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Entaguas
Entaguas
Desde: 21/04/2005

#1 Respondiendo a: Entaguas

Sí, con letras grandes, para que nadie se le pase .
Bueno, con la anterior aventura pasada terminada ya, me gustaría intentar hacer otra aventura, esta vez esperando un poco más de participación femenina también.
El sistema de representación sera igual que en la anterior aventura, esta vez voy a...

NARRACIÓN 14ª - (GRUPO 2º)

La misteriosa mujer y los dos hombres que la acompañaban se acercaron a ellos rápidamente. Con una rapidez inmensa, con un pequeño puñal curvo, la mujer cortó las ataduras de los prisioneros. En ese momento, un rugido inmenso sonó a espalda de los aventureros. Los orcos habían dejado de pelear entre ellos y gritaban ‘’icenii, icenii’’ señalando a los guerreros. Sin embargo, la aparente organización no duró mucho, pues uno de los orcos apuñaló accidentalmente a otro y volvió a comenzar la lucha. Finalmente, la misteriosa mujer con sus dos hombres les indicó que les siguiera, y así lo hicieron. Se fueron corriendo, y no tardaron en alejarse del lugar muy rápido. A pesar de eso, no mencionaban palabra. Burzumgad, fue el que rompió el silencio:
[quote]- ¿Quiénes sois? ¿Por qué nos ayudáis?[/quote]
La mujer les dijo algo extraño en un idioma desconocido a todos a los dos hombres, y estos se pararon. Se quitaron la capa que les cubría el cuerpo, y dejaron ver su aspecto tal como era. Eran de musculatura fuerte y grandes, tenían un fiero y guerrero aspecto, con tatuajes azules por todo el desnudo pecho y la espalda, y unos pantalones típicos de montaraz. La mujer hizo lo mismo. Esta dejó impresionada con su belleza a la compañía. Era realmente muy bella. Tenía una negra melena sujeta en una larga coleta que le llegaba a la cintura. Era de facciones bellas y delicadas, vestiduras pobres, ojos castaños, su era de cara pálida, yen los brazos mostraba unos tatuajes verdes no muy diferentes a los de los guerreros. Todos sintieron un sentimiento diferente cuando la mujer les inspeccionó con su mirada. Finalmente, decidió hablar.
[quote]-- ¿Sois vosotros la compañía en la que estaba un poderoso mago gris, aquel al que llaman, ‘’el peregrino gris’’?
El ambiente se tensó un poco, y no estaban en condiciones de responder con aquellos dos hombres como grandes mûmaks con sus espadas desenvainadas. Afirmaron.
- Burzumgad, Maelor, Serke, Gilford, Rúmil, Barin… Cindor…- la mujer fue mencionando sus nombres en alto y mirándoles a cada uno con una voz serena que no parecía muy amiga- faltan muchos, y sobre todo el mago, que era vuestra misión principal. Tendremos que partir inmediatamente para rescatar al resto.
- ¿Pero qué está pasando?- preguntó el orco Burzumgad extrañado.
- Disculpad mi falta de modales- dijo la mujer esta vez en un tono mucho más amable, dulce y agradable- me llamo Elvira, y ellos son Gurt y Altora. Os explicaré toda esta extraña historia que nos ha llevado a liberaros, y para ello, os tengo que explicar varias cosas.
‘’Hace tiempo que en las montañas viven miles de tribus humanas, en completa paz y armonía. Sus orígenes son diversos y muy discutidos. Casi siempre hemos estado azotados por guerras, hambrunas, entre humanos, enanos y enemigos que nos son indiferentes pero que tanto el uno como el otro han intentado someternos. Afortunadamente, desde que los enanos desaparecieron de aquí, Sauron cayó, y en la Cuarta Edad la gente empezó a despreocuparse de estas montañas, nuestras tribus supervivientes pudieron convivir ya en paz y armonía, sin ningún peligro existente, aunque siempre alejados de la Tierra Media. Salvajes como los hombres Púkel, pero lo suficiente civilizados como para que nos persigan como bestias. De hecho, nuestros orígenes son de corrientes migratorias de estos pueblos salvajes como los Drúadan o algunas compañías de montaraces extraviadas, o incluso orientales. Sin embargo, una nueva sombra ha surgido en Angmar. Eso dicen nuestros espías. Nunca nos aventuramos cerca de Gundabad; pero sabemos que aquel que supera la frontera con aquel monte ya no vuelve… más allá, solo hay oscuridad – y esta frase hizo eco en la mente de todos los aventureros- De repente, nuestras tribus empezaron a dividirse y muchas, cayeron o se rindieron a este maléfico poder. Pasamos tiempos difíciles. Dado que nuestras ciudades, se basan en las ruinas de los enanos o están protegidas de empaladiza de madera, todo está muy complicado. La nueva sombra ha armado a un nuevo ejército, millones, con los que pretende arrasar las montañas y eliminarnos a nosotros y a cualquier posible vestigio de resistencia, para así tener vía libre para lanzarse a cosas más serias. Somos como la desconocida espinilla que le molesta y le impide pasar a algo más fuerte. Aquí, es donde vosotros entráis. El consejo de druidas de la tribu de los icenos, a la que pertenecen Gurt y Altora, sabios y benevolentes ancianos, adivinaron la llegada de una compañía, que unida y encabezada por un mago de grandes poderes, nos ayudaría a vencer al ejército enemigo. Ahora, que os hemos liberado a vosotros, esperemos que cuando liberemos al resto de vuestra compañía o demos con ella, nos hagáis ese favor’’.
La mujer terminó de hablar. La compañía se miró indecisa a la par que pensativa.
- Seguidnos- dijo Gurt con una voz grave.
La mujer se puso en cabeza guiándoles por aquellos caminos montañosos, seguida por los dos hombres que no parecían vigilar mucho a la compañía.
- Son listos. Saben donde están nuestros compañeros. Sería ilógico huir- dijo Cindor.[/quote]
. En ese momento, los hombres pararon un momento y les dieron todo su equipaje, con sus preciadas armas y todo, y siguieron corriendo. La compañía seguía hablando en lengua común intercambiando sus opiniones. A Cindor, la rapidez de los hechos le había obligado a confiar en aquel orco de Morgul, Burzumgad.
‘’Pequeñas y casi desconocidas tribus humanas resistiendo a una nueva sombra que ha surgido con gran fuerza’’- pensó Burzumgad- ‘’esperemos que al menos, esta extraña gente no nos mienta y no se olvide de encontrar al resto de mis compañeros, vivos’’. Esto último lo dijo en voz alta sin querer, y Altora le respondió con voz jovial y orgullosa:
[quote]-- Tranquilo, no te mentimos. Ni lo olvidaremos. Es imposible que esto último suceda. Vuestros amigos llevan prisionera una de las hijas de nuestro grandioso rey, la futura princesa, y si nos olvidásemos de encontrárselos, una mañana apareceríamos sin cabeza.
- Tranquilo, Altora- dijo Elvira calmando el orgullo del guerrero- mi prima, Boadicea, sabrá cuidarse sola. Si ha sobrevivido ha meses de cautiverio con los orcos, si ha liderado varios ejércitos contra estos… sabrá aguantar unos días más.[/quote]
¡Oh Orofarnë, Lassemista, Carnimirië!
¡Oh hermoso fresno, sobre tu cabellera qué hermosas son las flores!
¡Oh fresno mío, te vi brillar en un día de verano!
Tu brillante corteza, tus leves hojas, tu voz tan fresca y dulce:
¡qué alta llevas en tu cabeza la corona de oro rojo!
Oh fresno muerto...