Buenas después de un año de espera. La Desolación de Smaug la vi en 3D y lo que voy a comentaros a continuación contiene spoilers. Lo primero que me planteo tras verla es: ¿estamos ante la adaptación de un libro y unos apéndices que escribió Tolkien? Creo que ya somos mayoría los fans del profesor que creemos que estas películas NO merecen el calificativo de "adaptación", aunque sin duda lo son, nos guste o no.
¿Pero por qué somos cada vez más los que pensamos así? Con la primera parte de EH ya comenzamos a sospechar que no estábamos en la Tierra Media de Tolkien, sino en la Tierra de Jackson, y, con la segunda parte, hemos asistido a esta desviación total del "espíritu de los libros". La historia de Tolkien queda reducida en estas películas a ciertos nombres de personajes, itinerarios geográficos y encuentros cruciales. Sin embargo, las infidelidades –tanto en la trama principal como en algunas subtramas– son tantas que, junto a las carreras y a la acción, han conformado una historia poco madura y estéticamente artificial.
¿Y esto convierte a la película en mala? Sí y no, y me explico. Sí, por lo que podía haber sido y que Hollywood ha convertido: acción pura y dura. No, por algunos encuentros e interpretaciones que salvan a la película de la catástrofe. Es evidente que este tipo de películas tienen que tener acción, pero se abusa de ello, quedando al final la sensación en el espectador de que no se nos ha contado una historia sino que hemos asistido a un espectáculo circense.
Inexplicablemente nos quedamos, al principio, sin un prólogo de acción, a falta de ver la VE. Nos muestran el encuentro de Thorin y Gandalf en Bree, pero siguen sin explicar al espectador de dónde ha salido la llave y el mapa de Thrór. Después nos catapultan a la compañía de enanos, cuya persecución por parte de Azog, resulta ya cansina. Pero lo más sorprendente de todo es que éste no muere y lo releva su hijo en, lo que podríamos calificar ya, como la mayor desvirtuación del relato original de EH. Ha quedado claro el camino para la tercera película, Azog en Dol Guldur y Bolgo en Los Cinco Ejércitos. La aparición de Beorn se me hizo corta. Eché de menos algún relato más pausado de él que muestre cómo es y cuál es su papel en los lindes del bosque.
Luego vemos a Gandalf que abandona a los enanos para ir, nada más y nada menos, que a los páramos de Rhudaur (por favor, cojan un mapa de la Tierra Media) a ver las dichosas tumbas de los nazgûl. ¿Pueden los simples mortales encerrar a un espíritu? Según PJ sí, aunque desconocemos con qué poder, cosa que además no queda explicada (ni cómo los encerraron ni cómo se liberaron). ¿Toda esta trama era necesaria? Me parece relleno sin sentido.
Nos adentramos en el Bosque Negro, pero ¿dónde está la convivencia y los pesares del viaje que sí pudimos apreciar en la trilogía de ESdlA? ¿Dónde está la magia de los elfos? Todo trascurre rápido para llevarnos a las arañas y a los salones de Thranduil. La primera sorpresa y que me hizo conectar con el libro fue oír a las arañas hablar, aunque en la película lo atribuyen a cierto poder que otorga el anillo cuando Bilbo se lo pone. Lástima que no se utilizara este recurso con el resto de fauna: lobos, águilas, ovejas, etc. Me gustó, en general, la profundidad que le han dado tanto al personaje de Thranduil como a Thorin. Digamos que en el libro son más inocentes y simples, y en una película hay que explotar más esa codicia que los dos poseen. En cambio, me desconcertó el protagonismo creciente que estaba adquiriendo Tauriel. La persecución de los barriles fue quizá el momento más divertido de toda la película y a todos nos gustó que elfos y enanos lucharan juntos de forma tan frenética contra los orcos, pese a ser una infidelidad como una casa.
Y llegamos a la Ciudad Lago, y vemos que la entrada de los enanos en ésta es totalmente diferente a la narrada en el libro. Llegan ocultos, utilizando al personaje de Bardo, con lo que consiguen matar dos pájaros de un tiro. Bardo también se merecía una ampliación, así que es algo lógico ver un poco sobre su origen, su familia, etc. Lo que no me gustó fue el recurso manido al consejero que maneja los hilos del poder. El paralelismo de Alfrid con Grima y hasta su parecido físico es más que evidente. ¿Es que no hay ningún gobierno en la Tierra Media que no tenga a un consejero escuálido y malvado? Llega el momento de marchar a la Montaña Solitaria y el papel de persona razonable que advierte a todos lo asume Bardo, frente al poder corrupto del gobernador y al alarde de populismo de Thorin de que compartirá su tesoro. Nada que decir, salvo en algo que muchos han reparado, la compañía de enanos se divide por culpa de un Kili herido. Ahora Thorin es la persona ¿razonable o egoísta? que no quiere echar a perder la misión. Aunque en este momento nadie entendía el fin de esta infidelidad.
En el acto final, tendremos tres tramas paralelas: Esgaroth, Dol Guldur y Erebor. Me centro ahora en la primera. La gran novedad de esta película que nadie esperaba es el triángulo Legolas-Tauriel-Kili. Muchos creímos que el papel de Tauriel se limitaría al típico de una elfa-guerrera sin más, pero estábamos equivocados. Supongo que aprovechando que sacaban a un personaje femenino le han querido dar más protagonismo. Siendo puristas, se podían haber ahorrado todo este metraje en beneficio de la trama de Dol Guldur que ha quedado muy empequeñecida. Pero bueno, yo estoy dispuesto a aceptar una relación enano-elfa (que para muchos es una herejía), pero necesito tiempo para aceptarla porque el sock ha sido fuerte. Me parece hasta creíble como han tratado la relación en la película, ya que en principio es un afecto y complicidad que puede convertirse en amor. Otra cosa son los ticks recurrentes, como cuando ella queda iluminada (recordemos a Arwen en LCA) cuando va curarlo. Y, de repente, vemos a los orcos pululando por los tejados de Esgaroth, como Pepe por su casa, y las cabriolas de Legolas. ¡Pero cómo es posible! ¿Y la guardia de la ciudad? Ah, claro, es que resulta que están todos detrás de Bardo porque se propone llegar a una torre para defender la ciudad ante la posible llegada de un dragón en el que nadie ha reparado. De locos. Otro ejemplo de infidelidad que no aporta nada a la película, salvo para dejarnos bien claro que Bolgo es un orco muy fuerte que ha hecho pupa a Legolas.
El segundo escenario, Dol Guldur, se nos presenta esta vez como una incursión de Gandalf que llega tarde. Hubiera quedado mejor si esta se produce en la primera película, descubriendo a Sauron y, ya puestos, a Thráin. Ni rastro del Concilio Blanco. Vuelvan a coger el mapa de la Tierra Media. ¿De Rhudaur a Dol Guldur sin aprovechar que Rivendel quedaba de camino para un posible concilio? Parece que hay que crear la sensación en el espectador de que Gandalf se enfrenta sólo ante este peligro. Vuelvo a echar en falta algún rayo de Gandalf (aunque lo vemos desaparecer) o una magia distinta a la vista contra el Balrog, pero su papel queda bien, salvo por el hecho de que es apresado. ¿Tiene sentido que Sauron encarcele a Gandalf? Señores, es un pedazo de mago, si cae tienes que matarlo. A ver si Sauron, después de todo, no es tan malo...
Y, en tercer lugar, seguimos los pasos de Thorin hasta que nos topamos con las ruinas que dan nombre a la película. Valle se ha convertido en "Colina", la última luz del atardecer se sustituye por la luz de la Luna para crear más expectación y el dragón no tiene cuatro patas (además de las alas) como el propio Tolkien había dibujado (ohhhhh). Pero la cantidad de trailers, spots, clips, reportajes, filtraciones y demás ha inmunizado hasta los más puristas. Ya no duelen las infidelidades, se toleran en el sentido más pasota de la palabra. Llegamos al encuentro con el dragón. Sorprendentemente me gusta todo lo que ocurre dentro de Erebor, incluidas las infidelidades: Bilbo, la voz de Smaug, su caracterización que refleja muy bien esa extraordinaria mezcla de vanidad, inteligencia y malicia, el papel de Thorin y Balin (impresionante), la lucha desesperada de los enanos en las forjas. Tan sólo me queda la duda de qué pasará con el punto débil que descubre Bilbo en el dragón y si se respetará la importancia que esta información tiene en el libro. En conclusión: hay infidelidades que no aportan nada a una película y otras que la hacen más grande. Y todo lo que pasa dentro de la montaña pertenece al segundo tipo. Por fin la acción cobra un sentido. Es conmovedor ver a los enanos defender su reino que conocen mejor que nadie. La Piedra del Arca, ahora adquiere más sentido que en el libro. No sólo es un objeto maravilloso, sino que es un símbolo para todos los enanos de su unión y fuerza como pueblo. Y esa metáfora de "Smaug el Dorado" se hace realidad en pantalla. Su vuelo hacia la Ciudad Lago se convierte en uno de los finales más expectantes vistos en la gran pantalla, precisamente porque no es un final, sino una Venganza...
Película recomendable, en cualquier caso, para los fans de Tolkien, aunque sea sólo como ejercicio de crítica de la visión que nos aporta PJ. Y, por supuesto, mejor que la primera parte, aunque olvídense del ambiente de cuento que debería tener. Para el resto de la humanidad, hay opiniones de todos los gustos, desde espectacular (los acción-maníacos) hasta soporífera (los no amantes de la Tierra Media). Si en ESdlA la mayor parte de los fans y la crítica aplaudieron, ahora, tanto unos como otros, están mucho más divididos. Este parece ser el legado de PJ con la nueva trilogía de EH.