Acción

La gente se fue a dormir. Yo tenía que hacer la guardia con Abârmil. Este intentó saber algo del grupo al que yo pertenecía. Yo no creía conveniente contestarle, pues sabía que Farahir se lo explicaría mejor, en cuanto saliésemos de aquellas oscuras ruinas enanas.
[quote]- Bah. En estas profundas oscuridades no te puedo decir mucho- le dije mientras echaba una mirada a la compañía que estaba en el suelo, asegurándome de que estaban dormidos- Farahir está mejor enterado, y él te lo contará con menos subjetividad… pero lo que yo creo es que… bueno, todos conocemos la codicia de Thranduil…
El comentario quedó en el aire, y en ese momento, fui interrumpido por Dimas, que parecía cantar en sueños:
- ¡fiesta! ¡Fiesta! en la montaña solitaria, la hemos armado bien, matamos a Smaug, y ahora nadie nos va a parar, y si Durin levantara la cabeza, y viese a algún elfo en Khazad-Dûm, seguro que les rebanaría la cabeza, fiesta, fiesta…
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Según seguía la canción, el enano aumentaba su tono de voz, despertando a todos, y haciendo eco en la habitación. Todo el mundo le miraba con asombro. Pero el señor enano seguía a su rollo. A mí me daba la sensación que incluso se iba a levantar y a bailar como un noctámbulo. Pero despertó. Si yo fuera él, no me gustaría ver como toda la gente me miraba con la cara de asombro que teníamos. El señor enano se dio cuenta de que había hablado en sueños, se disculpó y ruborizado siguió durmiendo. Esta vez no volvió a cantar en sueños.
El resto de la guardia pasó tranquila. No hablamos mucho, excepto para contar algún chiste o alguna otra anécdota. Como de chistes yo andaba mal, le conté una anécdota que sufrí en el río Entaguas.
[quote]- Fue muy curioso. Varios orcos me perseguían a mí y a mi compañero, y nos vimos obligados a cruzar el río... extrañamente, varias balsas emergieron de las aguas y acabaron en la orilla. Yo y mi compañero no tuvimos tiempo de romper el resto, así que nos vimos perseguidos por los orcos cuando cruzábamos el río… pero una extraña ola, de repente, se llevó a los orcos y sus barcas para siempre, desapareciendo bajo las aguas. Otro día te contaré más viejas historias de ese río para mi tan especial. Es extraño, pero es como si esas aguas tuvieran vida propia, y hubiesen hecho eso para ayudarme y salvarme la vida…[/quote]
Estuvimos hablando un poco más, pero no mucho, pues nuestra hora de descansar llegaba y despertamos a Inglor y Serke. La prisionera parecía agitarse en sueños, pero yo no le di a eso más importancia, pues empezaba a perderme en el mundo de los sueños…
Era extraño, pero de repente desperté y me vi sentado en una extraña mesa con algunos hombres. Tenía una extraña sensación.
[quote] - ¿Farahir? ¿Haldamir?- pregunté levantándome- ¿Dónde está la compañía?
Era todo tan real que apenas me daba cuenta de que estaba viviendo un sueño. Los extraños hombres, me dijeron:
- Has tenido un mal sueño, eso es todo, te has quedado dormido- me respondió uno de ellos- ¡Y ahora a comer!
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Tras esto, me sentaron. Yo no podía entender nada de todo aquello. La mesa en la que estaba era grande y redonda. Miré detrás de mi silla extrañado, y ponía ‘’Sir Entaguas’’. Qué locura. Pero la gente que comía parecía verme a mí como el loco al ver mi asombro…
[quote]- Venga, Sir Entaguas- dijo una bella elfa entrando en la estancia- se te va a enfriar la paella.
- ¿Paella?- dije con la boca abierta.
- Si venga, cuando antes te la comas antes podrás ayudarme a eso que acordamos.
Yo no cabía en mi asombro y la elfa se fue. [/quote]
Me daban codazos y palmaditas en la espalda. Hombre, yo por aquella bella elfa era capaz hasta de tirarme por un puente. Ante mí había un plato de amarillento arroz, con carne y alguna que otra gamba… con temor cogí la cuchara y me dispuso a probarla. Deliciosa. No tardé en comerme el plato. Pero tras este plato vino otro. Y otro. Y vino un cuarto. Mi barriga se empezaba a ensanchar muy rápido, el plato no parecía tener fin y la gente no paraba de comer con total indiferencia…
[quote]- No, no quiero más…- dije agobiado- ya son tres platos de paella, voy a reventar…
Pero no… luego vino otro plato… y otro plato… y otro plato… y otro más… aquello no parecía tener fin…
- De verdad, no puedo más, voy a reventar…
[/quote]
Tenía razón. Reventé.
Volví a la realidad completamente sudando. Sus compañeros estaban despiertos y no se dieron cuenta de que Entaguas besaba el suelo de piedra de aquellas estancias.
[quote] - ¡Oh, cruel realidad, oh, cruel realidad!- decía mientras besaba el suelo.
- ¿Un mal sueño?- le preguntó Inglor.
- Los sueños de los elfos son inescrutables. Pero sí, he tenido un mal sueño. Una pesadilla terrible- le dije.
Pero uno de nosotros no se había despertado. Era Abârmil, y parecía cantar una canción extraña en sus sueños…
- Hoy no me puedo levantar… el fin de semana me dejó fatal… toda la noche sin dormir… ¡hoy no me puedo levantar!
Y la canción seguía. Inglor no lograba aguantar muy bien la risa.
- Eh, ¿qué os parece un bailecito? ¡Es muy buena canción, y Abârmil parece cantar mejor dormido que despierto!- dice Farahir.
En ese momento, Dimas, Farahir, Haldamir y yo acabamos bailando de forma estrafalaria mientras Abârmil cantaba. Al ver que se despertaba, nos quedamos petrificados.
- ¿Pero se puede saber qué payasada estabais haciendo?- dijo confuso el montaraz. A su lado, Inglor estaba a punto de reventar de la risa que tenía al ver la dantesca coreografía que habíamos hecho- bueno, ¡un día os la devolveré todas juntas!
Pero en ese momento, llegaba el momento de descifrar el acertijo.
- Oye, por cierto, todavía no hemos averiguado por qué aparecimos antes vendados y curados- preguntó Inglor.
- A eso yo te puedo responder de manera muy lógica…- dijo Farahir.
- Estamos perdiendo tiempo. Vamos a resolver el acertijo. Ya tendremos tiempo para esas dudas después- dijo Dimas.
Se colocaron en la puerta de la derecha. Inglor se adelantó y dijo con fuerza:
- ¡Ese hombre es mi padre!
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Las puertas se abrieron y se cerraron cuando entraron todos. Por ahora, no había acertijo que se nos resistiese. En aquel momento, la estancia en la que entramos, parecía ser una copia de la anterior, llena de esqueletos, pero sin el ataúd en medio. Y había tres puertas al final, que Gandalf al adelantarse, confirmó que debían de ser abiertas con acertijos.
[quote]- ¡Por los santos ** de Durin!- dijo Dimas, cuyo taco hizo eco en toda la estancia- ejem, disculpad, quería decir que me empieza a fastidiar todo esto de los acertijos…
- No te falta razón…- dijo Serke, y se acercó a la pared para leer otra placa indicativa que había, con una letra que costaba trabajo entender- ‘’Señores, sabed que es una repetición del anterior. Sí, de igual manera, la puerta central te conducirá al camino que llevaba la puerta central de la sala anterior, y la puerta izquierda sigue al camino izquierdo de la sala anterior. Sin embargo, la puerta derecha, os llevará ya directamente a la salida de forma directa y sin ningún peligro. Tened en cuenta, que el acertijo de la derecha ha sido escrito por un orco’’.
‘’Maldición, pensé. Esto es una maldita ratonera, una repetición del camino anterior.
- ¡Si detrás de la puerta derecha vuelve a haber otra sala igual como esta, esto ya empezará a ser desesperante!- dijo Abârmil, y se acercó para leer los acertijos- el de la derecha parece extraño, dice, ‘’A mis ojos, ¿qué eres tú? ‘’, el del centro dice así ‘’ debajo de la manta, los grillos cantan’’, y el de la izquierda ‘’ ¿si un gallo pone un huevo en un tejado, hacia que lado del tejado caerá el huevo?
- Bueno. Los acertijos los han hecho los orcos. ¿A mis ojos, qué eres tú? Quizás parezca más fácil de lo que parece. ¿Qué somos a los ojos de los orcos, nosotros?- dije en voz alta- pongámonos en la piel de un orco, pensemos como ellos…
- Si estuviera Burzumgad con nosotros, ¡qué fácil nos sería averiguarlo!- dijo Serke.
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Un saludo. Ya sabéis, by water my friend... o como diría en esta situación, sé orco, amigo .