Dagor Dagorath

02 de Septiembre de 2007, a las 21:32 - El_Nigromante
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Capitulo II: La sombra del futuro

Morthion seguía a Balin y Vanimeldë y noto que ambos llevaban una capa idéntica a la suya.
-¿Donde consiguieron las capas?- pregunto curiosamente.
-¿No lo sabes?- dijo el enano- La mía ha sido una herencia de familia. Era del famoso Gimli hijo de Glóin- agrego con orgullo- y la de Vani era de Legolas Hoja Verde.
Morthion miro sorprendido al orgulloso enano, y luego a la élfa, que se mostraba totalmente indiferente.
-Entonces la mía...
-Fue de Elessar, maese Morthion- dijo Radagast, detrás de él. Llevaba tres caballos, tirados por las riendas.
-Pero entonces ¿como fue que la encontré en Ithilien, en una casa élfica?
-Supongo que Aragorn la dejo ahí con el fin de que la encontrara alguien digno de usarla.
Morthion se sorprendió aun más de su suerte. Miro al enano y a la élfa, que le dirigieron una mirada amistosa. Luego cada uno subió a su caballo, y Morthion monto al suyo y siguió a Radagast. Cabalgaron toda la mañana, hacia el oeste y a mediodía llegaron a los pies de Amon Dîn.
-Descansaremos acá-dijo Radagast- coman algo si lo desean. Volveré mas tarde.-Y dicho esto se alejo cabalgando hacia el bosque. Morthion se sentó en una roca, cansado y sus compañeros lo imitaron.
-Así que ustedes son los representantes de sus razas- dijo Morthion.
-Claro-dijo el enano- también encontré una palantir- agrego riendo.
-Pero si solo hay dos palantir, las demás están en el reino- dijo Morthion confuso.
-Solo hay dos palantir- dijo Vanimeldë incorporándose a la conversación- Radagast tiene uno, y el otro lo tienes tu. El tuyo lo tuvimos yo y el enano hace días.
Morthion no entendía ¿Como podían haberlo tenido ellos si el lo encontró flotando en el Anduin hacia una noche?
-Cuando miré en el palantir, el mago me dijo que lo arroje al Río Rápido-dijo Balin- Luego partí, y enseguida me lo encontré.
-A mi me dijo que lo arroje al Anduin, y apenas lo arroje apareció Radagast con Balin montados en Gwaihir.
Eso era mucho para Morthion. Quizás no le sorprendió tanto encontrar una élfa en la Tierra Media, y menos que se relacionara tan bien con un enano, pero ahora a que le hablaran sobre Gwaihir era mucho.
-¿Gwaihir? ¿La misma de la Tercera Edad?- dijo estupefacto.
-¿Cual mas puede ser? Piénsalo. Si estábamos anoche en Lórien, y llegamos acá en la mañana, ¿de que otra forma pudo ser?-dijo Balin.
-Tienes razón...-dijo Morthion.- ¿Donde fue Radagast?
-Debe haber ido donde Gwaihir.- Dijo la élfa despreocupada, y mientras decía esto, una gran sombra con forma de un ave gigante paso por encima de ellos.- ¿Ves?
-Bueno -dijo el enano- mientras el no vuelva yo dormiré. Viajar toda la noche en la espalda de un águila gigante no me dejo conciliar el sueño- gruño, mientras se daba vuelta, y al rato comenzó a roncar estrepitosamente. En seguida Morthion formulo la pregunta que tenia desde hacia rato.
-¿Eres descendiente de Legolas?
La élfa rió un rato, como si le hiciera gracia que la comparara con el héroe.
-No. Nací en Ithilien el mismo año que el partió al Oeste. El era mi tío, y mi padre quería partir con el, pero se quedo por mi. Ese mismo año mi madre volvió al Bosque Negro, y crecí ahí. Y como mi padre era el hijo mayor de Thranduil, cuando este se fue al Oeste, mi padre comenzó a reinar el Bosque Negro.
-¿Entonces eres la heredera del reinado del Bosque Negro?
-Si. Cuando mi padre muera, o parta, yo tendré esa responsabilidad. Pero en realidad no deseo ser reina.- dijo melancólicamente. Se puso a juguetear con el arco y pregunto-¿Que te dijo exactamente Radagast?
Morthion pensó detenidamente. Le había dicho tantas cosas que creyó que estarían horas comentándolo.-Supongo que me dijo lo mismo que a ti. Que lo de los Valar y eso...
-Claro.-dijo Vanimeldë. Pensó un rato y prosiguió-¿Te contó lo del resurgimiento de los orcos en las montañas? Dice que los Valar elegirían a tres, uno de cada raza, para parlamentar en Valinor, pero creo que Radagast tiene pensado hacer otra cosa antes. ¿Te contó eso?
-No. Pero podríamos preguntarle cuando vuelva.-respondió Morthion. Al rato dijo:- ¿Tendrán algo que ver estas capas con que nos hallan elegido?
-Eso es solo una coincidencia, Señor Rey de Gondor-dijo amablemente Radagast, que había vuelto sigilosamente mientras hablaban.-Pero de verdad, no creo que influya mucho en el viaje. Despierte, mease Balin.-dijo remeciendo al enano, que dio un largo bostezo.
-¿Ya nos vamos? No me digas que tendremos que volar de nuevo.
-Claro, Señor Enano. ¿O espera recorrer más de cien millas a pie?
-Prefiero caminar a volar-dijo el enano arrogantemente. Morthion rió. Se sentía extrañamente cómodo en ese grupo de gente.
-¿Donde iremos?-pregunto Morthion.
-A la casa de un famoso Elfo. Pero no les diré mas- Agregó el mago al ver la cara de curiosidad de los tres- Será una sorpresa. Conseguí que Gwaihir trajera tres Águilas más. Los caballos los enviaremos a Édoras. Sabrán llegar. ¡Síganme!
Los tres lo siguieron, y caminaron un poco con los caballos. Al acercarse a los bosques, se dieron cuenta de que había cuatro enormes Águilas, descansando en un claro. Radagast soltó su caballo, y los otros lo imitaron. Al rato los caballos se alejaban hacia el oeste, hacia Rohan.
-Bueno, no perdamos mas tiempo.-dicho esto, monto en Gwaihir, como si lo hiciera todos los días.-Monten. Debemos apresurarnos.
Balin fue al que mas le costo montar. Vanimeldë monto muy rápido, aunque indecisa, y Morthion demoró un poco. Cuando todos estuvieron listos, las Águilas emprendieron el vuelo, y volaron hacia el Norte, perdiéndose en las nubes.

Ya estaba oscureciendo cuando las Águilas comenzaron a descender. Morthion había visto desde arriba todo el Cancha Aguada, el Rauros y los Argonath. Pero ya habían pasado Lórien cuando aterrizaron. Estaban en la ribera este del Anduin, y hacia el sur se veía el Bosque de Oro.
-Síganme-dijo Radagast apresurándose hacia el este. Los compañeros lo siguieron, mientras las Águilas se alejaban hacia el norte. Caminaron unos dos kilómetros, y ya muy entrada la noche llegaron a una colina donde había una pequeña cabaña, con una chimenea, y dos pequeñas ventanas.
-Llegamos a mi hogar- dijo Radagast apremiante. Saco de su bolso una especie de piedra, que la puso frente a la piedra y susurrando unas palabras, esta se abrió.-Entren, descansaremos aquí esta noche.
Cuando entraron, Morthion vio una mesa con dos sillas, una chimenea, unos pequeños asientos frente a esta, y un toco de tronco con papeles y plumas, todo dentro de una pequeña habitación. En medio de la pared había una puerta cerrada.
-Comeremos un poco antes de dormir.-dijo el Istar, mientras sacaba provisiones de su bolso. Al rato los compañeros estaban comiendo y conversando, como si fueran amigos de toda la vida. De pronto Balin dijo lo que los tres compañeros querían preguntar.
-¿Quien es ese elfo que nos dijiste?
Radagast se quedo pensativo un rato, hasta que los miro, y de mala gana respondió:-Bueno, les contare. Iremos donde Maglor, hijo de Fëanor.
Vanimeldë derramo su vaso con agua, Balin se atraganto con un hueso de pollo, y Morthion soltó un bufido de sorpresa. Los tres miraron al mago estupefactos.
-¡Calma!-rió Radagast al ver las caras del humano, el enano y la élfa.- Hace tiempo lo encontré, y me dijo todo lo que les conté. Vive cerca de las desembocaduras del Baranduin, solo, en un refugio que construyo el mismo. Cuando lo encontré se asustó de mi. Estaba muy trastornado después de lo que paso con los Silmarils. Pero después de pasar tiempo con el, comenzó a confiar en mi. Estuvo solo mucho tiempo. Mas de dos de Edades enteras. Me contó que había estado espiando a Sauron durante la Segunda Edad. Luego, cuando Sauron volvió a fines de la Tercera Edad, Maglor espió mucho al Enemigo, sobre todo a Saruman. Y ahora, después de mas de mil quinientos años de paz, tiene pruebas de el regreso del Enemigo.
Morthion, Balin y Vanimeldë no entendían nada. Se limitaron a mirarse entre ellos, confundidos.
-¿Quieres decir que Sauron a vuelto?-dijo un atónito Balin.
-No. Sauron no ha vuelto. Sauron ya no tiene poder. Lo perdió todo con la destrucción del Anillo. Pero puede volver. Porque hay una forma de que recupere su poder. Porque al referirme al Enemigo no me refiero a Sauron, sino a Melkor.
Un silencio se hizo en la habitación. Parecía como si al mago le doliera pronunciar ese nombre. Los tres compañeros no podían creerlo. Hasta Morthion, que poco sabia sobre lo ocurrido en la Primera Edad del Sol, se asusto con solo oír ese nombre.
-Pero...No puede ser...el esta cautivo, los Valar lo vigila-dijo Vanimeldë preocupada.
-Pero eso no significa que no pueda volver. Ya escapo de los Valar una vez. Puede hacerlo de nuevo. Y tomen en cuenta los últimos hechos. Orcos y lobos atacando Minas Tirith, un ataque a Erebor hace un mes. Hace dos días Édoras fue sitiada. Los Rohirrim han estado peleando día y noche, y temo que sucumban. Gwaihir me lo contó. También me contó sobre mucho movimiento en el Este, en Rhun y en Khand. La ultima vez que hable con Maglor fue hace tres meses, y quizás el tenga noticias recientes sobre esto. Por eso debemos llegar lo antes posible. Luego tendremos que arreglárnoslas para dar aviso a los Valar.
-Quieres decir que...-comenzó el enano, pero Radagast lo frenó.
-¡Silencio! Mejor será que nos vallamos a dormir. Partiremos temprano mañana, antes que el alba.
Los guió por la puerta de al fondo, que daba a un amplio pasillo, con varias puertas. Vista por fuera la cabaña parecía muy pequeña, pero algo dentro hacia que hubiera mas espacio. Avanzaron hasta la cuarta puerta y Radagast la abrió.
-Aquí dormirán ustedes. Yo saldré esta noche, con Gwaihir. Iremos a investigar a Dol Guldur -dijo sombrío, mientras a los tres les daba un escalofrió por todo el cuerpo.
Radagast se fue y los tres se tendieron en unas camas que había en la habitación.
-¿Donde nos llevara después?-dijo el enano preocupado.
-No lo se. Todavía no creo que ese Maglor viva aun.-dijo Vanimeldë.-Dicen las canciones de antaño que una Maldición cayo sobre los hijos de Fëanor, y sobre todos los Noldor. Pero no se si será cierto. Creí que ya no quedaba elfos de esa época en la Tierra Media.-un silencio se hizo en la habitación.-Bueno, me dormiré. Buenas noches.- dijo la élfa mientras se internaba en los sueños élficos.
Morthion y Balin se quedaron en silencio, sumidos en sus pensamientos. Luego Morthion rompió el silencio con su habitual curiosidad.
-Dijiste que eras pariente de Gimli hijo de Glóin, ¿no?
-Si, lo soy. Soy descendiente del hermano de Gimli, para ser más exactos.
-¿Hubo un ataque a Erebor?- pregunto Morthion.
-Si. Hace un mes vinieron orcos y trolls a la Montaña Solitaria, y sitiaron Valle. Los logramos derrotar, pero perdimos a muchos. Una semana después encontré el palantir tirado en el campo de batalla. Creo que Radagast tuvo algo que ver con nuestra victoria. Quizás nos ayudo, como ayudo en la batalla de hoy.
Se quedaron mucho rato hablando, hasta que el sueño los venció, y prefirieron dormirse y descansar para el largo viaje que tendrían al día siguiente.



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