Un Viaje a Valinor

07 de Diciembre de 2003, a las 00:00 - LapekeñaVarda
Relatos Tolkien - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]Meneame

X

Cabalgaban bajo un cielo estrellado, unidas las almas de amazona y caballo por un primitivo placer de libertada cuando ocurrió. La joven vio como la tierra se alzaba para recibirla y no pudo hacer mucho para evitar el golpe contra el duro suelo, al impactar su cuerpo con la tierra comenzó a rodar para minimizar el daño, y se alejó unos metros de donde había caído su caballo. Intentó levantarse para ver que había ocurrido, pero al hacerlo sintió una punzada de dolor en la pierna que casi le hizo perder la conciencia, optó por acercarse a rastras, y al aproximarse a Sûlroch vio con lo que el caballo había tropezado, escondida entra la hierba asomaba una raíz de un árbol cercano, y al parecer una raíz muy fuerte, pues no se había roto después del choque del caballo contra ella, maldiciendo entre dientes, se acercó a la cabeza del caballo, que se giró y le miró con las oscuros ojos llenos de dolor, Selvay pensó lo peor, miró hacia la pata de delante y al ver la forma en que estaba doblada, esas sospechas se confirmaron, las lágrimas corrían por sus mejillas mientras sacaba una de sus dagas y se disponía a sacrificar al caballo para evitarle más sufrimientos, fue entonces cuando Sûlroch relinchó y en sus negros ojos se vio reflejada una súplica, la mano de la sinda se detuvo, no podía hacerlo. A pesar del intenso dolor que ella también sentía en su pierna se arrastró hasta la mochila que colgaba de la silla y extrajo unas hojas, que le dio al caballo llevándose algunas a su propia boca, el dolor remitió rápidamente y le dio la oportunidad de llegar hasta el árbol que les había causado la caía y cortar algunas ramas con las que entablillar al caballo, que había quedado dormido después de comerse las hojas, cuando hubo acabado de hacerlo el alba despuntaba.
Alguien le sacudía suavemente el hombro, se despertó sorprendida y abrió los ojos para encontrarse con otros azules que le miraban preocupados.
-Estoy bien, gracias-pero al decirlo una punzada de dolor le subió por la pierna, que ahora llevaba entablillada, se giró para agradecérselo al hombre de los ojos azules, pero cuando iba a hablar se fijó en la cara de perplejidad del mismo, y supo porque la miraba así, al mirar su pierna había dejado al descubierto una de sus orejas, y además sin darse cuenta había hablado en lengua élfica, así que sin lugar a dudas el humano se estaría preguntando con qué estaba hablando, a qué había ayudado. Volvió a hablar, pero esta vez, en lengua común.
-Gracias, habéis sido muy amable por ayudarme mientras estaba inconsciente.-mientras lo decía intentó ponerse de pie, pero la sinda tuvo que dejar de intentarlo a causa del dolor que sentía.
-De nada. No vais a ir a ninguna parte, no estáis en condiciones.-Neshos se había quedado perplejo al oír hablar a la joven, y más aún cuando vio sus orejas en punta, pero la expresión de dolor que cruzó al bello rostro de la extranjera le hizo volver en sí.
-Pero...tengo que ir....-Selvay abandonó toda esperanza de convencer al hombre, la cara de seguridad con que la miraba, le hizo comprender que no tendría la mas mínima opción de conseguirlo.
-Lo siento jovencita, pero estás herida y no irás a ninguna parte,-el hombre se sorprendió al ver la sonrisa pícara que apareció en el rostro de la extranjera al llamarla joven- además de que tu caballo no está en condiciones de llevarte a ninguna parte.
Selvay casi rió cuando el hombre le llamó joven, sin duda el humano era adulto, y bastante mayor, pero aún así no la consideraría joven si supiera cuantos siglos había vivido ya, pero cuando mencionó a Sûlroch la tristeza y la desesperación se apoderaron de ella, sin duda estaba herida, pero en unas semanas ella estaría bien, pero ¿y el caballo? No estaba dispuesta a abandonarlo, lágrimas de frustración con otras de dolor, por el caballo y por ella, brotaron de sus ojos, y lloró en el hombro del hombre.
-Tranquila jovencita, no pasa nada, dentro de poco estaréis galopando por las praderas. El hombre, que como había calculado Selvay era mayor, superaba los 50 años, y en una raza guerrera y en tiempo de guerra era una edad más que aceptable, no sabía que hacer y acariciaba torpemente el cabello de ella.
Al fin Selvay se tranquilizó y pudo hablar, lo primero que hizo fue disculparse.
-Lo siento señor, la frustración a hecho presa en mi, tenía esperanzas de llegar pronto a mi hogar, y ahora resulta que tengo que esperar semanas, si no meses, para conseguir llegar por culpa de una tonta raíz.  
-No os preocupéis, ya llegareis, en mi casa tengo palomas mensajeras, tal vez puedan llevar un mensaje a sus familiares para tranquilizarles por su retraso.
-No importa, ellos no saben que voy, no me esperan, da igual si llego mañana o dentro de un año, ellos no saben que he salido.-Neshos se sorprendió al oír semejantes palabras, pero al ver la tranquilidad con la que las decía la joven, no le dio mayor importancia.
-De todas formas, debéis venir conmigo, aquí no os podéis quedar, y en mi casa mi mujer podrá hacerse cargo de vos y del caballo. Mi nombre es Neshos.
-Sois muy amble, noble Neshos, y creo que no tengo más remedio que aceptar vuestra oferta. Soy Selvay.

Neshos ayudó a la sinda a subir a su caballo y cogiéndolo de la rienda empezó a andar hacia su casa, al principio había querido atar una cuerda alrededor del caballo herido, pero la joven le convenció de que no era necesario, él no estaba muy convencido, pero no quería discutir con la extranjera. Ahora, para su sorpresa un caballo cojo les seguía mansamente, deteniéndose cuando él se detenía e intentando acelerar su doloroso andar cuando él lo hacía. Llegaron a la casa del hombre cuando casi atardecía, estaba a las afueras de un pequeño pablado, cosa que Selvay agradeció, no quería visitas curiosas para ver a la extranjera de orejas con punta, al pensar en eso se colocó, sin darse cuenta, un mechón de pelo sobre una de sus orejas, quedando ésta cubierta por el rojizo cabello. La casa no era muy grande, pero tenía un establo bastante grande, y al parecer también una especie de forja, pues salía mucho humo de uno de los lados del establo, la joven se preparó mentalmente para las preguntas que se le venían encima, Neshos no le había preguntado mucho, pero sin duda una vez en casa si lo haría, Selvay suspiró.
-¡Padre!-gritó una voz cuando ellos entraban en el recinto que rodeaba la casa, la voz provenía del establo, del mismo lugar salió un joven de complexión fuerte, sin duda una especie de herrero, pues llevaba un delantal de cuero, similar al que usaban los herreros elfos, el pelo corto color arena y los ojos azules de su padre, Selvay se sorprendió asimisma mirando fijamente al joven humano.-Veo que has cazado, aunque no estoy muy seguro de que fueras buscando bellas jóvenes.
-¡Avaran! Habla con más respeto, te presento a Selvay, nuestra invitada, al menos hasta que se recupere de la caída.
-Discúlpeme Selvay, no era mi intención molestarla.
-No lo has hecho, ¿Avaran? Supongo que ese deber ser tu nombre.
-Lo es, sois muy inteligente.
-Tan poco era tan difícil de deducir-la sinda le sonrió, el humano le recordaba a otro joven, a otro que no había visto desde hacía siglos, por un momento la tristeza se apoderó de ella.
-Hijo, lleva a los caballos al establo, y mira que puedes hacer por el de Selvay- Neshos se había dado cuenta de la tristeza que de repente había invadido a la joven, y decidió cambiar de tema. Avaran se acercó a  Sûlroch con la intención de cogerlo de la rienda y se sorprendió al no ver ninguna, como tampoco había señal de que el caballo hubiera llevado alguna vez silla de montar. Se puso delante del caballo e hizo gestos para que lo siguiera, pero Sûlroch ignoró al humano y se giró para mirar a Selvay, la cuál le dijo unas palabras en élfico y señaló al establo, a continuación el caballo se dirigió cojeando al establo, dejando al gesticulante Avaran a su espalda. La sinda no pudo reprimir una carcajada al ver la estupefacción del joven, lo que hizo que éste se sonrojara y le dirigiera una sonrisa tímida
-¿Se puede saber que es este escándalo?-una mujer, de la edad de Neshos, calculó Selvay, había salido de la casa y los miraba ceñudamente-¡Oh! ¿Quién es esa preciosa jovencita?-dijo al darse cuenta de que su esposo e hijo no estaban solos.
-Se llama Selvay, su caballo tropezó y al parecer ambos se han fracturado una de sus piernas, estaba sola y no podía dejarla sola, ¿verdad?
-Por supuesto, has hecho muy bien en traerla. Ahora mismo le echaré un vistazo a su pierna.
-Es muy amable señora.
-No tiene importancia, pequeña, ahora venir aquí. Neshos bajala de tu caballo. ¿Dónde de ha metido eso que tengo por hijo? Por cierto, mi nombre es Mhartha.
-Es un placer. Vuestro hijo ha seguido a mi caballo al establo.
Llegaron a la puerta de la casa y Neshos bajó a Selvay del caballo, al moverla la pierna le volvió a doler, pero ni tan siquiera gimió. Una vez en el interior se dio cuenta de que la casa era más grande de lo que parecía, estaba amueblada pobremente, pero con gusto. Neshos le llevó en brazos hasta una de las dos camas que había en una de las habitaciones. Un fuego ardía en el cuarto contiguo,  y la temperatura era agradable. La elfa se durmió enseguida; cuando despertó el sol se encontraba en su cenit, se dio cuenta de que alguien le había vendado la pierna con unas vendas muy resistentes que le impedían cualquier movimiento, seguramente habrá sido Mhartha, pensó Selvay. Miró por la puerta de la habitación y vio a Mhartha cocinando junto al fuego. Le llamó.
-Mhartha.
-¿Cómo te encuentras querida?-dijo la mujer mientras se acercaba a su cama.
-Al menos ya no tengo sueño. Ha sido muy amable al escayolarme la pierna.
-No ha sido nada, por cierto, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Por supuesto tenéis todo el derecho del mundo-la joven sabía que tipo de preguntar iba a ser, pues además de dormir debía de haber tenido periodos de inconsciencia, pues no se había dado cuenta cuando le vendaron, y al parecer también le había lavado, pues llevaba otra ropa y su pelo no olía a polvo y tierra; y al lavárselo era imposible que no hubiera visto sus orejas.
-¿Qué eres?
-¿Los humanos olvidáis tan fácilmente las historias que os cuentan de niños?-la mujer se sorprendió ante la pregunta de la elfa.
-Las historias que nos cuentan no son más que eso, historias y leyendas.
-Tal vez deberías de pensar en esas historias como hechos reales, pues te aseguro, que la gran mayoría lo fueron.
-¿Intentas decirme que hubo dragones y trolls? ¿Qué los elfos tuvieron grandes reinos, y no han sido siempre sueños, que lucharon con o contra nosotros?
-No intento decírtelo, te lo digo. Cuando ya nací quedaban pocos dragones, pero si he conocido a gente que perdió a su familia en lucha contra ellos, yo misma me he enfrentado a unos pocos trolls y te aseguro que los elfos no somos sueños, tal vez nos convirtamos en ellos, al menos ha este lado del mar, pues nuestro tiempo en la Tierra Media llega a su fin, y si, hemos sido señores de grandes reinos, luchábamos contra el propio Morgoth antes de que vosotros nacierais, el mismísimo Sauron temblaba al oír los nombres de los grandes príncipes de mi pueblo, ahora esos príncipes han partido, y no volverán hasta que este mundo acabe y Arda sea forjada de nuevo, entonces volveremos y viviremos en un lugar sin mácula.
-¿Elfa? Ja. Eres buena contando fábulas pero nada más.
-Es una lástima que pienses así Mhartha, estas perdiendo una parte de tu historia. Yo soy joven entre los míos y venero las historias de las Edades pasadas.
-Yo creo que debiste de golpearte la cabeza al caer del caballo.
-Entonces dime una cosa, ¿por qué tengo estas orejas?-la ira de la sinda iba en aumento, los humanos no le dieron muy buena impresión cuando los conoció, pero después de haber hablado un par de veces con Aragorn se prometió empezar de cero la próxima vez que se encontrara con mortales.
-Son una deformidad, eres una repudiada de tu propio pueblo, eso explica que viajes sola y que nadie te espere.
-Supongo que saber que una guerra se avecina y que iba de camino al Bosque Negro cuando tropezó mi caballo no te lo creerás, ¿me equivoco? Aunque sin duda te han llegado noticias de que elfos, enanos y humanos lucharon en el norte de las Montañas Nubladas.
-No, no te equivocas. Esa fábula nos la contó un trovador que pasó por aquí, siempre estaba borracho, pero reconozco que tenía una voz especial, y no le faltaba atractivo, sobre todo sus ojos almendrados te dejaban sin respiración.
-Sin duda era esbelto y alto.
-Lo era. ¿Cómo lo has sabido?-de repente Mhartha comprendió, la joven sabía que el trovador era uno de los de sus raza, demonios del bosque que atrapaban niños.- En cuanto te recuperes te irás de esta casa, demonio.
-¡Genial! Antes me llamabas deforme, y ahora demonio, no hace falta que me lo repitas, ahora mismo me iré. No necesito tu compasión.-la voz de la sinda reflejaba dolor, orgullo y desesperación. Mhartha miró en los ojos verdes que le miraban desafiantes, y al hacerlo quedó atrapada en ellos, vio reflejada su alma en ellos y de repente lo vio todo claro.
-Ruego que me disculpéis, no debí hablaros así, sin duda sois lo que decís ser, pues de otra manera yo ya seria cadáver.
-No importa, pero hubiera preferido que me confiarais en mi, sin necesidad de pensar que ya estarías muerta de ser yo malvada-Selvay estaba confusa, la mujer se retiró y volvió con un caldo caliente, que la sinda bebió con avidez y volvió a dormirse.


Intento mejorar los diálogos, espero que se noten mis esfuerzos, aunque solo sea un poco. :-p
Para cualquier sugerencia, o crítica, escribir a: kerian33@hotmail.com



1 2 3 4 5 6 7

  
 

subir

Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
 Noticias
 Multimedia
 Fenopaedia
 Reportajes
 Taller de Fans
 Relatos
 Música
 Humor
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción

Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Entrar en el Mapa de la Tierra Media con Google Maps

Mapa de la Tierra Media con Google Maps
Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos
Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos