El Señor de los Armarios: Las Dos Probetas

12 de Mayo de 2004, a las 00:00 - Wampag y Oriön
Grandes parodias - Chistes, parodias, humor gráfico :: [enlace]Meneame

Aiya de nuevo fenómenos!

Pues sí, aunque parezca mentira, después de tanto tiempo, Wampag y Oriön han vuelto con la continuación de la trilogía de "El Señor de los Armarios". Sabemos que hemos tardado lo nuestro, pero, en fin, hemos de reconocer que ha habido muchísimo trabajo detrás. Muchas horas delante del ordenador, muchos días quedando y, muchas veces, escasez de ideas.

De todas formas, lo que, tenemos que decir, nos ha animado más para hacer esta obra ha sido que aquellos que la han leído nos han animado muchísimo a continuar y a que no lo dejáramos. Así que queremos dedicarle esta segunda entrega de "El Señor de los Armarios" a aquellos que han dedicado su tiempo en leer nuestra obra (sabemos que es una parodia, pero la queremos - sí, la queremos - como si fuera una obra que hubiera salido directamente de nuestra imaginación, como si fuera una original). A todos aquellos que nos dieron un voto de confianza. A todos aquellos que se han molestado en estar delante del ordenador con los ojos como el dos de oros leyéndonos. Y, sobre todo, en especial, a la gente de la "Biblio" (no queremos hacer publicidad, sólo agradecer) por estar ahí.

Bueno, pasado este momento de sensibilidades, daremos a conocer algunas anécdotas (igual que en "La Pandilla del Armario") que han tenido lugar mientras nosotras escribíamos esto.

Una de ellas y creo que la que recordamos con más cariño fue el día en el que escribimos la película como si fuera un storyboard. ¿Cómo?, os preguntaréis. Bueno, como era lógico, teníamos que empezar a escribir esta segunda entrega mientras la película todavía se proyectaba en los cines. Y, claro, nosotras, que no compramos nada de piratería, tuvimos que ingeniárnosla para acordarnos de todo lo que ocurría en la película para poder escribirla después.
Así que un día que fuimos con unos amigos a verla en versión original nos llevamos nuestra "libgggeta" (como nos gusta llamarla) y un boli. Y, en medio de la oscuridad del cine, apuntamos todo lo que pasaba en la película con tanto detalle como podíamos. ¿Qué pasó después cuando salimos a la luz del día? Que al mirar nuestros apuntes teníamos los renglones que parecían olas, escritos uno encima del otro. Menos mal que luego pudimos aclararnos y logramos descifrar todo aquello. Claro que antes tuvimos que llamar a un criptógrafo... Jeje.

Otra cosa que podemos contar es cómo se nos ocurrieron algunas ideas. Por ejemplo, la escena en la que Gandalf expulsa a Saruman de Théoden también ha resultado ser un filón para nosotras. Esa escena en este libro ha sido un cúmulo de ideas después de haber tragado demasiado humo de una chimenea. Veréis. Allá por el 28 de febrero (del año pasado) nos fuimos con diez amigos más a una casa rural a pasar el fin de semana. Y allí, entre el cachondeo y las ganas de reírnos, no nos dimos cuenta y pusimos demasiada leña en la chimenea. Con nostras estaba en aquellos fatales momentos una amiga a la que empezamos a poner al día de los adelantos que habíamos hecho, y poco a poco se nos fue ocurriendo esa escena entre Gandalf, Saruman y Théoden, por lo que es resultado de haber esnifado demasiado humo.

Como curiosidad, y como ya contamos en "La Pandilla del Armario", hemos contado con la colaboración de más personas, además de nosotras dos. En este caso ha sido la respuesta que Théoden da a Aragorn cuando éste, al
hablarle de los Uruk-Hais, le dice que están hechos con un solo propósito. La idea surgió de la mente inagotable de Zak, quien viendo un Making of de "Las Dos Torres", cuando salió esa frase, dijo él mismo esa respuesta. Si queréis saber qué respuesta dio, leed, leed, jeje.

Ahora, como último detalle, es el caso de los huargos (semi-perros en este libro). La idea surgió el mismo día en el que fuimos a ver "Las Dos Torres" en versión original. Después de ir a verla salimos a cenar con los amigos con los que íbamos, y paseando surgió el tema de los perros de una amiga nuestra, unos Yorkshires (los perros, no nuestra amiga) que tienen muy mala idea. Entonces empezamos a comparar a los perros con los huargos de la película. Nos miramos y
dijimos: "Esto hay que meterlo en el libro". Y ahí está, formando parte de nuestro pequeñín, que ya es todo un adulto.

Bueno, aquí concluyen nuestras ideas personales que queríamos compartir con todos los demás. De nuevo, muchísimas gracias a todos, en especial a los de elfenomeno, por haberse tomado la molestia en publicarnos esto y por estar ahí, aguantándonos. ¿Qué haríamos sin vosotros? Un beso y un abrazo muy fuerte dedicado a los masters de elfenomeno, y sobre todo, a vosotros que ahora nos leéis. ¡DISFRUTAD DE LA LECTURA!


El sol se elevaba tímidamente sobre la Tierra Cuarto y Mitad. Los primeros rayos diurnos comenzaban a derramarse sobre las dormidas extensiones de terreno, desde un extremo a otro, desde más al oeste de la Comarca hasta las puertas de Mordor (porque allí siempre hay una oscuridad impresionante, es como vivir en Noruega). ¿Pero toda la Tierra Cuarto y Mitad dormía? Pues no. Si nos dirigimos las Montañas Ahumadas, en su interior se estaba librando una intensa batalla de voluntades. Conforme nos acercamos podemos oír unas voces.

Gandalf: ¡NO PUEDES PASAR! ¡ACABO DE FREGAR EL SUELO!

Si ahora miramos dentro de las montañas vemos que estamos en las Minas de Moria. Gandalf está sobre el puente de Khazad-Dûm enfrentándose al Balrog, mientras el resto de la Pandilla ha cruzado ya al lado seguro y se encuentran ya casi en la salida.

Gandalf: Soy siervo de la lejía secreta, administrador del Ajax Pino, llama de estiércol. ¡NO PUEDES PASAR!

Total, que tal fue el cabreo que Gandalf levantó la fregona, la estampó contra el suelo, y con qué fuerza no le daría que cuando fue a pasar el Balrog hizo que el puente se rompiera (cosa que a los constructores no les sentó muy bien después de años construyéndolo sobre un abismo), y el monstruo cayera al vacío. ¿Sería este su final? El de él no sé, pero se llevó a Gandalf con él, porque con su súper látigo lo agarró por el pie e hizo que se quedara colgado del puente. Así que después de una conversación que no vamos a repetir aquí porque es un poco larga la cosa queda en que Gandalf se despeña con el Balrog mientras el resto de la Comunidad salen por patas.

Argón: (Dirigiéndose al resto) Bueno, ahora que nos hemos deshecho de Gandalf, nos vamos de aquí que esto por la noche se va a poner de orcos como en el botellón.
Gandalf: (Desde el fondo del abismo) TRASGOOOOOOS. TRAAASGOOOOOS...

Ahora bien, lo que no sabían era que este no fue el final de Gandalf. Mientras caía por el abismo con el Balrog tuvo tiempo de alcanzar la fregona en pleno vuelo e ir arreándole en la cabeza al bicho. Mientras le atizaba, el Balrog de Morgoth iba chocando contra las rocas que sobresalían del abismo, cosa que fastidiaba un poco al anciano. Por lo que, entre leña y leña, cuando llegaron a una inmensa cueva (por la que se tiraron y pico de tiempo cayendo), Gandalf aprovechó para sacar su paracaídas, el cual iba a amortiguar la caída contra el agua que se extendía allá abajo. Claro, el Balrog no era tonto, y con sus súper alas (y no me refiero a una compresa), aprovechó para hacer un poco de paracaidismo acrobático con el anciano, alegando que siempre había sido su sueño. Sin embargo, la emoción no podía durar mucho, porque a Gandalf se le enredaron los cables del paracaídas con las alas del Balrog, por lo que al llegar al agua... se pegaron un piñazo "que te cagas" de fuerte. Fue el porrazo más grande que jamás se haya archivado en los anales de la historia. Fue mayor que la que se pegó la de "Máximo Riesgo" al principio de la película. Pero, ¿qué ocurrió entonces?

De repente Frodo se despertó sobresaltado. Había tenido una pesadilla sobre el final incierto del mago rosa.
Frodo: (Incorporándose) ¡¡Gandalf!!
Sam: ¿Está bien, señor Frodo?
Frodo: He tenido una horrible pesadilla. Gandalf no había muerto. Como sea así verás la que nos va a caer cuando nos pille...


El Señor De Los Armarios

Las Dos Probetas

Libro III

Capítulo I: Los Jinetes de Crujan

Una partida de Uruk-Hais iba corriendo, Uruk-Hais de Isengard y orcos de Mordor (es que como iban de maratón, decidieron unírseles en mitad del camino). Claro, como eran tan diferentes, a pesar de ser de la "misma" especie, siempre estaban cabreados, y eran unos racistas los unos con los otros (se parecen tanto a los humanos...). Dos de ellos llevaban a los dos hobbits: Merry y Pippin. Mientras los Uruk-Hais y orcos iban haciendo la maratón, los hobbits iban hablando.

Pippin: No te preocupes Merry, seguro que los otros nos salvarán.
Merry: ¿Tú te estás oyendo? A ti te ha afectado esto demasiado, tienes que tener fiebre.
Pippin: Que sí, hombre, que ellos nos salvarán, serán buenos.
Merry: Anda, anda... descansa un poco. Que te dé el aire que tú no estás muy bien. Con la tirria que nos tienen, ¿tú te crees que van a venir a por nosotros? Y, sinceramente, espero que no lo hagan, porque a Legoland le tendría que devolver un diamante de su melena Pantene, y esto vendido en la Comarca, tiene que valer lo suyo.

Efectivamente, aquel que piense que esta experiencia iba a cambiar a los hobbits, está muyyyy equivocado.

Los uruks y los orcos de pronto se detuvieron, y el jefe de ellos olfateó el aire.

Uruk Jefe: (Con voz ronca) Huelo carne fresca.
Uruk 23: ¡Vaya! Sí que tienes buen olfato.
Uruk Jefe: Sí, eso y que es fácil oler a 20 kilómetros a tres tíos que llevan dos meses sin lavarse.

Pero, ¿qué estarían haciendo en ese momento preciso Legoland, Gimli y Argón?

La oscuridad aumentó. Eran tiempos difíciles, y cada vez más. Legoland, Gimli y Argón estaban completamente exhaustos, pues habían estado buscando a Merry y Pippin por doquier, pero nada parecía indicar qué camino habían tomado. La oscuridad seguía creciendo. Cada vez había más peligro, y ellos estaban buscando desesperadamente y con ánimo a los dos hobbits, entusiasmados por esa exploración.

Gimli: Pues yo sigo diciendo que por qué estamos buscando a dos chorizos hobbits en vez de estar pegando leña en Mordor.
Argón: Pero, ¿tú te crees que nosotros tres vamos a acabar con Mordor? ¿Te has fumado algo que dejó Frodo en su equipaje? Es más, ¿de verdad crees que estaría aquí si pudiera acabar con Marsauron? Primero tendremos que buscar a gente que la pringue, y para hacer tiempo, buscamos a estos dos.
Legoland: Debemoh continuá.
Argón: Espera, voy a escuchar a ver qué me dice el suelo. Saca el estetoscopio.

Y con este instrumento, Argón se puso a escuchar al suelo, y adivinó que los Uruks aumentaban el ritmo del paso. Sí, es que son muy bestias para andar.

Legoland: Venga tío, arreando que eh gerundio.

Así pues, por una vez en la vida del elfo, le hicieron caso, y continuaron en su camino. De repente, en uno de los momentos más emocionantes de la carrera, Legoland y Argón (que eran los que más corrían por razones obvias de altura), escucharon un golpe, como si algo pesado cayera. Cuando miraron detrás de ellos, no vieron nada. Pero nada es nada, o sea, que el enano no estaba allí. El elfo se acercó a la zona donde cayó el enano.

Legoland: ¡¡¡¡GIIIIIIIIMLIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!! (Con lágrimas en los ojos) ¡Ay, dioh bendito que lo hemoh perdío!
Voz: ¡hummm hummm hiiiiiiiiii!
Legoland: ¿Qué?
Voz: Hmmmmtoy amhiiiii.

Cuando Legoland miró al suelo, vio que estaba pisando la cara de Gimli. Rápidamente lo levantó y le dio un abrazo.

Legoland: ¡Ay! ¡Creí que no te volvería a ver!
Gimli: (Después de una tos) Sí, yo creí tener también la misma suerte.
Argón: ¿Cómo has tropezado?
Gimli: Pues mira, la acción de tropezar se realiza cuando alguien que va andando, o corriendo como era mi caso, encuentra un obstáculo en el camino que no le permite avanzar, y cuando esto suce...
Argón: ¡No me refiero a eso! Me refiero a qué obstáculo te has encontrado.
Gimli: ¿Crees que si lo hubiera visto habría tropezado? (Silencio) Y tú vas a ser el rey de Cóndor. Pues que Eru ampare a los condorianos.
Argón: Por lo menos no soy un enano barrigón que mete la pata.
Gimli: ¿Me estás insultando? Porque si me insultas puedo demostrarte lo buena que es mi hacha.
Legoland: Tranquiliá en lah mazah. Acabo de encontrá un cadáver de orco. Hah tropezao con ehto.

Efectivamente, había un cadáver de orco en el suelo, pero no sólo uno, sino cinco cadáveres.

Gimli: ¡Vaya hombre! ¿Quién los habrá matado? Nos han quitado protagonismo. Yo quería ver sangre en este libro.
Argón: La verás, y bien. Pero ya llegaremos a eso.

Mientras tanto, en Isengard, Saruman se había dedicado a crear más y más Uruks, con nuevas técnicas, que serán explicadas más adelante. Además, Saruman se puso a sobornar a los hombres del Este, alegando que tanto los hombres de Crujan como los de Cóndor les habían privado de sus tierras, de su alimento, y de lo que era peor, les habían dado NOCHE DE FIESTA. Claro, eso cabreó bastante a los hombres del Este, quienes se decidieron en obedecer las órdenes de Saruman y quemar aldea por aldea las tierras de la Marca (Crujan y demás), y por supuesto, Cóndor.

Así, nos encontramos en una aldea donde vete tú a saber quién vivía allí, y a quién le importa. Pero sí que habían dos niños, Alfreda y su hermano mayor, Eothain. Su madre intentaba librarlos de la pesadilla que supondría ver la aldea quemada, y posiblemente su propia muerte. Así que mientas los subía a caballo, la madre daba instrucciones.

Madre: Dad la alarma en Edoras, sed veloces hijos míos. No miréis atrás.
Alfreda: Yo creo que el caballo no es lo suficientemente grande como para que Eothain lo monte. Si le van arrastrando los pies. Esto parece un muñeco salido de "Mi pequeño Pony".
Madre: Sí, vale, lo que tú digas. Pero huid.
Alfreda: Mamá, no me quiero ir. No quiero ir.
Madre: Tú tranquila Alfreda, ya verás como nos volvemos a ver.
Alfreda: Que no quiero ir, mamá. Que no.
Madre: Pero ya verás, nos veremos.
Alfreda: Mamá, que no. Que no quiero ir. No, no y no.
Madre: Niña, hazle caso a tu madre.
Alfreda: Que nooooooooooooo. Joooooooo, que no quiero.
(Bofetón)
Madre: Niña, que vayas con tu hermano te he dicho.

Así, los dos niños abandonaron la aldea y a su madre (Alfreda con los dedos marcados en la cara), probablemente para siempre.

Pero si ahora nos vamos a otro sitio nos encontramos con unos jinetes que llegan a un pueblecito que está en lo alto de un cerro. Esta es la ciudad de Edoras, que dijo la madre de los niños. El que parece ser el capitán de los jinetes y que tiene cara de bruto, llamado Ehomer, lleva en sus brazos a su primo Théodred, hijo del rey Theodoroen de Crujan. No lo llevaba así por gusto, sino porque había sido herido gravemente en una batalla. Una vez en sus aposentos, una joven se acerca a ver al herido. Se trata de Eowyndows 95, hermana de Ehomer, pero a la que todos llaman Eowyn para acortar. Vista la situación deciden informar al rey Theodoroen. El monarca estaba sentado en su trono, con la cabeza medio caída y sin enterarse de lo que sucede alrededor. Se pasaba los días sin abrir casi la boca, sin reconocer ya a los suyos, y viendo a María Teresa Campos y otros programas similares en la tele. Eowyn se acerca con delicadeza al trono de su tío el rey y comienza a hablarle.

Eowyn: (Con tristeza y preocupación) Señor... vuestro hijo... está malherido.
Theodoroen: (Ausente, como si no oyera nada) ¿Hhhmmm...?
Eowyn: Tío... ¿no vais a ir a verle?

En ese instante entra Ehomer en la sala llevando un casco orco con el emblema de Saruman pintado en él, la mano malva.

Ehomer: Mi señor, debemos hacer algo. Los orcos y los hombres del Este campan a sus anchas por nuestras tierras, organizando sus propias fiestas de San Juan con nuestras aldeas. Fuimos sorprendidos por un grupo de orcos en el vado del río. Seguro que esto es cosa de Saruman, porque mirad este casco con...

El joven soldado fue interrumpido por una vocecilla que sonaba desde un lado oscuro del salón.

Vocecilla: Eso es mentira.

En ese momento parece que el rey Theodoroen salió de su estado de demencia senil al reconocer la voz, y comenzó a llamar a su dueño.

Theodoroen: (Casi sin voz) ... Repelús... Repelús...
Repelús: Estoy aquí, mi señor.

El tal Repelús, también conocido como Lengua de Gato, era un tipejo despreciable, vestido siempre de negro y con cara de baboso. Desde hacía ya muchos años ejercía de consejero del rey. Pero en estos últimos tiempos era él quien mandaba, porque Theodoroen tampoco estaba como para protestar mucho.

Repelús: (A Ehomer) ¿Por qué cargar más una mente atormentada con esas nimiedades?
Ehomer: ¿Pero a ti te falta un tornillo? ¡Qué a este paso nos desahucian de Crujan!
Repelús: El rey está ya cansado de tu belicismo. Deja tranquilo al pobre viejo.
Ehomer: (Agarrando a Repelús por el mentón) ¿Y tú por qué te empeñas en que no pasa nada? Eres un espía. Trabajas para Saruman. ¿Cuánto hace que te compró? ¿Cuál es el precio convenido?

En ese momento Eowyndows95 abandonaba la estancia seguida por la mirada de Repelús. Cuando Ehomer se dio cuenta de esto se enfadó aun más y comenzó a apretar más el mentón.

Ehomer: ¡¡Deja ya de mirar a mi hermana, tío baboso!! Ya basta de tanto observarla.

Sin que se diera cuenta Ehomer, aparecieron por detrás varios soldados que le patearon un poco y libraron a Repelús, ya que seguían sus órdenes. Y mientras tanto el rey seguía allí delante, pero como había comenzado la Mesa de Debate de "Día a día" ni caso a lo que pasaba. Los soldados agarraron a Ehomer y lo colocaron delante de Repelús.

Repelús: Bien, Ehomer, hijo de Eomund. Ya me has causado demasiados problemas. Quedas desterrado del reino de Crujan, bajo pena de muerte.
Ehomer: (Con voz de chulo) Perdona, chavalín. ¿Qué me estás contando? Aquí tú eres un cero a la izquierda, eres nada, niente, y sin la orden del rey, eres una colilla, una cucaracha, una...
Repelús: Perdona que te cuente, pero es que ha sido el propio rey quien ha dado la orden.
Ehomer: (Encogiendo la cabeza y cerrando los ojos) ¡D´oh!

Y efectivamente, Repelús le enseñó un documento firmado por el rey, o eso parecía.

Ehomer: (Tras analizar la firma) Oye, Repelús. No es que desconfíe de ti ni crea que es que me quieres echar para que yo deje de darte el peñazo...  Pero, ¿seguro que esto lo ha firmado mi tío?
Repelús: Segurísimo. ¿Por qué lo preguntas?
Ehomer: ¡Oh! Nada, sencillamente nada. La cosa es que parece... No sé, un tanto distinta.
Repelús: ¿Ah, sí?
Ehomer: Sí. Mira, para empezar... Verás, el no suele hacer ese círculo alrededor de la firma. Solía hacer una especie de equis.
Repelús: Ah, bueno. Por eso tú no te preocupes. Ya sabes los tembleques que le dan a tu tío.
Ehomer: Ya, ya... Pero es que además, no suele tener esa... esa... letra, ni ese nombre. ¿Lengua de Gato? ¿Ahora es así como se llama mi tío?
Repelús: (Guardando de prisa el documento) Estooo... ¡A ver! ¿No habéis oído mi orden, soldados? ¡Desterradlo allá a donde no pueda volver a comer roscos!
Ehomer: Mmmmmmmm... Roooooooooooscoooooooos. ¡D´oh!

Pero de momento dejemos a estos por aquí y sigamos con los cazadores de orcos. Argón, Legoland y Gimli había hecho una nueva pausa, pues el Montadito de Lomo había hallado uno de los broches élficos que les dieron en Jarlórien.

Argón: Las hojas de Jarlorien no caen sin razón.
Gimli: Esperemos que esta audacia no les haya costado muy cara.
Legoland: Enga, tenemoh que zeguí.

Y así pasaron otra noche más correteando por los campos tras las huellas de los Uruks, emitiendo gritos de guerra inmundos y horribles para causar en pavor en sus adversarios:

Todos: (En plan familia Trapp) Doooooooo es traaaaaaato de vaaaróoooooon. Reeeeeeee selvático animaaaaal...

Al amanecer Legoland dijo algo muy preocupante.

Legoland: Tíos, ze me han olvidao loh Donuts.
Argón: Ahora no podemos parar.
Gimli: (Obviamente cansado) Arf... ¿seguro que no?
Legoland: Mirad el cielo. Er zol ze levanta rojo. Ze ha derramao zangre ehta noshe.
Argón: Estamos ya en las tierras de los Jinetes de Crujan. Me parece oír cascos que se acercan.

Los tres cazadores se hicieron a un lado para dejar pasar a la tropa de jinetes de Crujan que venían. Éstos no se dieron cuenta de su presencia hasta que Argón gritó.

Argón: ¡Jinetes de la Marca! ¿Qué noticias hay de Crujan?

Entonces, de una forma muy rápida y artística, los jinetes rodearon a los tres, igualito que los Velocirraptores de "Parque Jurásico". Antes de darse cuenta Argón, Legoland y Gimli estaban rodeados de bazokas, 9mm, metralletas, y por supuesto un lanzamisiles. El capitán de los jinetes se abrió paso e interrogó a los extraños.

Ehomer: ¡Mosquis! ¿Qué asuntos traen a un filfo, un hombre y un enano a la Marca? ¡Explicaos!
Gimli: (Con aire chulo) Dadme vuestro nombre, señor de poneys, y yo os daré el mío.
Ehomer: (Bajándose del caballo y notablemente molesto) Te rebanaría la cabeza, enano, si levantara un palmo más del suelo.

Antes de poder decir nada, Legoland sacó una flecha de su carcaj y tensó el arco contra Ehomer en cuestión de segundos.

Legoland: ¡A mi enano ni tocarlo!
Argón: Vaaaaaale, caaaaalmaaaa chicos. Todos somos muy machos, ya lo hemos demostrado. Perdonad las palabras de mi amigo, señor. Yo soy Argón hijo de Radón, este es Gimli, hijo de Glóin, y este Legoland, hijo de... hijo de... bueno, ¿qué más da? El filfo es del Reino del Bosque, en el Bosque Negro. Seguimos el rastro de una partida de Uruk-hais hacia el oeste. Tiene cautivos a dos pringados que conocemos. No somos espías. Somos amigos de Crujan y de tu rey Theodoroen.
Ehomer: (Quitándose el casco) Theodoroen ya no distingue amigo de enemigo, ni siquiera entre los de su sangre. Soy Ehomer, hijo de Eomund, Tercer Marisco de la Marca.
Argón: Bueno, ¿y habéis visto a los Uruks que decimos?
Ehomer: Les dimos caza anoche. No quedó nadie con vida.
Gimli: ¿Y los hobbits? Había dos hobbits.
Argón: Son unos chiquitines, como enanillos graciosos a nuestros ojos.
Ehomer: Mosquis... Ya te digo que nos ensañamos de mala manera. Quemamos los cadáveres. Si queréis podéis ver lo que queda allí (Señalando una colina). Por cierto, veo que vais a pie. ¡Arroz! ¡Hachús!
Argón: ¡Jesús!
Ehomer: No, si es que estoy llamando a los caballos. (Llegan dos caballos). Os los presto para que sigáis con la caza, pero devolvedlos a Edoras después o me la cargo más todavía.
Argón: Gracias Ehomer. Iremos a buscar a nuestros amigos y después devolveremos los caballos.
Ehomer: Buscad a vuestros amigos pero renunciad toda esperanza. Ésta ha abandonado estas tierras.

Con estas palabras los Jinetes de Crujan dejaron a Argón, Legoland y Gimli y cabalgaron hacia el este.



1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  
 

subir

Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
 Noticias
 Multimedia
 Fenopaedia
 Reportajes
 Taller de Fans
 Relatos
 Música
 Humor
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción

Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Entrar en el Mapa de la Tierra Media con Google Maps

Mapa de la Tierra Media con Google Maps
Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos
Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos