QUENYA Y FINÉS
Para el año 1914 J.R.R Tolkien, por entonces estudiante de lengua y literatura
inglesa en el Exeter College, ya había convertido el Kalevala en uno de
sus libros favoritos. Es conocida por todo buen Tolkiendil –a la par que
bastante ilustrativa- la famosa frase sobre el finlandés y la bodega de vinos
que encabeza este escrito. Desde que sus libros alcanzaran notoriedad mundial
y en diversos foros se fue conociendo su vicio secreto de inventar
lenguas, mucho se ha hablado entre lingüistas y tolkiendili de la influencia
del finés sobre el Quenya ¿Es tan grande esa influencia? Vamos a verlo…
Según su creador, el Quenya está inspirado en el finés, el latín y el griego,
y digo inspirado, que no basado, error en el que suele caer mucha gente al
referirse al Alto Élfico. La influencia del finés es clara a nivel estético:
en mi reciente viaje a Carelia (seguramente autosugestionado) me parecía estar
escuchando Quenya por doquier, e incluso les pedía a mis anfitriones que
mantuvieran sus conversaciones en su lengua ya que me era muy grato
escucharlo. Ya habréis podido notar como en los nombres de los dioses
se aprecia una semejanza estética muy acusada: Ukko, Ilmatar, Vammatar… (¿no
os recuerdan a Melko, Ilúvatar o Annatar?)
El Quenya fue sufriendo una serie de transformaciones y evoluciones que lo
fueron distanciando del finés, pero en sus estados iniciales la semejanza era
muy acusada, y el vocabulario original mostraba un estilo eminentemente
finlandés en su construcción.
Ambas lenguas son declinativas, con muchos casos para el sustantivo, aunque en
su estructura el Quenya tiene muchos más elementos del latín que del finés.
También son aglutinantes, es decir, prescinden de los pronombres para añadir a
la raíz los sufijos con el caso correspondiente, lo que da mucha libertad para
crear nuevos vocablos a partir de conceptos ya existentes.
Fonológica y fonéticamente también tienen cosas en común, sobre todo a nivel
de articulación de vocales, sin núcleos consonánticos demasiado complicados,
aunque a pesar de estás coincidencias el sistema fonético del Quenya está
tomado también principalmente del latín. El Alto Élfico carece de algunos
sonidos vocálicos muy típicos del finlandés y por el contrario posee
consonantes que le son completamente ajenas. De cualquier modo en ambos
idiomas las vocales tienen un protagonismo preeminente, lo que les da ese
aire familiar, y conociendo el empeño que puso Tolkien en el aspecto
estético y el sonido armónico de sus diferentes lenguas es muy posible que esa
exhuberancia vocálica del finés fuera uno de los aspectos que más le agradó
del idioma.
Pero no solo en su aspecto externo se aprecia la influencia; existen palabras
que son claros préstamos del finés como por ejemplo rauta, que en
Quenya significa “metal” y en finlandés “hierro” o tie que en Quenya
significa “camino” mientras que en finés quiere decir “carretera”. También
existen una serie de palabras que no son préstamos directos del finés pero que
existen en ese idioma con un significado totalmente distinto; tal es el caso
de lanta que en Quenya quiere decir “caer” mientras que en finés
significa “estiércol”. Por último el corpus del vocabulario Quenya posee voces
que aunque no existen en finés son compatibles con el idioma; ejemplos podría
ser lempe (cinco), lepse (dedo) o nótima (contable).
Intentaré poneros más ejemplos de los tres casos.
- Prestamos del finés:
QUENYA
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FINÉS
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Anta: “dar”
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Antaa: “dar”
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Et: “ante, fuera de”
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Eteen: “anterior, delantero”. Etu- “ante-”
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Hala: “pececillo”
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Kala: “pez”
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Kulda: “dorado”
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Kulta: “oro”
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Lapse: “bebé”
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Lapsi: “niño”
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Nasta: “punta”
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Nasta: “chincheta, punta”
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Panya: “fijar, poner”
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Panna: “poner, colocar”
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Rauta: “metal”
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Rauta: “hierro”
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Tie: “camino”
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Tie: “carretera”
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Tereva: “fino, agudo”
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Terävä: “aguzado”
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Tul: “venir”
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Tulla: “venir”
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-Coincidencias con el finés:
QUENYA
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FINÉS
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Amme: “madre”
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Aamme: “bañera”
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Arka: “estrecho”
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Arka: “tímido, temeroso”
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Harya: “poseer”
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Harja: “cepillo”
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Kúma: “el Vacío”
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Kuuma: “caliente”
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Lanta: “caer”
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Lanta: “estiércol”
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Poika: “limpio, puro”
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Poika: “hijo”
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Ráka: “lobo”
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Raaka: “crudo, áspero, cruel”
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Vala: “potestad, dios”
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Vala: “juramento”
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Vanta: “paseo”
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Vantaa: “Un barrio de Helsinki”
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- Algunas afinidades con el finés:
Alda (árbol), Cúiviénen (lugar donde nacieron los Elfos) entulesse
(retorno), formaite (diestro), hyola (trompeta) Ilmen (bóveda celeste),
kaimasse (enfermo), lassekanta (foliado), mausta (obligación), nessima
(juvenil), panta (abierto), rimbe (ejército), sulka (raíz), turka (fuerte),
úvanima (monstruo), valasse (divinidad).
Existen muchas otras, pero queda suficientemente ilustrado con estos ejemplos.
Solo nos queda revisar más en profundidad el tema de los nombres propios de
personajes y lugares; asunto delicado éste, porque si queremos buscarle tres
pies al gato podemos encontrar un montón de nombres presuntamente inspirados
en el finés (todos aquellos terminados en “tar”, por ejemplo), pero no debemos
olvidar que, aunque no los conozcamos en su totalidad, todos los nombres
creados por el Maestro tienen un significado concreto; hasta que punto algunos
de ellos son préstamos directos de fines y su folklore es algo difícil de
determinar con exactitud.
Valinor, por ejemplo, que como sabemos significa “Tierra de los Valar”, ha
estado siempre muy relacionado con el concepto de la luz en la tradición de la
Tierra Media. En finlandés la palabra para luz es valo por lo que
podríamos estar ante un claro ejemplo, pero he aquí que otra teoría dice que
Valar proviene del escandinavo antiguo, de un término homónimo que hacía
referencia a una hechicera o profetisa.
Ya hemos visto que el termino kala (finés = pez) ejerce un préstamo
sobre el Quenya hala (pececillo). En finlandés los botes de pescadores
que surcan sus miles de lagos se llaman kalavene. En el primitivo
Quenya el vocablo usado para designar al sol era Kalavent (o Kalavun) que
literalmente significa “Nave de Luz” por lo que podríamos estar ante otro
caso.
La palabra finlandesa para aire es ilma, y en Quenya Ilmen es la
zona superior del aire, donde navegan el sol y la luna.
En la mitología finesa Ilmatar, la madre de Väinämöinen, es la gran
hacedora, creadora del cielo, la tierra y los mares. Es evidente el gran
parecido de su nombre con el de Ilúvatar, creador supremo en la
mitología de la Tierra Media.
Ilmarinen, aparte del gran herrero y héroe del Kalevala, originalmente
era la divinidad celestial creadora de la bóveda celeste. Posteriormente su
rol fue asumido por Ukko hasta quedar relegado a héroe mortal. De el
podrían derivar dos nombres; por un lado el de la isla de Almaren,
primera residencia de los Valar antes de Valinor; y por el otro el de
Ilmarë, la Doncella de Varda y uno de los espíritus Maiar más
poderosos.
Creo que ha quedado claro que la influencia del finés es clara y grande, pero
no se si me atrevería a afirmar que es la principal. De manera algo simplista
podríamos decir que el Quenya es un idioma más latinizado en su
estructura gramatical y más finlandizado en su forma y sonido;
característica esta última más acusada en sus versiones tempranas que el
Quenya definitivo. Como botón de muestra os dejo el Padre Nuestro en ambos
idiomas.
QUENYA
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FINÉS
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Átaremma i ëa han ëa
na aire esselya
aranielya na tuluva
na care indómelya cemende tambe Erumande
ámen anta síra ilaurëa massamma
ar ámen apsene úcaremmar sív` emme apsenet tien i úcarer emmen.
Álame tulya úsahtienna mal áme etelehta ulcullo
násie.
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Isä meidän, joka olet taivaissa.
Pyhitetty olkoon sinun nimesi.
Tulkoon sinun valtakuntasi.
Tapahtukoon sinun tahtosi
myös maan päällä niin kuin taivaassa.
Anna meille tänä päivänä jokapäiväinen leipämme.
Ja anna meille anteeksi velkamme,
niin kuin mekin annamme anteeksi velallisillemme.
Äläkä saata meitä kiusaukseen,
vaan päästä meidät pahasta.
Aamen.
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Como podéis comprobar no parecen mostrar semejanza en absoluto, pero es
innegable que tienen ese aire familiar que mencionaba, y me atrevo a
afirmar que el oyente que no esté acostumbrado a los sonidos de ambas lenguas
no es capaz de distinguir una de otra.
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