Cuento corto

01 de Noviembre de 2003, a las 00:00 - El Chama
Relatos de Fantasía - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]Meneame

Nighor se limpió el sudor que le caía en la frente, sus trapos (o sea, la ropa que llevaba puesta), estaban casi desgastados. Había conseguido que un mercante lo transportara, a cambio de protección. ¡Mire usted, que le hizo muy bien al comerciante! Tres veces utilizó su espada, tres veces salvó al comerciante de unos bandidos y tres veces Nighor recibió las gracias. Al llegar a un pueblito chico, muy al norte de la casa de su amigo el ermita, donde la gente se muere de calor, donde el agua escasea. Apenas se bajó, se dirigió a una posada, donde poder pasar la noche. Todos miraban al extraño, el que recién había entrado. No tuvo muchos problemas, salvo un borracho, que se le tiró encima, pero rápidamente él lo despachó.
Como descansó, ahora sentía todas sus fuerzas. El recuerdo de la princesa le vino a la cabeza, pero no podía volver, estaba exiliado, no podía ir contra la palabra de Lord Fendal. Trato de olvidarse de Atharys, la fuente de su vida, pero no podía.
Un día tranquilo, vino un señor muy gordo y le dijo, "Chico, veo en tí mucho talento, ven conmigo a las montañas del Oeste". Como Nighor no tenía nada que hacer, se preparó para salir. Resultó ser que este era un comerciante muy rico, y que si Nighor le ayudaba a encontrar un tesoro dejado hace siglos en las montañas del oeste, además custodiado por un dragón, recibiría muchas monedas de oro.
Subieron por una senda predejosa, mirando siempre a la cima. Nighor pudo ver al dragón, uno inmenso, de un rojo color, volando por encima de la montaña. En el camino se encontraron con un caballero, uno ya viejo, pero de porte noble. Llevaba una espada dorada, con pequeñas joyas en el mango. Este caballero se les unió, Sir Destral. Tardaron tres días en llegar a la entrada de la gran morada del dragón, era enorme y oscura. Se dispusieron a entrar los tres, cuando de repente salió a su encuentro el dragón.
- ¿Qué buscáis en mi morada?- preguntó con voz robusta. Sus ojos amarillos, mostraban claro enfado.
- Decidido dragón. Sabemos de vuestra fama de matar a cualquiera que se acerque a vuestra morada. Pero nosotros vinimos a recuperar el tesoro que en épocas pasadas, perteneció a nuestros antepasados, y no nos vamos a ir, hasta que no lo recuperemos.- Esto último incomodo a Nighor, nunca se había imaginado así un dragón, solo los conocía por los cuento que le contaban de chico.
- Sabéis que nadie vive a mi enfado- y así salió de la cueva, con llamaradas de fuego por todos los cielos.
Se abalanzó sobre Sir Destral, quien no pudo hacer más que sujetar firme su lanza, la cual se clavó entre sus escamas. El dragón no mostró signos de dolor, solo volvió a subir al cielo. Sir Destral cayó bruscamente al piso, y su caballo, cayó al lado de él.
El gordo mercader, sacó un arco de metal muy duro. Luego, agarró una flecha con punta de acero, y le tiró al dragón. Buena era la puntería, ya que se le clavó en el pecho, pero sin mostrar dolor, entonces  la bestia se abalanzó sobre el mercader. El dragón estaba encima del mercader, justo cuando le iba a dar un mordisco, saltó Nighor de atrás (no se sabe de donde sacó el valor), y le asestó un golpe con su espada (no se la clavó, porque no tenía filo). El dragón siguió peleando cabeza a cabeza con los tres (sobretodo con el gordo y el caballero, ya que Nighor miraba estupidizado).
Ya empezaban a debilitarse los hombres, tanto que el mercader, cayó de rodillas al suelo, casi sin fuerzas. El dragón se para al lado del mercader, y en frente del caballero, pero atrás de Nighor. Con una sonrisa triunfal, se prepara para comerse al mercader, quien solo podía observar venir su fin. Pero que buena suerte la del mercader, pensar que solo lo había llevado, para impresionarlo, y ahora resultó ser el héroe. Desde atrás, Nighor fue corriendo nuevamente, y le hundió la espada en un ojo (para esto no hace falta que tenga filo, está claro). Agarrándose de las orejas, evitó que el dragón lo arrojase. Sacó la espada del ojo, y se la clavó en el otro. ¡Cuanto dolor sentía el dragón! Nighor había tenido suerte en esta. La bestia cayó repentinamente al suelo. Luego de descansar un rato, y de juntar el tesoro, los tres se fueron de la montaña. El generoso mercader, le dio a Nighor, más de lo que le había prometido.
Dentro el tesoro de Nighor, había una espada muy lujosa. La espada tenía un encantamiento. No necesitaba ser afilada, ya que tenía filo permanente. También recibió un escudo de hierro bien reluciente, con diamantes haciendo que sea más bello. Y por último, recibió muchas monedas de oro.
El mercader, le preguntó si quería seguir con ellos dos, camino al norte, donde seguirían buscando riquezas. Pero Nighor, sabía que si iba para el norte, se alejaría de Atharys, y sería desastroso para él. El caballero y el mercader, se despidieron de él.
Nighor, siguió para el sur, quería volver a ver a Atharys, pero sabía que no estaba listo. Consiguió un caballo negro, con el cual se llevó muy bien, y lo ayudó a ganar muchos torneos. Pero él seguía infeliz, ya que no tenía el amor que siempre había soñado. Pero estas aventuras, se contarán en otros cuentos.
Pasaron así los años, siempre sufriendo por Atharys. Nighor pensaba "ya tengo veinticinco años, ella tiene veinticuatro, debe estar ya casada, feliz con todas las riquezas que tiene.". Nighor ya era un caballero de renombre, muchos torneos había ganado, muchas doncellas había salvado, pero igual, seguía descontento.
Una tarde estaba sentado al lado de su negro corcel, limpiando su negra armadura. Un hombre se le acercó y le dijo, "Lord Fendal, organiza un torneo para casar a su hija". Nighor se paró de un salto, esta era su oportunidad, no la debía dejar pasar. Estaba a dos días del castillo de Lord Fendal, por lo que se dispuso a marchar rápidamente. En el camino pensó, "esta es mi oportunidad, pero yo no quiero obligar a nadie para que se case conmigo. Quiero que me ame". Pero igual, quería ver a la princesa.
Cuando llegó al castillo, había un hombre en el medio del campo de batalla, gritando, desafiando al público. Por lo visto, este había sido el triunfador. Lo reconoció al instante. Se puso su casco, y salió a su encuentro. Miró a la bella Atharys. Que bella que estaba, tan hermosa. Pero se concentró en el duro rival. Golpeó suavemente a su caballo, y empezó la carrera. Nighor, encontró el punto débil de su rival, por lo que lo derribó sin muchas complicaciones.
Su rival estaba en el suelo. Nighor se bajó del caballo, se le acercó, y lo miró a los ojos. Sir Brethel, estaba tirado en el suelo. Nighor le susurró, "el más débil siempre cae, no lo olvidé". Miró a Atharys, y el rey le preguntó
- Misterioso caballero, sacad vuestro casco, para besar a mi hija, vuestro premio. ¿Cómo es vuestro nombre?
Pero Nighor, miró a la princesa una vez más, y dio media vuelta el caballo, mientras se retiraba, decía,
- ¿Qué es un nombre? mi nombre no dice nada de mi. Quiero que la princesa me ame a mí, no que sea el consuelo de un torneo. He ganado ya bastantes torneos, pero nunca acepte a una doncella como premio, quiero que me amen a mí, no por compromiso de un simple torneo.
Se retiró así, triste por que él la amaba. Dejó todas sus armaduras en el bosque, y regresó a la ciudad.
Se acercó al balcón donde habitaba la princesa, le gritó que se asomara, y así lo hizo la princesa, con tristeza en los ojos.
- Querida princesa, ¿porqué estáis tan triste?.
- Noble ciudadano. Un caballero misterioso, me salvó de un terrible mal, y ni siquiera se su nombre.
- Princesa, vuestro caballero la ama. Yo soy el chico, el cual te encontraste hace nueve años en el bosque, cuando juntabais flores, y estabas con ese maldecido caballero, Sir Brethel.
- Yo me acuerdo de vos. Fuiste desterrado de este territorio. Pero eras mucho más flaco y débil.
- Señora, en esos días, no comía nada. Pero bien hice para rebuscármelas y sobrevivir, para venir a vuestro encuentro. Atharys, yo soy el caballero que os salvo, quien os ama de verdad. Pero no me merezco un tesoro semejante, como tenerte.- Nighor, la miró suavemente con dulces ojos. Atharys reconoció que decía la verdad. Eran los mismos ojos que la miraron en el torneo.
Atharys bajó corriendo por los escalones, para salir al patio, donde se encontraba Nighor. Ella se abalanzó sobre él, y se besaron dulcemente. Largo rato fue el beso. Mucho amor había entre los dos jóvenes. Pensar todos los peligros que pasó Nighor para poder estar con ella. Pero esta historia no termina aquí, ni así.
Nighor se presentó a Lord Fendal, con sus armaduras. El anciano, lo miró y dijo.
- Sacad vuestra armadura. Has vuelto, para heredar mi territorio, y a mi hija.
- Señor... no quiero vuestras tierras, solo quiero a Atharys, mi amada.- Diciendo esto, se sacó la armadura. Lord Fendal, vio algo conocido al muchacho.- Señor...- prosiguió Nighor- ... Mi nombre, es uno que usted ya conoce. Me llamo Nighor, el mismo muchacho, que nunca dejó de amar a la princesa.
- Yo os conozco. No tienes ningún titulo, no tienes tierras, y además, estabais exiliado. Ahora sí, merecéis la muerte, en la hoguera. Me has hecho enfadar.
Atharys, que había escuchado toda la conversación, salió a pedir piedad por su amado. Pero Lord Fendal, no mostró misericordia, a la mañana, sería la hora de la muerte de Nighor. Pero le dijo a su amada,
- Muero feliz, de saber que te amo, y que pude tocarte y besarte. No lloréis por favor. Sé que serás feliz. Vuestro padre tiene razón, yo no soy nadie para merecerte.
Se besaron nuevamente, suavemente. En realidad, Nighor estaba dolido, no quería dejar a su amada. Pero tenía que adaptarse a las leyes de Lord Fendal.
Llegó la mañana. Su hija estaba sentada junto a él. Muchas lágrimas caían sobre sus mejillas. Los amados se miraban con amor. Por eso Lord Fendal, canceló la muerte de Nighor. Dejó que se amen en paz, los dos. Pero a la mayoría de los caballeros de su orden, esto no les gustó, ya que todos quería tener a Atharys. Por lo que se levantaron en armas contra Nighor.
Era él solo, contra tres caballeros. Nighor mató a dos de ellos, pero el tercero, le hirió en el pecho. Mucha sangre salía de su pecho. El caballero, estaba por terminar con Nighor, cuando por atrás, Atharys le calva un puñal. Entonces el caballero, cae al suelo muerto. Pero Nighor estaba muy herido...
Atharys lo besa, le toma el brazo, mientras él se despide, pierde la vida lentamente... Toda su vida, se le cruza por la cabeza, sus peligros, sus miedos, sus recuerdos, y sobre todo, su amor. Vuelve a abrir los ojos pesadamente. La ve más hermosa que nunca, lástima que haya terminado así. Atharys lo besa, por última vez. Nighor empieza a perder sus sentidos, se despide por última vez de su amada...
Y volvió a encontrarse con su padre, aquel que lo cuidó y que había muerto hace mucho.

Fin



1 2

  
 

subir

Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
 Noticias
 Multimedia
 Fenopaedia
 Reportajes
 Taller de Fans
 Relatos
 Música
 Humor
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción

Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Entrar en el Mapa de la Tierra Media con Google Maps

Mapa de la Tierra Media con Google Maps
Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos
Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos