Entre las intrigas

Capitulo 1:

Era un frío amanecer de invierno cuando la reina Brigit esposa del rey Culrain de los Elfos oscuros, tuvo una hija, Dana. La noticia llegó a todos los rincones del Reino de los Elfos Oscuros que se interponía entre la costa y los Altos Elfos. En aquellos días el rey Culrain estaba luchando en la frontera norte contra el rey Eiphos, que en poco tiempo había unido a las casas de los príncipes y se había proclamado rey de los Altos Elfos, pero su mayor ambición era anexionarse el reino de los Elfos Oscuros.

Pero por suerte, el rey Culrain había previsto que el rey Eiphos se vería obligado ha conquistar el Camelshire y había hecho una alianza con los Señores Enanos, que vivían en las montañas que había en la frontera norte dentro de su reino, que odiaban tanto a los Altos Elfos, que nada mas que oyeran una palabra que se refiriera a ellos destruían todo lo que tuvieran a su alcance. Por suerte, antes de que se creara esta alianza, existía una especie de acuerdo comercial entre los Elfos Oscuros y los Señores Enanos que había hecho que se enriquecieran mutuamente; y luego estaba la ayuda que les habían prestado a los Señores Enanos en sus batallas con los Altos Elfos que habían ayudado a establecer  una especie de amistad entre elfos y enanos.

Las tropas de los Altos Elfos superaban en número con las de la Alianza. Para muchos de sus soldados, la batalla estaba perdida de ante mano. Un silencio de muerte antecedía al comienzo de la batalla. Los Altos Elfos se colocaban en sus posiciones mientras los Elfos Oscuros se preparaban para cuando empezara el ataque. Cuando ambos reyes iban a dar la señal de atacar aparecieron a su derecha un ejercito formado por orcos. Entonces sin previo aviso, los arqueros de los dos ejércitos, el de la Alianza y el de los Altos Elfos, empezaron a disparar sin descanso a los orcos que enfurecieron y empezaron su ataque en desorden. Los arqueros acabaron sin dificultad con las primeras filas pero la infantería tuvo que echar mano a las lanzas, a las espadas y a las hachas, los enanos, mientras estos seguían disparando sus flechas. Poco a poco los orcos que habían ido sobreviviendo fueron en desbandada.
Pero antes de que pudieran cantar victoria, aparecieron las primeras huestes de otro ejército formado por trasgos que se entretenían por el momento en matar a los desertores orcos que caían en sus manos. Mientras los Altos Elfos, los Elfos Oscuros y los enanos aprovechaban ha agruparse, pero antes de que pudieran terminar la maniobra, cuando los trasgos dispararon sus flechas que derribaron a muchos elfos y enanos, pero en vez de seguir con las flechas, empezaron un ataque muy parecido al que habían echo los orcos antes. Pero antes de que pudieran acercarse demasiado, los arqueros élficos
descargaron un motón de flechas muy certeras que acabaron con las primeras filas. Cuando a los arqueros se les acabaron las flechas, la infantería se ocupo del resto. Estaba llegando la tarde a su fin cuando los trasgos supervivientes huyeron pero por desgracia uno de ellos mientras huía disparo su ultima flecha que fue a destrozar el hombro del rey Eiphos.
Por muchos esfuerzos que hizo el médico del ejército de la Alianza y el del ejército de los Altos Elfos, no pudieron salvarle. Lo único que pudieron hacer era cumplir su ultimo deseo: contemplar la bahía que había detrás de aquellas montañas donde había hallado la muerte.
- Puede que mi vida acabe ahora y que termine sin que yo halla podido adueñarme de esta tierra que tanto a codiciado mi gente y que jamás ha podido contemplar pero habrá otros que intenten lo que yo he pagado con mi sangre y la de mis soldados aunque no te aseguro que sea de mi descendencia o de entre mis gentes - dijo el rey Eiphos mientras contemplaba el que sería su ultimo anochecer y cuando el sol se hubo ocultado del todo, murió en los brazos de Culrain.

Mientras en Camelshire celebraban la victoria del rey Culrain y de los Señores Enanos, en el Reino de los Altos Elfos se celebraban los funerales del rey más poderoso que hubieran tenido en muchos siglos. La pobre reina Lania se había quedado sola, rodeada de enemigos que aspiraban la corona que ella debía conservar para sus hijos, Niryen, que apenas contaba con tres años de edad, y Aurence, que solo tenía un año menos que su hermano. Después de treinta días de exequias, nombraron a Niryen rey y a su madre regente del reino. Aunque solo era regente, Brigit sabía que debía apoderarse de Camelshire para que formara parte de la herencia de su hijo. Pero no sería por la fuerza como lo haría, de momento.