En la pequeña villa de Bree existía una gran posada que se levantaba junto al camino principal, bordeando una colina. Se construyó hacía ya mucho tiempo, cuando el camino era muy utilizado por los viajeros. Pero ya no se circulaba tanto por las Tierras del Norte y el sendero se había abandonado poco a poco, la hierba lo había cubierto y los habitantes lo llamaban el Camino Verde. Era un lugar de reunión y descanso para los habitantes de las aldeas colindantes, montaraces y viajeros que todavía tomaban el Camino del Este para ir y volver de las montañas, sobre todo Enanos.
Cebadilla Mantecona era su dueño y una persona importante en la villa, tenía al Hobbit nob'>Nob como sirviente en la taberna y a bob'>Bob como el encargado de los establos. La posada se alzaba en tres pisos y contaba con numerosos ventanales; su fachada daba al camino y las dos alas que tenía iban hacia atrás apoyándose en tierras enterradas en la falda de la loma, lo cual hacía que las ventanas del segundo piso de atrás se encontraran a la altura del suelo. Entre las alas había una gran arcada que conducía a un patio y bajo esa arcada a mano izquierda había una puerta grande sobre unos pocos escalones. Sobre la arcada también había un farol, debajo se podía ver un tablero que se balanceaba con el viento y dibujado en él, un poney blanco encabritado. Encima de la puerta se podía leer en letras blancas: El Poney Pisador de Cebadilla Mantecona. Al entrar por la puerta se encontraba la taberna, allí los huéspedes se reunían para comer y beber junto a un gran fuego de leña, en un salón común; las plantas superiores se dividían en habitaciones para pasar la noche.
Esta posada sirvió de descanso para Frodo, Sam, Pippin y Merry en su viaje hacia Rivendel, donde se les unió el montaraz Trancos. Tras una intensa noche escondiéndose de los jinetes negros, que buscaban al Portador del Anillo por todo Bree, el grupo se marchó de la posada.