El Elegido

01 de Agosto de 2003, a las 00:00 - Falath
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LAS MURALLAS

Falath estaba desesperado y es que el río estaba a diez metros, y el caballo trataba de dar la vuelta y regresar pero el mago evitaba que se descarriara jalando las riendas.

El Río más turbulento de Elhum estaba ahí a unos cuatro pasos del caballo, cuando se detuvo bruscamente,  Falath lo obligó a girar dándoles la cara a los elhunos enfurecidos que deseaban atacar a todo aquel que estuviera a su paso incluyéndose ellos mismos, todo el horizonte estaba lleno de los deformes y su horrible respirar llenaba el pensamiento de Falath de cosas terribles, un calor horrible emanaba de sus "bocas" de tierra y pasto, los gusanos se retorcían en sus bocas y cuerpos. El mago tenía en sus entrañas la peor sensación de asco y tristeza por los Elhunos que lo atacaban y por los Elhums que alguna vez fueron y con todas sus fuerzas dejó caer su anillo que tenia un diamante azul en medio que comenzó a brillar y murmuró unas palabras muy antiguas que ningún ser vivo de ahora reconocería como tal- muack mgrrr, y todos los deformes comenzaron a reptar despavoridos porque un dragón salió del anillo, un dragón negro con ojos azules llenos de furia y alas enormes con una finísima piel de color rojo, su cara era alargada y con cuernos y unas llamas le brotaban de la nariz y boca.

Eso le dio tiempo a Falath para salir galopando y cruzar el río, el agua le subía por el cuerpo de una manera demasiado rápida y por instantes perdían el control y luchaba por controlar al caballo y evitar que el agua le llegara a la cabeza a una moribunda Huala a la que el báculo le succionaba la sangre para recobrar su poder.

El agua  llegaba al cuello del caballo y apenas iban a la mitad del río Ellos ya tenían mucho frío y el Dragón ya había desaparecido por completo y lo peor es que los elhunos estaban regresando y ahora cubrían todo el suroeste hacían una gran curva para ocupar todo el río y capturar a los misioneros pero ellos estaban ya cruzando el río y sentían gran alivio porque los elhunos no podrían pasar. Falath, Huala e Imis estaban relativamente a salvo pero ahora se encontraban con otra situación igual o más pero que antes porque al cruzar las murallas Elhumas estaba el motivo por el cual habían sido construidas, el peor enemigo del antiguo Elhum, una tierra diferente y que nunca fue amiga de los elhumes, un lugar donde los habitantes fueron cruza de Hombres y Elhums esa tierra del Rey que mandó a Oglad a matar a Enruk,  la tierra de Otorlinad.

Los elhunos destruían todas la casas elhumas ya que ahora regresaban con más furia que nunca respiraban muy fuerte y caliente, sus cuerpos cubiertos por tierra serpenteaban levantando árboles, pisos, huertas y miles de cosas más, pero todos los elhunos se detuvieron de golpe y empezaron a gritar maldiciones, sus gritos agudos se fueron calmando poco a poco cuando unos de los elhunos se decidió a cruzar el rió. El, un elhuno se acercó a la orilla y su mano salió del lodo y desapareció en la intemperie pero pronto asomó su borde, y no era un borde común su mano era distinguible en el agua pero no se transparentaba nada y así pasó con todo su cuerpo solo se distinguía su borde aun así todavía no pasaba lo más difícil porque tenía que enfrentar las aguas turbulentas, el elhuno flotaba cual pluma y movía las manos y piernas como si se encontrara en la tierra y cada vez más se sentía mas y mas seguro y aceleraba más su arrastramiento  al mismo tiempo que su respiración agitado y con silbidos leves. Los demás elhunos se abalanzaron hacia el río con la misma seguridad de siempre y gritando de la forma más aguda que alguien pudiera soportar, lograron cruzar el río  con gran escándalo y ladridos.

Falath que seguía galopando hacia las puertas de las murallas que ahora se distinguían muy bien, eran blancas y altas hechas de piedra estilo mármol, su belleza era incomparable con cualquier cosa que existiera en Elhum, las grandes torres de los vigías que ahora estaban abandonadas seguían resplandecientes y todavía con los arcos en los bordes. Falath dio la vuelta hacia la derecha  y le aceleró el galope al caballo - las puertas nos quedan cerca Huala, vamos a pasar y nos protegeremos en el bosque Lock ¿recuerdas que ese bosque lo protegieron los Elfos cuando nos visitaron? Ya estamos cerca, muy cerca - no terminó de decir esto cuanto algo lo obligó a girar su cabeza y vio que los elhunos estaban a unos pocos metros de ellos, giró la cabeza otra vez y apenas le dio  tiempo de frenar para no chocar con las grandes puertas de madera las cuales tenían una gran perfección en el tallado, pero esto pareció no impórtale al mago porque con su anillo tiró la puerta  y el bosque ahogado en la reciente noche era su nuevo horizonte.

El bosque estaba totalmente sumergido en la oscuridad y solo susurros de la noche eran los que aún alteraban la paz, Falath desmontó y prosiguió a entrar al monte y busco signos de vida y lo que consiguió lo llevo a realizar un gesto que le consolaba pero que a la vez le preocupaba un poco.

Pero la paz aún no comenzaba, los elhunos estaban cerca y parecían no entender de que el bosque estaba protegido por la esencia de los elfos y sus gritos de victoria se acrecentaban cada vez más conforme se iban acercando a las puertas de las murallas y gritaban mas y mas agudo, mientras otros se  acercaban cada vez más a las murallas y las empezaban a trepar muy rápido, Falath los vio a su alrededor  y decidió montar el caballo  e internarse en el bosque para su seguridad y la de Huala -déjenme y déjenla a ella, ustedes no son así- y con un fuerte grito de guerra los elhunos querían entrar al bosque pero al poner su primera mano, píe o lo que fuera eran regresados y salían volando prácticamente y así paso con unos treinta necios que intentaban pasar, mientras que la mayoría daba la vuelta a la derecha para regresar al río saboreando aún su fallida victoria.

Falath se sentía más aliviado y dejo de galopar unos segundos después de que todos los elhunos habían desaparecido y llevó a su caballo a tomar un descanso junto al lago del bosque que se encontraba cristalino y muy puro, todavía las aves se encontraban reposando a la luz de la Luna gris, Falath bajó a Huala del caballo y la recostó al pie de un árbol y mientras el caballo iba a tomar agua, Huala se consumía lentamente  y el báculo comenzaba a tornarse dorado y recobraba muy poco su poder que alguna vez fue bueno - Supongo que por eso los elhums se volvieron malos ah la ultima vez que fue usado fue para hacer mal y se a empapado de ese poder, dijo el mago para sus adentros,- bueno ahora como curo a Huala, aún no tengo ese rango solo descansaremos una media hora pues tenemos que llegar a Burnugal pasado mañana, es hora de descansar, si a descansar vamos.

Falath se acomodó en otro árbol no muy lejano, sacudió su túnica y cerró los ojos. La noche estaba aún  joven, el aire movía el pelo de Falath y de Huala. Los dos parecían personas comunes a las cuales no les preocupaba nada, un leve silbido del viento incomodó al mago  y lo obligo a despertar y cuando lo hizo no vio a Huala y el báculo estaba en el pasto se levantó y comenzó a preocuparse a medida que recuperaba la conciencia sintió unas enormes ganas de llorar y gritar, recogió el báculo y montó su caballo- no puedo gritar si lo hago llamaré mucho la atención, cuando terminó de decir esto su mirada se concentró en el báculo y una idea le vino a la mente - usar el báculo de la vida, para encontrarla, por que no, no lo usaré para hacer el mal solo será para encontrarla. No, no debo es muy mal. Siguió galopando en busca de Huala, tardó toda la noche buscándola dentro del bosque temiendo que hubiera sido capturada por los otornilitas

Cuando por fin se decidió a ir a Otorlinad, regresó  al disimulado campamento para recoger algunas provisiones, llegando ahí en poco tiempo, vio el árbol donde estaba Huala y se impresionó muchísimo y la alegría invadió su corazón, la elhuna estaba parada ahí igual de radiante que siempre con una gran sonrisa y una lágrima que se deslizaba lentamente en su mejilla, el mago corrió felizmente a abrazarla, la emoción era el sentimiento que gobernaba en los corazones de ambos, Huala no estiraba sus manos ni reaccionaba, solo esperaba, pero la emoción de Falath se convirtió rápidamente en horror incontenible, su respiración se había agitado, su risa se calló de una forma estrepitosa, la tierra se movió bruscamente y el mago cayó al piso y movió su cuerpo por el piso desesperadamente tratando de alcanzar a Huala porque la tierra le subía por el cuerpo, los gusanos e insectos comían su rostro mostrando su carne viva, y ella no se movía solo seguía riendo como si nada pasara, luego todo su cuerpo se perdió en el lodo. Falath sabía que es lo que había pasado, su corazón le decía no es cierto pero su mente le decía cree lo que ves por que está ahí ante ti y eso nadie lo niega, Huala se había convertido en un elhuno.

Un grito desgarra el corazón de Falath, el no se mueve y ve como Huala se retuerce en el piso, desea con todo el corazón que esto fuera un sueño y su tristeza lo embarga, su odio comienza a crecer sin detenerse, cuando un leve susurro de viento lo obliga a despertar.

El mago vio que todo estaba bien, buscó a Huala en el mismo lugar y ahí seguía dormida o inconsciente, no lo podía adivinar, solo se secó su frente y se levantó a ver como seguía Huala, caminó por el pasto verde, que empezaba a ser iluminado por los calidos rayos del Sol que refulgía de una manera esplendorosa, ahora el astro rey que se levantaba lentamente parecía la esperanza de muchos, era la señal de que nuevos peligros vendrían pero a la vez nuevas soluciones, que harían que un nuevo Sol regresara del su batalla con lo oscuridad.

Falath levantó a Huala con una gran delicadeza y la miró como buscando signos de mejoría, los ojos verdes del mago estaban casi cerrados, pero aún tenían esperanza, la esperanza que lo resuelve todo y que nos ayuda a seguir, Falath elevó la mano izquierda de Huala y escuchó un golpe de metal que chocaba en el piso, un escozor le invadió el cuerpo y su piel se erizó, esto podía ser una buena señal porque indicaba que el báculo se había despegado de la mano y que ya no le consumía la vida, pero eso significaba que había ya terminado su trabajo y que la elhum ya estaba muerta.

Falath se armó de valor y acercó su mano a la delicada nariz de Huala, su desesperación y nerviosismo no se hicieron esperar, era increíble que en unas milésimas de segundo muchos sentimientos y pensamientos le pasaran por al cabeza, cuando por fin Huala exhaló, un calido aire que indicaba que su vida continuaba, pero como era posible que de pronto se curara sin ninguna intervención élfica o de alguien y además que su mano no tuviera cicatriz alguna - Gracias quien sea que haya curado a mi querida aprendiz.

-Falath ¿que haces?, no es necesario que grites tanto                    

-Huala estoy tan feliz de que estés bien.

-No, no creo estarla, he creado monstruos, he dado una oscura vida a quienes amo- dijo Huala muy triste   
  
-No te sientas mal, no era tu intención, además Rougdur fue el que les envenenó la mente y mira creo que aún podemos regresarlos a su forma original.

-Falath distinguí cosas que creo que fueron del pasado, mi visión fue horrible, Emáruc estaba en el peor estado, era oscura y fría a pesar de que estaba en llamas y cuatro gigantes peleaban juntos contra Rougdur, o como se llame y el los estaba acabando, sus grandes heridas sacaban luz  y no vi más.

-Oh sí, mi querida Huala has visto algo de nuestro pasado, has visto La 2° Batalla que  fue durante la era titánica. Pero bueno hay que movernos rápido a Burnugal, luego te explico que pasó, así como tu me explicarás lo que hiciste para curarte, pero ahora vamos a recoger provisiones  para el viaje.
Huala hizo un gesto de ¡¿yo?! Y se puso a ayudar a Falath.



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