Lo estratégico del pueblo y la popularidad de su posada le hicieron amigo de Gandalf; no obstante, su mala memoria desvirtuaba sus buenas intenciones, como ocurrió en aquella ocasión en que olvidó enviar a Frodo una importantísima carta del propio mago.
Cebadilla era un hombre de estatura más bien baja, era gordo y tenía la cara colorada. Era muy hablador y buena persona.
"Frodo abría la marcha y casi se llevó por delante a un hombre bajo, gordo, calvo y de cara roja. Tenía puesto un delantal blanco, e iba de una puerta a otra llevando una bandeja de jarros llenos hasta el borde. [...] El hombre se fue dejándolos casi sin aliento. Parecía capaz de derramar un torrente interminable de charla, por más ocupado que estuviera..." (ESDLA, "Bajo la enseña del Poney Pisador")