Legado de sombras

11 de Junio de 2003, a las 00:00 - Mª Isabel Esteban Alvarez
Relatos de Fantasía - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]Meneame


4. Cruce de palabras
Una sorprendente invitación

Todos los que allí se encontraban desviaron la mirada y volvieron a concentrarse en la comida que tenían delante, aunque algunos platos estaban sospechosamente vacíos, pero no se atrevieron a decir nada. Después de unos momentos de incómodo silencio, y tras incorporarse tanto el posadero como Erik siendo ayudados por las dos camareras, los clientes de la posada reanudaron sus conversaciones, aunque el tema de conversación era obvio.
-Bueno, ha sido un combate muy corto, pero me ha servido para bajar la comida- gruñó Algrim sentándose pesadamente en una silla, y mirando hacia el halfling, que se encontraba recostado contra la mesa frotándose la barriga, bastante más abultada que antes, con un gesto risueño en sus brillantes ojos castaños.
-La verdad es que lo mío no es pelear, pero debo admitir que aunque no haya participado en ella, le he sacado algún provecho- le contestó Nick con un tono alegre en su voz.
-Tu siempre le sacas provecho a todo, maldito halfling- replicó el enano con gesto amenazador, pero sonriendo al mismo tiempo mientras miraba hacia donde se encontraban Illswyn y el bardo. -Creo que nos va a traer problemas-  prosiguió Algrim sin apartar la mirada de ellos. -¿No te parece un poco raro que intente ganarse la vida en esta pequeña aldea, teniendo al lado la próspera ciudad de Kuria?... Estoy convencido de que allí apreciarían mas su arte- añadió con sorna mientras se rascaba el barbudo mentón en gesto pensativo.
-Es posible, pero debo decir que está animando una noche que prometía ser bastante aburrida- respondió su compañero dirigiendo sus ojos hacia la escena que se desarrollaba entre ambos.
-¿De verdad te encuentras bien?- le preguntó por tercera vez Illswyn mientras en sus ojos se reflejaba la preocupación que sentía en su interior.
-Si, me encuentro perfectamente gracias a tus amigos... y a ti- le contestó Erik poniendo especial énfasis en la última palabra, al tiempo que se tocaba levemente el cuello y hacía un gesto de dolor, aunque en el fondo estaba encantado con las atenciones que le prodigaba.
-Creo que deberías descansar durante unos momentos- le interrumpió ella. No te preocupes, me encargaré de que esta noche encuentres un sitio para dormir- prometió con voz suave mientras pensaba en la fuerte tormenta que había estallado fuera y miraba hacia la puerta por la que poco antes había salido el elfo. -Regresaré en poco tiempo, procura no hablar ni moverte demasiado, no deseo que te ocurra nada más esta noche ¿de acuerdo?- inquirió Illswyn con un tono severo mientras le miraba fijamente.
-Estaré aquí cuando vuelvas, puedes estar segura de ello- respondió Erik con firmeza devolviéndole la mirada y siguiéndola atentamente mientras se dirigía hacia la salida de la posada.
Un viento frío la recibió al salir al exterior, y se arrebujó en su capa intentando distinguir la figura de Aldor en aquella oscuridad y tratando de adivinar hacía donde se habría dirigido. Después de dar unos cuantos pasos en la dirección que le pareció adecuada vislumbró una débil luz en los establos y se encaminó hacia allí, mientras el fuerte viento le impedía andar con normalidad y hacía más lentos e inseguros sus movimientos. El agradable calor producido por los animales que allí se encontraban la envolvió al penetrar en la estancia, y pronto encontró a la familiar figura del elfo, que se encontraba apoyado sobre el lomo de su montura, un magnífico pura sangre de color ébano, y parecía perdido en sus pensamientos mientras le acariciaba suavemente las largas crines oscuras.-¿Te encuentras bien?- preguntó suavemente mientras le tocaba el brazo y se colocaba frente a el. El aludido levantó la mirada y clavó fríamente sus ojos sobre su rostro. -¿Acaso te importa?- replicó enfadado, apartándose de ella y dándole la espalda.
-Sabes bien que si, pero solo quería agradecerte tu intervención, aunque ya veo que no era necesario- sentenció ella con voz apagada mientras notaba que se le humedecían los ojos y giraba bruscamente para salir de allí. Cuando se encontraba a un paso de la sal-da, sintió que la cogían suavemente del brazo y tiraban de ella hacia el interior.
-Lo siento, no era mi intención hablarte de esa manera- murmuró en voz baja mientras la miraba fijamente a los ojos, y con delicadeza le secaba una lágrima que había descendido por su pálida mejilla con el dorso de la mano.
-¿Por qué nos hacemos daño constantemente?- preguntó Illswyn con la voz quebrada por una profunda tristeza, liberando su brazo y huyendo de allí apresuradamente sin mirar atrás.-No lo sé... aunque te juro que lo averiguaré- respondió con determinación mientras miraba el espacio vacío donde antes se encontraba ella y se recostaba sobre una sólida viga de madera con los puños apretados, dando un fuerte golpe poco después contra la dura superficie, descargando así la frustración que lo consumía.

____________________________

La noche avanzaba lentamente y aunque la lluvia había disminuido, el viento gemía lastimero y recorría las solitarias calles mientras se colaba por las rendijas que la pobreza delos edificios dejaba al descubierto. En el interior de la posada, la mayoría de los clientes se hallaba en sus habitaciones o se habían marchado aprovechando la leve mejoría del tiempo. Alrededor de la única mesa que se encontraba ocupada se hallaban sentados y hablando animadamente, el satisfecho enano y el risueño halfling, acompañados por el bardo y la joven elfa, la cual se hallaba extrañamente callada y melancólica, mientras escuchaba las voces que flotaban a su alrededor sin participar en la conversación.
-En buen lío te has metido esta noche muchacho, ¿siempre te trata de esa forma el posadero gordinflón?- preguntó con voz grave el enano, mientras le daba un largo trago a la jarra de cerveza que había frente a él, dejando brillantes gotas en su espesa barba rojiza.
-Quiero agradecerte tu intervención, Algrim... ¿verdad?- dudó por un breve momento hasta que el enano bajó la cabeza afirmativamente, con cierta sorpresa en su mirada, aunque supuso que a su silenciosa compañera le dio tiempo de nombrarles a todos en su interrumpida narración. -Mi nombre es Erik- prosiguió alargando su mano con rapidez, la cual fue apretada fuertemente por la robusta figura. -La verdad es que nunca se había puesto tan furioso conmigo, no acabo de comprender qué le sucedió- continuó con voz cansada mientras miraba con cierto temor hacia las escaleras que conducían a la planta superior del edificio, en la cual se hallaban las habitaciones y por la que había subido poco antes el posadero, lanzándole una breve mirada amenazadora antes de retirarse a dormir; aunque también era la primera vez que se le había enfrentado de aquella manera, se dijo a sí mismo, mientras posaba sus ojos en el hermoso rostro de Illswyn, que parecía inmersa en sus pensamientos y ajena a todo lo demás.
-Nos estábamos preguntando que demonios hacía un bardo en esta aldea de mala muerte, la verdad es que no creo que logres sobrevivir demasiado tiempo en este perdido lugar- afirmó el enano en voz alta mirando a su interlocutor fijamente con sus acerados ojos grises, retándole en silencio a que negara sus palabras.
-Bueno, realmente no había decidido quedarme en estas tierras, tenía pensado dirigirme hacia el feudo que las protege. Creo que su propietario, un barón recién ascendido a su cargo, precisa de juglares con suma urgencia- contestó lentamente aunque  gesticulaba con ambas manos mientras hablaba, contradiciendo su aparente tranquilidad.
Antes de que Algrim pudiese continuar con su improvisado interrogatorio una fuerte ráfaga de viento abrió de golpe la puerta de entrada; y  poco después traspasó el umbral la elegante figura del elfo que cerró trabajosamente la puerta y se dirigió en silencio hacia la chimenea, en la cual se había extinguido el humeante fuego que ardía antes de que el frío viento penetrara en la estancia. Se inclinó y procedió a encenderla de nuevo, manejando hábilmente el pequeño yesquero sobre la leña seca, que comenzó a arder poco a poco mientras se incorporaba de nuevo y miraba fijamente las llamas que crecían rápidamente devorando la madera.
Después de dirigir una breve mirada hacia la alta silueta que se encontraba frente a la chimenea y escuchar un leve suspiro procedente de la silenciosa elfa; que a continuación se levantó de su silla y sin pronunciar ninguna palabra de despedida se encaminó hacia las escaleras, Erik decidió conocer al último miembro del grupo, aunque fue el primero en intervenir en su ayuda, recordó; sin embargo, no lo haría solamente para agradecerle este hecho, reflexionó, mientras la figura de Illswyn desaparecía en la planta superior. Además, así podría escapar de la mirada inquisidora del enano, el cual pretendía saber mas de lo que le convenía.
Inmerso en sus pensamientos y con la mirada fija en las llamas que parecían  danzar entre la madera que se consumía velozmente ante sus ojos, no se percató de la presencia del bardo hasta que escuchó una voz desconocida cerca de donde se encontraba.
-Agradezco  vuestra  ayuda,  noble  caballero- dijo  Erik  amistosamente  mientras
tendía la mano en dirección al elfo y esperaba que este le prestara  atención. -Lamento si por mi causa he creado algún problema entre vosotros- continuó con afectación, dirigiendo una rápida mirada hacia la planta de arriba, aunque en su interior se alegraba secretamente de este hecho. Pasados unos momentos en los que Aldor se mantuvo inmóvil observando el cálido fuego, se giró lentamente ignorando la mano que tenía ante él mientras sus ojos, fríos y serenos, se posaban sobre el desconcertado rostro de su interlocutor.
-No tenéis nada que agradecerme, solamente os sugiero que la próxima vez que os metáis en problemas procuréis estar sin su compañía- respondió Aldor con una voz engañosamente suave. -Puede que en ese caso el final hubiese sido distinto y no tuvierais que agradecerme nada, más bien al contrario- sentenció con tono grave mirándole fijamente con sus sombríos ojos lila, que se iban oscureciendo lentamente a causa de la furia que crecía rápidamente dentro de el.
-Bien, ignoro qué he hecho para que me tratéis de este modo, pero supongo que aún estáis tenso a causa de ambas peleas- enfatizó estas palabras, mientras bajaba su mano con rapidez y le miraba con frialdad. -De manera que voy a pasar por alto vuestras palabras, pues aunque lo lamentéis... os debo la vida- concluyó con aspereza dándole la espalda y alejándose de allí rápidamente mientras  seguía  de  una  pieza se dijo a sí mismo, levemente atemorizado recordando su letal destreza en la lucha.
Controlando su cólera con dificultad, observó a la pintoresca figura que se dirigía velozmente hacia la mesa en la que estaban sus compañeros y se bebía de un solo trago una de las jarras de cerveza que había sobre ella, sentándose a continuación sobre su silla y evitando mirar hacia donde él se encontraba. Repentinamente cansado del largo día y de todo lo acontecido en este, encaminó sus pasos hacia la escalera que conducía a la habitación que había alquilado para pasar la noche, mientras le hacía un gesto de despedida al confundido enano que contempló como subía lentamente los viejos escalones de madera.
-¿Ha ocurrido algo que deba saber?- preguntó ásperamente a Erik, que estaba visiblemente agitado, mientras miraba hacia el mismo lugar que Algrim.
-Creo que me presenté en mal momento- murmuró nerviosamente, mientras digería la cerveza que se había tragado poco antes y evitaba la mirada de su interlocutor. El impaciente halfling que observaba curioso todo aquello, decidió intervenir pues recordó algo en ese momento que se le había olvidado con todo lo ocurrido. -¿Sabes ya donde vas a dormir esta noche?... mi oferta sigue en pié- sugirió expectante mirándole con sus ojillos brillantes mientras su ceñudo compañero le dirigía una mirada amenazadora a causa de la interrupción, aunque éste la ignoró por completo y esperó impaciente la respuesta de Erik, que pareció aliviado por su conveniente intervención.
-Aún no lo sé, aunque agradezco tu invitación- respondió visiblemente mas tranquilo al tiempo que escuchaba unos pasos que descendían la larga escalera que conducía a las habitaciones y miraba hacia allí súbitamente angustiado. Apareció la agradable figura de la hija del posadero, esta vez sin el sucio delantal y que se dirigió directamente hacia ellos, mientras miraba fijamente el sorprendido rostro del joven bardo, cuyos ojos recorrían lentamente el cuerpo que se acercaba sinuosamente.
-Me parece que todavía no has encontrado un sitio para dormir... ¿verdad?- preguntó suavemente la joven mientras le miraba seductoramente con sus ojos oscuros. -Si me acompañas, puede que encuentre alguno que sea de tu agrado- propuso ella apoyando una de sus manos sobre su brazo, la cual fue descendiendo hasta descansar finalmente sobre su pierna cubierta por una fina malla de tela algo raída. Totalmente desconcertado por su proposición, se dejó llevar hacia las escaleras guiado por su ansiosa acompañante, mientras el enano soltaba una estruendosa carcajada y su compañero le dirigía una mirada cargada de curiosidad. -¿No te parece que hay algo raro en todo esto? Por las miradas que le dirigió anteriormente, supuse que no le soportaba -inquirió Nick recordando la actitud pasada de la joven respecto a Erik.
-Por lo que sé de las mujeres, no hay nada más extraño que ellas mismas- respondió el enano mientras seguía riéndose por lo bajo y le daba un buen trago a su jarra de cerveza. -Aunque creo que te has quedado sin compañía esta noche, por lo menos, de dos piernas- continuó Algrim volviendo a reír ante su ocurrencia, aunque al halfling no pareció afectarle en absoluto, pues rápidamente le preguntó a su vez -¿No había dos camas en tu habitación?- sugirió dulcemente al recordar la conversación mantenida entre su camarada y el posadero antes de que éste último subiese a dormir. -¡Maldición, esta vez no te vas a salir con la tuya, condenado halfling!- exclamó de repente el hasta ahora alegre enano, dando un fuerte golpe sobre la  mesa, mientras se levantaba bruscamente de su silla y se dirigía hacia la escalera seguido de cerca por el inquieto halfling que no le perdía de vista, hasta que finalmente ambos abandonaron la estancia, quedando extrañamente oscura y silenciosa, pues el fuego se había ido apagando poco a poco hasta consumirse completamente por lo que el frío fue recuperando gradualmente su antiguo dominio.



1 2 3 4 5 6 7

  
 

subir

Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
 Noticias
 Multimedia
 Fenopaedia
 Reportajes
 Taller de Fans
 Relatos
 Música
 Humor
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción

Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Entrar en el Mapa de la Tierra Media con Google Maps

Mapa de la Tierra Media con Google Maps
Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos
Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos