Al marcharse de Lórien, los miembros de la Compañía del Anillo reciben como regalo de los Elfos vario rollos de cuerda élfica, pues tal y como les dicen: ¡Nunca vayas lejos sin una cuerda! Una cuerda larga, fuerte y liviana, puede ser una buena ayuda en muchas ocasiones.
Y esto es lo que les sucede a Frodo y Sam cuando cruzan Emyn Muil, ¡menos mal que tienen un rollo de cuerda a mano! Sam descargó rápidamente el fardo y se puso a revolverlo. Y en verdad allá en el fondo había un rollo de la cuerda gris y sedosa trenzada por la gente de Lorien. Le arrojó un extremo a su amo. Frodo tuvo la impresión de que la oscuridad se disipaba, o de que estaba recobrando la vista. Alcanzó a ver la cuerda gris que descendía balanceándose, y le pareció que tenía un resplandor plateado. Ahora que podía clavar los ojos en un punto luminoso, sentía menos vértigo. Adelantando el cuerpo, se aseguró el extremo de la cuerda alrededor de la cintura y la tomó con ambas manos.
Los Elfos hacían sus cuerdas con un material llamado hithlain , de color gris y que permitía trenzar cuerdas con un tacto sedoso. Éstas eran ligeras y delgadas, pero muy resistente y fuertes. Además, estas cuerdas, tal y como comprueban Frodo y Sam con gran sorpresa, tienen una cualidad añadida... ¡se desenganchan solas! A pesar de haber hecho un nudo muy fuerte que aguantó el peso de los dos Hobbits sin problemas, al "llamarla" la cuerda se desenganchó del nudo y bajó hasta ellos.
Esa misma noche Sam y Frodo se encontraron con Gollum y utilizaron la cuerda de hithlain para inmovilizarlo. Pero Gollum decía que la cuerda hecha por los Elfos le hacía mucho daño y se la quitaron.
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