12ª - (GRUPO 2º)
Burzumgad sintió como una mano lo despertaba de su sueño. Era uno de esos uruks gigantescos, que no había visto antes. Poco recordaba él al igual que Maelor de la noche, solo que habían acampado al anochecer y los orcos los habían dejado en el suelo para dormir. Maelor solo recordaba que a mitad de la noche un pequeño grupo de uruk-hai se había unido, que parecían traer otro prisionero.
Esta vez, no los llevaron como sacos de patatas, si no que los agarraban fuertemente por la mano. En ese instante, un grito agudo se elevó en el aire, y la reacción fue diversa; muchos se estremecieron mientras que unos pocos permanecieron tranquilos. A Burzumgad, aquel chillido le resultaba familiar. No volvió a escucharlo, así que intentó relajarse.
No hubo mayor novedades, hasta que pararon y los dejaron atados en una esquina. Los uruk no parecían prestarles mucha atención, pero era la suficiente como para evitar un escape. Entonces, a su lado también dejaron otro prisionero. Era un montaraz, de cabello rubio y bastante pálido.
[quote]- ¿Quiénes sóis? Me llamo Cindor. Solo venía de vuelta a mi casa del Bosque Verde, y estos malditos uruks me han capturado. No sabía que había orcos tan cerca del Bosque Verde.
- ¿Para qué habías ido al Bosque Verde?- preguntó extrañado Gilford. Cindor parecía cansado, y con impaciencia contestó.
- Había oído algo de una misión que Thranduil había encargado a una compañía. Quería unirme a ellos.
- Pues esa compañía somos nosotros- rió Burzumgad- al menos, una parte de ella.[/quote]
Un saludo
. En esta narración creo que sería mejor avanzar en el diálogo de Cindor con Burzumgad, Maelor y Gilford, para coger confianza y demás. ¿Por cierto, donde están Rúmil y Barin?
.
Burzumgad sintió como una mano lo despertaba de su sueño. Era uno de esos uruks gigantescos, que no había visto antes. Poco recordaba él al igual que Maelor de la noche, solo que habían acampado al anochecer y los orcos los habían dejado en el suelo para dormir. Maelor solo recordaba que a mitad de la noche un pequeño grupo de uruk-hai se había unido, que parecían traer otro prisionero.
Esta vez, no los llevaron como sacos de patatas, si no que los agarraban fuertemente por la mano. En ese instante, un grito agudo se elevó en el aire, y la reacción fue diversa; muchos se estremecieron mientras que unos pocos permanecieron tranquilos. A Burzumgad, aquel chillido le resultaba familiar. No volvió a escucharlo, así que intentó relajarse.
No hubo mayor novedades, hasta que pararon y los dejaron atados en una esquina. Los uruk no parecían prestarles mucha atención, pero era la suficiente como para evitar un escape. Entonces, a su lado también dejaron otro prisionero. Era un montaraz, de cabello rubio y bastante pálido.
[quote]- ¿Quiénes sóis? Me llamo Cindor. Solo venía de vuelta a mi casa del Bosque Verde, y estos malditos uruks me han capturado. No sabía que había orcos tan cerca del Bosque Verde.
- ¿Para qué habías ido al Bosque Verde?- preguntó extrañado Gilford. Cindor parecía cansado, y con impaciencia contestó.
- Había oído algo de una misión que Thranduil había encargado a una compañía. Quería unirme a ellos.
- Pues esa compañía somos nosotros- rió Burzumgad- al menos, una parte de ella.[/quote]
Un saludo


¡Oh Orofarnë, Lassemista, Carnimirië!
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...