Reportaje sobre los caballos de ESDLA

    El recinto, bañado en la luz temprana de un amanecer de invierno, está en calma. Varios caballos permanecen de pie, atados o sujetos por las riendas en los establos. No son ciertamente los purasangres o caballos de competición que residen habitualmente en una granja cercana a Waikanae. Una inspección más minuciosa revela que los compartimentos alojan a extraños ocupantes... conejos, un erizo, un ciervo, ratas, grajos, un hurón... ¿Qué está pasando? Los 80 acres de propiedad han sido tomados como campo de entrenamiento para las estrellas equinas de las películas, actualmente en producción, que darán vida a la épica trilogía de J. R. R. Tolkien, "El Señor de los Anillos".

    Dave Johnson es el entrenador principal de los animales, ayudado por Lee Sommerwell, Chris Rutten, Robbie Miller, Kerrie Morgan, Carla Gammons, Ray Leneghan, Don Reynolds y Mark Kineston-Smith. Este grupo aporta la experiencia en entrenamiento, alimentación, cuidado veterinario y puesta en escena, trabajando con los 20 jinetes y 40 caballos de silla que "protagonizan" la película.

    La atmósfera de tranquilidad del recinto no es accidental. El equipo cree firmemente en "mantener la adrenalina baja". Su teoría es que cuanto más tranquilos estén los caballos, los cuidadores y los jinetes, más fácil será desensibilizar a los caballos ante el humo, los disparos, las luchas de espadas, las cámaras y el resto de distracciones provocadas durante el rodaje de una película mayoritariamente de acción. Mucho de ese trabajo es realizado tanto en el terreno cercado y techado donde se encuentran los obstáculos o en la gran escuela de arena, dos de las características que hicieron de esta propiedad la ideal para los requerimientos de los productores de la película. Otra consideración importante es la proximidad a Wellington, que permite que los actores pudieran acudir un par de veces a la semana para tomar clases de equitación, ir conociendo a los caballos y poder ajustar los caballos a sus trajes y características personales.

    "Trabajamos mucho en formación e instrucción", dice Chris, "y eso ayuda. Tienen tantas cosas a las que hacer frente...". Para cuando el entrenamiento finalice, Chris confía en que los caballos serán capaces de tolerarlo todo, pero no todo es trabajo duro. Se relajan con carreras por la playa, el bosque y los montes, y hay una pista de 1 km. y un buen camino por la colina para mantenerse en forma.

    Dave Johnston es también el propietario de Heritage Clydesdales en Levin, y ha proporcionado, en venta o alquiler, la mayoría de los caballos, algunos de los cuales volverán a sus dueños al final del rodaje, mientras que otros serán vendidos. Algunos de los caballos fueron baratos; otros, dice Dave, costaron desde 1.000 dólares, 5.000 dólares unos pocos, y 8.000 doláres uno, hasta 10.000 dólares tres de ellos. "Detestaría contarte cuánto dinero hemos gastado. La cifra variaba diariamente. Si nos gustaba un caballo y tenía aspecto de poder realizar el trabajo, lo comprábamos". Y sí, algunos de los caballos eran animales de paseo que han sido reentrenados y al final, siempre que sea posible, serán vendidos como caballos para películas o subastados.

    En realidad, muchos otros caballos y jinetes aparecerán en diversas escenas de la película, pero son en gran parte "extras" reclutados en otros lugares por el coordinador Steve Old, más conocido por organizar la New Zealand Horse Ride.

    "Usando la generación por ordenador, convertiremos a 250 caballos en 6000", dice Steve, ¡con cierto sentimiento de alivio al saber que él no tendrá que encontrar a los 6000! Con tres meses de rodaje en distintos escenarios a lo largo de South Island, que se espera que comiencen a mediados de Agosto, Steve tiene que "entrevistar" y contratar a 250 jinetes y caballos. Cuando le dejé, ¡estaba meditando en cómo acomodarles en medio de la nada en pleno invierno!     "Llevaremos 40 caballos a South Island. Los primeros 25 caballos en cada escena serán siempre nuestros, incluidos los dobles", explica Steve. "En una escena para la que necesiten 250 caballos, por ejemplo, yo necesito 225 caballos y jinetes locales, y todos ellos deben ser oscuros porque serán figurantes y porque los caballos "protagonistas" son blancos".     Los caballos que estarán en primera línea del ejército en las escenas de batalla deben ser imponentes y tener personalidad... ¿Y quién sino el semental de Lockie Richard, Uraeus, podría dar esa impresión?

    "Todo ocurrió en cinco minutos", dice Lockie. "Me llamaron y me dijeron que querían un semental. Les dije que si podían subirle al camión, podría probarle, pero que él de ningún modo subiría a un remolque, y que sólo había subido en mi camión en los últimos diez años. Fue en el camión, le probaron y resultó bien... ¡Nunca le habían cabalgado sin montura!". "A él le encanta esto. Stefan von Ingelgem dijo que Uraeus estaba acabado y había llegado al final de su carrera deportiva. Así que ahora tiene una nueva carrera".

    Steve Old añade: "Es increíble cómo se ha adaptado al plató".

>>    Uraeus es la montura de Aragorn, el legítimo rey de Gondor. A Viggo Mortensen, que interpreta a Aragorn, le ha gustado tanto cabalgar y está tan compenetrado con Uraeus que viene desde Wellington dos o tres veces cada semana para tomar lecciones con Robbie, y está causando algunos quebraderos de cabeza a los encargados de la película, insistiendo en hacer muchas más tomas cabalgando de las que se pretendían en un principio.

    Pero hay un elemento en esta película que es de algún modo poco usual. Y es que los hobbits deben medir unos 107 cm., y por ello se necesitan dos caballos para interpretar al caballo de Sam Gamyi, el Viejo Bill. Uno es el pequeño Rastus, un pony que aparece con enanos que visten máscaras protésicas para asemejarse a los actores. El otro, Shane, es un caballo que permanece en el plató mientras los actores están en escena, para mantener la escala. También hay un altísimo Gandalf para los momentos en que él y los hobbits de tamaño real tienen que estar juntos.

    El día que les visité, ambos estaban fuera, con Dave, aprendiendo a caminar entre nieve artificial en un angosto sendero de montaña, construido en los estudios de Wellington. Para trasladar a los ponies, una plataforma sobresale del flanco de la montaña.

    Aunque dos castañas sean semejantes, no son idénticas, y ahí es donde entra en juego el trabajo de Mark Kineston-Smith. Mark se ha convertido en el maquillador de caballos de la unidad, y dice que es sólo una prolongación de la preparación de los caballos para su asistencia al rodaje. Puede añadir, ocultar o cambiar las marcas en la cabeza o las patas, y puede incrementar o alterar los colores.

    "Hicimos una prueba con tinte de cabello humano en mi pony Jazz", recuerda Dave con diversión, "pero no funcionó. ¡Era más sencillo ir a comprar un caballo del color adecuado!". Lo frecuente es usar tinte para lana, sobre todo para cosas como ocultar calcetines.     El otro elemento del maquillaje son las heridas, las cicatrices y la sangre. Son tan realistas que cuando el veterinario oficial, el irlandés Ray Leneghan, llegó al plató, lo primero que vio fue un caballo con una gran cuchillada en el lomo, manando sangre. Estaba al borde del pánico cuando se dio cuenta de que era tan sólo un efecto especial. Se emplea cera para crear cicatrices, puñaladas y llagas realistas; la sangre es una mezcla preparada; las natillas pueden ser usadas para un efecto horripilante en los ojos y la nariz. Todo forma parte de la creación de la ilusión, y los caballos no sufren ningún tipo de daño.

    Ha habido accidentes en el plató, pero no más de los que cabe esperar con muchos caballos trabajando juntos. Dos caballos chocaron y sufrieron varias contusiones cuando un jinete hizo una mala entrada en una escena de batalla, pero ambos están de nuevo rodando. Otro caballo se cayó de un pequeño embarcadero. Parece ser que había cabalgado sobre él y de vuelta bastantes veces, pero dio un mal paso en el borde y resbaló a un agua poco profunda, sufriendo sólo daños leves.

    "Lo peor", dice Ray, "fue que el jinete llevaba ropajes muy pesados, incluyendo un manto, y cuando se mojó, ¡no podíamos levantarle!".

    La película se rige por bases estadounidenses, y en aquel país, donde los cineastas solicitan la supervisión de la poderosa Humane Society (la Sociedad Protectora de Animales de los Estados Unidos), hay reglas muy estrictas sobre el tratamiento que se les da a los animales. Estas reglas serán acatadas en esta película. "Esperamos tener en los créditos al MAF (Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Nueva Zelanda), la ILPH (Liga Internacional para la Protección de los Caballos) y la RSPCA (Real Sociedad para la Prevención del Maltrato a los Animales), me dijo Steve, "y nos gustaría tener un representante de cada una de estas asociaciones en el plató siempre que tengamos caballos. Esto podría ocasionar dificultades desde el punto de vista del tiempo".     El resto de integrantes del equipo está aprendiendo lo que pueden hacer los caballos, en lugar de tratarles como si fueran personas, pero, dice Dave, "Es genial lo que harán los caballos. Vemos un proyecto y le decimos al equipo: "Sólo este número de tomas, por el bien de los caballos, y a ellos les parece bien". Las superficies están cuidadosamente preparadas para que los caballos no resbalen, y herraduras de goma aumentan la seguridad.

    El americano Don Reynolds está entrenando a los caballos especiales. Se unió al equipo sólo dos meses antes de mi visita en Mayo para trabajar, particularmente, con Demero, el semental Andaluz de Australia que interpretará a Sombragrís, y con Blanco, su "doble". El mago, Gandalf, tiene que montar el caballo al frente de otros 250 sin silla ni bridas. "Ignoro cuáles son sus conocimientos", dice Don. "Han trabajado algo en libertad, pero del modo incorrecto, así que he estado luchando con ellos. En uno o dos meses tendré mucho más control. Ahora mismo casi estoy consiguiendo montar sin la brida".

    Don ha estado entrenando caballos toda su vida, montando desde que empezó a caminar. Durante unos pocos años cabalgó sin silla y realizó cabalgatas de exhibición, antes de dedicarse al trabajo en películas. No puede recordar en cuántas películas ha tomado parte, pero calcula entre 50 y 60. "Principalmente", dice, "trabajo detrás de las cámaras". Esto incluye entrenamiento a Dudley Moore, como Santa Claus, ¡para aprender a conducir a los renos! Ha sido entrenador de combate para muchas películas e incontables anuncios de televisión, y ha entrenado caballos para los shows del Salvaje Oeste de los Universal Studios durante seis años.

    Su aproximación es tranquila. Se ríe de Blanco que, tan pronto como le quitan su silla y sus riendas, se sigue encabritando por pura diversión. "Ven aquí abajo, no te quiero ahí arriba", dice Don. "Hoy te veo muy bien". Los chicos que hay en la valla dicen que es la primera vez que el caballo ha jugado realmente con el entrenador, señal de que están entablando una buena relación.

    Basil Clapham dobla a Gandalf. Es una buena forma de retirarse. "He montado toda mi vida, pero esto es completamente nuevo para mí. Me llevó mucho tiempo acostumbrarme a qué debía hacer con mis manos, en lugar de agarrar las riendas, ¡pero esto ha aumentado verdaderamente mis habilidades como jinete!"

    Basil llegó como un guerrero, pero su parecido con Sir Ian McKellen, que interpreta a Gandalf, pronto le convirtió en el doble de la estrella. Basil se ha metido de veras en el espíritu de la aventura, ¡con sus matrículas en las que se lee "Gandalf" en su deportivo!.Como cabía esperar, los creadores de "El Señor de los Anillos" mantienen los detalles de la producción en secreto hasta que la fecha de estreno esté más próxima, pero por lo que he oído, creo que los fans de Tolkien no se van a sentir decepcionados con la visión de Peter Jackson de sus historias favoritas.

    El rodaje trata de la suspensión de la realidad y la creación de la fantasía, y yo, personalmente, espero impaciente ver las aventuras de las páginas que escribió Tolkien cobrando vida nítidamente en la gran pantalla.