Arwen y los Nazgûl: Adriana

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Arwen Undómiel
Así es como Frodo describe a Arwen la primera vez que la ve, en Rivendel: “Era joven y al mismo tiempo no lo era, pues aunque la escarcha no había tocado las trenzas de pelo sombrío y los brazos blancos y el rostro claro eran tersos y sin defecto y la luz de las estrellas le brillara en los ojos, grises como una noche sin nubes, había en ella verdadera majestad, y la mirada revelaba conocimiento y sabiduría, como si hubiera visto todas las cosas que traen los años. Le cubría la cabeza una red de hilos de plata entretejida... (sigue)
Nazgul (1977)
En 1977 aparece el juego Nazgul, que Christopher Burke menciona en un hilo de Quora como un juego "privado" que escribió en código ASCII para una teleimpresora ASR-33 en el que el jugador (*) intenta evitar un montón de "Ns" en una cuadrícula. Era una nueva versión del juego conocido como "Robots", "Daleks" o "Chase" de 1976. No se conserva ninguna copia o foto del juego, aunque el autor posteó un codigo ASCII a modo de ejemplo: +-----------+|N N | 812 | | 703 | | 654 | NN | | * | | | | N | | | ... (sigue)
20 de octubre de 3018 de la Tercera Edad: El Portador del Anillo escapa de los Nâzgul en una heroica huida a través del vado del Bruinen
En un dramático enfrentamiento a orillas del río Bruinen, el Portador del Anillo, Frodo Bolsón, ha logrado cruzar el vado hacia Rivendel, escapando por poco de las garras de los terribles Nâzgul. El ataque de los Jinetes Negros, quienes habían seguido implacablemente al hobbit desde las tierras de Eriador, culminó en una persecución a gran velocidad cuando los espectros oscuros intentaron capturar a Frodo antes de que pudiera llegar a la seguridad de las tierras élficas. Frodo, montado en el veloz caballo élfico Asfaloth, fue guiado hasta el Vado del Bruinen por Glorfindel, quien había salido a su encuentro días... (sigue)
Las lágrimas de Anarwën
- ¿Qué te trae por aquí, Anarwën? Dudo que sean solamente ganas de visitarme.- Dijo el Anciano Éprimon, al ver entrar en su recinto a la joven princesa.- Hay rumores sobre una profecía.- Dijo ella recibiendo como respuesta una rotunda negación.- ¿Rumores infundados?- Preguntó con intriga.- O estupideces simplemente, nunca se sabe.- ¿quién querría inventar esas cosas? Deben tener algún fundamento.- Nada, te lo aseguro. Además las profecías no son asuntos para los jóvenes, los ancianos estamos para pensar en ellas.- Éprimon, sabés que no me importa si es asunto mío o no, quiero saber de qué se trata.- No... (sigue)