Ver publicación (Azog y Bolg (SPOILER))
Ver tema#13 Respondiendo a: Beregond de M.Tirith
Observación
Azog estaba muerto en esa época, según la obras que se representa.
¿O es que quieres decir que la frontera entre lo que está bien alterado en una película y lo que no es que haya existido históricamente?
Ríete lo que quieras, pero sea una película histórica o sea una película de ficci...
Importancia de una buena crítica
Desde mi punto de vista una crítica exhaustiva de una adaptación literaria a la gran pantalla debe recalcar también en estos cambios, que serán censurables o no, y sobre todo razonar el “por qué” de los mismos. Desde el punto de vista del sentido común, mi opinión es que las alteraciones con respecto a Azog no tienen mayor sentido (insisto, habrá que esperar otros dos años para juzgar con mayor perspectiva). Reconozco que soy “purista”, pero no integrista. El director tiene derecho a introducir modificaciones y perspectivas nuevas -PJ ha aportado algunas fabulosas-, pero en ello también se expone al juicio de la crítica. Y, una observación para Glombitza, que los personajes no hayan existido “realmente” no nos quita el derecho a referirnos a ellos “ficticiamente” con carácter de verismo histórico-literario. Son muy respetables criterios como el de Aule, que se conforma con que en una hipotética adaptación cinematográfica se mantuviesen las “tres o cuatro ideas generales” de su obra. Nada que objetar. Pero también lo es el respeto a la personalidad y voluntad del autor. Y aquí todos sabemos como se manejaba el profesor de Oxford. Si leéis el maravilloso volumen de Cartas de Tolkien, editado por Carpenter os terminareis de hacer una idea de lo puntilloso que era el autor de “El Hobbit”. Leía y releía sus textos una y otra vez. Perfeccionaba su estilo, limaba sus frases hasta dejarlas relucientes, concatenaba sus frases como un artesano. Ese “mago de las palabras” que llama Eduardo Segura en su biografía seguramente habría mirado con enfado y decepción algunos de esos cambios que ahora se han introducido. Yo desde luego, si fuese director de cine, tendría en cuenta todas las opiniones, pero sobre todo tomaría nota de los entendidos y estudiosos de la obra, antes que las de los “palomiteros”, que se contentan con cuatro artificios de efectos especiales y un argumento vacuo en el que no importan personajes ni guión, sólo ruidos, luces y acción de videojuego. Y supongo que en esto estaréis de acuerdo conmigo.
Desde mi punto de vista una crítica exhaustiva de una adaptación literaria a la gran pantalla debe recalcar también en estos cambios, que serán censurables o no, y sobre todo razonar el “por qué” de los mismos. Desde el punto de vista del sentido común, mi opinión es que las alteraciones con respecto a Azog no tienen mayor sentido (insisto, habrá que esperar otros dos años para juzgar con mayor perspectiva). Reconozco que soy “purista”, pero no integrista. El director tiene derecho a introducir modificaciones y perspectivas nuevas -PJ ha aportado algunas fabulosas-, pero en ello también se expone al juicio de la crítica. Y, una observación para Glombitza, que los personajes no hayan existido “realmente” no nos quita el derecho a referirnos a ellos “ficticiamente” con carácter de verismo histórico-literario. Son muy respetables criterios como el de Aule, que se conforma con que en una hipotética adaptación cinematográfica se mantuviesen las “tres o cuatro ideas generales” de su obra. Nada que objetar. Pero también lo es el respeto a la personalidad y voluntad del autor. Y aquí todos sabemos como se manejaba el profesor de Oxford. Si leéis el maravilloso volumen de Cartas de Tolkien, editado por Carpenter os terminareis de hacer una idea de lo puntilloso que era el autor de “El Hobbit”. Leía y releía sus textos una y otra vez. Perfeccionaba su estilo, limaba sus frases hasta dejarlas relucientes, concatenaba sus frases como un artesano. Ese “mago de las palabras” que llama Eduardo Segura en su biografía seguramente habría mirado con enfado y decepción algunos de esos cambios que ahora se han introducido. Yo desde luego, si fuese director de cine, tendría en cuenta todas las opiniones, pero sobre todo tomaría nota de los entendidos y estudiosos de la obra, antes que las de los “palomiteros”, que se contentan con cuatro artificios de efectos especiales y un argumento vacuo en el que no importan personajes ni guión, sólo ruidos, luces y acción de videojuego. Y supongo que en esto estaréis de acuerdo conmigo.
"Así lucharemos a la sombra"- dijo Dieneces en las Termópilas al saber que los persas harían una nube con sus flechas.