Eruyomo

02 de Agosto de 2003, a las 00:00 - Anthelea Teler
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XVI - En busca de la dama

Cincuenta de los mejores soldados de Gondor marcharon al galope a Ithilien. Ala cabeza, el rey Elenion, A su diestra Eruyomo y el capitán, a la izquierda Varyar y el guardián del rey. En las afueras del castillo de Ithilien decenas de guerreros descansaban y curaban sus heridas, ahí acamparon y pidieron nuevas.
* Señor Elenion, una horda de orcos y hombres oscuros nos han atacado, han capturado el castillo
* ¿Y la dama Valie?.- se adelantó Eruyomo
* La tienen atrapada, dicen que si alguien intenta atacarles la colgaran desde la torre.- Eruyomo la imagino con su blanco vestido, su gráciles manos y su hermoso rostro maltratado por la crueldad de los orcos. Si hubiese seguido a su corazón ella se habría salvado de la tortura. Volvió a montar al meara y fue en dirección al castillo.
* ¡¡Eruyomo si te acercas solo conseguirás que la maten!!.- dijo Varyar. El capitán miró a Eruyomo y comprendió
* Suerte muchacho.- dijo ante la sorpresa de Varyar.- recuerda que Eru esta con tigo.- Eruyomo sonrió y les gritó.
* Intentar negociar con ellos, distraerlos mientras yo entro al castillo.
* ¡¡Eruyomo!!.- gritó el rey. - Atrás del castillo, en un árbol que no pertenece a este bosque dicen que hay una entrada secreta de los elfos, encuéntrala y trae a mi hermana.
Mientras Eruyomo corría al castillo los hombres del rey se prepararon para ir al encuentro de los orcos. Al cabo de un tiempo Eruyomo se encontró ante el castillo del Ithilien, al parecer sirvió de hogar tanto a elfos como a hombres, era dorado, menos alto que el castillo de Minas Thirith pero tenía la belleza élfica entremezclada con la gran arquitectura de los hombres. En lo alto del castillo habían grandes ventanales y balcones. Los orcos montaban guardia y en el suelo hombres con mascaras doradas vigilaban los alrededores. Vestían armaduras doradas y grandes escudos dorados, en los escudos había una mano azul pintada, al igual que en los yelmos dorados. "Aurigas" pensó Eruyomo "Han regresado, pero ¿Quién les ha traído de vuelta?" Dejo suelto al caballo, cogió su arco Noldor y una de aquellas flechas que los artesanos creaban con las ramas de Telperion y Laurein. Debía ser certero o podrían matar a Valie sin dudarlo. Dos vigías paseaban por los arboles cercanos a la parte trasera del castillo cuando lo vio ¡¡Era un árbol oscuro!! Los árboles de Ithilien se diferenciaban del resto de la Tierra Media por su color dorado y rojizo, aquel árbol era de madera oscura y grandes hojas verdes, estaba bien escondido entre los demás arboles dorados pero él lo reconocería casi sin mirarlo, era un árbol del Bosque Negro, quizás el último. Cuando los dos vigías pasaron cerca de él, Eruyomo cogió dos flechas y al dispararlas el arco no emitió ningún sonido, ni si quiera el chasquido de la cuerda. Las flechas volaron silenciosas y atravesaron sendas armaduras como si fuera madera de corcho. Los vigías cayeron muertos al instante. Eruyomo los arrastro a los arboles, recuperó sus flechas y fue en busca del árbol oscuro. En el tronco pudo leer algo que le hizo sonreír haciendole recordar a Legolas, estaba en Sindarin y repetido en Quenya "Árbol del Bosque Verde traído por el Señor Legolas de Ithilien Habla, amigo y entra" casi ríe a carcajadas cuando lee el acertijo.
* Mellon.- dijo Eruyomo y bajo del árbol se abrió una rendija, un túnel iluminado por cristales luminosos daban un aspecto acogedor al lugar pero un ruido de gruñidos sonó a lo lejos- Irch! .- dijo en silvano, orcos.
Buscó entre su mochila y al fin lo encontró cuando antorchas de orcos se acercaban rápidamente, se metió en otro túnel y se cubrió con la capa de Ulmo, cuando los orcos pasaron solo era una sombra más del pasadizo. Cuando hubieron pasado consiguió entrar al castillo por una pequeña puerta, estaba un una habitación repleta de libros. La puerta de aquella biblioteca parecía vigilada por un gran orco, abrió un poco la puerta llamando la atención del orco que solo asomó la cabeza y Eruyomo le agarro por el cuello empujándolo hacia dentro atravesandole la garganta con la espada. Al asomarse por la puerta vio un largo pasillo, nadie lo vigilaba. En el final puedo escuchar unos gritos de mujer, sin pensarlo corrió hasta la última puerta, la abrió un poco y pudo ver que cinco mujeres estaban encerradas con tres de aquellos hombres. Espada en mano Eruyomo entró y luchó contras los tres hombres, pero ante las armas de los noldor aquellos hombres no tenían posibilidad, dos de ellos fueron atravesados por la gran espada, el tercero intento huir pero cayó atravesado con uno de los ricos puñales. Las mujeres no sabían como reaccionar pero Eruyomo las empujo hasta la puerta.
* Rápido, en la biblioteca hay una pequeña puerta, a vuestros ojos no es mas que un pequeño armario. Tomad esto.- dijo entregándoles la capa de Ulmo.- Es lo suficiente grande, si notáis peligro cubriros con ella y pasareis desapercibidas.- las mujeres asustadas corrieron excepto una que le miro con dulzura.
* Muchas gracias
* Decidme mujer ¿Y la dama Valie?.- dijo y ella respondió entristecida
* Ella... la llevaron a lo alto. Mató a tres de los hombres dorados y ahora la tienen atada en su aposento.- Eruyomo corrió hacia unas grandes escaleras cercanas a la biblioteca.
En lo alto había cuatro orcos, habría deseado no dar su capa de sombra, pero en ese instante sonaron unas trompetas, el rey había llegado al castillo, y los orcos bajaron por las escaleras rápidamente, se escondió en el hueco de la escalera, cuando hubieron pasado corrió hacia el aposento de Valie.
El rey estaba fuera del castillo, portaba una bandera blanca en señal de que no iban a pelear, tres Aurigas fueron a su encuentro con varios orcos tras de ellos.
* ¡Que queréis!.- dijo el Auriga
* Queremos que nos devolváis a la dama Valie y a todos los que tenéis prisioneros.- dijo el capitán.
* ¡No! Nuestras ordenes son retenerla hasta que el rey abdique del trono a favor de mi señor.
* ¡¡Jamas dejare mi reino en manos de quien quiera que sea vuestro señor!!.- dijo el rey
* Bien... entonces...- dijo sonriendo y en lo alto se escucho el grito de una mujer. Los hombres miraron enfurecidos a los orcos.


XVII - Los Aurigas de Ithilien

Eruyomo vio cuatro guardias de los Aurigas vigilando un gran portón, al parecer era el lugar donde estaba Valie. No le quedaba otra opción que enfrentarse aunque pusiera en peligro la vida de Valie, si no, correría mas peligro aún. Volvió a desenvainar la espada que brilló como una estrella en llamas, terminó de subir la escalera y se pudo a la vista de los aurigas que miraron sorprendidos.
* Elbereth ¡Oh! Varda Kementari.- gritó mientras tres de los aurigas se abalanzaban contra él, el cuarto entró a la habitación de Valie.
Eruyomo enfureció, sus ojos brillaron como los de un Balrog, fue tal la fiereza que los aurigas flaquearon por un instante y acabaron atravesados por la fuerte espada noldor. Corrió hacia la puerta, estaba atrancada pero con toda la fuerza que tenía logró abrirla de un golpe. Uno de los hombres tenía agarrada a Valie y tenía un puñal puesto sobre el cuello de la chica, que lo miraba asustada, sus ojos miel estaban empañados, tenía heridas en los brazos y moretones en las piernas.
* Suelta la espada.- Eruyomo obedeció, dejo la espada en el suelo y la empujó hacia el hombre.- y las dagas también.- las puso en el suelo y se las lanzó, pero en un movimiento casi imperceptible Valie puso una de ellas sobre su pie. Eruyomo la miró extrañado y ella sonrió timidamente "¿Qué demonios piensa hacer?" pensó por un instante pero parecía entenderla con claridad.
* ¡Las águilas!.- gritó Eruyomo, era mentira, nada volaba aquel día sobre Ithilien pero el Auriga atemorizado giró la cabeza, Valie impulsó con el pie la daga, consiguió cogerla con la mano y le corto el cuello al Auriga que la sujetaba. Que calló muerto al instante.
Valie corrió llorando y Eruyomo la abrazó intentando tranquilizarla.
* Tenía miedo Eruyomo, tenia tanto miedo y no podía pensar más que en ti, quería que aparecieras por sorpresa como en Lorien.- dijo y le miró con los grandes ojos miel.- y has venido...
* Tranquila, ahora estas segura, pero tenemos que decírselo a tu hermano.- Se asomó a un gran balcón donde pudo ver a los Aurigas hablando con el rey y los demás caballero.- ¡¡¡Elenion!!! ¡¡La tengo, ya esta a salvo!!

* Señores.- dijo el rey con tranquilidad a sus caballeros.- es hora que estos bandoleros sepan quien es el señor de Ihilien.
Más de doscientos orcos y Aurigas salieron por las puertas del castillo contra los cincuenta caballeros de Gondor. El rey desmontó de su caballo, prefería mirar a los enemigos a los ojos, junto a Varyar y el capitán. Los Aurigas les atacaron pero los tres caballeros parecían intocables. El capitán de los Aurigas intentó atacar al rey, Varyar lo miró con fiereza y al grito de "¡¡Undomiel!!" luchó con fuerza contra el Auriga, las espadas chocaron, pero mientras luchaban un orco se acercó por atrás y atravesó con su cimitarra al elfo Varyar. El capitán lo vio y corto la garganta del orco mientras que el rey acorralaba al Auriga.
* Nunca podréis contra Gondor, ya os vencimos una vez y volveremos ha hacerlo.- dijo en la lucha arrebatándole la espada y empujándolo contra un árbol
* No señor, Pallando nos vengara.
* Pues salúdale de mi parte.- dijo el rey y le clavó al tronco del árbol con la poderosa espada numenoreana.
* No señor.- dijo agonizante.- Tu podras saludarle también.- sacó un puñal de su espalda y atraveso el corazon del rey.
La lucha acabo, Eruyomo traia en sus brazos sonriente a Valie. Al llegar a la batalla la soltó y fueron hacia el capitán que estaba agachado en el suelo junto con muchos de los hombres. Eruyomo corrió preocupado hacia el lugar y pudo ver la horrible escena. Varyar estaba agonizante en el suelo, con la cimitarra aun clavada en el abdomen y sangrando abundantemente.
* Varyar...- dijo en un susurro.
* Las tornas han cambiado, ahora te toca a ti recordarme.- Eruyomo le abrazó y sus lagrimas cayeron a la tierra de Ithilien.
* Hermano... parte en paz con tigo y con los Valar, todo lo que hicieron lo hicieron por salvar el reino.- Cuando el ultimo suspiro de vida partió del cuerpo de Varyar pequeños hilos de agua aparecieron por todas las direcciones formándose un gran charco de agua, tan grande que tuvieron que apartarse del cadáver del elfo. Del agua aparecieron unas manos y un rostro de mujer, los hombres se asustaron pero Eruyomo sonrió, la mujer cogió el cuerpo de Varyar y lo llevó con ella. Nunca más se supo que fue del elfo. Antes de desaparecer Eruyomo susurro "Namarië Uinen"
Entonces Valie gritó aterrorizada, vio a su hermano bajo el árbol donde estaba clavado el Auriga.
Dura fue la llegada a Minas Thirith para la compañía, el luto se guardó por meses y el rey no tenía herederos, ni si quiera había tomado una esposa. Al cabo de varios días Valie paseaba junto con Eruyomo en las casa de curación cuando el capitán se les hacercó.
* Mi señora. Se os llama en el palacio, han llegado más nobles para honrar la memoria de vuestro hermano. Saludos Eruyomo.- dijo mirando al elfo e intentando esbozar una sonrisa.- tengo que hacer más mandatos, Señor elfo, mi reina, buenas tardes.
Volvieron a quedar solos, Valie se sentía sola en un mundo frío solo la compañía de Eruyomo la tranquilizaba.
* Un día de estos me marcharé.- Susurró, Valie comenzó a llorar en silencio mientras apoyaba su cabeza en el hombro del elfo.
* Hoy no, hoy no...


XVIII - Despedida en el Anduin

Habían pasado treinta amaneceres desde que el rey murió y la reina Valie subiese al trono. Ahora el peligro parecía haber pasado aunque quedaba la amenaza de los Aurigas.
El río Anduin estaba tranquilo como en cualquier día de aquella primavera, las flores del bosque de mallorn llegaban hasta el cauce que pasaba por la ciudad y en esa orilla estaban Valie y Eruyomo. En el río había un barco pequeño plateado, dentro las armas de Eruyomo, la espada, las dagas y el gran arco con las flechas de los noldor. También estaba la capa de Ulmo y muchos regalos de la Tierra Media. Valie miraba al elfo seria.
* ¿Estas seguro de lo que vas ha hacer?
* Si, es lo que debo hacer.- dijo Eruyomo.- mi única misión era protegerte y lo he hecho.- puso un pie en la barca y la empujo al centro del Anduin, donde lentamente se alejó hacia el mar.- pero yo quiero protegerte toda la vida. - Dijo abrazándola.
* ¿Crees que los Valar se enfadaran?- Eruyomo sonrió
* No lo creo, ellos sabían cuanto amaba la Tierra Media y hoy la amo más.
* Pero Eruyomo... - La hizo callar con un beso.
* Llámame Anarmo.

 

FIN ;D



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