Año 465 de la Primera Edad: Lúthien derrota a Sauron en Tol-in-Gaurhoth y libera a Beren

Anoche, la hija de Thingol llegó a la isla-torre de Sauron acompañada del gran sabueso Huan. Con su canto derrumbó los muros, venció a Sauron, Señor de los Licántropos, y rescató a Beren, único superviviente de los cautivos. El cuerpo del rey Finrod Felagund, caído un día antes, descansa ya bajo un túmulo verde en la misma colina que él erigiera.
Crónicas de la TM - 465 P.E.: Lúthien y Huan derrotan a Sauron en Tol-in-Gaurhoth y liberan a Beren

Ribera del Sirion, al pie de Ered Wethrin — Año 465 de la Primera Edad

Apenas quebraba la madrugada cuando un centinela nargothrondiano, recién escapado de Tol-in-Gaurhoth, me refirió con voz temblorosa lo ocurrido: «Oí un canto sobre el puente —dijo—, suave como agua sobre mármol. Los lobos enmudecieron. Luego aullaron uno tras otro y dejaron de aullar».

Lúthien había llegado con Huan por senderos que sólo los ruiseñores conocen. Primero cayó un lobo de guardia, luego otro, hasta que el anciano Draugluin fue abatido en silencio. Sauron, inquieto, descendió de su torre tomando forma de licántropo colosal. El sabueso de Valinor retrocedió un instante, mas la doncella lanzó un pliegue de su capa sobre los ojos del monstruo, y la somnolencia lo venció. Entonces Huan saltó al cuello de la bestia: se trabó una lucha pavorosa, rugidos que sacudieron las colinas y helaron la sangre de los centinelas en las murallas de las Ered Wethrin.

Atrapado, Sauron mudó de lobo a serpiente y de serpiente a su propia forma, pero los colmillos no lo soltaron. Cuando al fin cedió, Lúthien lo conminó a rendir la fortaleza. Liberado, huyó convertido en vampiro, goteando sangre sobre el bosque de Taur-nu-Fuin. A su partida, la voz de la doncella resonó sobre el puente: los portones se partieron, las piedras se abrieron y los fosos vomitaron a quienes aún respiraban.

Yo mismo vi salir a elfos y hombres, encorvados, cegados por la luz pálida. Pero Beren no apareció. Lúthien y Huan entraron entonces en la ruina humeante; la encontraron junto al cuerpo de Finrod, inclinado sobre su amigo como quien vela un sueño que no termina. Se creyó muerto al hombre, y Lúthien cayó desvanecida al abrazarlo; mas Beren despertó y la alzó, y sobre ambos se filtró el primer rayo del sol naciente.

Antes de abandonar la isla sellaron una tumba de hierba para Finrod hijo de Finarfin, rey amado entre los Noldor. Ninguna inscripción era necesaria: la colina quedó lisa y verde, silenciosa bajo la brisa del Sirion. Los cautivos afirman que, al partir, Lúthien no pronunció palabra; sólo miró un instante la tumba y luego al este, donde el primer rey de Nargothrond pasea con su padre bajo los árboles de Eldamar.