Accion

-¡¡Maldito mestizo, ven aquí y quédate esta vez a plantar cara, cerdo cobarde!!-rugió el hombre al que había roto la nariz en la taberna. Acometió primero, enarbolando una pequeña espada.- ¡Te abriré en canal!

-Muy bien, verraco, si buscas sangre, sangre tendrás.

Desenvainé y salté sobre él. La cuchillada le cruzó el pecho, haciendo que cayera en el acto. El segundo atacante se aproximaba por mi espalda y, volviéndome, le asesté un golpe en el muslo que hizo que trastabillara y se desplomara contra un tronco apenas visible en la oscuridad. Maltrecho, intentaba levantarse mientras otros dos rufianes más se presentaron en la escena y corrían hacia mi posición. "Pues si que se han desembarazado pronto estos dos" dije pensando en Unfeniön y Findon "o tal vez hayan caído demasiado pronto..." Reaccioné justo a tiempo para esquivar al primero de los atacantes retrocediendo varios pasos. A continuación me vi cercado por dos hojas que, aunque cortas, eran manejadas con fiereza. En la oscuridad apenas veia por donde venian las estocadas y los dos hombres atacaban rebosantes de cólera, sin orden y con menos prudencia, pues la hoja de mi espada era más larga y, si hubiera algo de visibilidad, podría alcanzarles sin demasiado esfuerzo. Logré hender el hombro de uno de mis contrincantes cuando el otro comenzó a tambalearse entre alaridos. Pude apreciar una figura rodando en el suelo, e intuí que era Findon, propulsado por un manotazo del malherido. Aproveché el segundo de confusión que había provocado aquella sombra tan invisible como mortífera que era mi compañero y, dando un par de estocadas al aire, que alcanzaron el vientre del segundo contrincante corrí hacia donde mi indicaba Findon.

-¡Valiente pícaro, me has salvado de una buena, ni siquiera te hemos visto venir! Con esta oscuridad no hay quien lidie con precisión. Seamos cautos, la mayoría siguen vivos aunque malparados. Por cierto, ¿donde estará Unfenion? - En ese instante vi cómo una figura, menos vasta y torpe que la de los revoltosos que ahora nos buscaban, se acercaba rauda hasta nosotros- Hablando del rey de Gondor...- dije sonriendo ante la llegada del ileso montaraz.