Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos
 
Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción


Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Foro de las películas de El Señor de los Anillos, El Hobbit, Fan Film Foro sobre Tolkien, su vida y su obra: El Silmarillion, El Hobbit, El Señor de los Anillos, la Tierra Media Foro sobre los ilustradores de la obra de Tolkien, trabajos de los fans, páginas web, música, juegos y rol Foro sobre otras obras de Ciencia-Ficción y Fantasía que nos apasionan


 
GENERAL
El Destino de Aragorn
(05 de Octubre de 2003, a las 23:11)

Aiyä!

Hace unos meses mantuvimos un interesante debate sobre Aragorn y su destino. Pero lo cierto es que no he dejado de trabajar en esa idea, ampliando las numerosas fuentes que derivan hacia la conclusión final. Fruto de esta investigación y de las interesantes conversaciones con alguno foreros, a quienes especialmente agradezco su paciencia y su generosidad para conmigo, es este estudio que, aunque algo extenso, espero que os guste en un momento en el que las noticias sobre el próximo estreno nos tienen a todos un tanto alborotados. Bueno, ahí va:

Son muchas las fuentes de las que se nutre la obra de Tolkien pero por encima de todas ellas, la que en mayor medida imprime su especial impronta, está su propia esencia religiosa, su catolicismo, su fe en el Dios de los cristianos. Esta influencia nace de la intrínseca concepción teológica del Cristianismo, enunciada y simplificada en su dogma primordial: 'Dios es Uno y Trino' - Padre, Hijo y Espíritu Santo -; y del propósito último del Creador, tal y como se narra en el Génesis. Dios crea todas las cosas, y al final del proceso crea al Hombre para que las administre; pero este sucumbe a los designios del mal, representado por el ser angélico - Luzbel - que encabezó la rebelión contra el Sumo Hacedor, provocando su culpa original. Pero Dios es perseverante en su objetivo y determina que el que Hombre deba ser redimido.

La leyenda bíblica continúa en una verdadera epopeya en la que no faltan nuevas caídas, entre las cuales el mito del Diluvio Universal resulta recurrente. Más todos los avatares desembocan inevitablemente en el anuncio de la llegada de un Mesías, de un Salvador, del Hijo de Dios; y esa es la actuación de los Profetas, que legitiman su mensaje en la estirpe de David. Para llegar hasta ahí, el instrumento que la fe de los cristianos utiliza para el necesario acto de redención es la encarnación de Dios: la venida del Hijo de Dios hecho Hombre. El precio que se impone por esa redención no es ni más ni menos que su propio sacrificio, la pasión y la muerte del Hijo de Dios uncido por el Espíritu Santo; pero integrando en su mensaje el anuncio de la esperanza en la resurrección de la carne - 'padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día' -, la apoteosis de Cristo Rey Resucitado. Sin embargo, antes de la suprema inmolación, en un gesto de entrega y magnanimidad, el Hijo de Dios otorga al Hombre su mayor gracia - la eucaristía -, que es la común unión de Dios con los Hombres, que asimilan su cuerpo y beben su sangre mediante la conversión del pan y el vino; siendo este el mayor misterio de la fe de los cristianos y es por esto por lo que se llaman así mismos Hijos de Dios.

El objetivo fundamental que trasciende en la concepción cristiana de la fe es la 'comunión' de los creyentes con el cuerpo y la sangre de Cristo, es decir que a través de la eucaristía es el cuerpo y la sangre de Dios la que entra en los Hombres; y sus dones, la libertad y la muerte, son herramientas en el camino al Paraíso.

La intención de Tolkien, tal y como entendemos su propia cosmogonia, es la misma, el tránsito redentor del cuerpo y la sangre de Dios a los Hombres; pero utilizando otro vehículo. La concepción teológica de Tolkien, igual que la cristiana, es monoteísta: Eru Ilúvatar es el Único, y de él emanan los Poderes, hijos de su pensamiento, y con su Música aborda el hecho creador. El proceso de creación del Universo está sujeto a su único designio, y durante la interpretación de la melodía que se narra en la Ainulindalë, El Silmarillion, los momentos en los que se alza y eleva los brazos - primero el derecho, luego el izquierdo, y finalmente ambos - son básicamente episodios en los que su intervención es necesaria para restablecer la armonía en esa única dirección. Los Ainur son hijos del pensamiento de Ilúvatar, pero no son los Hijos de Iluvatar; son seres 'angélicos' que colaboran en la composición de la armonía, e incluso se rebelan - Melkor el Vala fue el artífice de la discordancia -, como ya ocurriera con el Dios cristiano: "En la cosmogónia hay una caída: una caída de Ángeles, deberíamos decir. Aunque, por supuesto, muy distinta en cuanto forma de la del mito cristiano" (Carta nº 131, Cartas); pero desconocen los designios de Iluvatar para con sus Hijos, y sólo les es dada la visión de la Música hasta "antes de que culminara el Dominio de los Hombres y la desaparición de los Primeros Nacidos" (Ainulindalë, El Silmarillion); es decir hasta antes de que se cumpla su propósito, y ese propósito no es otro que la curación de Arda - "Arda Rehecha" -mediante la restauración del Reino de los Hombres.

Es cierto que el camino marcado por Tolkien es complicado, y siempre condicionado por la épica; pero también es cierto que con ello trataba de dotar a su nación - Inglaterra - de un trasfondo mitológico, del que carecía.

En este caso, el vehículo que utiliza Tolkien para el propósito del Creador es la genealogía; y de su habilidad narrativa, expresada en el comentario incluido en su celebre Carta de marzo de 1955, él mismo describe su compromiso literario y artístico:

"Ya no estoy tan seguro ahora de que la tendencia a tratar toda la obra como una especie de vasto juego sea en verdad acertada: por cierto no para mí, pues esas cosas me resultan fatalmente atractivas."

(Introducción, Cuentos Inconclusos).

Ese juego se evidencia, como hemos dicho, mediante las íntimas relaciones sucesorias que generación tras generación se van produciendo.

Primero es Melian, una Ainu - hija del pensamiento de Ilúvatar -, la que se encarna. Es la esencia de lo divino la que toma forma y la que se une a uno de los Primeros Nacidos, a uno de los Hijos de Ilúvatar: Elu Thingol de los Teleri, del Tercer Linaje. De esta unión nace la que después se convertiría en la quintaesencia del amor personificado, del sacrificio sin recompensa: Lúthien Tinúviel. En este mismo plano, pero un escalón por debajo, se encuentra la línea de los Eldar y de estos dice el propio Ilúvatar: "-¡He aquí que amo a la Tierra, que será la mansión de los Quendi y los Atani! Pero los Quendi serán los más hermosos de todas las criaturas terrenas, y tendrán y concebirán y producirán más belleza que todos mis Hijos; y de ellos será la mayor buenaventura en este mundo" (Del Principio de los Días, El Silmarillion). De sus diferentes relaciones procede otro paradigma, esta vez de la prudencia y la sabiduría: Idril Celebrindal, hija de Turgon Rey de Gondolin, que desciende en línea directa de Finwë de los Noldor y de Indis de los Vanyar, los dos primeros Linajes de los Eldalië. En este instante, en el que la divinidad y la belleza entran en liza y en fusión, aparecen los Hombres con "el poder de modelar sus propias vidas, entre las fuerzas y los azares mundanos, más allá de la Música de los Ainur, que es como el destino para toda otra criatura" (Del Principio de los Días, El Silmarillion) atraídos por la Luz del Oeste; y aunque en esta concepción no existe Trinidad, nótese que son tres las Casas de los Edain, al igual que tres son los Linajes de los Eldar.

Tanto la cita anterior como la que del mismo libro y capítulo transcribimos a continuación: "Uno y el mismo es este don de la libertad concedido a los hijos de los Hombres: que sólo estén vivos en el mundo un breve lapso, y que no estén atados a él", nos acercan a los dos conceptos que ya habíamos enunciado antes, a la idea de la libertad y de la muerte.




Las uniones de Beren, de la Primera Casa (que se remonta hasta Beör), y Lúthien principalmente, y la de Tuor, de la Segunda y Tercera Casa (que ascienden hasta Haldad y Marach), e Idril; provocan que, en dos generaciones en el caso de la primera y en una en el caso de la segunda unión, se unifiquen en los hermanos Elrond y Elros los tres Linajes de los Eldar, las tres Casas de los Edain, y la sangre divina de Melian; y también que por medio de la elección de Elros primer Rey de Númenor, la sangre encarnada del pensamiento de Ilúvatar se instale en los Hombres:

"Así pues, gracias a la unión de Lúthien y Beren, que su regreso hizo posible, las razas "divina" y élfica se mezclaron con la de los Hombres, vinculando la Humanidad y el Antiguo Mundo tras la instauración del Dominio de los Hombres."

(Nota 3 al Comentario de Athrabeth Finrod ah Andreth, El Anillo de Morgoth).

Pero al igual que ocurre con el Hombre creado por el Dios cristiano, el Hombre de Númenor, como ya aconteciera en el hecho original no registrado de la primera subyugación de Melkor, sucumbe ante el mal personificado nuevamente en un ser 'angélico' - Sauron el Impostor -; y debe redimirse. De nuevo la genealogía adquiere un importante protagonismo. La situación, en la previsible, absoluta y completa degradación de los Númenóreanos, se ampara en la intervención de una mujer, Silmariën, hija del Rey Tar-Elendil y madre de Valandil, Primer Señor de Andúnië; y desde allí en línea ininterrumpida hasta Elendil, fundador de los Reinos del Exilio, y hasta sus hijos. Por el camino, como signo de expiación, se produce la Caída de Númenor; pero también encontramos indudablemente señales de reparación, de purificación, en las muertes de los Altos Reyes de Arnor y Gondor: Elendil, Isildur y Anárion; y por supuesto en la desesperada e inútil (aunque a la larga proverbial) empresa emprendida por el Rey Eärnur, con quién se extingue la Línea Austral. No obstante, no toda la sangre de esa línea se pierde; antes bien, con la unión de Valacar, vigésimo Rey de Gondor, con Vidumavi, se incorpora al linaje del Norte la sangre de los Hombres no Númenóreanos - Hombres del Este de la Tierra Media - y esta singularidad se añade al Reino Septentrional mediante la unión de Fíriel, hija del Rey Ondoher de Gondor, con Arvedui, último Rey de Arthedain y Arnor. Con un paso más en la expiación, la muerte de Arvedui relega a los Capitanes de los Dúnedain al ocultamiento, hasta el punto de que en tiempos de Aragorn II, este pasaba por ser un simple montaraz conocido como Trancos, antes de que se manifestase abiertamente ante Éomer en Rohan: "-¡Elendil! -gritó-. Soy Aragorn hijo de Arathorn y me llaman Elessar, Piedra de Elfo, Dúnadan, heredero del hijo de Isildur, hijo de Elendil de Gondor. ¡He aquí la Espada que estuvo rota una vez y fue forjada de nuevo!" (Los Jinetes de Rohan, Las Dos Torres).

Pero en él, al igual que en los pasajes bíblicos, estaban depositadas las profecías, y son dos las de relevancia:

La primera nos acerca a El Concilio de Elrond, La Comunidad del Anillo, con el conocido poema:


"Busca la espada quebrada
que está en Imladris;
habrá concilios más fuertes
que los hechizos de Morgul.
Mostrarán una señal
de que el Destino está cerca
el Daño de Isildur despertará,
y se presentará el mediano."

Y la segunda nos sitúa en la profecía de Malbeth el Vidente:

"Una larga sombra se cierne sobre la tierra,
y con las de oscuridad avanza hacia el oeste.
La torre tiembla; a las tumbas de los reyes
se aproxima el destino. Los muertos despiertan
ha llegado la hora de los perjuros
de nuevo en pié en la roca de Erech
oirán un cuerno que resuena en las montañas.
¿De quién será ese cuerno? ¿Quién a los olvidados
llama desde el gris del crepúsculo?
El heredero de aquel al que juraron lealtad.
Traído por la necesidad vendrá del norte
y cruzará la puerta que lleva a los Senderos de los Muertos."

(El Paso de la Compañía Gris, El Retorno del Rey).

Además están las palabras de El Principio de los Días, El Silmarillion, que ahora cobran sentido y que a continuación reproducimos: "y por obra de los Hombres todo habría de completarse, en forma y acto, hasta en lo último y lo más pequeño." Está claro que había llegado el momento, la Restauración del Reino de los Hombres, lo que en la Ainulindalë se denomina como el "Dominio de los Hombres"; y Aragorn, portador de la sangre de los tres Linajes, de las tres Casas, y de Melian, es el elegido: "En esta hora toma el nombre que se previó para ti: ¡Elessar, la Piedra de Elfo de la casa de Elendil!" (Adiós a Lorien, La Comunidad del Anillo).


Pero la sangre de Aragorn, había pasado por incontables generaciones y precisaba renovarse. Aunque Aragorn era "más semejante a Elendil que ninguno antes de él" (yuxtaposición procedente de El Desastre de los Campos Gladios, Cuentos Inconclusos), debía unirse a quién pudiera restablecer tan alto empeño y encontró en Arwen Undómiel, hija de Elrond, y en la elección de esta, la razón de su destino: "Su renuncia y su sufrimiento estaban relacionados con los de Frodo: ambos formaban parte de un plan para la regeneración del estado de los Hombres" (a propósito de Arwen, Carta nº 246, Cartas). Pero la importancia de Arwen radica en que es tambien la portadora de la estel; quien recoge el testigo desesperado de Gilraen - "Di Esperanza a los Dúnedain, y no he conservado ninguna para mí" - y nos lo entrega en una frase profética y elocuente: "Oscura es la Sombra, y sin embargo mi corazón se regocija; porque tú Estel, estarás entre los grandes cuyo valor habrá de destruirla" (Apéndices, El Señor de los Anillos). Arwen es la piedra angular que cierra el circulo perfecto de toda la Historia. Es la heroína primordial, aquella a la que toda la narración espera para que se instaure el Reino de los Hombres; y porque a este enlace, el tercero entre Hombres y Eldar, Arwen además de la herencia de su padre, incorporó la de su madre Celebrian, hija de Galadriel, descendiente de Finwë de los Noldor y de Indis de los Vanyar, y también de Olwë de los Teleri, y la de Celeborn, de los Sindar de Doriath. Con esta unión se restableció el Alto Linaje: "Por esta última, las ramas desde tanto tiempo atrás divididas de los Medio Elfos, volvieron a unirse y el linaje fue restaurado" (Apéndices, El Señor de los Anillos); y sólo de esta unión se trasmitió a los Hombres la sangre de los Elfos y de la divina Melian, cumpliéndose la rotunda afirmación de Del Viaje de Ëarendil y la Guerra de la Cólera, El Silmarillion: "Y de estos hermanos solamente ha llegado a los Hombres la sangre de los Primeros Nacidos, y una traza de los espíritus divinos que fueron antes de Arda".

La entrada correspondiente a Elessar, nº 34 de la Línea Austral de Gondor en el manuscrito B de Los Herederos de Elendil, Los Pueblos de la Tierra Media, es por lo demás bastante concluyente:

"Después de un intervalo de 969 años, Aragorn, hijo de Arathorn, 16º capitán de los Dúnedain del Norte y 41.º heredero directo de Elendil en línea directa a través de Isildur, descendiente directo también de Fíriel, hija de Ondohir de Gondor, reclamó la corona de Gondor y Arnor, después de la derrota de Sauron, la destrucción de Mordor y la disolución de los Espectros del Anillo. Fue coronado con el nombre de Elessar en Minas Tirith en 3019. Entonces empezó una nueva era en el calendario, que tenía como primer día el 25 de marzo (del viejo cómputo). Restauró Gondor y la repobló, pero conservó Minas Tirith como capital. Desposó a Arwen Undómiel, hija de Elrond, hermano de Elros, primer Rey de Númenor, restaurando así la nobleza de la casa real.
Aquí termina el Libro Rojo. Pero fue predicho que Eldarion, el hijo de Elessar, gobernaría un gran reino que duraría cien generaciones de hombres, y que de él descenderían los reyes de muchos países en días posteriores."

El camino, diferente al del cristianismo, conduce a la misma meta: a que la sangre de Dios se haga una con la sangre de los Hombres. Aragorn, sin embargo, no era un redentor. Su verdadera esencia nos la mostró él mismo en Las Casas de Curación, El Retorno del Rey, cuando a la interpelación de Imrahil respondió de la siguiente forma: " - Es verdad, porque en la lengua noble de antaño yo soy Elessar, Piedra de Elfo, y Envinyatar, el Restaurador." Era la figura necesaria para el propósito de Ilúvatar, el transmisor ideológico de la realeza de procedencia divina que vincula a toda la trama argumental: la doctrina regia, el derecho del monarca fundado sobre su naturaleza divina, transmitida por la sangre.

Ese y no otro fue su destino: la Restauración del Dominio de los Hombres.

Un saludo desde Minas Ithil.

Namárië.



Earnur (Hombre)

Capitán (536 mensajes)


Nic-bric, bric-nic, ...
Desde el 01 de Marzo de 2003
 

 
El Destino de Aragorn - Earnur (05/10/03 23:11)
    ¡Rayos! - Edhel-dûr (06/10/03 00:43)
      ¡Y Centellas! - Earnur (06/10/03 01:30)
        Equisdé - Edhel-dûr (06/10/03 01:34)
          Respuesta, XD. - Earnur (06/10/03 01:58)
            ¿Los Silvanos son Avari?... - Gwaihir (06/10/03 02:24)
              Los Silvanos son Avari - Earnur (06/10/03 03:35)
                Los Silvanos NO son Avari - Gwaihir (06/10/03 08:01)
                  ¿Contradicciones? - GilGalad (06/10/03 12:51)
              si y no... - merwen (06/10/03 03:45)
                Los Silvanos son Eldar - Zigûr (06/10/03 08:03)
                Perdona, merwen equisdé - Edhel-dûr (06/10/03 08:49)
                  Pues eso, XD. - Earnur (06/10/03 14:41)
                    A ver equisdé - Edhel-dûr (06/10/03 15:53)
                    Pues seguimos con los Eldar - Gwaihir (06/10/03 17:21)
          Te desvias un pelín XD - GilGalad (06/10/03 02:00)
            Asunto elfico - Halobrad (06/10/03 17:26)
              Que sí se sabe - Gwaihir (06/10/03 17:36)
                Fe de erratas - Gwaihir (06/10/03 17:43)
                ¡Calma! XD - GilGalad (06/10/03 19:37)
                  Pues vale... - Gwaihir (06/10/03 19:57)
                    A ver... - arkar (06/10/03 22:32)
    El Destino de Aragorn - Miruvor (06/10/03 19:04)
      El Destino de Aragorn - Idril_Itarillë (06/10/03 20:14)
        Muy bien :) - Athelas la blanca (06/10/03 21:50)
    Cristianismo y silvanos Eldar - Ghanburi (07/10/03 17:27)
 


 
Por favor, inicie sesión para poder participar en el foro

Nombre: 
Clave: 
 




Este foro tiene como tema central los libros de Tolkien y el Mundo que creó. Están prohibidos mensajes que no tengan una relación directa con el tema.

Si dejas un mensaje que no corresponde será movido o eliminado según el caso. Tienes otros foros dentro de Elfenomeno donde seguro que tiene cabida tu mensaje.





¿Tienes dudas, quieres saber más sobre Tolkien y su obra? Pues visita las famosas FAQ de ElFenomeno.

Respuestas a las preguntas frecuentes (y no tan frecuentes) que muchos nos hemos hecho sobre la obra de Tolkien.



Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos