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El árbol de la vida y la sabidurÃa
31 de Julio de 2005, a las 18:20 - Kelvariel
Relatos de FantasÃa - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasÃa y poesÃas :: [enlace]
Capitulo VIII: secuestrada
<> -Me da igual lo que seas, lo único que se es que sirves a Serfilly y con ello me es suficiente. ¡Eres una criatura despreciable! << ¿Me estas llamando despreciable? si no fuese por que me han ordenado que sigas con vida, te abrasarÃa hasta que se ti solo quedasen las cenizas>> De entre la espesa niebla apareció un enorme dragón de brillantes escamas negras. - que más me da que acabes conmigo ahora o dentro de unos dÃas o años, al fin y al cabo no volveré a ser libre ¿no?- En la cara de Shyal no se veÃa sentimiento alguno. << Tu lo has dicho, permanecerás bajo mi custodia hasta que se me ordene otra cosa y ahora dame ese maldito objeto, o lo que se, que si no supongo mal te lo dio ese maldito árbol ¿no? Como me gustarÃa poder hacerlo cenizas>> - ¿por qué nunca lo has hecho?- intentó entretenerle Shyal. << ¿Qué por qué? Porque el maldito árbol no puede arder ¡no puede ser destruido! Y ahora entrégame lo que tengas que darme>> - Yo no tengo que darte nada a ti << No intentes jugar conmigo, nadie me prohÃbe torturarte, la única condición es que te deje con vida, y esa la cumpliré>> -Jamás te daré la clave para la salvación de mi pueblo << ¿A no? ¿Me vas a hacer quitártela? te aseguro que puedo hacerte mucho daño, tienes una piel tan delicada>> - ya sabes cual es mi respuesta <> Shyal se estremeció, pero por el echo de que esa bestia le tocara, pero no cedió. El gran dragón le dio un zarpazo y le arrancó toda la camiseta además de dejarle unos arañazos sangrantes, esta dio un pequeño gemido de dolor, luego el dragón procedió a arrancarle de otro zarpazo los pantalones, en el momento justo Kywer le dio una coz, lo cual hizo retrocederle. << ¡Estupido animal!, contigo si que acabaré, además no me vienes nada mal, asà tengo la comida, debes de ser muy sabroso>> Shyal incitó a Kywer a que se marchará, ya lo habÃa previsto, Kywer podÃa llevar el frasco a su pueblo con la nota que decÃa lo que debÃa hacer, pues Kywer era el que tenÃa el frasco. Este, intentó huir, pero una barrera mágica se lo impedÃa. << ¿Lo entendéis ya? No podéis escapar ninguno de los dos>> de repente miles de aullidos se oyeron alrededor, cientos de lobos se acercaban. << ¿Y ahora que? ¿Vosotros también queréis morir? No os preocupéis quemaré todo el bosque y asà no habrá más problemas>> cuando el dragón se disponÃa a quemarlo todo una fuerte lluvia calló en todo el bosque. El dragón se quedó frustrado, no podrÃa quemar el bosque con esta penetrante lluvia, pero, ¿Cómo habÃa salido? Era demasiado fuerte para que fuera natural. Un hombre con la cara oculta movÃa los brazos uniformemente mientras recitaba una canción apenas audible: Fuerzas del agua, acudir a mi, os necesito, he de salvar una vida, una vida esta en juego, fuerzas de la Naturaleza ayudarla (.) El dragón rugió con fuerza y retumbó en todo el bosque, sus poderes disminuÃan, una fuerza extremadamente poderosa influÃa en su ser, el dragón batió sus negras alas levantando un polvo, y hojas caÃdas lo cual hizo toser a los allà presentes, la niebla se disipó y en la mente de Shyal resonaron las últimas palabras del negro dragón, <>
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