Nacimiento: 1200 Edad de los Árboles, en Neldoreth.
Muerte: 467 Primera Edad.
Vuelve a la vida en 469PE, y muere definitivamente en Tol Galen en 503PE.
Padres: Elwë y Melian.
Casada con: Beren
Hijos: Dior
Objetos: Manto de Oscuridad, Nauglamír.
Otros nombres: Tinúviel.
Dicen los Maestros de Tradición que Melian dio a luz a Lúthien en el año 1200 de la Edad de los Arboles en el Bosque de Neldoreth puesto que ella, de entre todos los espíritus de naturaleza Maiar, fue la única en tomar un cuerpo verdadero no como una simple vestidura; y es que el que Melian pudiera tener descendencia formaba parte del plan divino de Ilúvatar desde que éste tejiera el destino de Arda antes incluso de que el Mundo existiera. En su sangre por tanto se fundió la divina simiente de los Ainur con la sangre inmortal propia de los Eldar, y con su nacimiento las blancas niphredil florecieron pese a que en esa época aún no habían salido la Luna y el Sol (pues en Beleriand sólo la luz de las estrellas iluminaban el firmamento y las flores estaban sumidas en el Sueño de Yavanna), pero tanta era la belleza de la hija de Thingol que se produjo este prodigio. Y es que Lúthien era la más bella de todos los Hijos de Ilúvatar que fueron, son y serán pues sus ojos eran grises, y su cara resplandeciente, y sus cabellos oscuros caían como las sombras de la noche. No sólo su belleza era incomparable y de ella también se dijo que su voz era como una melodía, y que todo aquel que la oía se deleitaba con su inolvidable sonido.
Los años pasaron y Lúthien vivía en Doriath bajo la protección de la Cintura de Melian ajena a las guerras y la destrucción que Morgoth trajo a Beleriand a causa del robo de los Silmarils de Fëanor. Con la salida de la Luna y el Sol una eclosión de color y vida surgieron por toda la Tierra Media y la hija de Melian encontraba gran deleite en recorrer los bosques del reino cantando y bailando, y muchas veces acudía con ella Daeron el Bardo, que estaba enamorado a causa de su inenarrable belleza. Y sucedió que en el año 464 de la Primera Edad, en una de estas salidas, se encontró con Beren (que la llamó Tinúviel), hijo de Barahir, en el Bosque de Neldoreth, mas este primer encuentro fue breve pues Lúthien desapareció de súbito; era verano, y por primera vez un mortal veía a la hija del Rey Thingol. Hasta la primavera del año siguiente no se lo volvió a encontrar, pero esta vez no huyó y cuando él la tomó de la mano el amor surgió entre los dos. Desde entonces paseaban con frecuencia por los bosques y se dice que por ese tiempo fueron los más felices de entre todos los Eruhíni.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que Daeron revelara estos hechos ante Thingol y este habló con su hija mostrándole su total desacuerdo, pues pensaba que un simple mortal no era merecedor del amor de su hija, que pertenecía a un linaje inmortal y de mucha mayor categoría que el de Beren (o al menos así lo pensaba el Rey de Doriath) Lúthien no quiso decirle nada sobre su amado hasta que su padre le juró que no le haría daño ni lo tomaría preso, pero sin embargo el Rey ordenó su captura y en compañía de su hija fue llevado a su presencia. Allí Beren expresó el profundo amor que sentía por Lúthien, y Thingol exigió al mortal que a cambio de la mano de su hija le trajera un Silmaril de la Corona de Hierro de Morgoth, hazaña que nadie antes había siquiera imaginado intentar, pero Beren no era como los demás hombres, y sin dudarlo decidió emprender este arriesgado cometido tras lo cual se despidió con gran pesar de su amada y Lúthien permaneció en Menegroth en espera del incierto futuro que se cernía sobre su amado.
Ya era otoño, corría el año 465 P.E., cuando sintió como un súbito miedo se apoderaba de su corazón y por ello acudió en busca de su madre. Esta le dijo que Beren había sido capturado por Sauron y que se encontraba cautivo en Tol-in-Gaurhoth donde le esperaba una muerte segura, y por ello decidió partir de inmediato para reunirse con su amado. Buscando la ayuda de Daeron pero este la denunció ante Thingol, que la recluyó en el más alto árbol del Bosque de Neldoreth, en la aya llamada Hírilorn, donde se le construyó una morada de la cual no pudiera escapar. Sin embargo Lúthien recurrió a su magia y haciendo crecer sus cabellos trenzó una larga cuerda y se tejió una oscura capa con un hechizo de sueño gracias a lo cual logró escapar de Doriath.
Durante el camino se encontró con Huan, el perro de Valinor, que la llevó a presencia de Celegorm y Curufin. Cuando estos se enteraron de lo sucedido no dudaron en traicionarla y engañándola con falsas promesas la llevaron a Nargothrond, donde fue ocultada a los habitantes del reino por los hijos de Fëanor, quienes pensaban que Beren y Finrod estaban muertos, planeando por ello obligar a Thingol a cederles la mano de su hija para de este modo elevarse en poder entre los Noldor. Durante su estancia en Nargothrond Lúthien se ganó el cariño de Huan y pasado un tiempo el perro de Celegorm le devolvió su capa oscura y la llevó fuera del palacio permitiéndole que lo cabalgara sobre su lomo. Y así fue que la hija de Melian llegó a tiempo para salvar a Beren porque se canta que una vez ante la antigua torre de Minas Tirith entonó un canto al cual respondió su amado antes de perder el conocimiento. Sauron, que había oído este canto, decidió capturar a la bella Tinúviel para ganarse una gran recompensa del Señor Oscuro, y con este objeto envió a sus más terribles lobos, pero estos fueron muertos uno a uno por el implacable Huan hasta que el Hechicero no tuvo más remedio que asumir él mismo la forma de un horrible licántropo para intentar hacerse con ella. Tan imponente era esta criatura que Lúthien perdió el sentido al contemplarla, pero antes de caer le tiró a los ojos su oscura capa y Sauron se vio momentáneamente afectado por el hechizo de sueño.
Gracias a esta acción pudo Huan enfrentarse con su adversario y tomándolo con sus poderosas mandíbulas esperó a que Lúthien se recuperara, y así fue como la hija de Melian obligó al Hechicero a rendirse y a cederle la posesión de su guarida. Tras la huida de Sauron Lúthien entonó un poderoso canto de poder que hizo que la torre se derrumbara y de este modo, y ayudada por el fiel perro, logró rescatar de la muerte a su amado Beren. Finrod había muerto al dar su vida defendiendo al hijo de Barahir y tras darle sepultura Beren y Lúthien recorrieron felices los bosques en libertad, y aunque ya era invierno se dice que por donde pasaba la hija de Thingol los pájaros cantaban luciendo todas las flores hermosas y alegres como nunca.
De este modo llegaron a los confines de Doriath cuando de súbito apareció Curufin a caballo. El hijo de Fëanor tomó a Lúthien mientras su hermano Celegorm se enfrentaba a Beren, pero éste dio tal salto que logró agarrar a Curufin por el cuello logrando derribar al jinete y a su cautiva de la montura. Celegorm se acercó entonces para atacar a Beren pero Huan se lo impidió, tras lo cual Curufin, lleno de rabia (pues Lúthien había impedido antes su muerte a manos de Beren), lanzó una flecha a Tinúviel en cuyo camino se interpuso su amado cayendo herido en el pecho. Huan persiguió furisoso a los atacantes y al regresar le trajo a Lúthien unas hierbas con las que ésta logró curar las heridas de Beren.
Entrado ya el año 466 P.E. la pareja de enamorados entró en los confines de Doriath y sucedió que Beren no podía olvidar el juramento que hiciera y por ello decidió abandonar a su amada para dirigirse al norte en cumplimiento de su misión. Lúthien despertó al poco de la partida de Beren y se dice que escuchó la voz de su amado que cantaba triste a causa de la nueva separación, y montando de nuevo a lomos de Huan siguió el rastro a toda prisa. Gracias a las artes de Lúthien Huan tomó la forma de Draugluin (uno de los licántropos de Sauron) y ella asumió la apariencia de Thuringwethil, el mensajero de Angband, y de esta guisa atravesaron Taur-un-Fuin logrando dar alcance a Beren. Una vez reunida con su amado éste comprendió que su destino estaba ligado al suyo y por ello decidió que era inevitable que Lúthien se enfrentara al terror que les esperaba en el norte. La magia de la hija de Melian actuó de nuevo y cambiando la apariencia de Beren lo transformó en Draugluin encaminándose como formas siniestras hasta las puertas de Angband. En la Balada de Leithian se cuenta cómo Lúthien se enfrentó con Carcharoth dejándolo dormido, y tras esto se encaminaron hasta la profunda cámara donde estaba el oscuro trono de Morgoth. Una vez ante el Señor Oscuro Lúthien perdió su apariencia, quedando el Vala tan impresionado por su belleza que incluso llegó a sentir deseos de tomarla por la fuerza, pero Lúthien comenzó a cantar y con su poder sumió a Morgoth y a todos sus sirvientes en un profundo sueño. Este momento fue aprovechado por Beren para coger uno de los Silmarils de la Corona de Hierro, mas cuando intentó coger el segundo su cuchillo se rompió y uno de los fragmentos hirió al Señor Oscuro haciendo que se despertara. Morgoth dio la voz de alarma y todos sus sirvientes despertaron del trance y por ello Beren y Lúthien huyeron a toda prisa con uno de los Silmarils. A la salida de Angband se encontraron con que Carcharoth se había despertado y el lobo saltó sobre Lúthien para atacarla. Beren se interpuso en el camino de la bestia y sosteniendo la Joya de Fëanor en su mano derecha se enfrentó a él intentando hacerlo retroceder, pero Carcharoth le arrancó la mano y se tragó el Silmaril de un bocado, lo cual le provocó un dolor insoportable, pues la Sagrada Joya le quemaba y ardía en sus entrañas. Lúthien se apresuró en extraer el veneno de los colmillos de la herida intentando salvar a su amado, pero el poder de Angband estaba de nuevo en marcha y no había escapatoria posible. Y cuando todo estaba perdido aparecieron tres Grandes Aguilas que habían sido avisadas por Huan, y alzándolos por los aires los pusieron a salvo depositándolos en las fronteras de Doriath.
Beren estuvo por un tiempo al borde de la muerte, pero Huan ayudó a Lúthien en sus cuidados, y finalmente, cuando ya era primavera, sanó de su mortal herida. Tras esto se dirigieron a Menegroth y una vez ante Thingol contaron su historia con lo que el Rey comprendió que este no era un hombre normal y que no se podía oponer a los dictados del destino, concediendo la mano de su hija al hijo de Barahir en presencia de los habitantes de las Mil Cavernas.
Sin embargo poco habría de durar la alegría, porque al poco de regresar a Doriath llegaron las noticias de que Carcharoth había traspasado la Cintura de Melian dirigiéndose a Menegroth imparable, y por esto Beren resolvió darle caza pues comprendió que su misión aún no había acabado. Lúthien permaneció en el palacio durante la cacería y en el transcurso de la misma Beren fue mortalmente herido por el lobo de Angband (Huan, que le dio muerte, fue muerto en la lucha), y Lúthien se reunió con su amado a los pies de Hírilorn antes de que este muriera, y al despedirse le pidió que se demorara en Mandos tanto como pudiera antes de partir para siempre en busca del Destino de los Hombres (puesto que este no se encuentra en los confines de Arda)
El espíritu de Lúthien se fue apagando poco a poco, hasta que en el año 467 P.E. abandona su cuerpo y se traslada a Mandos, a las Estancias de la Espera. Una vez allí se arrodilló ante el Vala Mandos y entonó un lamento profundo, la canción más hermosa y triste que nunca se hubiera escuchado, logrando que el Vala sintiera piedad y dolor por su lamento (y es que se dice que ese día Mandos se conmovió como nunca antes hiciera y como nunca en el futuro lo hará) Pero el Vala no tenía el poder de mantener el espíritu de Beren en Arda por mucho tiempo (pues los Valar no podía suprimir el Don de Ilúvatar para los Hombres) y por ello decidió recurrir al consejo de Manwë, quien tras consultar con Eru Ilúvatar (y tras acción directa de éste) dio a Lúthien a elegir entre dos opciones: la de regresar al mundo de los vivos puesto que su destino era inmortal (de este modo su destino quedaría separado del de Beren), o bien volverse mortal para compartir así el Destino de los Hombres (y de este modo podría retornar a la Tierra Media con su amado) Esta fue la elección de Lúthien, la mortalidad, y a causa de su decisión se dice que sólo ella murió realmente de entre todos los Eldar, y no debemos olvidar que su renuncia a la inmortalidad fue una renuncia por amor verdadero.
En el año 4698 P.E. se produjo el regreso de Beren y Lúthien a la Tierra Media tomando de nuevo sus cuerpos mortales e instalándose en las tierras al sur de Beleriand, concretamente la tierra de Tol Galen, en la región de Ossiriand. Mas antes de ir a vivir allí Lúthien acudió a Menegroth para aliviar a su padre de la intensa angustia en que se había sumido tras su muerte, y para despedirse de su madre Melian, quien sintió un gran dolor al comprender que la despedida las mantendría separadas aún después de la muerte a causa de la elección de su hija.
En su nueva morada vivieron en paz y felicidad, y al año siguiente nació Dior Aranel, primero de los Medio Elfos. Años más tarde, en el 503 P.E., llegan a Tol Galen las noticias del saqueo de Menegroth por los Enanos de Nogrod, que habían robado el Nauglamír (el Collar de los Enanos que tenía el Silmaril engarzado) y dado muerte a Thingol. Beren, Dior y muchos otros Elfos Verdes de la región partieron de inmediato y tras interceptar a los invasores lograron recuperar el Nauglamír que luego sería entregado por Beren a su esposa Lúthien, y se dice que por un tiempo la llamada Tierra de los Muertos que Viven (pues así conocían también los Eldar la tierra de Tol Galen) se hizo semejante en luz y prosperidad a la mismísima Valinor a causa de la Sagrada Joya. Mientras Lúthien lució el Nauglamír alrededor de su cuello su belleza radiante se vio aumentada aún más (si es que esto era posible), pero también dicen los Sabios que fue por haber portado el Silmaril el fin de Lúthien llegó antes de tiempo puesto que su intensa luz no podía ser soportada por la carne mortal. En este mismo año, Dior recibió la visita de un mensajero de los Laiquendi que le trajo el Silmaril que portara Lúthien, y cuando contempló la Joya tuvo la certeza de que sus padres habían muerto. Pero el final de esta historia no debe ser triste, pues debemos pensar que Beren y Lúthien compartieron finalmente el mismo destino, y que algún día volverán a pasear juntos cuando llegue el día del Juicio Final, si bien este tiempo está aún por venir.
Fuentes: