Según se dice en el Valaquenta, Melian era un espíritu Maia que entró en Arda como sirviente de Vána y de Estë. Durante mucho tiempo vivió en los jardines de Lórien, en la Tierra de Aman, donde era la más hermosa, llegando a ser comparada con la mismísima yavanna'>Yavanna. Su voz causaba deleite a todo aquel que la escuchaba; amaba los bosques, y los ruiseñores la acompañaban donde quiera que fuera pues Melian les enseñaba sus cantos.
Alrededor del año 1050 de la Edad de los Árboles, Melian abandonó Valinor y se instaló en la espesura del de Nan Elmoth, en la Tierra Media. Más tarde, en el año 1130 de esta Edad, Elwë, conductor de los Teleri junto con su hermano Olwë, se adentró en este bosque y al escuchar el canto de Melian y observar cómo en su rostro se reflejaba la luz de los Dos Árboles quedó sumido en un trance, en el que permaneció durante años (hasta el año 1152 de la Edad de los Árboles). Tras despertar del trance, contrajeron matrimonio y se trasladaron a Eglador, donde Elwë se convierte en el Rey de su pueblo, conocidos como los Sindar.
En el año 1200 de la Edad de los Árboles Melian, única de entre todos los Maiar en adoptar la verdadera forma de los Hijos de Ilúvatar en cumplimiento de sus designios, da a luz a Lúthien en el Bosque de Neldoreth. Y aunque durante este tiempo melkor'>Melkor permanecía en la prisión de Mandos y la paz se mantenía en toda Beleriand, Melian era consciente de que esta paz no duraría para siempre, por lo que advirtió a Thingol de sus temores, y éste comienza a construir Menegroth en el año 1300 de la Edad de los Árboles. Con la ayuda y los consejos de Melian, Menegroth fue construida siguiendo el modelo de las maravillas de las Tierras Imperecederas. Así, por ejemplo, la bóveda de la Sala del Trono de Elwë, reproducía las figuras y estrellas de la Gran Bóveda de Valmar en Aman. De este modo, las Mil Cavernas se convirtieron en la más espléndida morada de todos los Reyes de los Eldar en la Tierra Media.
Pero la paz y la felicidad se vieron truncadas cuando en el año 1495 de la Edad de los Árboles Melkor y ungoliant'>Ungoliant dieron muerte a los Dos Árboles, y robaron los Silmarils de Fëanor. Pero Ungoliant no pudo penetrar en Neldoreth pues fue detenida por el poder de Melian. Y cuando, dos años valianos más tarde, Morgoth atacó a Thingol enviando sus legiones de Orcos, Melian desplegó en el reino lo que se conoció como la Cintura de Melian: una barrera defensiva que nadie podía atravesar sin el permiso de los Reyes de Doriath.
Con la Primera Edad del Sol llegan los Noldor, y galadriel'>Galadriel se instala en Menegroth, donde aprende mucho de la gran sabiduría de la Maia y se convierten en grandes amigas. Pero Melian no tardó mucho en averiguar los oscuros sucesos en los que se habían visto envueltos los Noldor y por ello decidió hablar con Thingol, advirtiéndole que se cuidara al hacer tratos con los hijos de Fëanor. Al poco tiempo llegaron a Menegroth las noticias de los verdaderos motivos del regreso de los Noldor, lo que provocó la ira de Thingol y la enemistad con la Casa de Fëanor, y se cuenta que Melian sintió un gran pesar al enterarse de la Maldición de Mandos que pesaba sobre los Noldor.
A partir del año 310 de la Primera Edad las Casas de los Edain hicieron su aparición en el Este de Beleriand y pese a que Thingol dijo que no permitiría que ningún Hombre entrara en Doriath, Melian predijo a Galadriel que un Hombre de la Casa de Bëor atravesaría su Cintura, guiado por un destino que su poder no podía estorbar. Y fue en el año 464 de la Primera Edad cuando en verdad un Hombre de la Casa de Bëor atravesó la Cintura de Melian: Beren, hijo de Barahir.
Cuando Beren vio a Lúthien se enamoró de ella perdidamente y pidió su mano al rey Thingol. Y entonces, a cambio de la mano de su hija, Elwë le pidió a Beren uno de los Silmarils de la Corona de Hierro de Morgoth. Y Melian advirtió entonces a su marido que el destino de Beren no estaba en sus manos; y ante la misión impuesta al Hombre sintió gran congoja, pues comprendió que los acontecimientos futuros traerían la perdición a su hija y a su esposo.
Beren y Lúthien regresaron de la muerte en el año 469 de la Primera Edad y cuando su hija acudió a Doriath para verla, un gran dolor atormentó el corazón de Melian, pues supo que la elección de su hija conllevaba una separación más allá de los confines del Mundo. Se cuenta que cuando se despidieron madre e hija no hubo dolor más grande en la Tierra Media que el que Melian tuvo que soportar.
Tres años más tarde se libró la Nirnaeth Arnoediad y entonces Melian aconsejó a Thingol que uniera sus fuerzas a la liga de Maedhros, pero éste no quiso escuchar sus palabras y fortificó aún más sus fronteras. La victoria de Morgoth fue aplastante: ahora su poder se extendía por casi toda Beleriand, llegando incluso hasta los límites de Ossiriand en el Este y hasta los Puertos en el Oeste, y sólo gracias a la Cintura de Melian el Reino de Doriath se mantuvo a salvo.
En el año 502 de la Primera Edad, Húrin, tras ser liberado por Morgoth, llegó a Menegroth, y arrojó el Nauglamír y el tesoro de Nargothrond ante los Reyes de Doriath, culpándoles de todos los males sucedidos a su familia. Entonces Melian entendió que todo formaba parte del oscuro plan del Enemigo y así se lo hizo entender al desdichado Húrin. Se dice que cuando éste reconoció la verdad de sus palabras, lleno de desesperación, abandonó las Mil Cavernas y se quitó la vida.
Y ese mismo año Thingol ordenó a los Enanos de Nogrod que engarzaran el Silmaril en el Nauglamír, pero una vez el collar fue acabado (en el año 503 de la Primera Edad), los Enanos pidieron al Rey la posesión de la joya, que consideraban suya. Pero al denegar esta petición Thingol fue muerto por los artesanos Enanos, que huyeron con el Nauglamír. La joya fue pronto recuperada y devuelta a Melian, pero ya nada podía devolverle la alegría, y entonces supo que sus días en la Tierra Media habían terminado. Por ello, Melian habló con Mablung y le pidió que guardara el Silmaril e informara a Beren y a Lúthien de lo sucedido. Finalmente, abandonó Beleriand cruzando el ancho mar.
Tras su partida despareció el poder que protegía el reino, lo que fue aprovechado por los Enanos de Nogrod, que ese mismo año invadieron Menegroth y robaron de nuevo el Nauglamír dando muerte a muchos Elfos (entre ellos se encontraba Mablung) y poniendo punto final al Reino de Doriath. Y así llegó a su fin la historia de Melian la Maia, única de entre su pueblo que por amor se encarnó en el cuerpo de una elfa y madre de Lúthien, la más bella criatura de entre todos los Hijos de Ilúvatar.