Una nueva historia

10 de Mayo de 2003, a las 00:00 - Berelleth
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Capitulo I: Recuerdos del Pasado

Ya habían pasado muchos años desde la partida de Frodo en los Puertos Grises. Sam llevaba cinco años como alcalde de la Comarca por cuarta vez y estaba entrando en la edad de 73 años. Elanor era una hermosa hobbit, la primera dama de la reina Estrella de la Tarde, y se había casado con Fastred de Encina Verde de Lomas Lejanas hace dos años. A Elanor le encantaban las flores y los jardines. Cuando se encontraba en la comarca ayudaba a su madre en los quehaceres de la casa y pasaba ratos agradables al anochecer con su familia junto a la chimenea conversando sobre muchas cosas, entre ellas las cosas en el Palacio junto a la Reina, las cosas que habían acontecido a la Comarca durante su ausencia y sus planes para el futuro, sus ideas de lugares adonde mudarse y donde poder formar junto a Fastred una familia, por el momento vivían junto a Sam y Rosa en Bolsón Cerrado. Elanor iba a diario junto a todos sus hermanos a ver el hermoso mallorn que había plantado su padre hace ya varios años; el árbol era ya grande y el más hermoso visto jamás. Pero había un jovencito travieso a quien Elanor no podía vigilar y constantemente le llamaba la atención, y cuando era más pequeño Sam recibía muchos reclamos de los vecinos, ya que su hijo se paseaba por todo Hobbitón llamando a las puertas y escondiéndoce. Su nombre era Frodo y a pesar de ser un joven hobbit muy inquieto era honesto y sincero y le tenía un verdadero amor a los árboles, las plantas y las flores. Era el hobbit más apuesto la familia Gamyi, por lo que llamaba la atención de muchas jovencitas de la Comarca, con un espíritu inquieto y deseos por conocer lo que hacía ver en él la vieja imagen del joven Frodo Bolsón.

- Es como si Frodo Bolsón hubiese renacido en él- decía Sam a Rosita cuando lo veía pasear por fuera del agujero hobbit fumando una pipa y admirando los árboles.
- Lo estimabas mucho ¿no es así?- le respondía Rosita.
- Sí, es alguien a quien nunca olvidaré y siempre recordaré con mucho agrado -.
- De seguro el también te recuerda como tú a él -.
- Como me gustaría tener alguna noticia de él o al menos saber si está bien, pero que estoy diciendo, no hay duda alguna de que él se encuentra bien -.

Al comenzar el invierno Sam y su familia se reunieron para recibirlo con un gran festín, invitaron a toda la familia Coto, a todos los Gamyi y también invitaron a los Belinfante de Encina Verde. Estaban también presentes Pippin junto a su familia y también Merry, y por petición de Frodo también estaban presente los Bolger; era un gran numero de hobbits por lo que tuvieron que cenar en el jardín, afortunadamente el primer día de invierno había sido un día muy bello con un sol radiante y con una pequeña brisa fresca que relajaba a cualquiera que la sintiese. Resolvieron el cenar a la sombra del hermoso mallorn que por cierto ya había crecido bastante y tenía las hojas más hermosas que cualquier otro árbol de la Comarca.

- Os doy la bienvenida a todos los aquí presentes, cuyos muchos rostros no veía hace ya varios años - comenzó Sam - Esta deliciosa cena es en parte para recibir con agrado al invierno que llega y que sea uno de los más agradables para todos vosotros, pero es principalmente para reunir a todas las familias y pasar juntos un rato agradable. Quiero aprovechar la oportunidad de anunciar una de las mejores noticias que me han acontecido en los últimos tiempos: hace dos años mi querida hija Elanor la bella ha adquirido matrimonio con un notable y distinguido hobbit aquí presente, quiero presentarles a Fastred Belinfante -.
En ese momento todos aplaudieron y aclamaron a Fastred quien se levantaba de su asiento para dirigir algunas palabras: - Primero que nada quería dar las gracias a la familia Gamyi por aceptarme entre los suyos y dejarme pertenecer a tan distinguida familia - dijo - Es un gran honor el de recibir la mano de Elanor en matrimonio y prometo hacerla la hobbit más feliz que halla pisado la Comarca -.

Y así todos dieron las gracias y comenzaron a comer con gran agrado el banquete, que estaba servido en variados platos muy bien adornados. A todos les pareció una cena muy agradable y deliciosa y le dieron las gracias a Rosa y sus hijas pues ellas la habían preparado con grandes sonrisas. Luego de terminar la cena degustaron suculentos postres repitiéndose en más de una vez. Al terminar varios de los hobbits se despidieron y volvieron a sus labores, pero muchos otros, y entre estos estaban Merry, Pippin y familia y los Coto, permanecieron en Bolsón Cerrado hasta después del anochecer.
Al despedir a los hobbits que se habían ido, Sam invitó a los demás a entrar en el agujero hobbit, pues ya estaba oscureciendo; le pidió a Bilbo y a Hamfast, dos de sus hijos a que fuesen a buscar leña para la chimenea. Sam y Rosa habían tenido juntos a trece hobbits, siete hijos y seis hijas, sus nombres eran, en orden de mayor a menor: Elanor, Frodo, Rosa, Merry, Pippin, Rizos de Oro, Hamfast, Margarita, Prímula, Bilbo, Rubí, Robin y Tol, mas llamado Tom. Los Gamyi eran una familia muy decente y amable y les gustaba compartir de vez en cuando con sus semejantes, realizaban pequeños banquetes que compartían comúnmente con los Coto.
Bilbo y Hamfast volvieron con mucha leña que apilaron a un costado de la chimenea, luego pusieron algunos troncos dentro de esta y los encendieron. Sam hizo pasar a los invitados a sentarse cómodamente en torno a la chimenea, les ofreció algunos sillones que ahí estaban y con ayuda de sus hijos fueron en busca de más sillas. Una vez que todos estaban sentados Frodo le pidió a su padre que le relatara la historia de la Comunidad del Anillo, a lo que Sam aceptó. Comenzó desde la visita de Gandalf, a quien recordaban con agrado, a la Comarca y su estadía en Hobbitón. Continuó con la aventura en el Bosque Viejo y el encuentro con Tom Bombadil. Después relata la estadía en Bree y el ataque de los Nazgûls; sigue con el encuentro con Glorfindel y como había salvado a Frodo gracias a su fiel corcel. Más tarde relato la estadía en Rivendel y el Concilio de Elrond en donde se formó la Comunidad del Anillo.
Luego Faramir, el hijo de Pippin le pidió a su padre que relatase su aventura junto a Merry cuando los orcos los habían raptado en Emyl Muil, este así lo hizo con la ayuda de Merry corrigiéndolo cuando se equivocaba o cuando se saltaba algunos trozos de la historia. Al terminar Elanor pidió que contaran su visita a Lórien y el encuentro con la Dama Blanca. Sam, Pippin y Merry lo contaron detalladamente pues era un hermoso recuerdo el de la Dama y del bosque de Lothlórien, ayudándose unos a otros de vez en cuando.

- Como me gustaría volver a ver a la hermosa Dama del Lórien - dijo Sam con un suspiro.
- El bosque era algo maravillosos, al único que recuerdo que no le agradó mucho fue a Gimli el enano - rió Merry.
- Pero eso fue por el trato que le dieron al comienzo los elfos, pues el bosque le pareció tan hermoso como a todos nosotros - respondió Pippin.
- Quien iba a decir que un enano y un elfo pudiesen llegar a ser tan buenos amigos -.
- ¿Qué será de Legolas y Gimli? -.
- Han de estar aún recorriendo la Tierra Media, oí decir que los han visto pasear junto por distintas partes -.
- Porqué ahora no cantamos algunas canciones - sugirió Sam - se me una muy bonita que se la oí cantar a Frodo cuando íbamos camino a los Puertos Grises -.
- Me parece una excelente idea - dijo Frodo entusiasmado - Me encantan las canciones -.
- A mí igual - agregó Rizos de Oro - especialmente cuando se inventan en el momento -.
- Sí, esas son las mejores - dijo Faramir al notar el gran entusiasmo de Rizos de Oro.
- Entonces haré mi mejor esfuerzo y cantaré algunas canciones nuevas - les dijo Sam.

Faramir observaba como a Rizos de Oro se le iluminaba el rostro al ver que Sam se disponía a cantar una canción. En algunas ocasiones ella advertía las miradas de Faramir, y este al notarlo agachaba la cabeza y se sonrojaba.
- Bueno - dijo Sam - les cantaré primero la canción de Frodo:

Aun detrás del recodo quizá todavía esperen
un camino nuevo o una puerta secreta;
y aunque a menudo pasé sin detenerme,
al fin llegará un día en que iré caminando
por esos senderos escondidos que corren
al oeste de la Luna, al este del Sol.

- Es el párrafo de la vieja canción de caminantes solo que algunas palabras están cambiadas - dijo Sam al terminar cuando los ojos le comenzaban a llorar.
- Ahora yo cantaré una - dijo Pippin quien se disponía a comenzar:

Bajo la Luna veo en el cielo por montones
estrellas que me acompañan en mi camino,
sin detenerse observan las pisadas de forasteros
que vienen y van en las noches eternas;
junto a la luz de plata voy avanzando cauteloso
manteniendo siempre la vista al frente,
un soldado soy en tierras lejanas nombrado
por un rey que cuya ira lo ah consumido.

Ahora importante seré en las tierras de aquí y allá,
y en las noches interminables estaré
rogando por el mañana que ah de venir
después que la Luna cierra sus ojos
y las estrellas vallan con ella a descansar
dando paso a los rayos dorados del amanecer
que mi camino alumbrarán y me acompañarán
hasta el fin de los días.

- Es una canción muy bella - comentó Rosa quien escuchaba con atención.
- Si es por eso yo también canto una canción que hable de mis aventuras y mi alto rango en el reino de Rohan - dijo Merry.
- A ver si puedes cantar una mejor - rió Pippin.
- Solo escucha:

Siendo tarde en la noche bajo la luz de plata
mi grupo avanzaba cauteloso por llanuras desoladas,
miembro de una compañía cuyo objetivo debemos cumplir
sin importar lo que ocurriera de día o de noche
debía de seguir adelante sin dudar,
peligros asechando y lugares atravesando.

Perdidas lamentables y separaciones dolorosas,
mas la esperanza no se pierde
y así seguí adelante a través de las sombras;
a un reino llegué cuyo rey bien recordado será
y en Rohan su memoria perdurará
hasta después de la caída de las estrellas;
su caballero fui y aclamado por nobles y gente del pueblo.

La lucha me esperó durante largo tiempo
Y junto a la compañía luché por un mañana
que lejano parecía en la profunda oscuridad,
muchas vidas se perdieron aquella noche,
mas el bien triunfó sobre el mal y el mañana apareció
con su dorada luz y cubrió los valles y les dio vida
y cantando estaré hasta que la mía se halla perdido.

- No está mal - comentó Pippin - pero debes admitir que siempre he sido mejor cantor que tú -.
- Es verdad - respondió Merry - pero no puedes negar que fue una linda canción -.
- A mí me pareció una canción muy triste - comentó Rizos de Oro.
- Tienes razón - agregó Sam - porqué no cantamos canciones más alegres, pues que tu canción ah entristecido los corazones -.
- Cuanto lo siento, la siguiente canción será una más alegre - dijo Merry.

Y así continuaron durante gran parte de la noche, cantando y riendo y contando historias sobre sus aventuras y otras que se han heredado con el pasar del tiempo en las distintas familias de la Comarca. Fue una noche muy entretenida, pero pronto llegó la hora de la despedida, pues algunos hobbits como Robin, Bilbo y Margarita se habían quedado dormidos, pero otros como Frodo, Faramir y Rizos de Oro estaban muy despiertos y escuchaban con gran interés las historias y canciones que contaban los demás.
A la mañana siguiente las nubes comenzaron a cubrir los cielos, el invierno se disponía a comenzar. No obstante, a Frodo no le parecía un mal día para salir a caminar. A Frodo le gustaba mucho salir de vez en cuando de los límites de Hobbitón y pasear por algunos sectores que no le estaban permitidos.
Tenía varios amigos, mas dos eran de su confianza y los estimaba mucho. Con ellos se escapaba hacia la granja del Abuelo Coto, quien había fallecido hace algunos años y había heredado su granja a uno de sus hijos, el tío Carl Coto, más conocido como el tío Nibs, le pedían tres ponys y cabalgaban alrededor de la granja. Frodo era un hobbit muy aventurero a quien le encantaba escuchar las historias de su padre sobre los viajes de la Compañía del Anillo y la lucha contra Sauron y los Nazgûls, y de vez en cuanto se lamentaba el no poder tener alguna aventura como las tuvo su padre. Constantemente le pedía permiso para que lo dejase hacer un viaje junto con sus amigos, Faramir Tuk y Ludovic Bolger (descendiente de la familia de los Bolsón) más conocido como Luv, pero Sam le decía que aún era muy joven, para un hobbit la edad de treinta años era nada más que la niñez, aun cuando ya podía razonar y pensar como un adulto, pero como Frodo era inquieto y hasta a veces descuidado a Sam le parecía un acto de irresponsabilidad el dejarlo partir en busca de aventura.
Una mañana de primavera, rey Elessar fue a visitarlos después de largo tiempo de separación y se reunió con Sam y su familia en los límites de la Comarca; Frodo contempló maravillado la distinguida e imponente presencia del Rey quien era alto y no dejaba duda de su nobleza. El Rey, mejor conocido como Aragorn en la familia Gamyi relató muchas cosas nuevas a los jóvenes hobbits quienes escuchaban con gran interés las descripciones del mundo exterior, en especial Frodo, quien ya comenzaba a tramar una descabellada idea en su cabeza.
Aragorn y sus hombres acamparon en el límite sur de la Comarca y ahí se quedaron varios días. Después de una semana y media de su llegada, Frodo concretó su idea y se la dio a conocer a sus dos mejores amigos.

- Bien, le pediremos a mi padre que nos deje ir con el Rey Aragorn a Minas Tirith, ahí le pediremos al Rey que nos deje cabalgar con sus caballeros - propuso Frodo.
- Pero yo no se cabalgar - replicó Luv.
- Aprenderás, entiendan, esta es nuestra única oportunidad con la que contamos para poder tener alguna aventura, quien sabe en cuanto tiempo más el Rey volverá a pisar estas tierras, solo imagínenlo las canciones sobre nuestras hazañas, las admiraciones de toda la Comarca, seremos como los Capitanes Peregrin Tuk y Meriadoc Brandigamo -.
- Suena bien, pero creo que solo cabalgar no será una aventura digna de ser cantada, mi padre no solo cabalgó él participó en la guerra contra Sauron y fue parte de la Comunidad del Anillo, y ahora es el Thain y además Consejero del Reino Septentrional, al igual que tu padre - dijo Faramir.
- Tienes razón, pero no te preocupes por eso, ya veremos que se puede hacer, por ahora solo pensemos en convencer a mi padre de que nos deje ir -.
Al término de la tarde, cuando Aragorn se disponía a regresar, Frodo intervino planteando su idea frente a su padre y al Rey. Sam no supo que decir, pero Aragorn se compadeció:
- No hay problema alguno, pero solo si vuestro padre no se opone - le dijo Aragorn a Frodo.
- Por favor padre, esto es de mucha importancia para mi - le sugirió Frodo a Sam.
- Bueno... - respondió Sam, dudoso - está bien -.
- Muchas gracias padre, te prometo estar de vuelta lo antes posible -.
- Lo que no creo que sea en poco tiempo - agregó Sam riendo preocupado.
- Hay algo más que quisiera pediros - dijo Aragorn a Sam - La reina Estrella de la Tarde me ha encomendado llevarle a su primera dama si su padre así lo permite -.
- Esa es solo decisión de ella, ya es digna de elegir lo que a ella le parece correcto -.
- Claro que iré - dijo Elanor - Me encantaría volver a palacio y servir a vuestra señora y mi Reina, pero os lo agradecería aún más si me concediesen el deseo de llevar conmigo a mi amado esposo -.

En ese momento el esposo de Elanor, Fastred de Encina Verde de Lomas Lejanas se acercó y con una profunda reverencia dijo:
- Fatred Belinfante a vuestros servicios -.
- Muchas gracias. No hay problema alguno en que vuestro tan respetable esposo nos acompañe a Minas Tirith - dijo Aragorn refiriéndose a Elanor.
- Muchísimas gracias su alteza - respondió Elanor.
- Entonces está decidido - dijo Sam - Elanor y Fastred irán con ustedes, así aprovecharás de cuidar a Frodo y sus amigos durante el camino - le dijo a Elanor.
- Pero padre ¿no creéis que ya soy lo bastante grande y maduro para cuidarme solo? - Replicó Frodo.
- Grande sí, maduro, no lo bastante, hijo mío - respondió Sam.

Y así se pusieron en marcha, montando Aragorn y Elanor a su fiel corcel Roheryn y cuatro de sus más fieles soldados, en sus respectivos caballos, llevaban a Fastred, Frodo y sus dos amigos. Frodo iba alegre y con una gran sonrisa en el rostro pues se imaginaba cuantas cosas podría hacer en Minas Tirith, pero de vez en cuanto se ponía serio pensando en como lo harían para poder tener una aventura digna de ser cantada en futuro en hermosas canciones que más tarde se las cantaría en la Comarca a sus hijos y a sus nietos y a las generaciones siguientes. Si bien Frodo tenía una gran imaginación y pensaba en cosas casi imposibles de cumplir y descartaba rápidamente esas ideas blanqueando su mente y comenzando desde el principio. Faramir, que era el más joven, era a pesar de su edad el más sabio de los tres amigos hobbits y a veces daba la impresión de que estuviese en trance puesto a que permanecía serio y no decía ninguna palabra en un largo rato. Luv, quien era el mayor, constantemente pensaba que el viaje no era una buena idea y se arrepentía de haber aceptado la idea de Frodo y estuvo varias veces a punto de plantearle su inquietud, pero Luv era de esos hobbits que dejaba pasar un buen rato antes de hablar por lo que muchas veces sus ideas fueron ignoradas. A pesar de todo se encaminaron hacia Minas Tirith.
No habían recorrido mucho cuando comenzó a caer la noche, fría y gris, en ese momento se encontraban cabalgando en los Vados de Sarn, por el Camino del Norte- Sur. Frodo iba complacido con el viento fresco que le soplaba en la cara y sentir el galope del hermoso caballo de pelaje oscuro en el que iba montado. Elanor, en cambio, iba charlando con Aragorn sobre las cosas que habían acontecido en la Comarca y sobre algunas cosas del palacio y de la Reina Estrella de la Tarde, al igual que Fastred. Faramir miraba sereno a su alrededor, mientras que a Luv ya lo había vencido el sueño. Siguieron cabalgando toda la noche a un trote rápido pero tranquilo.
A la mañana siguiente ya se encontraban llegando al Tharbad, el puente que cruza el Aguada Gris, a Frodo le pareció una gran distancia la recorrida en la noche y le pregunto al soldado que lo acompañaba cómo habían abarcado tanto terreno en una sola noche, este le explicó que una vez que Frodo se había quedado dormido Aragorn dio la orden de apresurar el paso con el objetivo de poder cruzar de día el Tharbad y la mayor cantidad posible de la región de Enedwaith.
Ya pasada la mañana Luv comenzó a preguntarse cuando sería la hora de desayunar, porque de acuerdo con sus cálculos debió haber sido hace una hora y media lo que lo tenía consternado. Al rato después Elanor también comenzó a sentir hambre e inmediatamente se lo dijo a Aragorn, este dio la orden de detenerse y de sacar del equipaje algunas de las coimas que habían traído. Le dio una a cada hobbit, estos comieron tranquilos durante unos minutos, menos Frodo quien se apresuró por volver a partir. Una vez terminada la merienda se volvieron a poner en marcha tomando cada uno sus puestos asignados al comienzo del viaje. Siguieron cabalgaron al cabo de algunas horas atravesaron el Aguada Gris, pero no habían abarcado gran parte de terreno desde el Tharbad cuando la segunda noche de viaje comenzó a caer, fría y gris al igual que la anterior. Hicieron una segunda parada para comer algunas coimas y luego volvieron a la marcha. Ya caída la noche, Aragorn advirtió que Roheryn estaba inquieto, movía la cabeza de un lado hacia otro y se negaba a aumentar el galope, Elanor advirtió estos movimientos del caballo e inmediatamente se lo hizo saber a Aragorn quien miraba preocupado a los alrededores. Los caballos de los demás soldados también comenzaron a encabritarse por lo que se sintieron obligados a detener la marcha.

- ¿Qué ocurre? - preguntó Luv.
- No lo se, pero creo que no es nada bueno - respondió Frodo, y dirigiéndose a Aragorn pregunto: -¿Qué es lo que pasa? -.
- No estoy seguro, pero será mejor que se mantengan unidos - dijo Aragorn.

Se quedaron ahí durante una hora, siempre atentos a cualquier señal de peligro y se reunieron en un grupo apeados de los caballos. Aragorn estaba preocupado y pendiente de los tres amigos hobbits de que ninguno se fuese a separar del grupo, Elanor se percató de esto y llamó a Frodo, Faramir y Luv a que se reunieran y que se quedasen con ellos y que ni si quiera pensaran en separarse. A Frodo lo inquietaba esta situación y no le parecía nada cómodo el quedarse en un solo lugar esperando a cualquier señal, él hubiese preferido salir del grupo y averiguar que es lo que encabritaba a los caballos, pero no se lo permitieron dejándolo a la custodia de tres guardias para asegurar de que no se alejara. Pero nada pasó. Cuando los caballos se hubieron calmado retomaron la marcha siempre atentos a cualquier cambio en la actitud de estos, ya que eran corceles capaces de percibir el peligro. Ya avanzada la noche los caballos volvieron a inquietarse, Aragorn se mostró aun más preocupado que antes, pero siempre manteniendo la calma. Continuaron avanzando durante unos minutos a un trote lento debido a que los caballos se negaban a acelerar. Aragorn decidió no insistir y continuaron la marcha a un trote cada vez más lento, Elanor empezaba a asustarse, esta situación no le parecía nada agradable. El miedo comenzaba a caer sobre los hobbits quienes se mostraban cada vez más inquietos incluyendo a Frodo quien se esforzaba por disimularlo. Sorpresivamente los cascos de los caballos resonaron y estos saltaron arrojando al suelo a sus jinetes, solo Aragorn logró mantenerse firme en la montura y sosteniendo con la mano derecha a Elanor logró detener a Roheryn quien seguía cabeceando locamente mientras los otros caballos corrían despavoridos. Entonces saltaron los wargos de entre los matorrales atacando fieramente al caballo y a los soldados quienes ahora estaban en un círculo protegiendo a los hobbits que no lograban calmarse. Aragorn se apeó del caballo y abriéndose paso entre los wargos con Anduril dejó a Elanor dentro del círculo de soldados quien corrió asustada a los brazos de Fastred. En ese momento aparecieron más wargos de entre las ramas y los escombros y atacando fieramente a los soldados rompieron el circulo dejando indefensos a los hobbits. Aragorn se interpuso entre algunos de los lobos que se disponían a saltar sobre los hobbits y logró atravesarlos, pero inmediatamente otros wargos se adelantaron y comenzaron a perseguirlos quienes corrían desesperadamente. En todo el alboroto causado por los feroces lobos los hobbits se separaron y corrieron en distintas direcciones yendo Elanor con Fastred hacia un lado y los tres amigos hacia otro. En ese momento Elanor tropezó cayendo de bruces al suelo, Fastred se detuvo bruscamente y corrió en su ayuda, pero ya un wargo saltaba sobre ella cayéndole pesadamente en la espalda con su enorme cuerpo, todo estaba perdido para Elanor quien rompió en un mar de lagrimas y gritos. Fastred desesperado corrió y salto sobre él lobo y comenzó a golpearlo con todas sus fuerzas, mas este no se movía, de pronto advirtió una herida en la espalda que le atravesaba de lado a lado, justo en el momento que el wargo saltaba sobre Elanor Aragorn lo atravesó con Anduril evitando así el ataque.

Los soldados junto con Aragorn seguían luchando contra los wargos, el filo de las espadas centellaba con la escasa luz de luna que escapaba por entre las nubes que cruzaban el oscuro cielo de la noche tiñéndolas de rojo mientras se balanceaban de un lado hacia otro desgarrando las pieles de los lobos y cortando sus cabezas mientras más y más acudían al ataque. Fastred llevó a Elanor a un lugar seguro entre unas rocas a la orilla del camino cuando advirtió la ausencia de Frodo y sus dos amigos, mas nada podía hacer, si salía de su escondite los wargos lo atacarían y seguramente no volvería. En ese momento temió lo peor.
Los wargos seguían corriendo torpemente por entre ramas y arbustos gruesos siguiendo a Frodo quien iba junto con Luv y Faramir. Corrían rápida y desesperadamente, lo más rápido que puede correr un hobbit tratando de evitar cualquier sonido que advirtiera a los wargos, dando vueltas y zigzagueando para así hacerlos perder el rastro. Corrieron desesperados durante largo rato hasta que las fuerzas se les agotaron y no se sintió señal de los feroces lobos. Arrojándose al suelo fatigados y jadeando sin cesar comenzaron a mirar a su alrededor, en ese momento advirtieron que habían corrido demasiado y que se encontraban perdidos. No sabían a que lado del camino se encontraban ni a que distancia debido a las numerosas vueltas que dieron.

- ¡Estamos perdidos! - exclamó Luv preocupado.
- Sí, qué haremos ahora, tu fuiste el de la brillante idea de este viaje - dijo Faramir.
- Pero ustedes fueron los que estuvieron de acuerdo con mi idea, además ya verán que saldremos de esta, estoy seguro de que no estamos tan perdidos como creen - respondió Frodo - Si volvemos por donde llegamos tal vez encontremos el camino -.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - dijo Faramir -¿Cuál es el camino por el que llegamos? -
- Emmm......- dijo Frodo mirando lentamente a su alrededor - Bueno,...es....este, estoy seguro de haber visto esta planta cuando terminamos aquí -.
- Para mi todas las plantas son iguales - agregó Luv.
- Pero esta es diferente, vamos, estoy seguro de que este es el camino de regreso, síganme ya veréis que dentro de poco estaremos junto a Aragorn y sus caballeros -.
- No olvides a los wargos, debemos ser cautelosos si no queremos que nos encuentren otra vez - dijo Faramir.



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