|
Portadas de Leandro para Elfenomeno
09 de Enero de 2005, a las 14:31 - Leandro Pascual
Relatos Tolkien - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]
28 de julio del
año 3018 de la Tercera Edad
- ¡Nob! ¡Nob, ven aquí! ¿Dónde te has metido, camastrón?
- ¡Estoy aquí...!
- ¿Y qué haces ahí, si llevo un siglo diciéndote que
vengas aquí?
Nob entró por la puerta apresuradamente, casi atropellando al
gordo Mantecona, quien estaba caminando de un lado para otro de
la cocina, nervioso, con aquella carta en la mano.
- ¿Qué quiere, señor Mantecona?
- ¿Recuerdas cuando te dije hace un par de semanas que buscaras a
alguien que fuese hacia la Comarca? ¿Me has hecho caso?
- Le juro que sí, señor Mantecona. He preguntado a todos por ese
asunto, hobbits y hombres, pero no hay nadie que quiera ir a la
Comarca...
- ¿Seguro que le has preguntado a todos?
- Bueno... - dijo Nob, sonrojándose y bajando la cabeza -. A todos
no... Usted sabe, señor Mantecona, que los montaraces no son gente
de fiar... ¡Usted mismo me lo dijo!
- Sí, te lo dije. Y lo mantengo. De hecho, no he vuelto a verles
por aquí desde la primavera... y me alegro. Pero, si no han vuelto
por aquí, ¿por qué me hablas de ellos?
- En realidad, sólo vi a ese al que llaman Trancos. Estuve a punto de
decírselo, pero recordé sus palabras, señor Mantecona. Y si le digo
la verdad, a mí tampoco me gusta el aspecto de ese hombre.
- Hiciste bien, Nob. Por una vez en tu vida hiciste bien. Por nada
del mundo hubiera confiado yo esta carta de Gandalf a ese hombre
tan rudo y extraño. No me sorprendería que un día lo sorprendiesen
robando o algo peor... Aunque parece que le gusta nuestra cerveza -
añadió, sonriéndose -. Una vez me dijo que a lo largo de sus viajes,
jamás había probado una cerveza mejor...
En aquel mismo momento, Aragorn viajaba hacia el oeste, a caballo.
Casi agotado por el viaje, pensó "lo que daría ahora por una buena
cerveza en el Poney Pisador". Pero no podía desviarse.
Debía llegar lo más pronto posible a Rivendel, pues seguían sin
noticias de Gandalf, y Aragorn había empezado a preocuparse por la
suerte de su amigo, el mago gris. Los montaraces habían intensificado
más aún la vigilancia de la Comarca, pero a su vez los rumores venidos
de tierras lejanas, acerca de que Los Nueve estaban otra vez en
marcha, recorriendo la Tierra Media, comenzaban a hacerse más
frecuentes y preocupantes.
- ¿Dónde estás, Gandalf? ¿Por qué no nos diste aviso de a dónde te
dirigías? - pensaba Aragorn, mientras increpaba a su caballo - ¡Más
deprisa! Debo llegar a Rivendel cuanto antes - y junto con éste
pensamiento, llegaron otros mucho más agradables, que le hicieron
esbozar una sonrisa. Ella podía estar en Rivendel...
Volver al índice
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47
| |