|
Portadas de Leandro para Elfenomeno
09 de Enero de 2005, a las 14:31 - Leandro Pascual
Relatos Tolkien - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]
8 de Enero del
año 3019 de la Tercera Edad
- Es cierto - dijo Legolas -. Pero los Elfos de esta tierra no eran gente de los bosques
como nosotros, y los árboles y la hierba no los recuerdan. Sólo oigo el lamento de las
piedras, que todavía los lloran: Profundamente cavaron en nosotras, bellamente nos
trabajaron, altas nos erigieron; pero han desaparecido. Han desaparecido. Fueron en
busca de los Puertos mucho tiempo atrás.
Gimli guardó silencio, mas estuvo tentado de pedir a Legolas que le hablara más de
aquellos Elfos, de los que tanto le habían hablado Glóin, su padre, y Balin, Ori y Nori.
Pues sabía que en otra época, los Enanos y los Elfos habían convivido en paz, y de ambos
pueblos nacieron grandes obras, sin par en toda la Tierra Media. Y algunas leyendas habían
sobrevivido aún en aquellos días.
Pero la mayoría habían desaparecido, como había dicho aquel elfo. No sabían que el
Caradhras, que ya se alzaba amenazante ante ellos, fue llamado el Cruel por vez primera de
labios de un Elfo ante aquella montaña que, como con vida propia, lo había acorralado.
Muchos más Elfos y Enanos estaban con él aquel día, rodeados de nieve, y tan sólo un rudo
Enano, del mismo linaje de Durin, pudo sobrevivir a aquella batalla sin espadas, hachas
ni escudos... sólo unos fuertes corazones, enfrentados a aquella siniestra voluntad de
piedra, manifestada en forma de aludes, ventiscas y nieve.
Desde aquellos días, pocas veces había sido desafiado. El Caradhras dormía
placenteramente rodeado de nieve, como un Dragón sobre su lecho de joyas. Y allí estaba
él, Gimli, junto con un Elfo, dos hombres, cuatro pequeños hobbits y un poney, a punto
de despertarlo.
Observó que Legolas estaba en pie, solitario, mirando directamente a las montañas,
tan inmóviles y tan vivas como él mismo. Empezaba a sentir verdadero respeto por aquel
Elfo, mas aún su orgullo no le permitió acercarse y hablar con él. Sin embargo, sentía
que aquellos nueve viajeros podían enfrentarse al Cruel. Más animado, ayudó a Aragorn a
encender un fuego en un hueco profundo, velado por grandes macizos de acebos, y por
primera vez desde que dejaran Rivendel, tanto él como los demás tuvieron un
almuerzo-desayuno feliz.
Volver al índice
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47
| |