El Señor de los Armarios

Capítulo VI: Jarlórien
La Pandilla, bueno, lo que quedaba de ella, salió por fin de las Minas de Moria en dirección a los bosques de Jarlórien, para pedirles asilo político a los elfos del lugar. Mientras cruzaban un bosque de enormes árboles, Gimli no paraba de refunfuñar sobre tener que pasar por allí. Pero vistas las consecuencias de su última sugerencia nadie le hacía caso. Así que se dedicó a meter miedo a los chiquitines para ponerlos de su parte.

Gimli: ... y en este bosque vive la bruja de Hansel y Gretel, y la madrastra de Blancanieves, que me lo han dicho mis primos, y el Lobo Feroz, y Toni Genil y Loli Álvarez. Pero eso no es lo peor. Además me han dicho que aquí habita una poderosa hechicera elfa. Pues va lista conmigo. Aquí hay un enano al que no conseguirá hechizar. Con lo alerta que estoy yo siempre...

En ese momento, sin saber de dónde habían salido, todos se vieron rodeados por unos diez elfos apuntándoles con sus arcos. Entonces, uno de ellos que parecía ser su jefe se adelantó y habló en el lenguaje común.

Haldir: Ois, el enano respira tan fuerte que casi me despeina, y ayer estuve en la pelu.

Argón parece que conocía al filfo en cuestión así que se adelantó y comenzó a hablarle en la lengua de la hermosa gente:

Argón: Haldir jjaaal Jarlólien, ajarepeich acán gromenawerll (Haldir de Jarlórien, necesitamos tu ayuda).
Haldir: Vamos, chato. Hay confianza y no hace falta que me hables en mi idioma. Pero es que no me convence la idea de dejaros entrar, y menos al enano escandaloso ese.
Argón: Awanercar peich jorrlgrallltorl jarlpetecannn... no puedorl (Imagínate, me toca hacer de niñera de estos 7. Anda, déjame pasar).
Haldir: Bueno, mira. De momento vamos a subirnos a un árbol de estos para seguir discutiéndolo, que aquí se me están llenando las botas de barro.

La Comunidad subió a uno de los grandes árboles del bosque, en el que los elfos habían instalado unas plataformas llamadas flet. Era sobre éstas donde además construían sus viviendas. Argón y Haldir estuvieron discutiendo largo y tendido sobre pasar por el bosque o no. Al final se llegó a un acuerdo. Todos pasarían por el bosque, pero lo harían con los ojos vendados, para que después no se chivasen del camino. Entonces serían conducidos ante la presencia de Celebration y Galadriel, los Señores de Jarlórien.
Después de un buen rato de ir en plan gallinita ciega por el bosque, por fin les permitieron ver. Fueron conducidos a un gran palacete que habían hecho en la copa de un árbol (esta gente también pasa de respetar los espacios protegidos). Allí les esperaban una mujer alta, rubia, esbelta y con un cierto aire místico (quien piense que ahora aparece Cate Blanchett que se deshaga de esa idea, porque el presupuesto no da para más y quien aparece es Lisa Kudrow, la Phoebe de Friends. Y por supuesto para acompañarla y en el papel de Celebration aparece Joey, tambíen de Friends).

Argón: Oh, Dama Galadriel de los bosques de Jalórien. Humildemente te pedimos permiso para pasar por tus dominios.
Galadriel: (Con inusitada alegría) ¡Hola tíos!
Celebration: ¿Cómo va eso? ¿Y dónde está Gandalf, que me debe dinero?
Galadriel: Uy, por vuestro aura puedo ver que le ha pasado algo chungo. Si queréis después os la puedo limpiar. Ay, pobre vejete, ese Gandalf. Mira que palmar de una forma tan tonta. Bueno, ¿queréis oír mi nueva canción?

Con estas palabras Phoeb... digo, Galadriel sacó una guitarra de sus ropajes y se puso a cantar.

Galadriel: Smellyyyy orc, smeeeellyyyy oooorc, whaaat are they feediiing youuuuuu...
Argón: Eeeemm... sí, muy hermosa la canción. Pero la verdad es que nos gustaría descansar un poco.
Celebration: Sí, vale. Pues nada. Esta noche a dormir y ya nos contaréis las batallitas en otro momento. Ahora me voy que empieza "Los vigilantes de la playa".
Galadriel: Por ahora descansad. Pero cuidadito, que veo yo que esta misión tiene menos futuro que un caramelo en la puerta de un colegio.

Esa noche, la Comunidad acampó lo mejor que pudo junto a las raíces de un gran árbol. Mientras deshacían el equipaje, oyeron de fondo una triste canción élfica en recuerdo de Gandalf.

Canción élfica: ...... cuando un amigooooo se vaaaaaaaa, aaaaalgo se muere en el almaaaaaaaaaa...
Sam: ¿Qué es eso?
Legoland: Es un Memento por Gandalf.
Frodo: ¿Y qué dice?
Legoland: Las palabrah no me zalen. El dolor es mu reciente pa mí.

Argón se acercó a hablar con Boromir (o al menos a intentarlo), porque lo veía con más mala cara que de costumbre. En cuanto lo vio acercarse, Boromir se puso el Cuerno de Cóndor que llevaba colgado de trompetilla para entenderlo.

Argón: Aquí podemos dormir a pierna suelta. Las fronteras están bien vigiladas.
Boromir: No es eso. Es que se me olvidó programar el vídeo para Operación Triunfo. Pero además, es que mientras me hacía la limpieza esa de aura, Galadriel me dijo que no perdiera los ánimos, que aún había oportunidad de salvar a nuestro pueblo. Vaya, ha sido como el Teléfono de la Esperanza... ¿Sabes? Tienes que venirte a mi casa. A ver si organizamos algo para el próximo puente. ¿Has visto la Torrecilla Blanca de nuestra ciudad?
Argón: Sí, una vez hace mucho tiempo, en una excursión del IMSERSO.
Boromir: Un día de estos entraremos los dos cabalgando, y dirán: "ahí regresan los caballeros de Cóndor". Y nos recibirán con el claro sonido de las trompetas, y con la banda de música del pueblo. Y nos cantarán lo de "Condorianos, os recibimos con alegría". Y organizarán una verbena... Qué emocionante. Tenemos que ir.
Argón: Pues mira, no me vendrían mal unas vacaciones. Pero antes tenemos que ayudar a Frodo. Por cierto, ¿dónde está?

Capítulo VII: El Espejo de Galadriel
Mientras esta conversación tenía lugar entre Boromir y Argón, Frodo paseaba acompañado de su inseparable Sam. Llegaron a un claro en cuyo centro se alzaba un pedestal con una especie de fuente. Desde lejos pudieron ver cómo Galadriel se acercaba con una jarra en la mano, que usó para atizar a Merry y Pippin, que se estaban lavando los pies en la fuente. Cuando se fueron, Frodo y Sam se acercaron a Galadriel, que seguía allí al lado y comenzaba a verter el agua del jarro en la pila de la fuente. La Dama del Bosque les habló entonces.

Galadriel: (A Frodo) ¿Mirarás en el espejo?
Frodo: ¿Qué veré si lo hago?
Galadriel: Probablemente los pelos de los pies de tus amigos, pero vaya, que ni el más sabio podría decirlo. El Espejo muestra muchas cosas. Cosas que son, cosas que fueron y cosas aún por venir.
Sam: Guay, entonces podemos ver el futuro. ¿Me puedes hacer también mi carta astral para el año que viene? Sobre todo me interesa saber el futuro de mi vida amorosa.
Galadriel: Tú a callar. Bastante es que te deje que estés aquí, que no apareces tú en esta escena ni siquiera en la Versión Extendida. Ya tendrás tu turno después. Venga, Frodo, échale una miradita al Espejo.

Frodo se inclinó sobre el agua que acababa de verter Galadriel en la fuente, y poco a poco fueron formándose imágenes. Lo que vio fue escalofriante. Algo parecido a una ciudad, unas murallas, pero no sabía de dónde exactamente. En seguida vio dos velas negras, y justo detrás de ellas, algo que parecían ser pelos rubios y rizados, pero no estaba seguro. Tal vez era el reflejo de algún árbol que lo estaba confundiendo. Finalmente la única imagen que vio fue el gran "jojo". Se apartó de un salto del Espejo y cayó al suelo de culo.

Galadriel: (Con aspecto sombrío) Sé lo que has visto.
Frodo: Pues claro, si estabas justo detrás de mí. Lo has visto todo.
Galadriel: Ah, pues sí. Venga, Sam, ahora te toca a ti.

La visión de Sam fue mucho más aterradora, al menos para él. Vio a Frodo tumbado, con muy mal color, como cuando se cogía alguna borrachera de las suyas. Pero parecía algo más serio, parecía incluso que estaba muerto. A Sam esto no le gustó nada, hasta tal punto que desde ese momento no se separaba de Frodo un momento, temiendo por la vida de su amor platónico. Tras eso vio la Comarca, hermosa, tal y como la habían dejado, pero de pronto la imagen cambió y observó cómo todos aquellos a quienes conocía estaban esclavizados por orcos, y todo estaba quemado y destruido. Le habían dado un toque de decoración un tanto extraño. Sam pensó en que se había quedado sin trabajo con el que mantenerse y, mantener a Frodo cuando volvieran de aquel viaje. Entonces fue Frodo quien habló a Galadriel.

Frodo: ¿Sabes? Todo esto me está dando muy mal rollete. Creo que te voy a dar el Armario, porque ya no me interesa, y tu visión tampoco es que me haya levantado el ánimo. Así que creo que voy a coger todas las cosas que pueda y voy a meterme de polizón en el primer barco que pille que vaya para las Tierras Imperecederas. Que se apañe sóla la Tierra Cuarto y Mitad.
Galadriel: ¿Me lo ofreces así sin más? (Alargando la mano hacia el Armario) No diré que mi alma no lo ha anhelado. (Transformándose en algo muy raro) ¡En el Trono del Señor Oscuro instalarás una hippie! ¡No oscura, pero sí glamourosa y súper fashion como el día y la noche, traicionera como el mar! ¡Montaré una peluquería a lo Raquel Mosquera! ¡Una cadena de peluquerías y salones de estética! ¡Todos me amarán desesperados!

Frodo vio que la transformación de Galadriel provenía del Armario, que estaba abierto delante de ella y emanaba una intensa luz rosa. Una vez que se le pasó el arrebato de ser Reina de la Belleza de la Tierra Cuarto y Mitad, separó la mano del Armario y volvió a ser la de siempre.

Galadriel: He pasado la prueba. Partiré hacia el oeste y seré solo Galadriel.
Frodo: ...EJEM... ¿Y qué pasa con mi depresión, eh? Te he dicho antes que pienso fugarme y no llevar esto a Mordor.
Galadriel: Voy a tener que empezar a cobrar por las horas de terapia. Mira, tú vete a Mordor y tranquilo, que por muy poquita cosa que seas ya verás como algo haces al final.

Capítulo VIII: Adiós a Jarlórien
Ahora bien, mientras la Pandilla descansaba en Jarlórien, en Isengard, a muuuuuchos kilómetros de allí, Saruman mantenía una tertulia en plan Jesús Quintero con el cabecilla de sus Uruk-Hai.

Saruman: ¿Sabes de donde provienen los orcos?
Uruk-hai: (Babeándose) Gggggrrrrrrrr...
Saruman: Me lo vas a poner todo perdido, y acabo de encerar el suelo. No, si ya le decía yo a Marsauron... Bueno, pues los orcos fueron una vez elfos, pero que tras una operación de liposucción mal hecha mira que feos acabaron. Pero eso no es lo que importa. Sois mis guerreros. Nada puede deteneros. ¿Quién es vuestro señor?
Uruk-hai: (Sigue babeándose) Saaaruuuumaaaaan...
Saruman: Creo que no me han salido inteligentes del todo, pero al menos serán resistentes. (Se dirige a otro orco de la habitación) Preparadlos para la guerra.

Así que todos los Uruks bajaron a las cavernas de Isengard, donde se les proporcionó espadas, escudos, ballestas, bazokas, minas anti-personales y cabezas nucleares. Además pasaron por el taller de maquillaje para que a todos les pintaran la cara y los escudos con la Mano Malva, el emblema de Saruman el Malva, todo al más puro estilo Kiss. Cuando estuvieron listos para partir, Saruman les soltó un discursito.

Saruman: Bueno chicos, sois la caña de España. Sois veloces y resistentes. Nada puede con vosotros. Podéis correr a la luz del sol. Tenéis fuerza, tenéis garra, saber estar... ¿qué más queréis? Salid y capturarme esos tipejos. (Al jefe de los Uruks) Uno de los chiquitines lleva algo valioso. Traédmelo con vida y de una pieza. Matad al resto.

Y de esta manera los Uruk-hai salieron de las cavernas de Isengard a todo correr en busca de la Comunidad del Armario. Y claro, como iban a toda pastilla no tardarían en darles alcance, porque ya que les pillaba de paso se habían inscrito en la maratón San Francisco - Minas Morgul, y llevaban un ritmo impresionante.

Los días pasaron pacíficamente en el dominio de Celebration y Galadriel. Pero llegó el día de partir. Los filfos de Jarlórien prepararon provisiones y unas lanchas motoras para la Pandilla, porque la ruta ahora los llevaba río abajo. Además, les prepararon su especialidad para los viajes, su pan de la autovía, o también llamado "Gambas". Pero sin duda lo más destacable fueron los regalos que les hicieron a cada uno.

Galadriel: A ti, Legoland Hojaverde, te doy este arco hecho por los Galadrim, que además tiene un año de garantía.
Legoland: Poh mushah graciah, quilla.
Galadriel: A vosotros, Meriadoc y Peregrin os entrego estas dagas élficas con sus cintos.
Pippin: Chachi, podremos usarlas para atracar a los pringadillos que nos encontremos.
Galadriel: A ti Boromir, no te doy nada, que bastante tienes ya con las sesiones de psicoanálisis por la cara.
Boromir: (A los demás) ¿Qué ha dicho? Es que me ha pillado sin la trompetilla.
Galadriel: ¿Y tú Gimli? ¿Qué te gustaría?
Gimli: Pues me gustaría raptarte para que te casaras conmigo, pero como te llego solo a la cintura lo nuestro no tiene futuro. Así que me conformaré con un disco firmado por ti.
Galadriel: Hecho. (Dirigiéndose a Argón) Y a ti, decirte que cuidado con lo que le haces a mi Warren, que es mi nieta. Y de propina te voy a dar otro nombre más para que esta gente no sepa ya cómo llamarte. A partir de ahora también se te podrá llamar Rey Elessar.
Argón: Jo, otra vez a cambiar el nombre de las tarjetas de visita.
Galadriel: A ti Sam, no te puedo dar una daga como a tus amiguetes. Pero te doy un saco de polvitos de semillas de árboles mallorn para usar a tu gusto, y un set de maquillaje de la Señorita Pepis.
Sam: Muchas gracias, porque se me había acabado el rimel. Por cierto, ¿las semillas estas se pueden fumar?
Galadriel: Y a ti Frodo, entrego un tarro con la luz de Eänergizer, las más brillante de nuestras estrellas. Que ella te ilumine cuando todas las demás luces se hayan apagado, y la leche se haya cortado.
Frodo: ¿Qué?
Galadriel: Es mi nueva canción. (Sacando otra vez la guitarra) Nueva York se ha apagadooooo, y la leche se ha cortadooooo...
Argón: Bueno, debemos partir ya. Muchas gracias por estas capas élficas y por sus broches de hojas.
Galadriel: De nada, tíos. Las podéis usar de camuflaje también. Pues nada, que os lo paséis bien en vuestro viaje a Mordor.

Tras estas palabras la Pandilla hizo una reverencia y subió a las lanchas motoras que les habían preparado los filfos para parir río abajo.

Las zodiacs se repartieron de la siguiente manera: en una primera iban Argón, Frodo (durmiendo, para variar) y Sam, quien jugaba con su Barbie Popstar y la peinaba.
En la segunda, se encontraban Boromir, Merry y Pippin, quienes conspiraban para tirar a Boromir de la barca y quedarse con algunas joyas que llevaba y volver a la Comarca, donde podrían planear una nueva vida atracando bancos.
En la tercera lancha se encontraban Legoland y Gimli, los dos solitos, quienes no paraban de jugar al veo-veo mientras iban navegando y siguiendo a las demás barcas.

Legoland: Ríiiiiiiio abaaaaajo lo veréeeee, lo encooooontrareeeeee.....

En esta zodiac era donde se encontraban la mayoría de las provisiones: el pan de la autovía o gambas, la nocilla de dos sabores, el bizcocho, la zurrapa... vamos, que iban bien surtiditos. Así se encontraban, las sobras... quiero decir... el resto de la Comunidad que quedaba viva navegando a lo Pocahontas por el río, el llamado Río Grande.